Original
en francés.
Canalizado:
Jean Luc Ayoun
Transcripción:
Véronique Loriot
Traducción:
Susana Milan
Audio
BIDI 9 abril 2012
Y bien, BIDI está de vuelta entre vosotros. Me complazco en reunirnos
para nuestra charla tuya y mía (ndr: utiliza un neologismo a partir de la
palabra entretien y construye “nos entre tiens et miens”= charlas tuyas y
mías). En primer lugar vamos, si os parece bien, a continuar examinando,
pesando y sopesando vuestras cuestiones, en las mismas circunstancias y
condiciones que del día anterior. Pido pues, vuestra escucha y el hecho de oír
y dejar venir lo que llega a vosotros, sin interferir de ninguna forma, sin
oponeros. Simplemente acogiendo como yo os acojo. Podemos abordar la primera
pregunta.
Pregunta: a nuestra llegada a esta
Dimensión, estructurada, perfecta e ilimitada ¿cómo es posible haber llegado
tan bajo en esta Dimensión, en Vibración y Conciencia? ¿Por qué?
Ese mecanismo se llama descenso. Este descenso está ligado a un punto de
vista cada vez más estrecho y limitado, incluyendo a la Conciencia en su propia
limitación (en una auto limitación) que gradualmente (en tiempos muy extensos)
la induce a aislarse y separarse cada vez más. Esto se ha descrito en muchos
textos muy antiguos, que hablan de eras y épocas que se suceden y llevan a
descender gradualmente a la Conciencia, a los bajos fondos del olvido. Pero
esto solo tiene un tiempo. Desde el instante en que la mente es capaz de
mirarse con toda honestidad, con toda lucidez y de manera lógica, efectivamente
llega a considerar esto como un proceso absurdo, inicuo. La problemática ha
sido no intentar responder a esta clase de pregunta porque, por supuesto os va
a llevar, no solamente a constatar el estado de la Conciencia sino más bien, a
encontrar las causas. Ahora, os recuerdo, el Absoluto no tiene causa. Querer
buscar una causa (una explicación) te volverá a enviar sistemáticamente, a esa
causalidad y por tanto a la Dualidad. Plantéate la cuestión de por qué hacerse
esa pregunta. ¿Qué necesidad hay de explicar o de lamentar? ¿Cuál es ese
alejamiento de lo que tú Eres, que permite preguntarse sobre lo que tú
consideras como triste o como anormal? No consideres lo que es anormal, sino
mira lo que es normal. De igual forma que la Dualidad consiste en ver el bien y
el mal, la Unidad solo consiste en ver la Unidad y no dejarse llevar de ninguna
forma y manera, a disertar, a plantearse cuestiones sobre el bien y el mal,
porque la ecuación del bien y del mal, por su propia naturaleza, es
irresoluble. Cualesquiera que sean los aspectos importantes en una vida
dirigidos al servicio, a la dedicación, cualesquiera que sean las concepciones
filosóficas o incluso espirituales, (relativas al bien y al mal), no
desembocarán jamás en una solución, porque la solución solo puede existir, en
tanto existe un antagonismo. Yo hablaba ayer, de las dos extremidades de un
límite. No porque lleguéis a una extremidad de un límite, conocéis todos los
límites, la otra extremidad pero, sobre todo, que estéis aptos para superar
este límite. Necesitáis literalmente, extraeros de esta noción de causalidad.
Esta causalidad permite explicar este mundo y solo este mundo. La causalidad
permite expresar las leyes de acción/reacción, las leyes del Alma pero jamás,
la ley del Absoluto. Porque el Absoluto solo conoce una única ley que es la de
la Unidad Abandonada ella misma, es decir el principio mismo de la Unidad. El factor
causal, sea el que sea (en vuestra vida, en la historia de la vida sobre este
planeta) remite necesariamente, a un inicio y un fin. La causalidad solo puede
estar inscrita en el Absoluto y solo puede derivar su lógica a partir del
Absoluto. La causalidad (acción/reacción, principio y fin) se inscribe en una
historia y no en la Verdad. Porque toda historia está inscrita en un tiempo
lineal, en ciertos límites que son también los tuyos, pero que no corresponden
a la Verdad. La historia es, de alguna forma, el esqueleto de lo que queda de
la vida. Las carnes se han ido. Queda algo que está petrificado. Queda algo que
no participa en la Vida. Hoy se te pide ser la vida. La Llamada de la Luz hace
resonar en ti, no ya la causalidad sino la sed de Absoluto. Aunque estas
palabras te son desconocidas, aunque te parezcan fuera de toda causalidad y por
tanto, de cualquier posibilidad, no sigue siendo menos verdad que es la única y
sola Verdad. Plantear en tanto que Absoluto (osar plantear en tanto que esto)
va a poner fin, de manera muy rápida (por la estigación misma de lo que es el
Sí, de lo que es el ego y por tanto, de lo que no es el Absoluto), os conducirá
a las puertas de lo que el ego llama la nada y por tanto a experimentar y vivir
la experiencia que es Absoluta. Cierto, en momentos bisagra, ha sido oportuno
que se os dé (o que os hayan dado, puesto que yo no he participado) ciertos
elementos relativos a la historia. Simplemente para mostraros y demostraros
hasta qué punto la historia puede ser deformada, arreglada, invertida y
manipulada de tal manera que hará que deis siempre la espalda a la Verdad.
Porque os llevan siempre (esas historias) a creer en historias y no en
vosotros. El ser humano tiene necesidad de historias, en tanto que están
inscritas en su conciencia, en la causalidad. Desde que circunscribe su
conciencia a las esferas del Absoluto (e incluso en el Sí), la historia ya no
tiene sentido. No tiene dirección. Ya no tiene lógica y no tiene justificación.
