El Matrimonio del Cielo y de la Tierra que se acerca, no es nada más que vuestro propio Matrimonio con todo lo creado y lo increado.
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Soy HILDEGARDE DE
BINGEN, Hermanas y Hermanos encarnados en esta humanidad, os ruego honrar y
aceptar compartir la Gracia
entre todos nosotros, antes de que comience a expresarme.
…Participación del Don de la gracia…
Desearía (continuando con lo que ya he dado, hace algún
tiempo), sobre la Tensión
vivida en mi vida, hacia el Abandono, re-situar en relación al tiempo en que
estáis hoy.
Os es posible vivir vuestro Matrimonio mucho más allá de
CRISTO, puesto que en la época en que vivía encarnada en esta Tierra, la Onda de Vida no era
accesible, totalmente. El medio que el occidental que yo era, había encontrado
para vivir esta Tensión hacia la
Luz, hacia el Todo solo podía traducirse por una adhesión a
la vida misma de CRISTO, por su sacrificio y la fecundación de la Tierra, por su sangre en la
cruz. Era, de alguna forma, la manera privilegiada de reencontrar la Luz, el CRISTO y salir de
cualquier condición limitada a través de un cuerpo. Vuestro vocabulario hoy, es
mucho más rico. Vuestras experiencias posibles, también son más ricas. El
Matrimonio (el hecho de ser, como yo decía en mi vida, una Esposa de CRISTO)
hoy, está ampliamente sobrepasado por vuestra capacidad, vuestra posibilidad de
inscribiros y vivir este Matrimonio místico en todo elemento, de alguna forma, la Onda de Vida. Tenéis hoy,
real y concretamente, esta posibilidad, esta Doble oportunidad: primero de
todo, la Onda de
Vida es accesible enseguida, toda conciencia que viva la Onda de Vida se inscribe en la Dimensión de CRISTO como
KI-RIS-TI, hijo ardiente del Sol, como conciencia que ha accedido a eso que ya
no es limitado. Esto es un triunfo para vuestro tiempo porque, ciertamente (y
sobre todo en Occidente y en cualquier país del mundo), es más fácil, más
accesible y verosímil vivir este Matrimonio místico, sea con vuestro propio
Doble (cuerpo de Êtreté), sea con cualquier Hermana o Hermano que viva también
esto. En esta vida que he vivido, yo he demostrado que era posible realizar una
función de madre superiora con un objetivo místico y una concreción mística de
las más intensas.
El Matrimonio con CRISTO, vuestro Matrimonio místico con una
conciencia CRISTO, os hace recorrer
todos los dominios de lo posible, todos los campos de experiencias, a partir de
datos calificados de históricos, pasando por conocimientos mucho más allá de
cualquier intelecto, de cualquier actividad mental del cerebro, más bien como
una suerte de ciencia infusa, superando ampliamente el conocimiento, superando
ampliamente la noción de cualquier experiencia, de cualquier estado.
Hoy, no estáis llamados a Casaros con otra cosa que con
vosotros mismos, con otra cosa que otro vosotros mismos, en la forma de un
Hermano o de una Hermana. Las circunstancias no son las mismas. Los tiempos no
son los mismos. Incluso si esto Último representa, de alguna forma, la
terminación lógica de cualquier marcha llamada espiritual. El Don de la Gracia hoy, nos permite (a
todas las Hermanas como a toda la humanidad) acercarnos como nunca, los unos a
los otros. Es por cierto, ese reencuentro mismo con el CRISTO, con el Doble,
con una Hermana o un Hermano que vive ya esto, ese acercamiento crea un proceso
particular, llamado Matrimonio místico o Unión Mística. Con el CRISTO, como con
cualquier otra conciencia Cristo, como con el Doble, la Unión Mística es una
experiencia indisoluble, permanente, llevando al Ser cuya conciencia se ha
revelado a esto a establecerse, cada vez más frecuentemente, más allá de la Alegría, más allá de todo
lo que hace la persona (en sus juicios, en sus afectos), más allá mismo de
cualquier historia. Esto es un elemento nuevo. Tenéis pues, la posibilidad
inestimable de reproducir a voluntad esta comunión, de compartir, que viene a
multiplicar el Éxtasis mismo.
