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Yo soy GEMMA GALGANI. Hermanos y Hermanas
en humanidad, os presento la
Gracia y el Amor. Vengo como Estrella UNIDAD, para dialogar e intentar desarrollar con
vosotros (más allá de algunas palabras) lo que puede representar, traducir y
manifestar, lo que se llama el Matrimonio místico o si no, Unio Mystica. Este
Matrimonio místico puede ocurrir y ocurre, tanto por la acción del Manto Azul
de la Gracia,
como independientemente. El Matrimonio místico va a contribuir a su manera, a
establecer y a haceros vivir el Absoluto. Representa en cualquier caso, en esta
Tierra, en este cuerpo que vivís, una forma de trascendencia final de esta
carne (de este cuerpo), un Reencuentro íntimo, con vosotros mismos, con el
otro, con CRISTO. El Matrimonio místico
va a reforzar de alguna forma, e ilustrar, el principio mismo de la Fusión y la Disolución en la Luz y en CRISTO. El Matrimonio místico es un Reencuentro. Un
Reencuentro que marca a hierro candente, la Conciencia y este
cuerpo que desemboca así, en la vivencia del Absoluto y que sobre todo, marca
lo que Sois, en Verdad, con el Sello de la Eternidad, donde la vuelta atrás nunca jamás es
posible, ni siquiera es contemplada.
El Matrimonio místico va a terminar, de alguna
forma, en un paso último entre la
Dualidad y la
Unidad, pero no solamente. Esto es lo que nosotros podemos
llamar también, las Últimas Bodas, el Último Reencuentro, el que os hace salir
(una vez más, de manera irreversible), de la Ilusión y de la separación. No solamente por la Luz y la Unidad, sino más bien como
un Matrimonio (una Unión íntima, intensa) con el CRISTO o con vuestro Doble.
Cualquiera que sea el nombre que podáis darle (según vuestra vivencia del
momento), cualquiera que sea el nombre que podáis dar, a lo que parece ser
exterior a vosotros y que viene a invitaros a fundiros en su Verdad. Que el
nombre que utilicéis sea el de CRISTO, o
el de cualquier otra Conciencia que viva o haya vivido este proceso del
Matrimonio místico (al mismo tiempo que vosotros o en otros tiempos), viene a
haceros trascender la persona que creíais ser, hasta este momento. Viene a
quebrar los últimos límites de la vida y de la encarnación, tal como se vivía
(incluso dentro de la Luz).
Las circunstancias de ese Matrimonio (con
cualquiera que se produzca, cualquiera que sea esta conciencia) se desenvuelven
siempre con ciertas similitudes. El Doble (y es el nombre que yo emplearé) se
acercará. Se va a aproximar (si no lo ha hecho ya) de forma totalmente
imprevista, sin ningún deseo, en un momento que no depende de vosotros, que no
depende de una meditación o de un estado particular. Pero frecuentemente
coincidirá con un momento en que la
Onda de Vida o el Éxtasis, parece maravillaros y llevaros más
allá de donde estáis, a otra parte que en este cuerpo. Y sin embargo, vosotros
sois plenamente. Por supuesto, existe también una puerta de entrada del Doble,
en este cuerpo. Y muy a menudo, esta puerta de entrada está situada en la
espalda. Por supuesto, todo lo que llega
por detrás puede crear un elemento de sorpresa porque, efectivamente, lo que
llega se concibe como exterior, como lo que no forma parte de vuestra
experiencia, de vuestra vivencia, de vuestros hábitos. Hay efectivamente, una
Presencia que está detrás de vosotros, es lo más frecuente (a veces delante de
vosotros), y que os invita (más allá de las palabras) a hacerse ella, a
olvidaros de vosotros, totalmente. Ciertamente esto va a provocar, a veces,
dudas y preguntas. Esas dudas y esas preguntas pueden traducirse por un miedo
de perderse, un miedo de aniquilarse. Pero la mordedura del Amor es intensa, en
ese momento, porque el Corazón vive no solamente un abrazo en el Fuego, no
solamente un calor, no solamente una Vibración, sino más bien un temblor de
todo el pecho, un temblor intenso, en el que participan las células, en el que
todo el pecho parece estremecerse.