La historia no es más que la coartada que provee la vida, que rechaza
conocerse. La historia no es más que el último recurso que quiere dar a la
mente, la certeza de que puede explicar su presente mediante un pasado.
Ahora, ningún presente se explica por el pasado. Todo lo que pudiera ser
explicado como consecuencia de un pasado, os circunscribe aun más en una
ilusión. Ciertamente, aquellos que tienen tendencia a querer que la historia se
repita y no acabe en el final de la historia, crearán ceremonias,
conmemoraciones, aniversarios que van a mantener de alguna forma, el peso del
pasado en vuestro propio presente. Por cierto que no lo hacéis mejor cuando
festejáis un año nuevo, un aniversario o una fiesta (sea la que sea) a fecha
fija. Porque en ese momento, conmemoráis el pasado. Hacéis vivir y revivir el
pasado en vuestro presente donde no hay nada que hacer. Porque mientras que el
presente (que vivís) esté coloreado por un pasado cualquiera, no podéis
pretender la Unidad, no podéis pretender el Absoluto y no podéis vivir ese
Absoluto. Os hace falta efectivamente, desacondicionar, desempolvar, eliminar,
refutar todo lo que no es el Instante. El Absoluto no está presente más que en
el Instante. La única forma de encontrarlo (la única forma de manifestarlo) es
vivir totalmente el Instante. No hay pasado. No hay futuro. Solamente hay el
Instante donde se extiende el Absoluto. Solo parando el tiempo, de alguna forma
(vuestro tiempo lineal), es como podéis real y concretamente, alcanzar el
Absoluto y vivirlo. Cualquiera que sea el elemento que hayáis vivido,
cualquiera que sea el afecto que os comprometa en vuestro presente, vosotros no
sois eso. Mientras que le deis crédito, no podéis vivir el Absoluto. Haced la
experiencia. Una vez más, no me creáis. Experimentadlo y ved vosotros mismos,
si esta lógica se aplica en la vida. Salid de la historia. Salid de toda
historia porque vosotros no sois una historia, ninguna de las historias.
Mantener la historia, mantener una leyenda personal, os aleja de manera
importante del Absoluto y de la Verdad. Todo lo que hacéis revivir (en
pensamientos, en emociones, en ritos, en rituales, en conmemoraciones, en
fechas) no tiene ningún sentido para el Absoluto. Vedlo vosotros.
Plantéate simplemente, la única cuestión que vale la pena: ¿qué Soy? Y
cuando veas por ti mismo, que no puedes definir el “qué Soy” o el “Yo soy”,
abandonaras el “Yo soy” por el no ser. Sea lo que diga el ego. Porque este
acercamiento al Absoluto es de una lógica implacable. Esta investigación (si ha
llegado a su término) os conducirá, como la Vibración, más allá de toda
manifestación, más allá del ser y del no ser, para estableceros en un primer
momento, en el no ser en el que existe el Ser y que confiere (si se puede
decir) el Absoluto. Debéis estar plenos. Plenos, no de preguntas sino plenos de
certeza del Absoluto, no como creencia sino como refutación de lo que es
relativo, refutación de lo que es efímero, refutación de lo que es limitado.
Cada minuto de vuestra vida, retened que no es una despersonalización o una
retirada de la vida sino más bien, una transcendencia de la personalidad que os
hace penetrar en la Vida. No esa que vuestros ojos os dejan ver. No esa que
vuestras palabras definen. No esa que podéis tocar, sino la que sois vosotros
más allá de cualquier sentido. Es necesario pues, dar la espalda a la
causalidad. Ese dar la espalda a la causalidad (expresado de otra forma) quizá,
no juzgar, ni siquiera el principio de caída, ni siquiera la causalidad que ha
creado esta conciencia limitada. El no juicio es el hecho de no ver una
separación o división. No hay mejor forma de vivir el Absoluto. Os recuerdo que
en el Absoluto no puede existir ningún límite, ninguna separación, ninguna otra
conciencia que la que sois (reagrupando el conjunto de las otras Conciencias) y
desembocando, de manera ineluctable en la Conciencia que no es la
inconsciencia. Salid pues (y salid ahora) de la causalidad. La causalidad
corresponde al cuerpo. Corresponde a las leyes del alma. Este cuerpo tiene
hambre: hay que alimentarle. El alma tiene sed de experiencias: hay que
proporcionarle esas experiencias. El alma gusta de amar en el sentido de
posesión, en el sentido de la experimentación en la matriz (tal como la
llamáis). El alma está pues, circunscrita a la causalidad. Vosotros no sois la
causalidad. No sois pues, ni este cuerpo, ni esta alma, ni este espíritu, ni
esta vida, ni este pasado. Vosotros sois la Vida. Si situáis vuestra mirada de
esta forma, constataréis que no se trata absolutamente de una negación de la
vida sino más bien, de una entrada en la Vida y que muy rápidamente, los
procesos en curso, actualmente, serán vuestros. No hay otra solución. No hay
otra alternativa. No hay otra posibilidad que ser Absoluto o refutar el
Absoluto (desde el punto de vista del ego o del punto de vista del Sí).
Reflexionad simplemente (si es que pudierais definirlo): ¿qué objetivo existe
en la personalidad, qué objetivo existe en el alma? Mirad ese objetivo y
comprended, en segundo lugar, que no puede existir objetivo futuro. Porque
cualquier futuro os aleja, una vez más, de vuestra Presencia y del Absoluto.
Obviamente, la ley de acción/reacción va a hacer cualquier cosa para manteneros
en sus redes. Os hace comprender (y captar) las leyes: las de la encarnación,
las del karma, las de la astrología, las de la energía. Os va a dar una serie
de explicaciones, directamente ligadas a la causalidad y todo funciona como en
este mundo. Pero terminaré diciéndote que tú estás más allá de toda causalidad.