Dentro de unos días seréis llamados, y esto se ha lanzado
(ndr; ver rúbrica “protocolos para practicar / protocolos prioritarios” de
nuestro sitio), para compartir la gracia mucho más allá de los Alineamientos
vividos hasta el presente, que han sintetizado la Merkabah
Inter-dimensional colectiva. La participación de la gracia,
si no se ha hecho ya, os va a instalar en una conciencia que yo calificaré de
Alegría irremediable, de Alegría Eterna. Algunos de vosotros han vivido con
anticipación esos estados, que no son estados. Este acercamiento, de alguna
forma ha fijado el desarrollo mismo de sus vidas, les ha llamado a vivir lo que
fue denominado por MARÍA, la éxtasis: el proceso en que la conciencia ordinaria
desaparece totalmente, para dejar lugar, en un primer momento, a un estado de
sueño que se revelará como otra cosa que el sueño. Hoy, no quiero decir con
esto, que haga falta dejar todo para instalaros en ese éxtasis.
Aunque a veces, efectivamente, para algunos de vosotros,
esta Tensión hacia la Luz
se acompañe de un mecanismo de ruptura, más o menos importante, con la vida
ordinaria, la finalidad no es la ruptura con la vida ordinaria sino, como se os
ha dicho, su propia trascendencia. Hay pues, ajustes en curso que se harán cada
vez más perceptibles. Ese estado, hoy como en mi época, simplemente necesita de
su reconocimiento, como Verdad más plausible, más demostrable. En el Banquete
celestial al que estáis convidados, hay Danza, hay la Onda, hay esta ondulación,
esta implosión y explosión al mismo tiempo, este Éxtasis que os lleva y
transporta a vuestra indecible Presencia en vosotros mismos, más allá incluso
de la Presencia,
más allá de cualquier definición, más allá de cualquier posibilidad de
compartir, de otra forma que por la experiencia de lo vivido. Todo está hecho,
en la construcción de la personalidad, para haceros adherir y creer que este
mecanismo se traducirá por la aniquilación de la personalidad, de la propia
conciencia, haciendo vivir entonces, la resolución última de las últimas
ataduras formales a la vida aquí, que os conduce a experimentar de manera más
fácil que en mi época, el Absoluto. La cuestión del Absoluto no es ni
comprenderlo, ni vivirlo en cualquier enfermedad o cualquier problema, sino más
bien instalaros en una Alegría más allá de la alegría, en una Plenitud que
ninguna relación externa a vosotros mismos, puede realizar. La Onda de la gracia, el Don de
la gracia, ha de hacerse vuestra primera naturaleza. Cualesquiera que sean los
elementos de resistencia presentes en vuestra vida, absolutamente nada podrá
resistir, ni incluso intentar o considerar oponerse. Algunos de vosotros viven
esta transformación, mucho más allá de esta forma, más allá de una simple
experiencia.
Encontrar vuestra esencia, es a la vez un choque, a la vez
una magia y a la vez, una evidencia, que os hace vivir que nada debe ser
omitido, rechazado o excluido de la
Verdad de la
Luz. Estáis de todas formas, instalados en el marco de una
vida efímera, hoy ciertamente, mucho más que en otra época, por el hecho mismo,
a la vez que un sentimiento de urgencia como de precariedad, de suerte que son
los estimulantes para vivir la
Vida Una, la verdadera Vida. Muchos signos, muchas
manifestaciones están llamadas a desarrollarse, a amplificarse, en este cuerpo
mismo, como en vuestra conciencia. Dándoos acceso, no a poderes, sino a
capacidades impensables para la conciencia ordinaria e impensables, totalmente
para el Sí. Esos signos (sean llamados clari-audiencia, clari-videncia,
claro-sentir, premoniciones, contactos con las otras Dimensiones, las otras
realidades) no deben desviaros de la finalidad, más allá de cualquier etapa,
que es revelar vuestro Absoluto. Los Seres que sois, van a aparecer en su
majestad, cada vez más fácilmente, con un reconocimiento y una reconexión cada
vez más accesibles, transcendiendo ampliamente los lazos llamados kármicos, que
os remiten a una actividad primera (si puedo llamarlo así), una resonancia
primera, que ha sido traducida abusivamente en el concepto utilizado, en lo que
vosotros denomináis la Nueva
Era, para las denominadas Llamas gemelas o Almas hermanas.