Así que, según vuestras anteriores
experiencias y según a lo que os afiliéis, ese Doble os va a pedir, si queréis
Desposarle. Pero esta demanda es mucho más que una petición en matrimonio, tal
como se puede imaginar eventualmente en la Tierra. El temblor
intenso del pecho, puede manifestarse también en el espalda (en las zonas que
están situadas a una parte y otra de la Puerta KI-RIS-TI). A menudo, existe la percepción de una
transfixión del Corazón (produciéndose de adelante hacia atrás o de atrás hacia
adelante). A menudo, se ven Seres de Fuego, en visión Interior o en Visión
Etérica. Esos Seres de Fuego parecen portadores de una espada de Fuego. Ciertamente,
según la experiencia de cada uno, esto puede ser asimilado al Ángel MIGUEL y su
espada, al CRISTO, o los Seres Elementales de Fuego (los Agni Deva, por
ejemplo) que vienen a tomar posesión, totalmente de vuestro Corazón. En ese momento, existen dos mecanismos: un
mecanismo de tensión hacia esto (un poco como mi Hermana Hildegard os ha
hablado, hace algún tiempo, esta tensión hacia el Abandono) y al mismo tiempo,
nace en alguna parte, en esta Conciencia, un miedo, el miedo de perderse y al
mismo tiempo el deseo de perderse, el sentimiento de no existir más que a
través del Otro, de no ser más, de no ser nada, enfrentándose al Vacío, a esta
Disolución. Y por lo tanto, no hay ninguna duda sobre la Intención de ese Doble.
No hay ninguna duda sobre la
Pureza. No hay ninguna duda sobre el Amor que está vehiculado
por ese Doble. Y esta Presencia parece crecer todavía más, tomar todo el
espacio de vuestro Corazón, todo el espacio de vuestra espalda, tomar toda
vuestra carne, esa que puede entonces, estar agitada por los mismos temblores,
mucho más allá de la Onda
de Vida, mucho más allá de una energía (sea la que sea). La carne es realmente
Desposada y transformada, de manera íntima, en este momento. Esto se vive, esto
se percibe, realmente. Todo el cuerpo está recorrido por estremecimientos, por
Vibraciones, por temblores. Por supuesto no cabe ninguna duda sobre la Intención de lo que
pasa.
Pero existe ciertamente (de manera
natural, yo diría), en este cuerpo en el que estáis, el miedo de perderse, el
miedo de vuestra propia desaparición y de vuestra propia consumición. Ocurre
frecuentemente, en ese momento, que la conciencia parece separarse del propio
cuerpo, justamente. Pero también de separarse de este instante, para dejaros
ver todos los instantes pasados de vuestra vida (que necesitáis abandonar y al
que os hace falta renunciar). Hay como
un paso en revisión de todo lo que constituía lo que erais antes. Sabéis que
hay algo que se juega, que es irreversible y fundamental. Ese Doble puede tomar
también la apariencia, si puedo decirlo, de un Hermano o de una Hermana
(conocido(a) o desconocido(a) que vive el mismo proceso. De hecho, que se
presente a vosotros bajo forma de CRISTO,
de Buda, de un Hermano conocido o desconocido, de una Hermana conocida o
desconocida, no cambia en nada al proceso, porque íntimamente sabéis que sois
vosotros los que vivís esto, sabéis que hay una fase que se desarrolla ahí. El
miedo del Vacío, el miedo de la
Disolución va a tomar todo el espacio, al mismo tiempo que un
Amor Indecible os llena y os colma. Colma de tal forma que da una impresión de
ser demasiado o de ser tanto, que este cuerpo y esta conciencia no puede
contener y no puede bastar para contener, porque nada sobre esta Tierra puede
parecerse, ni de cerca ni de lejos, a lo que se vive. Es en ese momento cuando
el Éxtasis encuentra un sentimiento de sufrimiento extremo, se ahoga en el
Éxtasis, como una ola. Esta ola que arrastra todo a su paso, que devasta todo
lo que creíais ser hasta el presente. Cada respiración en conjunto, puede durar
una Eternidad.
Entonces, el Matrimonio místico puede
consumirse o no, puede refluir y volver en otros momentos. Hasta el momento en
que vuestro sí, se haga un sí potente, sin ninguna suposición que convertirse
en el Otro, sin ninguna voluntad de separación de lo que sea. Si esto se
produce (gracias a la Onda
de Vida), existe una percepción de la
Onda de Vida en la que estáis a punto de volveros (si no se
ha hecho ya), al mismo tiempo, una Presencia. Os parece fusionar con el Universo
entero, con el total de los humanos, el total de las conciencias que existen
por todas partes. Os ahogáis literalmente, en cada Conciencia. El tiempo se
para o se diluye al extremo: no hay más espacio, no hay más vosotros, solo hay
eso, ese Todo, lo que es tan vasto, tan inmenso, que parece totalmente
imposible de contener en el espacio y los límites de la carne de este cuerpo.