¿Qué quieres ser? ¿Qué quieres manifestar? ¿Lo que tú Eres en Verdad, o la
causalidad con la que estás afectado? Lo tienes que ver tú.
Pregunta: ¿por qué este mundo de la
Dualidad se ha creado? ¿Es porque en el mundo del Absoluto, de lo Ilimitado,
existe el aburrimiento?
Te responderé que el que hace esta pregunta, se aburre ciertamente. La
Felicidad, el Éxtasis y la Intasis del Absoluto no puede, en ningún caso, ser
un aburrimiento. El único aburrimiento está aquí. Todo os aburre: las
necesidades fisiológicas, la necesidad de ganarse la vida, la necesidad de
mantener y llevar vuestra Conciencia permanentemente, a un cuerpo, a las
relaciones, pasando por la herramienta incompleta llamada lenguaje. Por otro
lado, el mundo del Absoluto no puede existir. El Absoluto no es un mundo. No es
un universo ni siquiera un multiverso. Está más allá de todo lo que es creado.
Es el soporte de toda creación. No es el aburrimiento que ha causado lo que
sea. El Absoluto no puede, en ningún caso, ser un aburrimiento de ninguna
clase, puesto que con unas pocas palabras se puede definir como: ilimitado, perfecto,
lleno, vacío Eterno, Gozo, Éxtasis e Intasis, sin tiempo y sin espacio. ¿En qué
el aburrimiento podría surgir de esto? Ni menos que exista una necesidad de
experimentar. Porque lo que dice la experiencia en lo limitado, conduce a
introducir sistemáticamente, una noción de evolución o de involución y por
tanto, un principio de causalidad. Mientras que penséis así, efectivamente, el
mundo del Absoluto puede pareceros aburrido. La experiencia, sobre todo, solo
es la búsqueda del Absoluto. ¿Cómo el Absoluto podría limitarse a sí mismo,
para después, reivindicar el Absoluto? Tanto más porque la perfección es
inicial y no final. ¿Qué interés tendría para el Absoluto, hacerse relativo?
Por supuesto, desde el punto de vista de lo relativo, es muy seductor hablar de
experiencia (de conocerse a sí mismo a través del observador, a través de la
existencia de un objeto o sujeto) pero es una visión fragmentaria. El Absoluto,
estando fuera del tiempo, fuera de toda linealidad, simplemente para él, el
mundo no existe. Simplemente para él, el límite no tiene substancia alguna. El
aburrimiento es aun más, tener todas vuestras ocupaciones, incluso observando
la belleza porque observar la belleza os obligará en lo lineal, un día u otro,
un instante u otro, a ocuparos aunque solo sea, de vuestras necesidades
fisiológicas. A menos que entréis en Samadhi, como algunos han realizado, a
menos que entréis en el Absoluto manteniendo una forma, no veo por qué razón
habría cualquier aburrimiento. Cualquiera que sea vuestro entusiasmo,
cualesquiera que sean vuestras capacidades de Alegría, cualesquiera que sean
vuestras instalaciones en el Samadhi, eso no es el Absoluto. Solo la salida del
tiempo lineal del espacio, del espacio-tiempo (no como una negación sino como
una aceptación lógica), solo en ese momento, superáis y transcendéis el
aburrimiento de este mundo.
El Absoluto no es un mundo. Yo diría que es la Transcendencia del mundo
y por tanto, aunque los mundos parezcan existir en el interior del Absoluto
(presencia de lo relativo en el Absoluto), esto no es más que una visión
(repito) fragmentaria y limitada. El Absoluto no tiene necesidad de ninguna
experiencia, de ninguna memoria. Es, desde toda Eternidad, perfección y
belleza, bastándose a Sí mismo, sin ninguna proyección, sin ninguna
experiencia. La experiencia (en este mundo como en otros) en definitiva, solo
es un alejamiento (Vibratorio, espacial y temporal) que os hace creer todo lo
que podéis creer (u osáis creer). Pero el total de estas creencias solo
representa una falta de Luz, una falta de Amor. El ser humano pasa su tiempo
proyectando el amor y dice que ama. Pero no podéis Amar y no podéis decirlo
porque vuestra naturaleza (y vuestra Esencia) es Amor. Y no podéis conocer lo
que sois, desde un punto de vista limitado. Solo podéis proyectar (en la
pantalla de la conciencia) un objeto. Convertiros en el testigo (o el
observador) de lo que habéis proyectado (de una obra creada, de un trabajo
creado, de un estudio hecho, de una relación de pareja, de una relación de
madre a hijo) pero no podéis conocer lo que Sois. Solo podéis exteriorizar en
este mundo, una acción, una reacción y tratar (en esta acción y reacción) de
encontrar un hilo conductor que no existe, entre lo limitado y lo ilimitado.
El único aburrimiento es ser relativo. Ser Absoluto no incluye ningún
aburrimiento. Solo la conciencia del ego plantea esta cuestión porque el ego
está circunscrito a una realidad llamada tridimensional y por tanto a un
espacio-tiempo dado, que da la impresión de que hay experiencias que realizar,
una avidez (avidez que permitiría alcanzar lo Ilimitado) lo que, evidentemente,
no puede llegar nunca. Ninguna experiencia de este mundo, ningún trabajo de
este mundo, ninguna evolución ilusoria de este mundo, os llevará a vivir el
Absoluto. Solo cuando renunciáis, solo cuando os abandonáis el Sí, el Absoluto
se desvela y se convierte en lo que Sois. Recordad: no existe ninguna solución
de continuidad. El Absoluto es una convulsión, no solamente un cambio de punto
de vista (como he dicho ayer) sino más bien, una convulsión donde estáis
obligados a hacer cesar (de una manera o de otra), sin negarlo, el conjunto de
manifestaciones de causalidad, cuya primera causalidad es este cuerpo. Vosotros
estáis en este cuerpo pero, en ningún caso sois este cuerpo, ya fuera un
Templo. Por supuesto, hay que alimentar el Templo, mantenerlo. Y ahí comienza
el aburrimiento, aunque os guste lavaros. Porque evidentemente, hay repetición.