De todas formas, hay un solo elemento de Verdad tras todo
esto, que es precisamente la capacidad de vivir juntos, sin distinción de lo
que sea, ese Matrimonio místico, transcendiendo por supuesto la carne, sin
ninguna connotación de la personalidad, sea la que sea, sino propiamente
potencializando, amplificando, multiplicando, vuestra propia gracia. Habrá un
Don de la gracia común, que se amplifica por sí mismo, de uno a otro y del otro
al uno, sin decidirlo, sin elegir, como una evidencia más allá de cualquier
obligación, de cualquier sexo, de cualquier rol. Esto tiene el riesgo, en un
primer momento, de hurtar lo que queda de personalidad, porque todos hemos sido
privados, durante nuestra vida (sea en mi época o ahora), de esta Verdad. Aceptar
la no-separación y vivir la no-separación es otra cosa. Lo que se hará
posible vivir no es una acción
deliberada por vuestra parte, ni de la otra persona o de una multitud de otras
personas. No hay necesidad para esto, ni de contacto físico, ni de voluntad
personal, ni de organizar cualquier plan. Pero esto está llamado a
generalizarse, poniendo a veces a ruda prueba, el sentido mismo innato de la
propiedad, de la personalidad inscrita en una lógica afectiva que le es propia.
Todo ser Libre encuentra la
Libertad bajo la forma de otro ser Libre y esto está más allá
de toda contingencia, de toda programación, de toda historia, de todo pasado y
sobre todo, de cualquier encarnación. El Matrimonio místico es la esencia misma
de la vida no separada. Lo que se ha denominado la deslocalización de la
conciencia formando parte de la continuación de vuestras comuniones, fusiones y
disoluciones, que os llevan a vivir la deslocalización, es decir la capacidad
no deseada de ser a la vez un cuerpo que ocupáis habitualmente, como de
cualquier otro cuerpo.
No hay secreto, no hay velo o separación en la manifestación
del Absoluto, sea la que sea la forma, o la ausencia de forma. Es por tanto, en
esos tiempos de la Tierra
que vivís, mucho más que una revolución que pone fin a cualquier barrera, para
aquellos de vosotros que lo viven, poniendo fin a cualquier ilusión de ser
solamente una persona limitada por la piel. Limitada por los sentidos, más bien
haceros vivir esta posibilidad de ser, no ya vosotros mismos, sino totalmente
el otro, en la carne, más allá de los pensamientos y las emociones, en su
conciencia misma. El Absoluto incluye todos los relativos. El Absoluto incluye
absolutamente todo, haciendo vivir para el que está inserto en una vida
efímera, la posibilidad de esta Unión, a cualquier nivel que sea más allá de la
carne. Sea por el corazón, haciendo vivir una apertura, jamás vista y jamás
vivida hasta el presente, de vuestro propio corazón, con el corazón del otro,
hasta el punto donde os hacéis, real y concretamente, el otro, en su corazón.
Las primeras vivencias tratarán que volveros a atar a los esquemas existentes
en este mundo y que sin embargo, no tienen estrictamente nada que ver con este
mundo ya que esta relación particular (que es una forma de transposición de la
conciencia) no tiene nada que ver precisamente, con el mundo en que estáis,
sino tiene que ver con los Mundos totalmente Unificados y con una vivencia en
esta forma del Absoluto, totalmente. El fin de los límites, el fin de los
encierros, no es simplemente encontrar la Libertad de su propia conciencia, sino de
encontrar la Libertad
de cualquier conciencia y de vivirla de manera indiferente. En ese momento, lo
que era conocido como vuestra carne, no será ni siquiera vuestra carne, porque
podrá vivirse de manera simultánea (sin noción de posesión, sin noción de
violación), la simultaneidad de los cuerpos, la simultaneidad de las
conciencias. Esos procesos que desvían en un primer momento, a vosotros
encarnados, se os harán familiares. De esta resonancia particular, de esta
Unión mística resultará, como la difusión, tal como un reguero de polvo, del
Amor. Este acto de Amor, porque lo es, está indeciblemente ligado al Absoluto y
a lo Último y no tiene nada que ver con cualquier relación considerada según
las leyes de la persona, según las leyes de la sociedad, según las leyes
morales.
