Original en Francés
Canalización: Jean Luc Ayoun
Trascripción: Veronique Loriot
Traducción: Susana Milan y
Amparo Iribas
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Mi
nombre el HERMANO K. Hermanos y Hermanas, establezcámonos en la Comunión.
…Compartiendo
el Don de la Gracia…
He
venido a vosotros, en este día, para intentar expresar lo que a priori, es
complejo pero que espero que a través de nuestra Comunión, las Vibraciones y
las palabras que voy a emplear, permitirán simplificar. Vamos a abordar el tema
de la no-percepción, llevando como siempre, primero de todo, a definir lo que
es la percepción y en qué marco se inscribe en relación a la conciencia y en
relación a la vida tal como la conocéis y tal como es.
La
conciencia en encarnación, sea la que sea, se basa en la experiencia, en la
propia percepción, se basa en cierto número de elementos que le permiten interaccionar
permanentemente consigo misma y con el conjunto de lo viviente en este mundo.
La conciencia va por tanto, a presentar cierto número de atributos que van a
derivar de un cierto número de ejes, más o menos presentes, más o menos
importantes. El primero de esos ejes concierne a la concepción y entiendo por
concepción, todo lo que puede ser modo de interacción en un sentido amplio, y
que procede directamente de los mecanismos del pensamiento, de los mecanismos
de adhesión a las creencias así como al conjunto de experiencias de la
encarnación que han imprimido en el ser ciertos elementos. Viene a continuación
la percepción. La percepción es la capacidad de la conciencia para recibir y
emitir algunos elementos que le permiten, a través de los sentidos y para
algunos, más allá de los sentidos, recibir un número de señales que van, de
manera ineludible, a interaccionar, en un primer momento, con la propia
percepción, estando en interacción la concepción y la percepción. Dentro de la
concepción, podemos hacer entrar tanto la educación como la propia sociedad, la
propia cultura, el medio cultural, el conjunto de los afectos, el conjunto de
experiencias que se han realizado a partir de la aparición en este mundo, sea
en esta vida o en lo que corrientemente se ha llamado otras vidas.
La
problemática es que la conciencia del ser humano en encarnación presenta
ciertos filtros. Esos filtros se han llamado Velos. Esos Velos pueden estar, en
un primer tiempo, como facilitando el acceso a otra cosa que lo que es visible
o percibido por el común de los mortales, no es menos, como voy a intentar de
explicaros y demostrarlo, un filtro que modifica, cierto, la percepción
haciendo ver lo que es invisible para los sentidos pero que no está menos
coloreado, también, por vuestras propias concepciones, vuestras propias ideas,
vuestras propias organizaciones, Internas y también sociales. Hablaré entonces
de percepción estrecha, en el sentido en que es la percepción correspondiente a
los sentidos habituales y comunes a todo ser humano, más o menos agudos, más o
menos evidentes, aunque sea por ejemplo, la audición o en el plano
estrictamente físico existen, cierto, déficits de audición como una audición
que es calificada de absoluta, el oído absoluto. La conciencia evoluciona pues,
y se manifiesta por un mecanismo que se ha llamado proyección, esta proyección
permite la interacción y es esta proyección de la conciencia, en un entorno
dado, la que va a dar las percepciones. Percepciones sensoriales, percepciones
ligadas a los conceptos inscritos en el humano como en la sociedad. De la
interacción, por ejemplo, de la concepción del humano y de la concepción de la
sociedad resulta una adecuación o una inadecuación del humano en relación a su
entorno.
La
percepción puede también llamar, a lo que yo denominaría la percepción
ampliada. Es esa que os he descrito, por haberla vivido en un momento de choque
vivido en mi encarnación pasada. Esta percepción ampliada desborda el marco de
los sentidos, desborda pues, el marco usual y se va a manifestar por una
amplificación de la percepción, desbordando ampliamente los marcos usuales y
dirigiéndose, de alguna forma, a una maravilla, puesto que era invisible en la
percepción estrecha. La percepción ampliada se hace en un modo no sensorial,
sino extrasensorial, pudiendo recordar eventualmente, a los sentidos más
sutiles que aquellos que os son conocidos, como por ejemplo la clarividencia,
la clari-audiencia, el claro-sentir, la intuición. Esta percepción ampliada da
pues acceso a lo que es calificado de invisible o de no percibido dentro de los
sentidos ordinarios. No olvidéis que la percepción estrecha (como la ampliada)
va necesariamente a encontrarse confrontada a vuestras propias concepciones. Es
decir a vuestras propias ideas, a vuestros propios pensamientos, a vuestras
propias experiencias y a vuestras propias construcciones mentales y también
afectivas.