Así que ciertamente, hay conciencias que aman la reiteración porque da la certeza
de repetir los mismos gestos, de reproducir los mismos actos: comer a tal hora,
acostarse a tal hora, levantarse a tal hora (exceptuados los fines de semana).
Todo esto os lleva sin falta, a una rutina donde nada es nuevo. Si miráis bien,
todo es antiguo, todo está usado. Solo el mundo es bello porque manifiesta (con
lo que os hace ver) los ciclos, las estaciones. El sol se levanta siempre en el
mismo lugar. Se pondrá por la tarde, en el mismo lugar. Es una certeza (al
menos hasta cierto punto) y habéis vivido justo eso. El aburrimiento está ahí.
Ciertamente no en el Absoluto. Y no existe mundo del Absoluto.
Pregunta: las resistencias a vivir el
Absoluto han sido siempre más fuertes, cuando la elección primera es vivir el
Absoluto, aquí, sobre la Tierra. ¿Por qué?
Tú no puedes vivir el Absoluto. Solo puedes vivir la Vida. El Absoluto
está más allá de cualquier vida. Se ha propuesto vivir el Absoluto en un
relativo llamado esta forma, este cuerpo y esta vida, porque las circunstancias
(los ciclos de este mundo) alcanzan un escalón, una Transcendencia, también.
Cuando lo efímero de esta vida desaparece (puesto que está limitada entre el
nacimiento y la muerte), lo que subsiste en ese momento, queda encerrado. Con
otras reglas, otras leyes pero, es aun un encierro. Hoy, es diferente. Hay una
mayor facilidad para extraerse de un punto de vista dual. Lo que ha estado
abierto, a nivel de la Luz (el Despertar del Sí, la realización del Sí), no ha
sido ciertamente un error sino una etapa mayor hacia el Absoluto. Por supuesto,
siempre es posible creer (y esperar) que el Si va a hacerse Absoluto. El Sí no
puede en ningún caso, hacerse Absoluto. Porque el Sí, es poner fin a la
separación del ego y circunscribir la Conciencia y la Vida en la no
separatividad, en la no distanciación. Hay realmente, posibilidad de Comunión,
de reunión, pero no de disolución. El Absoluto os hace vivir todas las vidas de
todos los mundos. El acceso al Absoluto o aun más, al Despertar al Absoluto
(que siempre ha estado ahí), se ha hecho mucho más fácil hoy, por la
desaparición de lo que se llamó, creo, las franjas de interferencia del astral
que os ocultaban literalmente, la Verdad. Entended bien que no es cuestión de
vivir el Absoluto sino de ser el Absoluto. Ser Absoluto está más allá de todo
estado de ser. Es también, poder situarse en cualquier punto de vista de esta
forma ocupada que es el cuerpo, como de cualquier otro cuerpo. Es pues la
Libertad, la verdadera. No la de pensar en la prisión, que se puede salir de la
prisión. No esa de edificar hipótesis o justificaciones al hecho de estar en
vida, porque todo esto gira en redondo. No existe salida. El ego y la noción de
evolución van a haceros creer (y haceros adherir) al hecho de que será mejor
mañana. Pero no hay absolutamente nada de mejor mañana que sea posible. Además,
mañana no existe, ni ayer. Mientras vosotros consideréis que existe un mañana,
mientras que consideréis que existe un ayer, el Absoluto no puede llamar a
vuestra puerta. Yo hablo por supuesto, de lo que vosotros llamaríais las Leyes
del Espíritu porque nada impide al cuerpo estar en un pleno empleo y este pleno
empleo se desarrolla tranquilamente, sin hacer nada en el sentido de una
inversión de la Conciencia, solo haciendo perfectamente bien, lo que hay que
hacer.
Es un cambio de mirada, es un cambio de punto de vista. Es un cambio
interior, de posicionamiento donde precisamente, salís de cualquier posición.
Donde ya no adoptáis ninguna posición sino algo más allá de cualquier cosa, en
el Amor que Sois y en la Luz que Sois, sin tener necesidad de proyectar
cualquier amor, cualquier luz. Recordad: vosotros sois Amor Luz. No sois el
amor que proyectáis. No sois la luz que podéis ver. Porque en definitiva, el
aire no puede ver el aire, y el agua no puede ver el agua. Vosotros Estáis
exactamente en la misma situación: no podéis ver lo que Sois. Vosotros solo
podéis ver lo que no sois y por tanto, refutar todo lo que veis en donde no
estáis. Y ahí, tendréis la sorpresa de constatar que no existe más freno al
Absoluto y el trazador (o marcador) del Absoluto, la Onda de Vida, partirá al
asalto de ese Templo Ilusorio (que es el cuerpo), de sus cuerpos inferiores,
haciéndoos vivir la Onda del Interior y no ya del exterior, en el cuerpo.
Vosotros estáis, yo diría (si se puede decir), en plena fase de verificación,
de validación del Absoluto. Nadie os pide creer en lo que es increíble. Nadie
os pide adheriros a lo que no os podéis adherir. Solo vosotros podéis dar
testimonio de vosotros mismos, más allá del testimonio del objeto, más allá del
observador y de lo observado y más allá de toda proyección en no importa qué
palabra.