Si evitáis referir eso a este mundo, os convertiréis
efectivamente, eso con lo que estáis Casados. Por mi experiencia, en mi vida yo
era la Esposa
de CRISTO. Por vuestra experiencia hoy, seréis los Esposos, las Esposas de la Libertad, del Absoluto, a
través de unos y de otros. Esto concurre a abatir los muros más herméticos, los
más infranqueables. De la Unión
mística resulta un Absoluto aun más, si se puede decir, lúcido, penetrando y
transcendiendo. Habrá realmente una interpenetración de las conciencias.
Ninguna separación será posible más, prefigurando de alguna forma, el
Matrimonio místico del Cielo y de la
Tierra, enteramente consumible y consumido, donde ni el Cielo
ni la Tierra
estarán separados, y donde ninguna conciencia permanecerá separada, donde el
Amor se hará la textura misma de cualquier resonancia de relación. Esto se
instalará (si no lo ha hecho ya, en algunos de vosotros) como una evidencia,
sin ninguna coloración afectiva, sin ninguna coloración posesiva, sin ninguna
coloración de pertenencia, sino más bien como la realidad y la norma de la vida
de la conciencia Liberada y de la
Vida como Absoluto. Ninguna forma, ninguna conciencia podrá
establecer límites. Es lo que vivís o viviréis y es lo que va a vivir este
mundo. Vosotros estáis en cierta forma, en el esbozo, a partir de las primeras
manifestaciones del Manto Azul de la gracia, desde las primeras Ondas del
Éxtasis, para aquellos que las viven. Recordad que no tendréis ningún medio de
juzgar, ni de contrariar este Amor indecible que os Liberará, a unos y otros en
el Amor más absoluto, el más auténtico, el más compartido.
De este conjunto de manifestaciones y de experiencias, os
descubriréis realmente ilimitados, Últimos. Todas las barreras que habéis
creado, caerán entonces. No habrá nada que lamentar porque todo se hará
Transparente, entre vosotros como en el mundo. Así es la manifestación del
Amor. Así es la manifestación del Absoluto. Así es el Absoluto y el Amor, en
este mundo como en cualquier mundo, desde el instante en que la Onda de Vida es, de algún
modo, re-concienciada y eficiente. Algunos de nosotros, o algunos Ancianos, os
han dicho que vosotros mismos erais la onda de Vida y que nada puede diferenciar
una Onda de Vida de otra Onda de Vida, cualquiera que sea la barrera construida
en este mundo, cualesquiera que sean los condicionamientos fuertes de este
mundo. La libertad que se va a instalar os es por el momento (si no se ha
vivido ya), totalmente inconcebible, y sin embargo, es la naturaleza misma de
lo que pasa en cualquier mundo, en cualquier Dimensión, más allá del carbono.
Este proceso participa innegablemente de la Ascensión de este mundo
y de vuestra propia Ascensión, haciéndoos vivir (tanto en esta forma como en
cualquier otra forma) la ausencia de forma, el indecible Éxtasis que es
comunión, participación y Amor.
Entended bien que, en la vivencia nadie puede ser un
enemigo, porque no hay enemigo, solo hay amigos. Solo hay una Danza única del
Amor. Esto no destruirá en nada vuestra esencia sino que os hará vivir la
esencia común, ahí donde no existe más distancia, más separación, más identidad
ni identificación, más posibilidad de estar aislado o encerrado. Esto lo
sabemos, sois muchos a vivirlo, que se haya realizado en el Sol, o en esta
carne sin participación de la carne. La Ascensión es eso. El Éxtasis es nuestra
naturaleza común y el Éxtasis no puede ser más que compartido en el mismo Don,
en la misma Unidad, en el mismo Último. Solo la mirada separada, la de la
personalidad, inscrita aun en sus propios límites, en sus propios miedos, puede
considerar esto como nefasto o contrario a su evolución. No hay nada de
nefasto. No hay evolución. Todo es perfecto desde el origen, desde la partida y
desde cualquier tiempo. Es esta perfección la que fue apartada y que impedía
precisamente, ser ese Absoluto, ser este Éxtasis y este Amor.