La
percepción estrecha como la percepción ampliada, corresponden las dos, a las
proyecciones de conciencia trayendo de vuelta, una señal que puede ser también,
y es necesariamente filtrada por las concepciones, pero también por los
diferentes filtros llamados cuerpos sutiles, que en sí mismos justamente, les
está permitido percibir lo que era no visible, no percibido dentro de la
percepción estrecha. El uno como el otro son pues, condicionados y
condicionantes. No son libres de la interferencia de la conciencia, no son
libres de juicio, no son libres del libre albedrío pero se inscriben según un
principio llamado evolución, específico de este mundo. Toda concepción,
estrecha como ampliada, va a modificar los velos que han permitido precisamente
esta percepción. El primero de los velos concierne evidentemente, a lo que yo
llamaría el afecto o lo afectivo, en su sentido más amplio, correspondiente al
cuerpo astral, al cuerpo emocional o si lo preferís, al cuerpo de deseo. En
definitiva, se puede decir que lo que se ve en la percepción estrecha como en
la percepción ampliada, deriva de una cierta manera, de la cualidad del cuerpo
de deseo, de su presencia, de su rarefacción pero también de lo que constituye
las concepciones que interactúan con este cuerpo de deseo, llamado el cuerpo
mental o el velo mental.
El
velo mental está constituido por las creencias, las ideas y las experiencias
que han permitido formar, construir directamente la personalidad, dándole un
marco de referencia y de ajuste al entorno. El entorno por sí mismo ha formado
a través de la cultura, la educación, la experiencia vivida a partir de los
padres y de las diferentes relaciones construidas, para hacer que la misma
realidad de este mundo no se traduzca por lo real dentro de la concepción de
cada Hermano y cada Hermana. La diversidad de las creencias, la diversidad de
las ideas, la diversidad de las emociones y de los afectos traduce
indiscutiblemente ese principio y es lo que hace la diversidad, la riqueza de
lo que se llama la vida de este lado donde estáis.
Ninguna
de las percepciones se da cuenta de la Verdad absoluta o de lo real. A menudo
se ha dicho que lo invisible no era la verdad en este mundo y que lo que era
visible para los ojos, para los sentidos o para las percepciones solo estaba
filtrado, de alguna forma y confrontado de alguna forma, a vuestras propias
experiencias. Así es por ejemplo, con lo que se llama el sentir. Muchos
Hermanos y Hermanas se fían de su sentir, sin dudar un segundo de que ese
sentir es también, pasado por los filtros del velo astral y del velo mental. Y
por tanto, que él también está sometido a una dualidad inexorable, puesto que
existen cosas, y lo sabéis pertinentemente, que os parecen justas, que os
parecen injustas, que os parecen buenas o que no os parecen buenas para
vosotros, o para el otro, pero siempre en relación a un sistema de filtros o de
velos ligados a las ideas, a las creencias, a la educación y al sistema social.
Parece ahora, que la percepción estrecha como la ampliada, están alteradas por
la interacción misma, existente en este mundo.
La
cuestión que se plantea es saber si la percepción, como la concepción, pueden
aplicarse evidentemente, más allá de las leyes y de las interacciones de este
mundo. La respuesta a través de lo que vivís, de lo que habéis leído, os lleva
a pensar y a vivir que eso no es verdad. El sentir del uno no es el sentir del
otro. Y sin embargo, precisamente lo que se observa, puede ser exactamente el
mismo objeto, la misma conciencia, la misma energía, el mismo acontecimiento,
que se puede revelar como lo opuesto, para un Hermano u otro. Dicho de otra
forma, lo que es bueno para el uno no es bueno para el otro. Se puede
considerar razonablemente que esto es así, por otra parte. Y se puede afirmar,
y es esto lo que voy a intentar explicaros, que mientras que exista una
percepción, que mientras exista una concepción, mientras que lo que se llaman
velos o cuerpos sutiles estén presentes, ningún elemento traído a la conciencia
puede ser correcto, porque está, como acabo de explicar, coloreado por la
presencia de dichos velos, de dichos cuerpos sutiles, incluso en lo que
concierne a las cosas no visibles, es decir dentro de la percepción ampliada.