Cuanto más vais hacia ese sí, más el espacio del pecho, más allá de la Vibración, entra en
temblor, en estremecimiento: no sabéis ya distanciar y separar cualquier
Éxtasis de cualquier sufrimiento, el cuerpo y la conciencia pierden sus
referencias y todo sentido de una identificación a lo que sea. Podéis así, ir y
venir de vosotros mismos, en Éxtasis, a ese Vacío, ese Absoluto que parece de
alguna forma, imposible. Pero la llamada del Amor, del Doble, es mucho más
fuerte que lo que se pueda considerar o imaginar.
El sentimiento de Transfixión puede ser
también mayor en ese momento, revelando por encima de esto, la inminencia de
una muerte, la inminencia de una desaparición. Y en ese momento, otras
percepciones pueden tomar su lugar en este cuerpo, poniendo en movimiento tanto
los órganos más íntimos, como las extremidades (sea la cabeza, las manos, los
pies). Un vértigo parece atraparos ante la inmensidad de lo que aparece. Hay al
mismo tiempo, este Éxtasis, este Gozo que reúne de alguna forma, la muerte y la
desaparición. Es el momento en que ese sentimiento, esa percepción de estar
totalmente pleno o completo, puede fusionar con el sentimiento de ser una
concha vacía donde no habita nada. Vosotros unís los dos extremos. La gama de
percepciones ahoga completamente la conciencia.
Y en un momento dado, ceden las barreras:
no hay más barreras, no hay más obstáculos, porque nada de lo que sois puede
razonablemente, oponerse a lo que penetra, a lo que os toma y que de hecho, os
lleva a la Verdad. Que
esto se desarrolle en este cuerpo, en este momento, o que haya como una suerte
de expulsión de la conciencia de este cuerpo (que se encuentra en la Luz, en el Sol o en otro mundo
o en las percepciones vinculadas a los Elementos, es decir ser el Fuego, ser el
Agua, ser el Aire o ser la
Tierra), poco importa, porque en ese momento, sabéis que el
sí se ha pronunciado. Todo lo que era el pasado (que habíais podido ver)
desaparece. No hay más pasado. No hay ya más preguntas sobre cualquier futuro.
No sabéis más por cierto, lo que es el pasado, lo que es el futuro. Vosotros
estáis simplemente en esta Unión, en ese embelesamiento. No sabéis ya en ese momento,
si sois vosotros mismos que estáis muerto, o si sois el Otro que ha nacido en
vosotros. No puede existir la más mínima distancia. No puede ya existir la
mínima separación, la mínima división. Entonces, la ola y el temblor parecen
transformarse, serenarse y ser reemplazados por una Paz sin igual. Por
supuesto, esto puede ocurrir en una vez, o reproducirse durante tiempos
interminables y volviendo a reproducirse cada vez, con las mismas secuencias,
con las mismas percepciones, con el mismo Vacío, con la misma Alegría. Hasta el
momento en que ese Matrimonio sea consumado, os parece que lo que se ha
Desposado, se aleja, dando un sentimiento de desgarro aun más intenso y de
vacío aun más intenso, que os hace de alguna forma, orar para que cese, para
que jamás desaparezca aquél que parece desparecer (o aquella que parece
desaparecer).
Y después, poco a poco, la Paz va a reemplazar todo esto.
Tomáis conciencia entonces, de que estáis completos, de que no sois ya lo que
habéis sido. Todo lo que podía ser cuestión, pregunta, miedo, no puede siquiera
aflorar más a la
Conciencia. Os habéis convertido en la Onda de Vida, ese Absoluto.
Os habéis hecho el Otro, cualquier Otro. Porque en ese momento, el Matrimonio
místico no está ya dirigido hacia una sola persona (ya fuera el CRISTO) sino
que abrazáis en el mismo Amor, toda conciencia, toda vida, toda forma, todo
universo. La palabra Amor se hace la única posibilidad de Ser, la única
capacidad de manifestar. No hay, por cierto, absolutamente nada más. Este
cuerpo (que esté bullendo, quemando o helado) no os perturba más. Las
sensaciones, por supuesto, a nivel del pecho, a nivel de lo que llamáis
Kundalini, en la espalda, en los pies, en las manos, da a veces ese sentimiento
de estar crucificado, de estar atravesado, en las extremidades o en los
miembros, con un dolor que a veces, puede pareceros intenso pero que en sí
mismo, os arroba en Éxtasis. Todo es un pretexto, de alguna forma (el mínimo
movimiento del cuerpo) para despertar ese estado. Siempre permaneciendo, quedándose
en Paz. Todo es certeza.
