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Soy un AMIGO. De mi Corazón a vuestro
Corazón, que la Paz,
la Libertad,
sean vuestra Morada. Lo dije, aquí hace algún tiempo y, por otra parte, lo repito, que después del Yoga de la Unidad, y de la Verdad, no habría más enseñanza. Y hoy, deseo
presentarles el Yoga de la
Eternidad que es todo, excepto una enseñanza. Porque se trata
de lo que Son desde la
Eternidad, más allá de toda máscara, toda persona, de toda
identidad y de todo lo que puedan conocer, ver, apreciar, amar o detestar, en
este mundo. El Yoga de la
Eternidad se dirige a la Verdad, a lo que está detrás del que escucha, a
lo que es detrás del que observa, lo que está más allá de lo que van a oír.
Durante este período (extremadamente preciso) que les es dado a probar (y eso
vendrá si no se vino aún) la
Savia de la
Tierra, es decir, la
Savia de Vida, va a volverse más accesible, para tener acceso
a vuestra Eternidad, a esta Verdad Última que se mantiene, desde la Eternidad, presente e
inmóvil, más allá de vuestra propia
Presencia, más allá de vuestro Despertar, más allá de vuestra Realización, más
allá del Atman y del Brahman. Este Último (que es imposible concientizar,
describir) no puede ser sino la
Vida, que debe vivirse.
El Yoga de la Eternidad les propone, a
través de algunas expresiones, ayudarles a Ser esta Eternidad, este Ilimitado y
este Desconocido, que está allí, que observa y que soporta (más allá de todo
observador) toda Vida y toda manifestación. Vamos, por supuesto, a puntuar este
Yoga de la Eternidad,
más allá de todo Yoga, pidiéndoles
detener el Yoga en sí mismo. Detener todo lo que les es conocido, con el
fin de penetrar, y de dejarse penetrar, por el Absoluto. Señalaré pues mis
expresiones, mis frases, por momentos y instantes de integración, en el
silencio, en la presencia de la
Onda de Vida, trayéndoles, hoy (como, más tarde, para los que
leerán o escucharán lo que dije), a acercarse
a ustedes, siempre más, del Momento Último, en que el Absoluto
fertilizará, de nuevo, lo que conocen de
aquí, poniendo fin, a todos los Velos a todas las separaciones y a todas las
ilusiones. Y querría decirles esto: dejen pues de buscar y rebuscar lo que sea
, ya que ustedes Son, en Verdad, lo que buscan y lo que rebuscan. Relájense de
todo lo que no es el Aquí y Ahora. No den ningún peso y ninguna aceptación a lo
que pueda cruzarles y que saben,
pertinentemente, es efímero (que eso sea una reacción, una emoción, un
pensamiento). Observen, inicialmente. Afirmen, si lo desean, Yo Soy o Yo Soy
Uno.