La
concepción en sí misma, procede del conjunto de creencias de todo lo que ha
sido experimentado, o de aquello a lo que os habéis eventualmente adherido sin
siquiera plantearos la cuestión de saber por qué os habéis adherido a tal
creencia, porque esto os parece justo. Aunque no exista sentir asociado, ni
percepción asociada. Así es la historia del género humano en este mundo, donde
se traduce a ese nivel también, una suerte de filiación, que os encierra y
aliena, privándoos de la Libertad.
Todo
lo que es conocido, todo lo que es probable y experimentable se referirá
siempre a vuestro propio punto de vista, como se ha dicho, es decir a vuestros
propios filtros, y vuestros filtros no son los mismos que los de un Hermano o
una Hermana, y sin embargo todos somos Uno. Entonces es eso que existiría, más
allá de la percepción estrecha como ampliada, más allá de las concepciones, más
allá de lo afectivo y de las emociones, algo que permitiría superar sus
límites, de alguna forma, y permitiría acceder a un Ilimitado donde hubiera, si
no una misma finalidad, al menos un mismo soporte o un mismo elemento que fuera
común y que por tanto, alcanzara lo que se llama principio de la Unidad.
Mientras
que los Velos estén presentes (aunque os dejen ver lo que se llama invisible
para los sentidos), permaneceréis y estaréis condicionados por vuestras propias
concepciones: ideas, cultura, educación, experiencias personales, experiencias
de vida pasada. ¿En el seno de este sistema que está referenciado a un pasado,
a una experiencia, puede encontrarse una objetividad total? Esto es
absolutamente imposible. Lo que es justo para vosotros no es justo para el
otro. Y yo pienso que no habrá nadie para contradecirme, relativo tanto a lo
que vosotros llamáis el Amor como la Luz, como las religiones, como los
sistemas sociales e incluso dentro de dos individuos extremadamente cercanos,
no existe de manera infalible, la misma percepción, la misma concepción. Se
puede entonces preguntar muy legítimamente, si la percepción en sí misma,
aunque fuera la más ampliada posible, como las concepciones más vastas posible,
no son obstáculos a algo más. Puesto que toda percepción, toda concepción, todo
afecto, toda emoción van a inducir una forma de reacción dentro del individuo
encarnado que es el modo de expresión normal de la encarnación, que se puede
llamar de la manera más amplia posible, Acción/ Reacción. El hecho de percibir
o de concebir siendo entonces una acción, la reacción se traduce por el ajuste
a lo que se percibe, a lo que se concibe, a lo que ha sido la experiencia
personal. Ahí desembocan todas las incomprensiones que existen en este mundo.
La mayoría de los seres humanos evolucionan según los principios de creencias.
Hace algún tiempo, os expliqué el rol de la imagen, el rol de la visión. Lo que
digo hoy, supera ampliamente el marco visual. Sabéis todos, también, que sobre
los sentidos más sutiles, como la audición, la misma música, la misma voz puede
pareceros agradable o desagradable, o indiferente. Y sin embargo, de manera
objetiva el sonido, la música que es emitida es exactamente la misma, en el
plano físico. Pero el resultado a nivel de un individuo, quizá es también
estrictamente al contrario del uno como del otro.
¿Puede
pararse la percepción? ¿Las concepciones pueden pararse? Entiendo por pararse,
no desaparecer, ya que están en la base de la conciencia en encarnación y la
encarnación en sí misma, solo es un juego de interacciones. ¿Existe un medio
entonces, de poner fin a los filtros, de poner fin a la percepción estrecha
como ampliada, de poner fin a las concepciones y de poner fin a los afectos y a
las emociones? La respuesta es con seguridad: sí, es ser Absoluto.
Evidentemente, sabéis que no se puede decir nada del Absoluto y durante mi vida
yo decía a algunos interlocutores que aquellos que me hablaban así,
evidentemente, no habían atravesado jamás la Orilla para ir del otro lado. Y
evidentemente, mientras que no hayáis atravesado la Orilla, no tenéis ninguna
posibilidad, por las percepciones, por las concepciones, aunque vuestra
concepción se acerque a la Verdad y a lo real de la Otra Orilla, no tenéis
ninguna experiencia y esto permanece en el nivel de la creencia, o de la
adhesión a un dogma. Todo lo que no es por tanto, experimentado realmente por
sí mismo, no presenta ningún sentido ni ninguna realidad en relación a la
percepción y a la concepción, es decir que esto permanece aunque estén
aterrados. Existiría por tanto, una concepción estrecha procedente de lo que habéis
vivido, o aquello a lo que os habéis adherido en este mundo por vuestra
experiencia, vuestros afectos y vuestras emociones. Existe, de igual forma, una
concepción ampliada que se podría llamar los ideales pero esos ideales en sí
mismos, aunque fuesen los más nobles, como una aspiración o una tensión hacia
un futuro mejor o sublimado, no son en nada una experiencia vivida. Esta
concepción ampliada, cualquiera que sea su ideal, ya fuera el Amor, el carisma,
la compasión o la Edad de oro, no sigue siendo más que proyecciones, aunque
fuesen más amplias, por supuesto, que las concepciones estrechas que rigen por
ejemplo, las reglas morales, sociales, políticas de vuestra sociedad.