Más que nunca, las miradas que llevéis a
vuestra vida no serán las mismas. Vosotros Amáis indistintamente. Os es
imposible en ese momento, hacer la mínima diferencia entre cualquier
conciencia. No podéis tener otras prioridades que Amar, Todo. Todo lo que
parecía personalizado, personal (en vuestros afectos, en vuestros amores), no
existe simplemente más, sin que exista la mínima cuestión, el mínimo
cuestionamiento. Incluso sin quererlo (os daréis cuenta), cada respiración de
vuestra vida solo es una Llamada a que se reproduzca ese Matrimonio místico.
Estáis realmente marcados, de manera indeleble, por el Fuego del Amor
Primordial. Y esto es contagioso. Porque emana de vosotros, permanentemente, lo
que se escapa de vuestro Corazón y lo que entra en vuestros pies, en vuestras
manos, por todas partes y que os conduce a estremeceros, no ya de deseo o de
temor, sino de Amor simplemente. Y esto es (y lo sabéis), perpetuo y sin
interrupción, día y noche, pidiéndoos sin descanso, a vosotros mismos, mantener
esta Unión (y eso Es), mantener este Reencuentro. No existe ni siquiera atracción, por lo que nosotros
llamamos los mundos espirituales. No hay ya necesidad de partir de ahí donde
estáis. Estáis plenamente en este cuerpo, sin estar ya en el. Vosotros estáis
efectivamente, marcados al rojo vivo. Las sensaciones, las percepciones, pueden
hacerse intensas o, por el momento, desaparecer completamente, sin que eso
cambie lo que sea, de lo que Sois. Cualesquiera que sean los vaivenes, las
percepciones de la conciencia, vosotros estáis totalmente distantes. Vosotros
estáis totalmente presentes en esta Unión mística. Incluso el estado de Éxtasis
o de Gozo se hace sereno, aun creciendo en intensidad y en potencia.
Esto lo habéis vivido, lo vais a vivir, en
un momento o en otro (sea en estos tiempos que vivís o en los tiempos finales
de este mundo). Obviamente, los condicionamientos de la vida de la
personalidad, de la sociedad, no os han preparado de ninguna forma para vivir
esto. No existe además ninguna preparación posible. Todo esto se desarrolla
porque (como se os ha dicho, ya desde hace muchas semanas) es exactamente
porque estamos Unos y Otros, en la misma Unidad, en la misma Presencia, más
allá incluso de este mundo. Todo esto puede ocurrir en el espacio de una
milésima de segundo de este tiempo, como parecer que se reproduce durante días
y semanas. No hay reglas. Pero las etapas que os he dado (aunque le pongáis
otros nombres) os permitirán entender lo que he dicho. Seréis verdaderamente
recorridos. Os convertiréis en ese Tesoro, ese Amor que vosotros llamáis.
Habréis entonces, basculado hacia la Eternidad, basculado, viviendo en ese Absoluto.
Nunca más estaréis sometidos al condicionamiento, a la mente, a vuestra
historia, a vuestras emociones. Nunca más la duda podrá aparecer. Nunca más la
carencia podrá, simplemente ser sospechada. La Unio Mystica será de
alguna forma, indeleble. El espacio del pecho, atravesado y transfixado, será
como una Fuente abierta permanentemente, que ninguna distancia, ninguna duda,
podrá interrumpir o incluso ralentizar. La Onda de Vida será generalmente instalada de
manera definitiva, en ese momento. Todo lo que miréis será bendecido. Todo lo
que toquéis será tocado en lo más íntimo de sí mismo. Ninguna de las
dificultades de este mundo, podrá densificar o separar lo que vosotros sois.
Ese Doble estará totalmente integrado en
vosotros. Lo que os parecía tan grande y tan vasto, llegando por detrás de
vosotros o por delante, esta Luz Blanca fantástica que os parecía tan
imposible, tan improbable, ciertamente se ha convertido en lo que Sois,
pudiendo daros incluso, síntomas muy físicos, de esa Crucifixión y de esta
Resurrección. Pero no concedáis importancia a este cuerpo (cualquiera que sea
su experiencia). Todo os parecerá como nimbado con la misma Luz, con la misma
cualidad de Amor. Incluso aquél que os rechaza, no puede ser rechazado por lo
que vosotros sois. Viviréis realmente lo que quiere decir esta frase: “Padre,
perdónalos. No saben lo que hacen”. Podréis decir entonces, en la alcoba de
vuestro Corazón: “Yo soy la Vía,
la Verdad y la Vida”, porque he desposado al
CRISTO, porque vivo la Unión
mística, esa que pone fin a cualquier vacío, a cualquier incertidumbre, a
cualquier peso. Vuestra mirada será capaz de abrazar al Hermano o Hermana que
también se aproxima y se apresta a vivir esta Unión mística. Esta Unio Mystica
es el más bello regalo, el más bello presente, que el Amor y la Gracia puedan haceros en
esta carne, haciéndoos vivir en esta forma limitada, el Absoluto, la Fuente, el Padre. La
beatitud es tal que todo se hace posible, que todo puede ser reproducido. No
existe efectivamente, ningún límite más, ninguna barrera más. Estáis fundidos
con el Todo, con cada uno. Todo está recubierto por vosotros, de una Gracia, de
un Amor indecible.