Si se les dio, ya, la Gracia de penetrar los
espacios del Etreté (aquí mismo, como en el Sol, o en otra parte), deben
atreverse a hacer el silencio de todas estas experiencias. Atreverse, también,
a refutar el conjunto de las manifestaciones de la Conciencia, incluso en la Vibración que instalamos
juntos, que desarrollaron los distintos Yogas que les transmití. No existe
ningún error. Pero la verdad Absoluta no puede concebirse sino a través de
verdades relativas o que sirven de escala para subir, hasta el momento, en que
la escala puede rechazarse. Están en este momento, individualmente. El mundo es
un nivel relativo, así como el ego, así mismo vuestra vida, que las últimas
vidas, así como todo lo que pueda cruzarlos (emoción, pensamiento, acción,
reacción, sufrimiento como alegría, como vuestra vida misma), no hace más que
pasar. No se detengan en lo que pasa, incluso en el Aquí y Ahora: ustedes son
otra cosa. Permanezcan, para siempre, tendidos hacia este Desconocido y este no
Ser, sin por lo tanto imaginarlo en un tiempo posterior o en un espacio
posterior (ya que el tiempo y el espacio ulterior no existen tampoco)
Manténganse tranquilos. Cultiven la
inmovilidad, no solamente del cuerpo, sino la inmovilidad, la serenidad, la
tranquilidad. Hecho, enteramente, lo que se les pide hacer, si bien ustedes no
son lo que hace. Eso les aligerará y les permitirá hacer. Pero ustedes no son
ningún hacer. Así como no son ningún ser, ningún juego, ningún Yo Soy. Deben
soltarse todo esto a que se agarran, de todo eso que tienen. Ya que lo único
que no puedan tener, es el Absoluto. La única cosa a escuchar, es el Silencio
que se despliega en el sonido. El Yo Soy es el sonido. El Absoluto es el no
sonido. Cultiven el sonido y, en un momento, sobrepásenlo también. Practiquen
los gestos y las focalizaciones que les parecen útiles. Pero, una vez que
realicen eso, asuman que no son tampoco eso. Permanezcan tranquilos. Observen,
no lo que se desarrolla en este cuerpo, o en la Conciencia, o en la Vibración, pero pasen a
ser lo que está más allá de todo eso.
Sigan permaneciendo vacíos y tranquilos.
Recuerden que no son quienes buscan el
Absoluto, sino que el Absoluto se descubre ya que siempre ha estado allí, a
partir del momento en que todo lo que es efímero, que no hace más que pasar, no
es detenido por la conciencia, ni por el observador, ni por el testigo.
Descansen. Trabajen exactamente lo que es necesario y lo que la vida les pide.
Descansen, no solo en el hecho de hacer, sino el hecho de no ser nada.
Permanezcan vacíos, permanezcan tranquilos, no esperen nada, no atiendan nada,
no pidan nada. Velen y observen. Observen más allá de lo que se les da a ver.
Dejen pasar, cada vez más, lo que pueda aflorar y que, en definitiva, dejará de
aflorar, para desaparecer completamente de vuestro campo de observación.
En ese momento, tomen conciencia que no
hay nada que observar y dejen la conciencia misma, disolverse en este vacío,
tomar posesión de su propia disolución. Dejen a la conciencia desaparecer.
Hagan como (y ese es el caso) lo que ocurre en el momento del adormecimiento o
el despertar. Permanezca en eso. Dejen hacerse y desarrollarse lo que no les
concierne absolutamente. Sea lo que sea que manifiesta este cuerpo, no pierdan
el tiempo. Por supuesto, el cuerpo va a manifestarse (y no será solo por las vibraciones, el Fuego del
Corazón, incluso la
Kundalini): dejen hacer, dejen ser, lo que debe ser, que no
les concierne, tampoco. La Onda
de Vida evolucionará. No se sientan involucrados tampoco por lo que se
desarrolla. Dejen establecerse el movimiento, permaneciendo en vuestra inmovilidad. Una vez que el movimiento habrá
ganado el conjunto de este cuerpo, déjenlo
penetrar y penétrenlo. Simplemente, permaneciendo inmóvil, siempre. Lo
que sea que llegue, en ese momento, ustedes no son nada de lo que
llega. No son nada de lo que la conciencia quiere decirles o manifestarles.
También ahí pasen a otra cosa y vayan más allá.
No son nada absolutamente de lo que llega
porque el Absoluto no tiene que llegar: él se mantiene exactamente detrás y
está por todas partes. Sea lo que sea que el cuerpo les diga, que la Vibración les diga, que
la conciencia les diga, no escuchen nada, no hagan nada, no aceptan nada.