Tener
un ideal, efectivamente amplia la concepción, porque desde ese instante, no
estáis rígidos en los mecanismos ligados a la experiencia pasada sino que
intentáis crear realmente, un mundo mejor. Pero ese mundo mejor, lo queráis o
no, aun apoyándose en conceptos ideales como el Amor, no podrá ser más teñido
por vuestros propios filtros, vuestras propias experiencias. Y chocará muy
fuerte, con lo que está establecido en la sociedad, el tejido social o el grupo
social, como de cualquier cosa inmutable. La novedad de la búsqueda de novedad
que podéis aplicar en relación a un mundo mejor no estará en definitiva, más
que en función de vuestra propia experiencia, es decir, de vuestra propia
conciencia. Sea la conciencia del yo o la del Sí. Sea también, estrecha o
ampliada. La una como la otra no cambia absolutamente nada. Entonces ¿existe un
medio de ir más allá de todo esto? Lo paradójico, es que es necesario cesar la
percepción, cesar la concepción, cesar las emociones y lo afectivo para
desembocar sobre lo que no es posible como pasaje o experiencia, sino estado
último, llamado Absoluto.
Os
hemos dado los elementos, los elementos sobre los que hemos insistido, como
Pilares del Corazón. Dos de estos, llamados Humildad y Simplicidad han sido muy
extensamente explicados. Pero la Humildad y la Simplicidad, como concepción, no
bastan para superar la concepción ampliada, pero va a proveer un marco que yo
llamaría más vasto, que permite quizá, superar el marco.
Solo
la Transparencia puede permitir, en la ausencia de percepción y de concepción,
no proyectar más la conciencia y situarse más allá del sujeto-objeto y por
tanto, de la distancia necesaria entre un sujeto y otro sujeto, un sujeto y un
objeto, entre un objeto y otro objeto que están definidos por lo que se ha
llamado una localización precisa, una forma precisa, una densidad y un conjunto
de características físicas extremadamente precisas que definen, por otra parte,
lo que es el objeto. Esto es un poco más difícil para el sujeto, pero es
totalmente realizable, de igual forma, por los acercamientos, diversos y
variados que existen, tanto a nivel filosófico, como sociológico, como
espiritual. Pero que solo son referencias a un marco, experimentado o
experimentable y que permiten, de alguna forma, desenvolverse en el mundo en el
que evolucionamos cuando estamos encarnados.
De
lo que quiero hablaros no tiene absolutamente nada que ver con todo eso que he
definido. Y como sabéis, nosotros no podemos hablar de lo Desconocido. No
podemos hablar del Absoluto. Pero sí hay un elemento sobre el que puedo
explicar, es la Transparencia, porque la Transparencia, cuando es adoptada,
desemboca precisamente en la no-percepción y en la no-concepción. Es decir, de
alguna forma, una extracción del modo de interacción de la conciencia ordinaria
(como ampliada). Eso pasa evidentemente, por el silencio sensorial. Pasa
evidentemente, por la distancia de sus propias creencias, de sus propias ideas,
de sus propios pensamientos, así como de sus propios afectos y sus propias
emociones. Lo que podría llamarse en un primer momento, una forma de
des-identificación o des-personalización, con todas sus componentes negativas
tales como las concibe por ejemplo, la psiquiatría. Puesto que evidentemente,
cuando la des-personalización está presente y no existe ya relación con el
mundo de la satisfacción, los términos de diagnóstico caen, como por ejemplo,
la psicosis o el autismo. Pero no me dirijo, obviamente, a ese lado
psiquiátrico sino a los seres humanos sensatos, que han sido sensatos al buscar
un sentido a su vida, algo diferente, lo que es vuestro caso si me leéis o si
me escucháis.
