Original
en francés.
Canalizado:
Jean Luc Ayoun
Transcripción:
Véronique Loriot
Traducción:
Hedyn Núñez
BIDI-1
8 de Abril de 2012
Y bien, Bidi está en vuestra compañía. Vamos a hacernos compañía y vamos
a intercambiar. Tuvieron la ocasión de leer lo que me propongo aportarles. Les
pido urgentemente escuchar y oír atentamente. Mi compañía no es un diálogo ni
un juego mental sino una ocasión para ustedes, de dejar, hasta cierto punto,
Ser más allá del Sí, más allá de vuestra presencia. Este espacio, este tiempo,
concierne a todos. A través de una pregunta que les es personal, otros pueden
estar en resonancia, en afinidad y en consecuencia encontrar, detrás de las
palabras que voy a emplear, un punto particular sobre el cual apoyarse. Lo que
les interesará, en esta secuencia de conversaciones, está conectada
directamente, más allá del nombre que les di, a la acción de la Luz, a la
acción del Absoluto. Mi Presencia no es una presencia sino más que eso porque
es también ustedes mismos. Tenemos todo vuestro tiempo para avanzar en la vida.
Sean neutros. Sean pacíficos. La neutralidad y vuestra paz son las condiciones
(indispensables, suficientes y necesarios) para instalar, si se puede decir, lo
que debe instalarse, en ustedes y más allá ustedes, más allá incluso de este
espacio y este tiempo. Si no existen preguntas previas y técnicas, vamos pues a
poder comenzar.
Pregunta: ¿Cómo liberarse del miedo y
tener confianza?
El miedo, como la confianza, depende solamente del ego. La confianza
como el miedo no permitirá cruzar nunca. Es necesario reconsiderar el miedo y
la confianza como los extremos de una barrera infranqueable, situada, como
siempre, en el ego y la persona: porque ninguna confianza como ningún miedo pueden
permitir trascender un límite. Es necesario pues que aceptes deponer tus
miedos, como depositar tu confianza. Hay por lo tanto una invitación para
colocarte más allá del miedo ya que si tú te sitúas en el momento, pacífico,
sin preguntas, el miedo no puede aparecer. El miedo es sinónimo de desconocido,
para la persona. El miedo representa, hasta cierto punto, el elemento de
resistencia, el marco mismo dónde se inscribe toda persona, todo ego, todo
individuo. El miedo atraviesa. Como emoción, como pensamiento, no es más que
resultante, en definitiva, de tu propio pasado. Reflexionando: no hay ningún
substrato, ninguna causa, en el momento presente, al miedo. Así como no hay
ninguna razón y ninguna lógica para establecer cualquier confianza, a partir
del momento en que está allí, y no en un momento antes y aún menos en un
momento después. Estar tranquilo, es eso. No es ni plantearse la cuestión de
los miedos, ni plantearse la cuestión de la confianza. Es instalarse en la
eternidad porque el miedo como la confianza se inscribe, de manera definitiva,
en lo que es lineal. El Absoluto no conoce lo lineal. Es precisamente
transcendencia total del espacio tiempo (tal como se conoce).
En resumen, dejar el mental por lo que es, sus funciones y sus
utilidades, mirándolo en esos momentos: y te será entonces muy fácil de verlo
actuar y entender en esos momentos ordinarios que no eres tu quien actúa. Pero
si tu actúas a la inversa (es decir esperar los momentos llamados interiores
para oponerte frontalmente a tu propio mental) tu perderás siempre la batalla,
porque es una batalla y la paz no puede acomodarse a ninguna batalla. Colócate
ahí y tú constataras entonces que el mental permanece en su lugar y en sus
funciones.
Pregunta: A menudo el mental me aparta
hacia pensamientos para combatir la injusticia, o ver el costado negativo de
los acontecimientos. A veces tengo la impresión de que nada se mueve, si el
sentir vibratorio es cierto. ¿Cómo trascender estos procesos o estas
resistencias?
El juicio está inscrito en el mental. El mental está hecho para
discriminar, para pesar y sopesar el bien y el mal. Está hecho para actuar en
este mundo. Mientras te consideres en este mundo, (y no solamente sobre este
mundo) tu mental será parte involucrada en tus experiencias. La cultura, la
educación, las enseñanzas han sido siempre armadas, en esta dualidad. Incluso
la moral misma, lo afectivo, y el conjunto de las leyes observables y
utilizables en este mundo, bien también de ahí. Hay una parte de ti que es la
totalidad pero que tu ego no puede reconocer. Esta parte de ti, que te es
desconocida, Llamado Absoluto o Último, no se te puede aparecer (ya que el ya
está ahí) si el aspecto discursivo de tu mental está presente. El es, de alguna
manera quién vela de manera opaca, la verdad, la verdad más allá del aspecto
discursivo. Eso en ti tiene una necesidad de seguridad, una necesidad de estar
seguro, pero quién dicta eso, sino el ego o la persona. No hay por qué
trabajar, propiamente hablando sobre la causa o el porqué de esa necesidad de
estar seguro, ya que o que tú Eres está más allá del hecho de estar tranquilo o
de comprender. El conocimiento, en definitiva, no es más que una ignorancia, de
eso que tú Eres.