Pregunta: ¿cuál es la creencia que me
frena a abandonarme al Absoluto?
La más irresistible de las creencias: tú mismo. Mientras que tú creas en
la mínima parcela de este cuerpo, mientras que tú creas en el mínimo elemento
de la historia, tú estás ceñido a lo efímero. Nada efímero te permitirá acceder
al Absoluto. Por supuesto, existen condiciones previas, ligadas a la estructura
misma de la vida en este mundo, inscritas por supuesto, en la personalidad (en
el ego) y también en el Sí. Sin entrar en los detalles más complejos, lo que
frena es la negación del Absoluto porque el ego tiene siempre por objeto (por
función), aprehender cualquier cosa que le es desconocida, hacerla suya en la
descripción, en la vivencia, en una experiencia. El Absoluto no puede ser
referido al ego, a la persona ni siquiera al Sí, puesto que el Absoluto Es,
baña todo, incorpora todo. Querer enterarse, querer conocerlo, es imposible. La
más grande de las resistencias se sitúa por supuesto, a ese nivel y en ninguna
parte más. La creencia en ti mismo es el freno más poderoso. Pero tú no eres
tampoco ese freno. Además ¿qué freno puede haber, si no es ese que tú mismo has
construido, ese que tú mismo has considerado? Tengo ganas de decirte no hay que
considerar nada, en ningún futuro y en ningún pasado, para vivir el Absoluto, y
sin embargo ser Absoluto. La creencia en el hecho de vivir el Absoluto conduce
a Ser Absoluto. Hay de alguna forma, una señal portadora (marca o testigo) de
la instauración de alguna cosa desconocida: es la Onda de Vida y la
Transcendencia de los centros de energías inferiores. Pero no deis tampoco,
peso a todo esto, porque si concedéis más peso del necesario, esto también va a
cristalizarse. Esto va a limitaros también y a contribuir en mantener los
límites del encierro. La mejor actitud por supuesto, es la espontaneidad del
niño. Es lo que está totalmente sumergido en la experiencia. Sin juicio, sin
punto de referencia, sin proyección. Mientras que exista un juicio, una
referencia, una proyección, tú no eres el niño. Y por tanto el Absoluto no
puede venir a llamar a eso que tú Eres. Te corresponde a ti, crear las
circunstancias previas al Absoluto. Esto es en parte, de lo que hablo: la
investigación de todo lo que tú no eres, porque es efímero. Consiste en
eliminar todo lo que constituye tu vida y este mundo. No para huir, insisto.
Sino más bien para refutarlo, como suposición no válida (e invalidada) por la
propia lógica, más allá de cualquier mente. El sueño, la investigación, la
comprensión de lo que representa el testigo, el testimonio, el sujeto, el
objeto, el experimentador y lo que es experimentado, se ciñen en definitiva, a
una futilidad. Aceptar esta futilidad, es ya un gran paso. No de vosotros, sino
del Absoluto hacia vosotros.
Pregunta: algo se instala en mí que no
conozco y me siento extraña, o incluso extranjera. Veo a la vez la conciencia
de la nada y una plenitud. Me siento llevada por la vida y la dejo hacer. Hay
como una desaparición de mí misma y una distancia en relación a este mundo. No
tengo miedo, no hay palabras, no hay espera. ¿Podría aclararme lo que no veo en
mí?
Acepta que cuanto menos veas en ti, más serás Absoluta. Lo que no puede
ser percibido, lo que es pues percibido, lo que no puede ser traducido en
palabra, ni en Vibración esta extrañeza tal como la llamas, es la muerte del
ego. Hace falta vaciar, hace falta dejarse limpiar y lavar. Esta fase es más o
menos larga. Llama así como dices, a una cierta forma de neutralidad. La Casa
está limpia, tú puedes pues Desposar a tu Doble. Ese Matrimonio que es un
acercamiento, puede desarrollarse en un tiempo ilusorio, pero que es vivido
como tal. Es el estado en que no hay nada que observar, donde nada es
observable, donde nada se percibe. Podría parecer vacío, pero no está vacío. Es
muy exactamente, cuando da la impresión de durar, la preparación de tus propias
Bodas y por tanto al Absoluto. Si puedo expresarlo así, aprovecha esto, porque
aprovecharlo es no hacer nada, nada que temer, es lo que pone fin a cualquier
duda, a toda esperanza y también a toda impaciencia. En ese estado de vacuidad
(que algunos movimientos han buscado, que algunas filosofías han investigado)
se instala el Absoluto. Tú has entendido y vivido y aceptado, que no hay nada
que buscar, nada que encontrar. Ese vacío que no lo es, es irremediablemente el
fin del ego.
El vaso está preparado para llenarse. El Esposo y la Esposa están a la
puerta, no se han ido nunca. Aprovecha, si puedo expresarme así, de esta
vacuidad que de alguna forma es, una antecámara del Absoluto. Porque si tú
estás vacío de ti mismo, puedes estar lleno de lo que tú Eres. Vaciarse de sí
mismo es, muy exactamente, lo que se llama el Abandono al Sí. Es transcender el
“yo soy”, es el momento en que la conciencia constata que no hay nada que
observar, que nada es observable y que el hecho mismo de observar es una
molestia. Los mecanismos de las Bodas Místicas están en progresión. Aceptar y
experimentar no estar ya lleno de pensamientos (es decir de Ilusión), no estar
ya lleno de espera (que es la proyección en el futuro), te instala, de alguna
forma, en un estado más allá de la espera que podría llamarse Esperanza, pero
que es ante todo plenitud. Son de alguna forma, los últimos juegos de la
Ilusión. Lo que permite entender que nada puede estar vacío y que nada puede
estar lleno y que esto no se sitúa entre los dos. De esta fase no se puede
decir que es un estado porque precisamente, no está instalado ningún estado. La
vacuidad es plenitud, la plenitud es vacuidad. Esas dos palabras, más allá de
cualquier significado, son aquellas que representan mejor esta fase previa a lo
Último.