Así,
¿cómo superar la percepción, cómo superar las concepciones? Y bien, conviene ya
situarse fuera del sujeto y del objeto, hacerse de alguna forma, el observador,
lo que se ha denominado inmutable. La Transparencia permite esto. Porque no va
a negar lo que se percibe, no va a negar las concepciones sino transcenderlas
ampliamente, superarlas, para ir más allá de lo que está inscrito, tanto en lo
estrecho como en lo ampliado. Solo a partir de ese momento, podéis
efectivamente, ir a la Otra Orilla. No existe camino para ir, solo existen
medios que pueden hacer cesar lo que es conocido, lo que es limitado, lo que es
del orden de la experiencia. Los Velos están ahí desde la encarnación. Por
supuesto, esas capas aislantes, puesto que se encuentran como sabéis, a nivel
del sistema solar, han sido muy ampliamente cortadas, o algunos de estos Velo
se han disuelto a nivel colectivo. Ahora, precisamente ¿qué es lo que os puede
permitir disolver vuestros propios velos? Y bien, hace falta aceptar que no
podéis percibir nada a través de la propia conciencia, no concebir nada, a
través de la conciencia o de la experiencia, concerniente a la Otra Orilla.
Así
pues, se os han dado, explicado muchos principios, como la refutación, la
encuesta, no volveré sobre ello, no es mi rol. La Transparencia, la he
descubierto y persigue de alguna forma, una aptitud particular ligada a las
condiciones de mi reencarnación en mi última vida, pero también por la
capacidad a la vez, de ser absorbido por lo que observaba y a la vez, por la
voluntad de no interferir. Era una voluntad personal de no interferir con la
percepción y aun menos con las concepciones. Esto requiere ser Libre de todo
juicio, requiere estar Libre de cualquier a priori y ante todo, liberarse de cualquier
creencia, de cualquier adhesión a vuestros propios afectos, a vuestras propias
emociones y a vuestra propia historia. Ese proceso de abstracción o de
extracción de sí mismo, una vez más, no es una despersonalización sino que os
va a hacer poder experimentar la Transparencia. La Transparencia es muy
exactamente, el instante que se produce cuando no existe más concepción, cuando
ya no existe la percepción. Es decir que la percepción ha sido empujada hasta
su extremo, esta percepción ampliada que os hace ver el milagro de la vida,
haciéndoos ver lo invisible y percibirlo, sentirlo. Pero como he dicho, todo
sentir es necesariamente huella de vuestro propio juicio de valores, de vuestra
propia escala de referencia que os es propia, una vez más. Ningún ser humano
encarnado posee una escala de valor, de referencia o de juicio que sea la
Verdad, puesto que no existe a vuestro nivel, como al nivel de cada Hermano o
Hermana, más que una verdad relativa. La Verdad absoluta se sitúa mucho más
allá de las capacidades de este mundo, mucho más allá de vuestras capacidades
de percepción, de concepción, de afecto o de emoción.
Hay
por tanto un proceso que podría aparentar, a ese nivel, como un sin-sentido.
Porque la conciencia, consciente de ella misma, no puede imaginar, ni siquiera
suponer que su desaparición pueda dar acceso a la Verdad o al Absoluto. Tanto
más porque un cierto número de principios de preservación son omnipresentes,
los conocéis. Se trata de los condicionamientos de este cuerpo, como el
conjunto de condicionamientos asociados a la educación. La educación os
encierra, no os deja Libres, porque os induce a las creencias. Todo esto
representa las ideologías, incluso en las matemáticas que dan cuenta de la
explicación de este mundo. Pero esta explicación permanece a nivel de la idea,
puede permitir la explotación de la ciencia y de la tecnología, pero en ningún
caso puede daros acceso a la vivencia de vuestra conciencia, más allá de
cualquier conciencia.
El
elemento mayor es la Transparencia y vuelvo sobre ello. Pasa de la percepción
estrecha a la percepción ampliada va a trascender los sentidos habituales para
daros acceso a lo que se llama el supra-sensorial o extra-sensorial, el
suprasensible. Porque éstos no son percibidos por los sentidos sino por otros
mecanismos, les llaméis chakras o proyección sutil, las diferentes vías, las
diferentes capas aislantes del ser humano. Desde el instante en que aceptáis
que el conjunto de vuestro sentir, que el conjunto de vuestras percepciones,
que el conjunto de vuestras concepciones no derivan finalmente, sino de
vuestros filtros personales, desde el instante en que cesáis de interaccionar o
de querer actual en lo que se ve, se percibe y concibe, se crea en el interior
de la conciencia, un estado de neutralidad. Ese estado de neutralidad puede, lo
más frecuentemente y sobre todo lo que vivís actualmente, permitiros
reencontrar las realidades ultra-sensibles. Los mejores ejemplos y el último en
fecha, concierne al Canal Marial, la Onda de Vida o incluso el Supramental.
