No resistas lo que ocurre. Es imposible ser nuevo y viejo al mismo tiempo, pero todos queremos ser los mismos a la vez que realizamos cambios. Ésta es la fórmula perfecta para atascarse. Con el fin de buscar tu verdadero yo debes abandonar imágenes antiguas de ti mismo. Es irrelevante si te agrada quién eres o no. Una persona con autoestima elevada y logros sobresalientes está atrapada por igual en la guerra de contrarios. De hecho, estos individuos suelen pensar que están ganando esa guerra para el lado "bueno'. La parte de ti que se ha liberado de todas las batallas es el testigo. Si quieres encontrarlo, más vale que te prepares: los viejos hábitos centrados en ganar y perder, ser aceptado o rechazado, sentirse en control o disperso, empezarán a cambiar. No te resistas a este cambio; te estás despojando de los adornos del ego y adquiriendo un nuevo sentido del yo.
Ábrete a lo desconocido. Lo que crees que eres no es real sino una mezcla de sucesos pasados, deseos y recuerdos. Esta mezcolanza tiene vida propia: avanza por el tiempo y el espacio experimentando sólo lo que ya conoce. Una experiencia nueva no es nueva en realidad; es un leve giro de sensaciones bien conocidas. Abrirte a lo desconocido significa arrancar de raíz tus reacciones acostumbradas y hábitos. Observa cuán frecuentemente las mismas palabras salen de tu boca, las mismas preferencias y aversiones dictan lo que haces con tu tiempo, las mismas personas hacen de tu vida una rutina. Toda esta familiaridad es como una coraza. Lo desconocido está fuera de ella, y para encontrarlo debes estar dispuesto a recibirlo.
No censures ni niegues lo que sientes. En la superficie la vida cotidiana es mucho más cómoda que nunca. No obstante, las personas aún llevan vidas de silenciosa desesperación. La fuente de ésta es la represión, la sensación de que no podemos ser lo que queremos ser, sentir lo que queremos sentir, hacer lo que queremos hacer. Un creador no debe estar limitado de esta manera. Ninguna autoridad ejerce esta represión sobre ti; es totalmente impuesta. Cada parte de ti que no puedas enfrentar levanta una barrera entre tú y la realidad. Y sin embargo, las emociones son totalmente privadas. Sólo tú sabes cómo te sientes, y cuando dejas de censurar tus emociones, el efecto supera por mucho la simple sensación de bienestar. El objetivo no es experimentar sólo emociones positivas. La libertad no se alcanza sintiéndose bien; se alcanza siendo fiel a uno mismo. Todos tenemos deudas emocionales con el pasado, en la forma de sentimientos que no pudimos expresar. El pasado no quedará atrás mientras estas deudas no estén saldadas. El propósito de cancelar las deudas emocionales es encontrar tu lugar en el presente.
El ego tiene un repertorio de racionalizaciones para coartar tu libertad emocional:
Ve más allá de ti mismo. Si habitas un yo estable y fijo puedes creer que has logrado algo positivo. Las personas suelen decir: "Ahora me conozco a mí mismo". Lo que en realidad conocen es una imitación de un yo real, una colección totalmente histórica de hábitos, etiquetas y preferencias. Debes ir más allá de esta identidad creada por ti mismo, para hallar la fuente de energía nueva. El testigo silencioso no es un segundo yo. El testigo es una sensación del yo que está más allá de las fronteras.
Ir más allá de uno mismo significa tomar conciencia, con determinación auténtica, de que tu identidad fija es falsa. Entonces, cuando el ego te exija ver el mundo desde la perspectvia de "qué hay en él para mí", podrás liberarte respondiendo: "ese yo no está a cargo ya".
Haz del centro tu hogar. Estar centrado se considera deseable. Cuando las personas se sienten distraídas o dispersas suelen decir: "Perdí mi centro". Pero si no hay una persona dentro de tu cabeza, si el sentido que el ego tiene del yo es ilusorio, ¿dónde está el centro?
Paradójicamente el centro está en todas partes. Es el espacio abierto que no tiene fronteras. En vez de pensar en tu centro como un lugar definido (del modo en que las personas señalan su corazón como el asiento del alma) permamece en el centro de la experiencia. La experiencia no es un lugar; es un foco de atención. Puedes vivir ahí, en el punto fijo alrededor del cual todo gira. Estar descentrado es perder concentración, apartar la mirada de la experiencia o bloquearla. Estar centrado es como decir: Quiero encontrar mi hogar en la creación". Te relajas y adoptas el ritmo de tu propia vida, lo cual prepara el escenario para encontrarte a ti mismo en el nivel más profundo. No puedes llamar al testigo silencioso pero puedes acercarte a él rehusándote a perderte en tu propia creación. Cuando me descubro eclipasado por algo, recurro a unos sencillos pasos:
Las personalidades del ego están entrenadas por el hábito y el pasado; avanzan como motores autopropulsados. Si puedes observar el mecanismo en marcha sin quedar atrapado en él, descubrirás que posees una segunda perspectiva siempre serena, alerta, objetiva, sintonizada pero no eclipsada. ese segundo lugar es tu centro. No es un lugar sino un encuentro cercano con el testigo silencioso.
Deepak Chopra