La generalización de la Onda de Vida os llevará, en un momento dado, a
rendiros a la evidencia. Evidencia que os hemos sugerido fuertemente: no sois
este cuerpo, no sois una parcela, vosotros sois el Todo. Sois el Absoluto, sois
la Unidad,
sois las Unidades. Es a partir de esto como se realizará vuestra Finalidad o si
lo preferís, vuestro destino, como conciencia Libre hacia una forma, hacia un
sin forma, hacia una Dimensión o conjunto de Dimensiones. Entended que sois
enteramente Libres, enteramente responsables, enteramente autónomos, en este
Éxtasis. No busquéis traducir, como algunos han hecho, en una materialidad determinada, lo que se va a producir. Por
supuesto, existen historias que deben ser realizadas, incluso para esas
historias a realizar, no tenéis nada que juzgar, nada que condenar, porque si
no, sois vosotros mismos lo que os condenaréis y vosotros mismos los que os
juzgaréis. En ese sentido es en el que
os hemos repetido unos y otros, así como los Ancianos, durante semanas, no
juzgar jamás lo que sea, o a quién sea, perdonar siempre, dar siempre, sean las
que sean las apariencias, sea lo que sea que os aparece a través del filtro de
vuestra mente, de vuestros afectos, de vuestros condicionamientos. No tenéis
ningún medio objetivo (en la personalidad), de juzgar lo que sea ni siquiera de
comprender lo que sea. Seréis llevados entonces, a concienciaros de todo el
poder del Amor, todo el poder de la
Vida, todo el poder del Éxtasis, cara a cualquier elemento de
este mundo, ya fuera el más opuesto al Éxtasis. Vosotros estáis todos, sin
ninguna excepción, invitados al Banquete celestial y de vuestro posicionamiento
y vuestra mirada, como se ha dicho, derivará lo que tenéis que vivir. El CRISTO
lo pronunció: “os será hecho muy exactamente según vuestra Fe”, es decir según
vuestra experiencia. Si mantenéis incluso sin ninguna voluntad, un límite, os
limitáis vosotros mismos. Mientras que haya un sentimiento de pertenencia a lo
que sea o a quien sea, ese sentimiento de pertenencia os encierra. Cambiar de
mirada, cambiar de posición, cambiar de conciencia, os llevará a realizar que
no sois esta conciencia en este cuerpo, pero que sois el conjunto de las
conciencias en todos los cuerpos, sin juego de palabras, como evidencia de lo
que decía ya el CRISTO: “lo que hacéis al más pequeño entre vosotros, es a mí
al que se lo hacéis”. Vosotros lo viviréis en vuestra carne, totalmente. La Onda del Éxtasis, la Onda de Vida os lleva a la Libertad. La Libertad
de ser vosotros mismos, más allá de cualquier límite y más allá por cierto, de
cualquier miedo, de cualquier encierro.
Lo que habéis realizado (y lo que nosotros hemos realizado,
con vosotros, a través de las Bodas de Luz, a través de la Merkabah
Inter-dimensional colectiva y ahora a través del Manto Azul
de la gracia) es el Gozo Supremo de todo lo que es Vida, de todo lo que Es.