Acepta de ser ignorante, acepta de no tener necesidad de estar seguro ni
de comprender, y así pasarás innegablemente de la ignorancia al conocimiento
real que no tiene necesidad de ningún aspecto discursivo, ni ninguna necesidad
de estar seguro, ni siquiera comprender. La mirada, de los ojos, te lleva
siempre a esta voluntad de comprender y de poner en acción al mental y por lo
tanto juzgar. En definitiva, si tú ves claramente, ningún juicio podrá
aportarte la paz y a que todo juzgamiento, atrae irremediablemente a otro
juzgamiento: toda mirada, discriminante, llama a perseguir a quién es
discriminante y por lo tanto dualista. Acepta mirar eso, no para encontrar un
origen o una compensación, ya que ni el origen ni la compensación te darán a
trascender, ni a sobrepasar ese principio. El mental debe servir para vivir y
actuar en las actividades normales de ese mundo. Pero desde el instante que no
se trata más de este mundo, sino del Absoluto que tú Eres, yo no es para ti de
ningún auxilio, de ningún recurso, de ninguna utilidad. La dificultar reside,
aparentemente, de pasar del uno al otro, tienes que considerar y reconsiderar
que, en la vida ordinaria, el mental actúa por sí mismo con relación a tus
experiencia pasadas, a tu historia. Entonces, ahí también podemos decir que tu
propio mental actúa por sí mismo, también en los actos cotidianos. El no tiene
necesidad, propiamente hablando, de ti. Déjalo actuar, déjalo de alguna manera
expresarse en los momentos ordinarios.
Así si le aflojas las riendas, si tú te contentas con observarlo y de
dejarlo actuar, te será mucho más fácil, en los momentos unitarios, de no
dejarlo interferir con lo que tú Eres. Sírvete por lo tanto de este aspecto
discursivo, comparativo y habitual del mental observándolo, en los momentos
ordinarios de la vida y no, queriendo cazarlo en los momentos Interiores ya que
no podrás jamás, cazarlo. Puedes, simplemente y fácilmente, tomar conciencia de
su actividad (que tampoco es la tuya) en los momentos más ordinarios de la
vida. Porque esos momentos ordinarios conciernen efectivamente, sólo al mental
y no tienen en absoluto necesidad de ti para ser eficaces y eficientes. Adopta
eso, verifica la veracidad y sobre todo la eficacia y verás entonces
rápidamente que en los momentos Interiores o definidos como tal, el pensamiento
y el juicio no pueden alterar, de ninguna manera, eso a lo que tú accedes en tu
experiencia en ese momento. No puedes oponerte sin reforzar (sobre todo en esos
momentos Interiores) a tu mental. El es eso que es. Tu historia es eso que él
es. Pero tú no Eres ni lo uno ni lo otro. En resumen, deja el mental en lo que
él es, en sus funciones, en sus utilidades, míralo ahí en esos momentos
ordinarios: te será muy fácil verlo actuar y entender, entonces que no eres tu
quien actúa. Pero si tú haces a la inversa (es decir esperar los momentos
Interiores para oponerte frontalmente a tu propio mental0) perderás siempre la
batalla, porque es una batalla y la paz no puede acomodarse a ninguna batalla.
Colócate así y tú constataras que el mental permanece en su lugar y en sus
funciones.
Pregunta: ¿Qué es lo que la parte mía que
no conozco tiene para decirme, en el momento presente, que me ayude a ir hacia
este Absoluto?
Comprende que no hay que ir hacia. Porque, a partir del momento en que
tu preguntas si debe ir hacia, ya pones una distancia que no existe. Esta parte
que no conoces no tiene nada que decirte en lo que conoces, ya que ella no te
sería desconocida, sino tú serías el Absoluto. Debes aceptar que lo que te es
desconocido nada tiene a decirte en tu conocido. Y que no puede aparecerse,
revelarse, no como un lugar dónde es necesario ir, ni como un esfuerzo, sino
desde el momento en que haces callar todo lo que conoces. Elimina todo lo que
conoces. Rechaza todo lo que es efímero. ¿Y, en primer lugar, qué es lo que es
transitorio? Tu propia vida, el pasado cualquiera que sea, tus emociones
cualesquiera que sean porque se inscriben sistemáticamente en la ley de la
dualidad (acción/reacción, sin final), sin por lo tanto ser eternas puesto que,
por definición, estas emociones cambian en función de lo que te es dado a
vivir, ver y a sentir. Lo que te es desconocido no puede ni vivirse, ni
sentirse, en tu conocido. No hay pues posibilidad de hacer entrar lo
desconocido en el seno de lo conocido. Debes pues salir de tu conocido, no como
un rechazo, no como una negación, sino simplemente aceptando que no eres nada
estrictamente de lo que conoces. El verdadero conocimiento es independiente de
lo conocido.