Cuando la conciencia se disuelve, puede ser llevada a estar en otra parte, a
estar en otra conciencia. Ahí también, dejan hacer, dejan ser: ustedes no son
eso tampoco. El vacío se instala. Eso que remonta, no les pertenece y no
pertenecen tampoco a lo que remonta. Recuerden: que son la Eternidad, que son la
inmovilidad. La Onda
de Vida, que parece danzar, sólo representa en realidad los movimientos de
vuestro cuerpo que intenta ajustarse al Absoluto. Cualesquiera que sean las
presencias y las conciencias que los acompañen, a través de distintas
percepciones, no se ocupen de ellas. En
realidad, no se ocupen de nada: solamente, dejen trabajar lo que trabaja. No
reivindiquen nada, no rechacen ya nada, sabiendo que no son nada de todo eso.
Estén cada vez más tranquilos, cada vez
más inmóviles. Ninguna percepción, incluso cada vez más intensa (que eso sea
del cuerpo, más grosero o del más sutil), no les concierne tampoco. Vayan hacia
el Vacío. No hagan el vacío. No busquen nada. Ustedes son lo que los últimos
sobresaltos de la conciencia, va precisamente, a llamar este Vacío, esta Nada,
esta Disolución. Dejen a eso
realizarse. No hagan nada. Nunca pidan
nada. La impresión que pasan del otro lado es también sólo, una ilusión porque
no son ustedes quienes pasan del otro lado, sino el Absoluto que los penetra y
los fecunda. Que el Doble esté allí o no, dejan hacer, dejan Ser. No son ni el
hacer, ni el Ser. A lo sumo, pueden ser esta última conciencia que decide dejar
hacer y Ser. Pero no Son eso que hace. No son tampoco lo que SON.
No se ocupen del corazón y la respiración
que van a intentar traerlos a lo efímero. Dejen este cuerpo, sin dejarlo.
Ustedes están en el Aquí y Ahora. Son este Aquí, y son este Ahora, instalando
el Vacío. Cualquiera que sea la Luz
que llegue, déjenla llegar, porque ustedes no son nada de lo que llega. Estén
cada vez más inmóvil, cada vez más lúcidos y sobre todo, cada vez más
Transparentes. Dejen pasar todo lo que pasa: no detengan nada. Ya casi están. La Eternidad, el Absoluto, va como aparecer. Pero,
en definitiva, tampoco nada aparece, nada se presenta, puesto que eso siempre
ha estado allí. Dejen a la conciencia desmayarse, no la siguen, en ningún
lugar, en ningún espacio (así fuera el más
maravilloso). No se detengan.
Así es el Yoga de la Eternidad. Más allá
de toda vigilancia, más allá de toda práctica, más allá incluso de todo querer.
Esto no es un trabajo, ni un ejercicio. Es la estricta Verdad, el estricto
Absoluto. Y ahí cuando ya nada llegue,
cuando ya nada aflore, cuando ya nada pueda ser, el Absoluto aparece,
aparentemente. Ustedes Son eso. Y ahí, cuando ya nada llegue, cuando ya nada
aflore, cuando ya nada pueda ser, el Absoluto aparece, aparentemente. Ustedes
son eso. Recuerden, que no pueden llevar
a nadie, no pueden conducir a nadie, no
pueden ser estrictamente nada, solo
pueden morar: La
Eternidad.
Este cuerpo, y su vida, no les conciernen
ya. Ustedes son la
Inmensidad. Ninguna forma puede detenerles o limitarles, ni
siquiera puede afectarles. Están en condiciones de morar lo que mora, desde la Eternidad. Concretamente,
no existe más distancia, ni más barrera. La Libertad es vuestra Naturaleza, cualquiera que sea el cuerpo. La Libertad los recorre.
Sobrepasen todo eso, todo lo que se mostró en el Yoga de la Unidad, y de la Verdad, porque sólo son
etapas y el Absoluto no puede ser en ningún caso una etapa, él es todas las
etapas, sin ninguna excepción. Es así que hay que ver toda cosa y todo ser, debatiéndose entre lo que cree ser un camino o una
evolución. No sean compasión, sino Amor. No pongan a nadie, en sus límites,
aparentes o que se les da a observar. No son ustedes ya ningún tiempo, ningún
espacio.