Solo la personalidad querrá quizá, mantener un límite, mantener un encierro,
por razones que le son propias pero que, incluso ahí, no tenéis que juzgar, ni
condenar, ni salvar. Recordad que la comunión y el compartir se realizan por sí
mismos. No tenéis que preocuparos de dirigir esta Unión, esta comunión, ese
compartir hacia tal o tal ser, hacia tal o tal conciencia, hacia tal o tal ser
amado más que otro, o menos que otros, porque todo esto se realizará de manera
enteramente natural (de alguna forma, sin preguntaros vuestra opinión, sin
demandaros cualquier justificación), no respondiendo a ninguna lógica incluso,
sino simplemente a la lógica del Éxtasis, en cuanto a su multiplicación que es
la propia de cualquier Éxtasis. No hay nada que perder, como se ha dicho. No
hay nada que ganar. Solo hay que estar más vivo, más irradiante, más Absoluto,
si se puede decir, cada vez más allá de cualquier carne, más allá de cualquier
mente, de cualquier sexo, de cualquier edad, de cualquier condición. Esto os
atrapará y os maravillará, repito, de Éxtasis en Éxtasis, de Corazón a Corazón,
de carne a carne, rompiendo así, definitivamente el aislamiento, la depredación
y el sufrimiento. Vosotros sois totalmente este Éxtasis y el Éxtasis solo puede
comulgar, compartirse, entregarse. Ahí está el perdón, en su sentido más noble.
El Manto Azul de la gracia, la
Onda del Éxtasis os va a aparecer, si no lo ha hecho ya, como
la única Verdad. No habrá más alternativa que permanecer limitado o hacerse
ilimitado. Esta comunión, ese compartir os llevará cada vez más a extraeros del
sufrimiento, de la separación, de la ilusión del sufrimiento, con otro, con el
Sol, con lo que sea), reforzaréis lo que Sois. No habrá más incertidumbre. No
habrá más la mínima duda. Y, como os han dicho, la mínima cuestión, porque esto
se hará la única evidencia posible, la única Verdad posible. Todas las máscaras
de todas las personas están llamadas a esta transfiguración, a esta Resurrección,
a este Absoluto. Nada estará apartado. Nada será evitado.
Lo que puedo decir es, preparaos. Esta preparación no es un
trabajo, ni una petición, ni un ejercicio, sino un estado Interior de
asentimiento a la Onda
de Vida, al otro, a cualquier otro. No estáis separados: nunca hemos estado en
definitiva, realmente separados. Porque la verdadera separación marca la
ausencia de Vida, la ausencia de Verdad y esto es estrictamente imposible. La
única forma de hacer dudar al humano ha sido crear el nacimiento y la muerte
con un sentimiento de interrupción. Aunque esto os aparecerá bajo su verdadero
día. El Matrimonio del Cielo y de la
Tierra que se acerca, no es nada más que vuestro propio
Matrimonio con todo lo creado y lo increado. Cuanto mejor dejéis que se produzca,
más felices, alegres seréis, en total posesión de vuestros medios, de una
lucidez jamás obtenida y sobre todo, de una paz sin igual. He aquí algunos
elementos relativos al Don de la gracia, la Onda de Vida, este Éxtasis, este Absoluto, que
mis hermanas Estrellas me han pedido transmitir con mis palabras.
Dejaré la palabra al Arcángel URIEL que tiene, si se puede
decir, bajo su copa, esta Última Revelación, con el Ángel METATRON, poniendo
fin a todas las ilusiones, sin ninguna excepción. Recordad que sois Amor, que
sois Eternidad. Recordad que sois Absolutos, que hay mucho más que compartir
que el Sí o la Realización,
sino que tenéis que compartir el Amor. El Amor no puede ser encerrado en
ninguna parte, ni en un cuerpo, ni en una idea, ni en una creencia. Entonces os
dejo (llevados por la Onda
de la gracia) a esas frases que he pronunciado y que, sin falta, en un tiempo
que os es propio, os aparecerán como límpidas porque las viviréis. Tendréis
conciencia, más allá de cualquier dogma, más allá de cualquier refutación. La Onda de la gracia es nuestra
naturaleza, es bendición permanente. No conoce ningún límite, ningún encierro,
ninguna otra cosa que ella misma. Yo soy HILDEGARDE DE BINGEN. Yo soy la que
vosotros Sois, como cada uno de nosotros.
…Participación del Don de la gracia…
Hasta muy pronto, en Éxtasis, en el Amor….
Original en francés.
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Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milan
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