Eso que el ego interpreta como conocimiento es una estafa porque eso no
es nunca durable, porque eso es resultante generalmente de creencias,
transportadas por otras historias y otras experiencias que no tienen
estrictamente nada que ver contigo y a las cuales tú has dado crédito. No es
porque Buda existió que tu vives Buda. Tu habrás leído bien todo, habrás
comprendido bien todo, asimilarlo todo, pero no puedes reproducirlo porque eso
es resultante de creencias. Debes pues, real y objetivamente, matar todas tus
creencias porque no eres esas creencias. No puedes, de ninguna manera, ir hacia
lo desconocido con cualquier creencia, con cualquier conocimiento, con
cualquier historia. Y eso no puede efectivamente producirse porque no hay
ninguna parte donde ir, ni hay desplazamiento. Mientras creas buscar el
Absoluto, el no te encontrará jamás, porque él ha estado siempre ahí. Y en
consecuencia creer que vas a ir a alguna parte es una estafa de tu propio
mental. Mismo el Sí, no eres tú, en el Absoluto. Desde el punto de vista del
Absoluto, el ego, la persona, entonces, eso es una superchería, una simple
proyección, una ilusión, un juego estúpido y estéril. No hay evolución: solo el
ego lo cree, solo el Si puede tenerlo en perspectiva.
El Absoluto no se plantea esta clase de cuestión. Es imposible que haya
cualquier evolución. Hay, ciertamente, transformaciones. Puede ciertamente
haber mejoras. Y el ego se deleita. Porque estaba mal la víspera, está mejor el
día siguiente, porque comprendió la causa y el origen de un sufrimiento, la
causa y el origen de una enfermedad, de un desequilibrio, él da pues la
impresión de avanzar. Da pues la impresión de mejorarse, pero es una trampa
porque en ningún momento te permitirá salir de eso que te hace creer. Es
imposible. Lo Desconocido, el Último, no es nada conocido, no es ningún tiempo,
ningún espacio. De tu punto de vista, eso es la nada. Pero desde el punto de
vista del Absoluto, la nada eres tú y no otra cosa. Cuando tú cierras los ojos,
el mundo desaparece. Cuando duermes, el mundo en el cual vives desaparece
también. Solo la creencia, por experiencia, de creer que vas a despertar al día
siguiente hace que duermas sin inquietud. ¿Y por lo tanto que puede
garantizarte que vas a salir? ¿Y con todo te haces alguna pregunta? No hay nada
que desplazar si no es tu mirada. No hay ninguna parte donde ir porque ya estás
ahí. No hay ningún esfuerzo a proporcionar, todo lo contrario. El ego, la
persona es un esfuerzo permanente, a través de los sentidos, a través de las
emociones, a través de tu historia y de tu mental, que actúa permanentemente,
de manera más o menos fuerte, para que no tomes nunca conciencia de su medida.
El que no tomes nunca conciencia de su medida y de sus límites, hace que
permanezcas en la prisión y no encuentres jamás al Absoluto, que no es a
encontrar porque no eres tu quien lo busca, sino que es él quien te encuentra,
desde el momento en que tu sales de todo conocido, de toda referencia y todo
ilusorio conocimiento, que no en mas que una estafa.
Pregunta: ¿Como vivir mejor en la alegría
y la simplicidad?
La alegría y la simplicidad forman parte de tu Esencia y de tu naturaleza.
No hay tampoco que cultivarla porque esta alegría está presente. Sólo la
distancia y la ignorancia que pones, pueden representar lo que vives como una
ausencia de alegría. No hay nada más simple del Absoluto. Lo que es complicado
es el mental y el ego porque construyen, permanentemente estrategias,
construyen, permanentemente conductas, normas, marcos y limites que deben
observarse, (cualesquiera que sean estos marcos y estos límites). Intentan
construirse una simplicidad, preservándose de la complejidad de este mundo,
creyendo conocerlo, creyendo probarlo. Pero absolutamente nada de este mundo es
absoluto y por lo tanto tú eres Absoluto. La alegría se deriva del Éxtasis. La
alegría es la manifestación del Sí del Samadhi. La simplicidad está también
presente en el Samadhi. Eso te permite acercar y vivir, por experiencia y por
momentos, la no separación. Pero tú permaneces inscrito en la separación y en
consecuencia la simplicidad y la alegría parecen partir. No es ni la alegría ni
la simplicidad que se van, sino que eres tú quien se va de ti mismo. La alegría
y la simplicidad han estado siempre allí. El único movimiento ese del ego, el
único movimiento ese del mental y de las emociones que se desarrollan y se
suceden en un tiempo lineal. No hay pues nada que cultivar, no hay pues nada
que buscar que no esté ya ahí, porque, si hablas de la alegría que debe
cultivarse, ya consideras la no alegría y sin embargo la otra extremidad está
presente en ti. Y no hay extremidad. Considera que la alegría no puede ser una
experiencia situada entre dos períodos de no alegría, sino que es un estado que
se deriva directamente de lo que tú Eres y todo cambiará para ti.