Esta consumación (porque lo es) va por
supuesto, a cambiar (sin que lo queráis de ninguna manera) todas vuestras
relaciones, todo lo que está presente en vuestra vida. Todo parece propagarse
en torno a vosotros y en vosotros, para facilitar y obrar en el sentido de una
facilitación de ese Absoluto. No podéis hacer otra cosa que sonreír. No podéis
hacer otra cosa que tener el mismo estallido de Amor en vuestros ojos (sea lo
que os digan y lo que miréis). Para muchos de vosotros, las etapas de UNIDAD y
del Sí, de alguna forma os han familiarizado con el acercamiento a ese estado.
Aunque no hayáis vivido el Sí, aunque no hayáis construido esta Luz (al
acogerla en vosotros), podréis vivir esta Unión mística porque no hay, de
hecho, ninguna preparación necesaria. Y en estos tiempos particulares de la Tierra, esto se abre a
vosotros como una evidencia. No hay edad, no hay problema, sea el que sea, que
pueda limitar o impedir esto, si no sois vosotros mismos. Estas son algunas
palabras, breves, que tenía que daros sobre esta Matrimonio místico y sobre ese
Doble que os lleva y os estrecha y os devuelve sobre todo, a vuestra Libertad,
a vuestra Verdad. Hermanas y Hermanos, si tenéis algunos elementos de consulta
sobre el Matrimonio místico, exclusivamente y si puedo aportar informaciones
suplementarias, lo haré de buena gana.
Pregunta: ¿lo que llamáis “marcas a hierro
candente” son los estigmas de CRISTO?
Sí. Cualesquiera que sean vuestras
creencias, evidentemente, existe una analogía: es Vibratoria por supuesto, es
similar, porque es en esas zonas donde se encuentran las llagas de CRISTO (tal
como se han llamado). Esas zonas de vuestro cuerpo son efectivamente las más
sensibles, las más preferentes.
Pregunta: ¿el acercamiento del Doble puede
dar la sensación de tener las piernas temblonas?
Sí. Esto es tan grande, tanto. Hay como lo
que podría llamarse una emoción amorosa, pero más fuerte, más intensa. Todo
puede temblequear, no únicamente las piernas. Todo puede ponerse a temblar y a
estremecerse.
Pregunta: ¿la Onda de vida se presenta
indefinidamente, hasta que nosotros digamos “sí”?
No tenéis la Eternidad para decir
“sí”. La Onda de
Vida puede seguir, independientemente de este Matrimonio místico. Por cierto,
el Matrimonio místico se manifiesta también por la Onda de Vida. No es posible
diferenciar la Onda
de Vida, del Doble, del Matrimonio místico, de vuestro propio cuerpo: formáis
un solo cuerpo. Hay efectivamente lo que yo he denominado flujos y reflujos,
más o menos pronunciados, más o menos intensos, más o menos cercanos.
Pregunta: ¿cualquier experiencia pasada de
ese tipo hay que refutarla, como propone BIDI?
Desde el instante en que tú has vivido una
experiencia y simplemente una experiencia, que no se ha instalado en la
duración, sí, pertenece indiscutiblemente al pasado y no está ya presente.
Cualesquiera que sean las razones y circunstancias, ya no está viva. Porque
está inscrita en la trama de la historia. Y no lo está en lo que hay que vivir
ahora.
No tenemos más preguntas, os damos las
gracias.
Hermanas y Hermanos en humanidad, como
Depositaria del Manto de la
Gracia, doy Gracia y vivamos juntos, esto. Os digo hasta muy
pronto. Demos Gracia.
…Participación del Don de la Gracia…
Soy GEMMA GALGANI, vuestra Hermana en
CRISTO en Eternidad. Yo soy vosotros.
Hasta pronto.
Original en francés
www.autresdimensions.com
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milan
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