En adelante, no tienen ya nada que
emprender, y lo saben, porque el Absoluto está allí. Cultiven el Silencio.
Cultiven incluso la Alegría,
no como una voluntad, sino como algo completamente natural porque es lo que Es.
Son eso. Ninguna identidad, presente en torno a ustedes, puede mantener
cualquier ilusión. Ahí también permanezcan tranquilos, en paralelo al estruendo
del mundo. Como los (otros Absolutos) que no son conscientes, ni incluso
inconscientes, pero que permanecen en el movimiento del ego y la reacción,
habrá, en todos ellos, y para ustedes, el mismo Yoga de la Eternidad y, de manera
aún más evidente, más simple. Porque, más avanzan (o tienen el sentimiento de
avanzar), más todo se despojará, se volverá cada vez más transparente, cada vez
más espontáneo. Lo que emanará de ustedes, ya no será filtrado o coloreado por
algún elemento que pudiera existir antes (de la personalidad, del ego, o
incluso del Sí). Las palabras y las miradas que saldrán no les conciernen ya,
porque no son ni vuestras miradas, ni vuestras palabras. Déjenlas pasar
libremente. Están liberados. El
pensamiento no es ya de ninguna ayuda porque lo que se expresa, en la mirada o
en las palabras o en cualquier otra cosa, ya no es más que la Gracia de la Onda de Vida. Ustedes
son Liberados.
Solo el Absoluto ES. Y ustedes son
Absolutos. Ninguna mascarada, ningún movimiento, puede apagar lo que les parece
haber re-nacido. No existe ya ninguna historia (ni la vuestra, ni la del mundo)
que altere y pueda alterar alguna cosa. Nada de lo que es limitado, o de lo que
les parecía limitarlos, puede mantenerse. Están plenamente allí, así como plenamente
a otra parte, no en el espacio, sino en otra parte, más allá de toda
conciencia. Lo que sale, como lo que entra, ya no hace más que atravesarlos:
nada se detiene, en el cuerpo como en las envolturas sutiles (que no les
conciernen más, como todo el resto). Practiquen lo que juzguen oportuno
practicar, a partir del momento en que vivieron lo que acabo de expresar,
porque este momento no puede ya, ni delimitar, ni siquiera instaurar, otro
límite. El Amor se vuelve Verdadero, por lo tanto, incondicionado e incondicionante.
Les aparece como lo que sostiene el conjunto, incluso en su negación, incluso
en su falta.
Así es el Yoga de la Eternidad. Permanezcan
tranquilos. No son nada absolutamente de todo lo que llegó hasta el presente.
Ustedes construyeron simplemente, verdades relativas que les permitió acercarse, con el fin de ser desconstuidas.
No escuchen a nadie, ni dentro, ni afuera. Pero no se encierren. Permanezcan Transparentes. Los
sonidos que aparecen no les conciernen más, aunque algunos definieron estos
sonidos, como cosas evidentes. Pero tampoco están ya concernidos por la evidencia. Son eso, este
Absoluto. Sean eso completamente, sin restricción. He aquí el Yoga de la Eternidad. Entonces,
todo se realiza porque, en definitiva, no había estrictamente nada que
realizar. Pero no es un error. No puede existir error. Solo fue vuestro juego (yo).
Hubo solo juego. Todo eso pasó. No juzguen.
Soy UN AMIGO. No añadiré nada más en este
día. De mi Corazón, a vuestro Corazón, en el Absoluto, que SON. El Arcángel
ANAEL, en algunos momentos, podrá eventualmente discurrir. Por mi parte,
doy Gracia, a vuestra Transparencia, al
Amor y a la Luz.
Hasta muy pronto. UN AMIGO le Ama.
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Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
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Traducción: Hedyn Núñez