En cuanto a la simplicidad, consiste simplemente en estar en paz, no dar
cuerpo a nada, no alimentar lo que sea. El Sí y el Absoluto son una
transcendencia total, de lo que llamas alegría y simplicidad porque el Absoluto
no puede siquiera hacer referencia (mismo si él es simple) a algo que sería
complicado y de una alegría que implicaría una no alegría. Por lo tanto esta
alegría está más allá de toda alegría: es para por eso que es más sabio
llamarla éxtasis o intase. El ego te retendrá siempre en esta dualidad de
concepto y experiencia. Mantiene pues la linealidad. El Absoluto es la salida
de la linealidad. El Absoluto es tu naturaleza, tu esencia. No hay pues que
buscar o cultivar cualquier alegría, cualquier simplicidad ya que si llegas a
permanecer completamente en la escucha y a oír, más allá de todo tiempo, a
partir de este momento, el Absoluto estará allí porque viene a ti. Querer la
alegría, querer la simplicidad, ya es considerar que no está presente. Ahora
bien, tu eres la alegría y eres la simplicidad. La distancia se deriva
simplemente de tu historia y tus experiencias pasadas donde el pesar y el deseo
se disputan en ti para ocupar el frente de tu escenario. Pero eso no es una
escena, sólo es una representación, una proyección, que no tiene ninguna
sustancia ni incluso la menor realidad. Esto debe descubrirse por ti mismo
porque nadie puede decírtelo, nadie puede hacértelo vivir: no hay nadie más que
tú y solo tú que puede actualizarlo. En definitiva, deja este cuerpo vivir,
deja a tus pensamientos vivir, déjalos trabajar. ¿Es que tú te preguntas cuándo
comes un alimento de saber si va a hacer bien lo que tiene que hacer? No: eso
se hace. Actúa de la misma forma para lo que consideres tener que hacer en esta
vida. No te impliques, sino hazlo. Obsérvate actuar y después hazte la pregunta
de quien observa. ¿Es que eres este cuerpo que absorbe un alimento? ¿Es que tú
eres este mental que se plantea la cuestión del efecto del alimento? ¿O es que
tú eres otra cosa? Elimine también lo que es del orden de una dinámica efímera
(como comer, como dormir). Elimine también lo que es del orden de la práctica
(lavarse en la mañana, incluso si es necesario hacerlo): tú no eres nada de
todo eso. Entonces te aparecerá, de manera fulminando o progresiva, lo que tú
Eres. Ser el no ser. El Absoluto no es ni un querer, ni un objetivo, ni un
camino. Es exactamente la vida que corre, y que tú participas o no, que tú
estés o no. Conviértase pues en la Vida, y el Absoluto te aparecerá porque,
siempre ha estado ahí.
Pregunta: ¿Las relaciones o
comportamientos impregnados de dualidad sobre este plan pueden constituir un
freno a la realización del Absoluto?
En primer lugar, no puede existir ninguna Realización al Absoluto. La
Realización concierne al ego y al Sí, pero nunca al Absoluto. Ninguna
manifestación dualista puede contrariar, frenar o bloquear, el Absoluto. Tú
comes. Toda la fisiología de este cuerpo está basada en la dualidad. Toda la
fisiología de las emociones y del mental está basada sobre la dualidad. Ningún
elemento de este cuerpo o de sus envolturas sutiles puede alterar, de ninguna
manera, lo que Es. Pensar y concebir que haya una tarea a realizar, un camino
que debe hacerse, un yoga que debe practicarse, sale de la personalidad y del
ego, nunca del Absoluto. Los yogas, cualesquiera que sean, les conducen al Sí
que debe eventualmente realizarse. Pero el Absoluto no será nunca una
Realización sino la Liberación de todo yoga y de toda dualidad. Lo que no
consiste en negar la dualidad mientras esta forma (este cuerpo), esta persona,
está presente en esta ilusión. Se trata pues de una transcendencia y de ninguna
manera puede tratarse de una transformación. Creerlo es una estafa del ego.
Tú no puedes transformar lo que es limitado y creer que la imperfección
va a convertirse en perfecta. La perfección no es de este cuerpo, ni de este
mental, ni de tu propia vida. Ella es el Absoluto. Considerar que algo puede
alterar o impedir el Absoluto es una mascarada. Es el ego mismo que juega a
creer que él va a ser mejor mañana. ¿Lo será quizá, lo será ciertamente, pero
qué va a ganar? Al mejorar la salud, al mejorar la respiración, al mejorar las
angustias, hay una búsqueda distraída de un mejor ser o de un bienestar pero
ningún mejor ser y ningún bienestar te hará descubrir el no Ser. Te alejará
también seguramente que del mal ser. Son estrategias, elaboradas por el ego,
para hacerte creer que hay algo que buscar, algo a mejorar, algo a practicar
que va a hacerte acercar más, pero en definitiva, tú te alejas. Por supuesto, a
la persona (el ego) va a satisfacerle sufrir menos, vivir mejor y mucho más
tiempo o de manera diferente, pero eso no sirve estrictamente de nada. Eso no
quiere decir poner fin a la ilusión es fácil, sino estar consciente y lúcido de
lo que es: exactamente una ocupación, una derivación. Entonces, ocupa si
quieres tu mental y tu cuerpo pero acepta el principio de superchería e
ilusión. Alimenta este cuerpo cuando tiene hambre, dale a beber cuando tiene
sed. No volveré a la idea de rechazar el hambre y la sed, sin embargo,
satisfacer el hambre y la sed ¿deja al Absoluto aparecer? Lo mismo ocurre con
el mental. Puedes alimentarlo de todas las maneras, puedes darle a leer y en
consecuencia regarse de todo conocimiento, no hará más que reforzar tu propia
ignorancia del Absoluto. Sólo el juego del ego y del mental, de manera
sempiterna e incesante, quiere hacerte creer que vas a llegar. Por puesto que
no hay a ninguna parte donde llegar. Y si hubiera un destino donde llegar, eso
significara simplemente el final del ego. ¿Conócete tú un ego que quiera morir
por sí mismo, si no es por la puerta de la muerte? El Absoluto no se ocupa en
absoluto de este cuerpo, en absoluto de tus búsquedas, en absoluto de lo que
crees o esperas. No tiene nada que hacer, de tus propias gesticulaciones. Sólo
son movimientos que no aportan nada a la paz y a la inmovilidad. Esas son,
realmente, gesticulaciones que van simplemente a atraer la conciencia. El
Absoluto no tiene nada que hacer de todo eso: él está instalado rio arriba, rio
abajo, por todas partes, más allá de todo espacio, de toda eternidad.