Sobre todo no hacer nada, sobre todo no emprender nada. Dicho esto, no
te impide hacer lo que hay que hacer, en la vida de este cuerpo, de sus
obligaciones. Sino simplemente, no te impliques, haz lo mejor que puedas. Lo
que tú vives no es una espera, lo que tú vives no es un vacío o un lleno, son
los dos. Es en esta fase cuando la Onda de Vida puede crear tu Verdad, porque
tú Eres la Onda de Vida. Hay entonces, un proceso de desidentificación, una
muerte en el plano simbólico, de todo lo que no es Verdad. Es esta fase la que
tú vives. Sobre todo, no juzgues nada. Conténtate, aun por poco tiempo, de ser
el que observa lo que vive esto. Muy pronto tú irás más allá. Ese “muy pronto”
no está inscrito en una linealidad temporal, ni en ningún otro espacio, sino en
una forma de agudeza de ti mismo. Algunas experiencias intermedias son posibles
en ese estado, en esta fase, que si se puede decir, vienen a confortarte sobre
el hecho de que no seas este cuerpo y aun menos, esta persona. Entonces,
aprovecha y goza esta fase, porque es el preludio del Matrimonio Místico. Deja
hacer, totalmente.
Pregunta: ¿el Absoluto está entonces más
allá de la jerarquías de Dimensiones (5ª, 11ª, 18ª, etc.), sería como el
retorno a LA FUENTE? Entonces, si se va hacia el Absoluto, ¿cuál es el interés
de la 5ª Dimensión?
Presupones equivocadamente, que el Absoluto es asimilable a LA FUENTE.
LA FUENTE, por su propio nombre, significa un origen y un fin. El Absoluto está
más allá del origen y del fin. La Dimensión, cualquiera que sea su número, solo
es una representación, una gama de Vibraciones, una gama de exploración de la
conciencia. El Absoluto y LA FUENTE se acuerdan de ti, pero acuérdate tú, de
que eres totalmente libre de establecerte donde te parezca bien. Simplemente,
se debe recordar la existencia de LA FUENTE, por la experiencia de LA FUENTE,
por el acceso al Absoluto. Si tú Eres el Absoluto, tienes toda latitud y
Libertad para permanecer o manifestarte en cualquier Dimensión que sea. Si tu
gama de frecuencias, tu gama de vida, la partitura que tocas está incompleta y
de todas formas, te permite ver la completitud existente en el Absoluto, tú
eres libre de creer que existen experiencias que realizar en otros mundos, en
otras Dimensiones, en otros estados. Esto forma parte de la libertad, pero te
lo recuerdo, no tiene estrictamente ningún interés desde el punto de vista del
Absoluto. Entonces ¿qué te impide ser el Absoluto, puesto que evidentemente,
hay un impedimento? El impedimento está directamente ligado a la duda y al
miedo. Tú no puedes conocer el Absoluto desde el punto de vista dónde estás. El
punto de vista dónde estás debe desaparecer, debe aniquilarse. Recuerda que no
es posible considerar cualquier continuidad entre lo conocido y lo Desconocido.
Tú no puedes quedarte en lo conocido y vivir lo Desconocido. Es necesario dejar
que lo Desconocido te tome, y tú te darás cuenta enseguida, de que lo limitado
está aun presente. Pero antes, esto solo es una suposición, solo es una
creencia, porque tú no lo has vivido. Simplemente, muchas estructuras os han
dicho que os será hecho según vuestra Vibración, si lo prefieres, según vuestra
partitura. La partitura que tú tocas es tributaria de un instrumento y no de
otro instrumento. ¿Quieres ser tal instrumento, o quieres ser en el mismo
tiempo, en el mismo espacio y en todas las Dimensiones, el total de los
instrumentos? Poniendo fin a toda barrera y a todo límite. Ninguna experiencia
será jamás útil al Absoluto, pero lo es y seguirá siendo útil a aquél que toca
su propia partitura, Ilusoria o atada. El Absoluto es la Libertad total, pero
la Libertad da miedo porque la Libertad es precisamente, lo que es Desconocido.
Mientras que tú reivindiques la Libertad en cualquier encierro, te mientes a ti
mismo. Y mientras haya mentira, la Verdad no puede ser.
Puedes entonces pretender suponer o imaginar que el Absoluto es LA
FUENTE. El Absoluto es LA FUENTE, pero es mucho más que LA FUENTE. Porque el
Absoluto no tiene ni origen, ni fin, ni localización, ni no localización. La
Vibración, la Conciencia es Vibración, esto se os ha dicho. Permitiendo vivir,
concienciar, las ruedas de energía (las lámparas), el despertar de la Kundalini
e incluso la percepción de la Onda de Vida. Pero mientras que tú percibes, no
eres eso que es percibido. El Absoluto es la instalación en lo percibido y no
en la percepción. Es el momento en que no hay distancia alguna, ninguna
suposición sobre el Absoluto porque el límite, el ego como el Sí, solo puede
representar la Verdad. Pero cualquier representación será siempre un
espectáculo, una proyección, una ilusión más o menos palpable, más o menos
cercana. Dando un sentimiento más o menos real, pero no es el Absoluto.