No hay nada peor que creer que van a liberarte porque buscas la
Liberación. Porque en definitiva, estas liberado, desde la eternidad, pero
simplemente no lo sabes. No hay pues, que rechazar lo que sea, sino a superar
todos estos aspectos que no son más que velos y máscaras colocadas sobre el
Absoluto. Es necesario pues cesar toda proyección de lo que sea. A partir de
este momento, entonces el Absoluto te aparecerá. Pero es necesario dejar la
vanidad de creer que hay algo que buscar, algo a realizar incluso algo a
liberar. Si haces callar todas estas vanidades, entonces el no Ser sería la
única posibilidad. Recuerda que eres efímero en lo que crees, que eso sea
pensamientos que pasan, o incluso este cuerpo que nació y que retornará a la
tierra. ¿Es que eres este cuerpo? ¿Es que eres lo efímero? ¿Eres lo que buscas?
¿Eres tus prácticas? ¿En definitiva, que es lo que lo que eres? Si eres capaz
de vivir lo que eras antes de ser este cuerpo (más allá de todo cuerpo de
cualquier vida pasada que pertenece a la personalidad, de manera irremediable),
instantáneamente, el Absoluto estaría allí porque ahí ha estado siempre. No
puedes apropiarte de lo que sea, porque tú eres eso. No puede poseer lo que
Eres. Es lo que el ego que te hace creer eso.
Pregunta: A menudo he deseado que después
de la muerte no haya nada. ¿Hay una diferencia entre la nada y el Absoluto?
El que desea, después de la muerte, es el ego obviamente. La mejor
imagen y la mejor representación que pueda sugerir del ego, del Absoluto, es
por supuesto, la nada. El Absoluto no es, por supuesto, ninguna nada pero es,
también, la Nada. El Absoluto, después del final de esta forma, es la vuelta a
no forma, más allá de toda memoria, más allá de toda experiencia, en toda
forma, incluso si puede persistir una forma, no teniendo ya nada que ver con
una forma de este mundo. El Absoluto es el Todo y la Nada. Lo sin forma (o el
fin de la vida aquí) poniendo fin de alguna manera al complejo inferior,
ego-personalidad (envolturas físicas y sutiles), sin embargo lugar (ubicado
hasta el presente) del Ser, del otro lado de la pieza. Pero ha sido la misma
pieza pero en ningún caso la nada. Por lo tanto en ningún caso el Absoluto. La
forma desaparece porque ella es efímera. La personalidad desaparece porque ella
es efímera. Si algo vuelve, es algo no inscrito, en ninguna forma ni
personalidad. Hoy en el sentido de vuestro tiempo, no hay nada que no deba
volver o alejarse del Absoluto. En definitiva, la nada (que ella sea rechazada
o deseada con terror y miedo) es efectivamente el Absoluto, para el ego, para
la persona, para el mental. Considerar su propio fin, como efímero, puede
llenar de terror o de paz, pero un caso como en el otro, se representa la
muerte como la nada, no permitiendo vivir el Absoluto, ya sea manteniendo esta
forma o no, ya que la nada permanece, en este caso (y permanecerá siempre) como
un conocimiento. Un conocimiento no tiene ningún peso. Un conocimiento es una
justificación de la ausencia misma, de la experiencia. Ninguna creencia pueda
remplazar la experiencia. Ninguna historia puede inscribirse en el instante. Le
creencia les hace creer que el instante o el momento siguiente o en el momento
pasado, pero ella no es el presente. El ego no ha sido hecho para conocer la
nada, porque él desaparece, aun menos el Absoluto, porque él no puede reconocerse
ni reconocer. El Absoluto no puede ser, como la nada, un deseo, porque ustedes
no pueden desear, en definitiva, eso que Son realmente, y que ya está ahí. Es
el ego que cree que el va a decidir. En un momento ulterior, llamado muerte, la
nada ya está ahí para el ego. Rechazar verlo, es rechazar al Absoluto. Dejarlo
para mañana, es decirle que él es imposible, es una forma de negación del
Absoluto. El ego busca, también a su manera, de rechazar lo que le es
desconocido, de negarlo, y diría que esa es una buena guerra.
Si siguen estando tranquilos y en paz, si están más allá del que
observa, si están más allá del testigo, más allá de todo concepto, más allá de
todo precepto, más allá de todo consciente o inconsciente, si salen de toda
referencia, toda proyección, todo sentido de la anticipación, entonces ustedes
dejan el lugar a la Verdad, al Absoluto. No pueden reflexionar sobre el
Absoluto. No puedes plantearte la cuestión de la nada, simplemente probar el
vértigo o la plenitud (es según) pero lo que pruebas, en ese momento, no puede
validarse ni siquiera puede ser una prueba. La única prueba del Absoluto es el
Éxtasis y, en preliminar, su testigo: la Onda de Vida. Nada puede estar de más.
Y nada puede estar de menos. No hay misterio en el Absoluto, solamente el ego
lo cree y tiende a hacerlo vivir porque el ego no puede representarse lo que,
efectivamente, no tiene ninguna representación. Entonces, la palabra puede
aparecer como un mal menor, seductor o temible. Pero eso permanece como un mal
menor.
Pregunta: ¿Este estado, latente al cual
hicieron alusión, como apoyo del Absoluto, como una sensación de no tener que
hacer nada, sin tener en cuenta lo que vive la personalidad? ¿Y que la Alegría
profunda y la Belleza que anima entonces, son una Verdad a la cual uno puede
colgarse?
El Absoluto no puede colgarse en ninguna parte: es necesario pues
descolgarte. Mientras estés colgado a tu propia Alegría, tú pones tu propio
límite al Absoluto y en consecuencia, no puedes vivirlo. No puedes permanecer
atado o colgado a alguna cosa. Toda atadura es un freno. Incluso si existen
capas sucesivas que permitiendo y dando la Ilusión de subir alguna cosa, este
es un momento en que incluso eso debe abandonarse. ¿Cómo puedes tu vivir el
Absoluto mientras no abandones el Sí y su Alegría? Es efectivamente mucho más
fácil y más seductor vivir la Alegría, y numerosas estructuras que se
expresaron, los han invitado (El Cónclave Arcangélico, la Asamblea de los
Ancianos, de las Estrellas…) porque la Alegría es un alivio y un consuelo que
puede considerarse como benéfico. Y eso lo es, contrario a la gravedad y a la
densidad. Pero reducirse no basta para hacer desaparecer la proyección, en la
Ilusión. Es por lo tanto un momento (o un tiempo, si prefieres), para no
aceptar de estar atado. No puede ser concebible, ni aceptable, sino el hecho de
vivir la Alegría, de manera continua, pueda permitirte, un día, se ser
Absoluto. Como las estructuras que se expresaron lo dijeron: eso les libera.
Pero liberase no es necesariamente e implícitamente vivir la Liberación
implícitamente. La problemática del Absoluto, contrariamente a la Realización,
es que eso no puede ser en ningún caso una nueva Conciencia o incluso un salto
de Conciencia. No hay posibilidad porque no hay puente entre la Realización y
el Absoluto. El Absoluto es (precisamente y al contrario) la desaparición en la
creencia de todo puente, o de toda posibilidad, o de toda Verdad a la cual
permanecer colgado. Es necesario realmente no estar ya colgado. Aceptar, de
abandonarse a la Fuente de sí mismo, sin conocerla. Lo abandonar el Sí, que se
conoce, a través de la Alegría y la Belleza.
El Absoluto y el Último nunca ha sido, no será jamás, otra cosa lo que
es Verdadero y que lo Es, desde la Eternidad porque no es efímero. La Alegría a
la cual pretendes estar colgado desaparecerá en cuanto la forma desaparezca.
Eso no puede por lo tanto ser eterno ni durable, incluso si eso está instalado
de manera que les parece durable. Hay en Verdad, que descolgarse de todo
conocido, sin ninguna excepción. Desde el instante que aparece alguna cosa como
conocida, no puede ser Absoluto. Loa limites representando los miedos, los
obstáculos, no les son de ninguna utilidad, ni de ninguna asistencia (y de
ninguna manera) para que el Absoluto los encuentre. En definitiva, el mecanismo
latente es lo que da a percibir la existencia de un tiempo y eso que da a
percibir es existencia de un futuro. Pero el Absoluto no tiene ni pasad, ni
presente, ni futuro. El está más allá del Ser. Él es eso. Y tú eres eso. No hay
ningún esfuerzo a agregar. No hay ninguna voluntad a demostrar. No puedes
permanecer colgado, ni ser tributario de una Verdad relativa, ya que toda
Verdad, incluso relativa, no es lo Verdadero, es solo una etapa. El Absoluto no
es una etapa. Si tú rechazas eso, si no aceptas la incidencia, entonces el
Absoluto te encontrará. Recuerda, que no puedes atarte ni buscar.
Pregunta: ¿Si se hizo un proyecto antes
del Paso en el Absoluto, este proyecto puede mantenerse o desaparece? ¿El
Absoluto haría desaparecer el proyecto de una forma que está en vida?
En ningún caso. Pero aunque este proyecto vendría a desaparecer, no es
una acción de la personalidad y, obviamente, aún menos una acción del Absoluto.