Independientemente del testigo y del marcador del Absoluto, es decir la Onda de
Vida, y sus efectos sobre el éxtasis o la intasis, hay también otro marcador
que se sitúa en la Conciencia, que desemboca sobre la no-Conciencia. Es
precisamente, el momento en que no hay más cuestión. Porque la cuestión misma
es concebida como ilusoria, tanto como mi respuesta. Mientras pronunciáis
palabras y yo pronuncio palabras, hay Ilusión. Pero esas Ilusiones serán en definitiva,
menos tenaces que las que estaban ahí antes de nuestras charlas (vuestras y
mías) (ndt: utiliza un neologismo a partir de la palabra entretieny construye
“nos entre tiens et miens”). Esto no es entonces un juego estéril, sino que es
una práctica, en el sentido más noble. Esta práctica que puede ser usada por el
ego como algo intelectual, a vuestro ritmo, va a llevaros a realizar el estado
que se ha descrito con la cuestión precedente. No supone nada del Absoluto,
porque todo lo que supongas solo podrá ser establecido a través de tu
experiencia y tu conocimiento. No proyecta nada sobre el Absoluto, porque
proyectar lo que sea, ya es alejarse. El Absoluto no puede ser conocido, no
puede ser formulado, no puede ser Vibrado, no puede traducirse en palabras. Por
el contrario, es posible utilizar Vibración y palabras para entender lo que no
es. En ese momento, hay una especie de acercamiento que se efectúa en esta
última fase.
No suponer nada es también no hacer nada, no emprender nada. Porque todo
lo que se haga o emprenda, os pondrá a distancia del Absoluto que, os lo
recuerdo, está siempre ahí. Si hay resistencias o frenos, miradlos y ya está:
dejadlos pasar, no hagáis nada. Por supuesto, podéis siempre facilitar las
condiciones iniciales (si se puede decir), con todo lo que os es agradable.
Pero no os perdáis en lo que es agradable, no hagáis de ello un fin. Practicar
un yoga para simplemente estar bien, no os llevará jamás al Absoluto. Pero
estad conscientes que estar bien, os permite instalaros en una receptividad, si
se puede decir, más grande. No hagáis tampoco, de las palabras, una finalidad.
No hagáis de las Vibraciones tampoco, una finalidad sino más bien, medios o
útiles, para acercaros a lo que no conocéis, y que sin embargo, ciertamente es
vuestra naturaleza. Esto exige por vuestra parte, y exige de tu parte, una
honestidad, una integridad, una Humildad, una Simplicidad, esto lo sabéis, pero
sobre todo, una Transparencia, porque no puede haber transcendencia sin
Transparencia. La Transparencia está creada por KI-RIS-TI, por el Doble, por la
Unión Mística. Un opaco, resistiendo: el cuerpo, la identidad, el ego, el Sí,
reencuentra la Transparencia del Fuego. De este reencuentro resulta la
Transparencia. La Transparencia, para no frenar nada, no retener nada de lo que
pueda pasar (sea un pensamiento, sea una emoción, sea un síntoma del cuerpo,
sea una relación): no sujetéis nada, permaneced fluidos. Observad si queréis,
pero no sois la emoción, no sois el pensamiento, no sois la relación, no sois el
cuerpo. Dejad hacer. Es lo que puedo decirte. Sin rechazar nada: no porque
rechaces un pensamiento va a desaparecer. Por el contrario, si tú lo miras
pasar sin atarte, desaparecerá, es toda la diferencia.
Pregunta: a partir del momento en que
acepto que no soy todo lo que conozco del yo y del Sí ¿de qué apertura, más
allá de mi conciencia actual, tengo necesidad (además de dejar actuar a la Onda
de Vida y el Manto Azul de la Gracia) para inclinarme hacia el Absoluto (más
allá del “yo soy”)?
Nada más, y una sola cosa en relación a lo que tú has dicho: aceptar que
tú no Eres nada de todo lo que conoces, es una primera etapa. Pero ¿has pensado
en refutarlo? No solamente porque digas: “yo no soy este cuerpo”, vives el
Absoluto. Refutar el “yo no soy este cuerpo” está más allá de la aceptación. No
es un juego de palabras, es una realidad de la conciencia. La conciencia que te
conduce, si se puede decir, a dejar que se exprese e imprima el Absoluto, es
una refutación de todo lo que tú conoces y no simplemente, aceptar la negación
de lo que tú conoces. En el acto de aceptación de lo que tú no Eres, no hay
refutación, entonces hay una distancia. La refutación por el contrario, de lo
que tú no eres, está más allá de la aceptación. La refutación es un acto
activo, la aceptación es un acto que yo podría calificar de pasivo. Hay pues
una fase previa activa, esta fase está conducida por la propia conciencia del
ego o del Sí. La refutación es sin embargo, una dinámica. Como he dicho, es una
investigación. Esta investigación no es un juego mental, sino más bien un
ejercicio (no me gusta esta palabra) espiritual.
Desde el instante en que la investigación se ha realizado, ¿en qué
desemboca? En una identificación. La desidentificación por la refutación
conduce entonces, sin esfuerzo, sin hacer nada, a ser Absoluto. La
espontaneidad acompaña a la Transparencia. La espontaneidad es la ausencia de
reflexión, lo que no quiere decir hacer cualquier cosa, sino hacer o ser lo que
es, independientemente de toda referencia a un pasado y por tanto, a una
experiencia pasada. Es la Vía del Corazón. Porque el Corazón no se equivoca
jamás, al contrario de la mente. No hablo de la intuición, porque la intuición
hace siempre referencia a lo que es bueno o malo para ti.
Nosotros estamos más allá, de lo que es bueno y de lo que es malo. Lo
bueno y lo malo para ti, esa intuición y discernimiento de los que hacen
gárgaras, los seres llamados espirituales, es una ilusión más. La espontaneidad
resulta de la Transparencia. En ese momento, de alguna forma, hay una especie
de traspasado del Corazón, de atrás hacia delante. El hecho de ser atravesado
pone en resonancia, más allá de lo que se percibe en el cuerpo Transparencia y
espontaneidad. Derivando literalmente la experiencia pasada, y por tanto la mente.