El Absoluto no interfiere y no modifica las circunstancias de este mundo. No
obstante, la Liberación por el Absoluto hace mover el conjunto del Universo, el
conjunto de los Mundos. Lo relativo de un proyecto, cualquiera que sea (que eso
sea un proyecto de vida, o un proyecto de negocios), se desarrollará o no se
desarrollará. El Absoluto no está ahí para nada. El cambio de mirada sobre el
proyecto y sobre la forma no requiere obligatoriamente la desaparición del
proyecto o vuestra forma. Pero eso no tiene ninguna importancia puesto que no
son ya este proyecto, y ustedes no son ya esta forma. Que continúen soportando
el proyecto, como llevando esta forma (ya que es un peso), eso no cambia de
ningún modo lo Verdadero. El Absoluto no concierne lo limitado pero engloba lo
limitado. El limitado no tiene ningún puente ni ninguna continuidad con el
Absoluto. El Absoluto lo engloba. No hay que plantearse la cuestión de este
cuerpo, como de toda relación. No hay ninguna razón válida, objetiva o lógica,
para que el Absoluto decida o quiera alguna cosa. Por el contrario, lo relativo
inscrito en una forma (ego, persona) puede verse obligado a reposicionarse
porque el Absoluto hace efectivamente cambiar de mirada. Pero eso no es ni
obligatorio ni una obligación, aunque eso puede producirse.
El Absoluto, vivido e inscrito en una forma, sigue haciendo vivir esta
forma. No hay oposición o de antagonismo. Hay solamente la evidencia del
Absoluto, el final del cuestionamiento sobre el sentido y el porqué. Pero esta
forma relativa continúa a evolucionar o siempre es lo que ella cree. El Absoluto
puede poner fin a las ilusiones, pero no a la ilusión de este cuerpo, no
siempre, pero eso no tiene ya ninguna especie de importancia porque el que es
liberado Viviente no puede ya ser llevado hacia la muerte, o hacia cualquier
ilusión, hacia cualquier juego. Todo eso es trascendido, verificado y
verificable, a cada minuto, a cada respiración. Que este cuerpo permanece o que
este cuerpo desaparezca, el desidentificación es total con el cuerpo, sin que
haya una liberación de este cuerpo. Todo puede parecer similar y con todo, todo
es diferente, no simplemente transformado sino, realmente, trascendido. Hay un
antes y un después del punto de oscilación en el Absoluto, para la persona.
Este antes y este después pueden ser idénticos o radicalmente diferentes. Eso
no tiene ninguna incidencia y ninguna repercusión. Ser Liberado Vivo, es actuar
libremente y en Libertad, es ya no ser tributario de cualquier moral, de
cualquier sociedad, de cualquier relación. Se les libera, pudiendo al mismo
tiempo seguir estando en este mundo, pero simplemente, ustedes saben que no ya
están. Lo consideran como un juego y es un juego. Descubrieron la mascarada.
Descubrieron la estafa. Han sido liberados Vivos y no pueden estar, por otra
parte, sino Vivos. Lo que cambia y que debe cambiar no es función de un deseo
de la personalidad ni de cualquier transgresión, sino el efecto directo de la
transcendencia. Las relaciones, la localización con relación al otro, con
relación al mundo, con relación a la sociedad y a la moral, no serán más las
mismas, porque se convirtieron en el testimonio vivo del Absoluto ya que están
desacondicionados, incluso estando presentes en algunas condiciones. Allí está
la Verdad.
Pregunta ¿Puede indicar lo que permite,
desde allí donde estoy, el punto de oscilación que mencionó?
No está ya en ninguna parte. No busques más referencias. Acéptalo. No
hay nada que buscar, sólo hay ningún lugar mejor que otro. Creer y esperar que
un lugar sea mejor, te coloca en la perspectiva lineal de la persona y de la
personalidad. No puedes acercarte en ningún caso de lo que ya eres, porque eso
está ya allí. Pues este punto de oscilación depende de ningún otro, sino de ti.
Pero no de ti en una acción o en un deseo, sino en la ausencia total de ideal,
en la ausencia total de búsqueda. Se trata de una capitulación y de una
rendición total de todo lo que crees ser, de todo lo que tú manifiestas. Eso
fue llamado, algunos intervinientes, en ciertas estructuras: la Crucifixión. De
la misma forma que no es necesario colgarse a una verdad cualquiera, no hay
opinión, de mejor punto de oscilación que otro. Hay exactamente que refutar
todo lo que crees ser. Mientras haya en ti, un apego en pro de tu propia
persona, forma o envoltura sutil, esta atadura te ata (seguramente más que una
cuerda) a la persona, a la personalidad o al Sí. No hay ningún trofeo de caza o
guerra que deba lucirse. Precisamente, es necesario descolgarse de todo lo que
se tiene, hacer el vacío sin plantearse cuestiones: una forma de aceptación de
la nada, una forma de aceptación de que no hay sobre todo una medalla o una
recompensa. Y aún menos un espíritu que debe conquistarse o liberarse. Debe
pues estarte Presente, entera y enteramente, a la Vida, sin actividad, sin
acción, sin pretensión. Exactamente colocarse allí donde todavía ha sido: en el
no ser. Hacer cesar el yo de una persona, de una forma, de una voluntad o de
una medalla. No hay nada que ganar. No hay nada que conquistar. El hecho de
ganar y conquistar pertenece a la personalidad que quiere poseer y tener. El
Absoluto es una restitución de todos tus haberes, de todas tus medallas, de
todas tus voluntades, incluso los la más precisada o más espirituales. Porque
en definitiva, todo eso sólo representa un fraude que no tiene ninguna
consistencia, ni ninguna sustancia. Jugar Verdadero es aceptar ya no jugar.
Simplemente colocarse, recibir, escuchar lo que viene entonces, que nunca no ha
ido. Así es el Absoluto. Hacer el Silencio (y no solamente afuera) de las
actividades, cualquiera que sean, de expresiones (corporales, visuales,
sexuales o verbales), pero bien más, el Silencio Interior de la inmovilidad, de
la no voluntad y de la no volición. Dejando todo el lugar, porque no hay lugar
definido. Dejando todo el espacio porque no hay espacio al Ilimitado. Aceptado
y acoge lo que es y no lo que quiere. No hay nada a ganar. Y no hay nada a
conquistar. El hecho de ganar o de conquistar pertenece a la personalidad que
quiere poseer y tener. Y aún menos un espíritu que debe conquistarse o
liberarse. El Absoluto es una restitución de todas las posesiones, de todas las
medallas y de todas tus voluntades, incluso las más finas y las más
espirituales. Porque en definitiva todo eso representa un fraude y no tiene
ninguna consistencia, ni ninguna substancia. Jugar Verdad es aceptar no es
jugar. Simplemente colocarse, recibir, escuchar a ese que viene, quien jamás ha
partido. Así es el Absoluto. Hacer silencio (y no solamente exteriormente) de
las actividades, sin importar las que sean, expresiones (corporales, sexuales,
visuales o verbales) más bien el silencio Interior y la Inmovilidad y la no
voluntad, y la no volición. Dejando todo lugar, porque no hay lugar definido.
Dejando todo el espacio, porque no hay espacio para lo Ilimitado. Acepta y
acoge eso que Es y no lo que tú quieres. El Si es todavía un deseo, colmado por
la realización. El Absoluto, es un no deseo, por la Liberación. No hay nada a
manifestar, nada a crear, ni nada a emprender, porque ya todo Es.
Pregunta: ¿Más allá del punto de
oscilación, la conciencia se convierte en la Conciencia de ser el Todo ello o
la conciencia desaparece?
La conciencia desaparece, enteramente. Los cuatro Estados de la
conciencia no tienen ningún sentido, ni ninguna legitimidad, en el Absoluto. No
puede existir una solución, allí tampoco, de continuidad, entre la conciencia y
la no conciencia. La conciencia está irremediablemente vinculada a la
observación, y a la proyección (que esta proyección sea separada o no separada,
es decir, en el ego o en el Sí). La ausencia de separación no es el Absoluto,
puesto que el Absoluto no puede ser comprendido, de ninguna manera, por la
conciencia misma. El único testigo que la Conciencia puede tener es lo que se
llamó la Onda de Vida. Pero, incluso, en un momento dado, debe existir una
forma de toma de distancia de eso. Esta toma de distancia no es una distancia,
al sentido alejamiento, sino una toma de distancia del propio testigo con
relación a lo que es vivido y observado. La aniquilación de la persona, de la
forma, de las percepciones de esta forma, va a inscribir la conciencia en un
punto de oscilación que desembocará, en la nulidad (para la personalidad) y
(del punto de vista no personal) sobre el Absoluto.
La Onda de Vida, vivida entonces como experiencia (con sus consecuencias
y sus implicaciones), hará de ustedes una Onda de Vida, suprimiendo la
distancia y poniéndoles en distancia. Allí es el Absoluto. No pueden existir
otros testigos u otros marcadores sino éste. La Onda salir de toda proyección,
a tal punto que experimentan (no por proyección) toda otra forma, cualquier
otra conciencia, la que sea, en algún reino que sea. Eso no quiere decir que
van a vivirlo en permanencia, pero eso forma parte de lo posible, demostrando
lo Verdadero y la Verdad del Absoluto. Pasar en lo Ilimitado los vuelve,
efectiva y concretamente, Ilimitados. Y aún más Ilimitado y sin límite de
ninguna forma, así sea la vuestra (la cual son, de manera efímera. La Onda de
Vida, como testigo y marcador, llama también, en un momento dado, de vuestra
parte, una forma de identificación y renuncia a ustedes mismos, dándoles a
vivir la Vida, más allá de toda forma y en cualquier forma, incluso si es más
fácil, en un primer tiempo, vivir eso con una forma que les es conocida o que
se les conoce, sobre este mundo o en otra parte, poniendo fin a la separación,
poniendo fin a la ignorancia, haciendo ustedes uno Liberado Viviente. Este
Liberado Viviente no tendrá nada que reivindicar, no tendrá nada que explicar,
no tendrá nada que justificar, porque el Es. Tendrá solamente que testimoniar,
sin quererlo, sin voluntad deliberada, porque eso Es y hace parte de la Vida.
El es el testigo, y es el mensajero, más allá de todo rol y de toda función.
No tenemos más preguntas, le damos las gracias.
Yo les agradezco, entonces, para nosotros, entre tuyo y mío. Ciertamente
hasta pronto, según la fórmula consagrada.
Nota. En su intervención del 29 de Marzo 2012 BIDI presenta sus
modalidades de intervención.