Esto se llama también el Don de Sí, o el Abandono de Sí. Esto creo, ha sido el
objeto de desarrollo de una conciencia, si se puede decir, más cualificada que
yo (ndr: ver en nuestro sitio la intervención de ANAEL del 9 abril). Tampoco
hay nada que hacer, sino más bien dejar hacer.
Aunque haya un lado activo en la refutación, después conviene dejar
hacer. Porque tú no puedes hacer nada, emprender nada, para conocer lo que te
es Desconocido. Tú no puedes más que pasar de uno a otro, pero ese paso no está
ilustrado por cualquier cosa que te permitiera pasar: es por tanto, una
transcendencia y no una transformación. Hay efectivamente, esa investigación
que realizar. Una vez realizada la investigación, dejad ser y dejad hacer. La
investigación desemboca sistemáticamente, sobre lo que podría llamarse una
paradoja, entre la nada y la plenitud. Sobre una pregunta que yo calificaría de
última, pregunta última que pone fin a cualquier pregunta y a cualquier
cuestión. Es en ese momento, cuando se comprueba la absurdez total del ego y
del Sí, no antes.
Pregunta: me gustaría estabilizar el
estado de no observación más de un mínimo instante. ¿Cómo?
Simplemente parando de querer observar de manera incesante, cualquier
cosa. Fíjate en el propio mecanismo de la observación y no en lo que observas.
¿Qué es lo que se observa? ¿Dónde está el observador? ¿Son los ojos que ven?
¿Es esa reflexión? ¿Dónde está situado el observador? Es pasar de la
perspectiva de lo que se observa a otra perspectiva. Mientras haya observación,
de lo que sea o de quién sea, el tiempo se despliega. Y por tanto, hay un
recuerdo a través de tu pregunta, de querer inmovilizar lo que no es posible
inmovilizar: el tiempo pasa. Es por tanto, por esta cuestión de “¿quién
observa?” (Y no: ¿qué se observa?) como nacerá la inmovilidad. Porque tú vas a
buscar al observador, y te darás cuenta de que no hay más observador que las
cosas observadas. Y que el observador solo es una proyección, de otra cosa que
está detrás del observador. En ese momento, podrás balancearte. No antes. El Sí
es la observación más perfecta de la Luz, donde los mecanismos de Conciencia y
de las Vibraciones están presentes, concurriendo a establecer la Alegría,
concurriendo a establecer una satisfacción. Permitiendo creer que se ha realizado
una búsqueda. Es necesario superarlo, e ir más allá de esto. La mejor forma,
efectivamente, es no hacer nada, dejar hacer. Y salir incluso de la dinámica
aparente de la observación, de lo que se observa, del observador mismo. Porque
¿quién está detrás de todo esto? O mejor: ¿qué es lo que está detrás de todo
esto? Mientras tú observes, no eres el observador. Mientras tú eres el
observador, no eres lo que está detrás del observador. Investigar sobre esto,
es una práctica mayor. De esta búsqueda, realizada honestamente, derivará la
última fase, derivará también la Onda de Vida y la permeabilidad de las ruedas
(los chakras) a la Onda de Vida.
No te ocupes de la Onda de Vida, tú no puedes ni dominarla, ni
controlarla, ni dirigirla. Tú vas a observarla. Y tú vas a situarte pues, en el
punto de vista del observador, que va a plantearse la cuestión: ¿está bien,
está mal? Mientras juegues ese juego, el éxtasis no puede nacer. Llega un
momento en que comprendes que no puedes influenciar de ninguna forma la Onda de
Vida, pero tú eres siempre observador. Plantéate entonces la cuestión de “¿qué
es lo que es observado?”, de “¿quién es el observador?” y te convertirás en la
Onda de Vida. Dejando nacer así, el éxtasis, marcador indecible del Absoluto.
Lo que hay que estabilizar, es lo que ya está estabilizado y no se ha movido
jamás, nunca ha desaparecido. Es muy exactamente, el Absoluto: ahí donde no hay
ya observador, ahí donde no hay más lo observado, y ahí donde no hay más,
tampoco, lo que está detrás del observador. Porque el Absoluto es a la vez lo
observado, el observador y lo que está detrás del observador. Tampoco hay más
distancia ni diferencia
No tenemos más cuestiones, os damos las gracias. Entonces, yo nos
propongo poner, de manera tran, un término a nuestras charlas (ndt: de nuevo
utiliza de forma muy libre, un juego de palabras para entretiens= entre tiens
et miens=charlas tuyas y mías). Dejaré al más cualificado que yo expresar lo
que representan ese Don de Sí y ese Abandono de Sí. Intervendré en otro momento,
en vuestro camino hacia la realización. Os queda leer lo que os he dicho. No lo
hagáis una palabra de certeza o de evangelio. Tratad de ver lo que es justo, lo
que no es justo. No como un aspecto discriminador sino, de igual manera que yo
lo he expresado, en forma de investigación. Daré las instrucciones en pocos
días, que nos permitirán terminar esta conversación (entre tien et mien) a fin
de ir al principio y la Esencia misma, de lo que se ha dicho. Es decir, de ir
más allá del diálogo, más allá del diábolo y más allá del símbolo, para, de
alguna forma, reunir los tres elementos en la misma indecible Verdad del
Absoluto. Doy Gracia a vuestra escucha. Doy Gracia por haber soportado y
llevado las palabras que tenía que daros. Puesto que es necesario que me
nombre, BIDI os saluda y os dice en vuestro tiempo, hasta pronto.