Pero esto no basta.
Os
fue hablado y explicitado, numerosas veces, el principio del Abandono del Sí.
Especificándoos que los Cuatro Pilares, Infancia, Integridad, (Ética, si
vosotros preferís) o todavía, más allá de la personalidad, la Transparencia, la
Humildad y la Simplicidad, eran, de algún modo, las guías, los rieles que iban
a permitiros sobrepasar las reglas, cualesquiera fueran y sobre todo vuestros
propios filtros. Al momento donde se produce la percepción ampliada, cualquiera
sea la forma que se toma, sea a través del Canal Marial, sea a través de la
clarividencia, sea a nivel de la intuición o de la sensación indefinible que no
se expresa, necesariamente, por una clarividencia, un claro-sentir o una
clariaudiencia sino, más bien, por un lado que yo calificaría de instintivo, es
decir que el cuerpo mismo puede reaccionar a lo que es bueno para él y lo que
es malo para él, eso nosotros todos lo sabemos. Pero vosotros no tenéis ninguna
prueba (y además, no puede existir) que la sensación, instintiva o visceral, os
ayude en la vida de este mundo, ni sea una ayuda para acceder al Absoluto, muy
por el contrario. Desde el instante donde vosotros dais fe a vuestras
sensaciones, os alejáis del Absoluto, porque adherís a vuestra historia,
adherís a vuestra experiencia, a vuestras percepciones, a vuestras concepciones
y a vuestro instinto. Eso os puede ser muy útil para desenvolveros en esta vida
pero no os permitirá, en ningún caso, pasar del otro lado e ir sobre la otra
orilla.
Hay
pues que renunciar. Hay pues que, en un momento dado, más allá de toda
percepción, poner en movimiento un mecanismo que va a deciros: “ya está bien” y
eso se llama, de algún modo la Madurez. Esta Madurez va a mostraros, de manera
mucho más general, que la dualidad, que el karma, la acción/reacción, que la
encarnación en este mundo, no pueden en ningún caso rendir cuentas de lo que
vosotros Sois. Desde luego, cada Hermano y Hermana no llega a esta Madurez al
mismo momento, la problemática es que la Madurez, ahora, es un proceso
colectivo y que no concierne vuestro individuo, ni una persona sino el conjunto
del sistema solar, que viene a vuestro encuentro. Entonces es pues, de algún
modo, urgente encontrar lo que siempre estuvo ahí, lo que nunca desapareció,
más allá, precisamente, de vuestros filtros, de vuestras experiencias, de
vuestras concepciones, de vuestras percepciones y de vuestra Conciencia misma.
Desde
luego, la percepción estrecha y la percepción ampliada corresponden, de algún
modo (y en todo caso es superpuesto) al pasaje del Yo al Sí, es decir del
estado humano ordinario, donde circula una energía vital, a lo que se nombra el
Supramental o el Vibral, dándoos a descubrir un cierto número de
características nuevas, cuyos nombres han sido múltiples en el transcurso de
estos años. Ha habido, de algún modo, un aprendizaje llevando la Conciencia a
pasar de algo estrecho a algo amplio.
Desde
el instante donde, sea la que fuera, una vez más, la sensación o lo que está
más allá de los sentidos, que da a percibir esta percepción ampliada, hay un
momento donde hay que acabar con todo eso, porque nada de todo eso os llevará a
buen puerto y todo eso no mantendrá más que un aislamiento, incluso si un
cierto número de elementos os permiten extraeros a través de la Alegría, a través
del Samadhi y a través de la experimentación, que eso sea por la Kundalini, por
el despertar de los chakras o todavía por la Onda de vida, porque en todo eso,
hay un observador. La Onda de Vida es la que presenta una especificidad pues,
en un momento dado, en el Abandono más total del Sí, vosotros podéis volveros
la Onda de Vida y pues Ser lo que vosotros Sois de toda Eternidad, es decir
Absoluto.
¿Cuál
es pues el mecanismo, que no es un pasaje pero que permite pasar de una
percepción amplia a la no percepción? Y bien, es precisamente la Transparencia.
Cosa que yo manifesté, desde mi más tierna infancia, antes incluso de tener
acceso a la percepción amplia. La Transparencia consiste en dejarse atravesar,
en no interferir, en no interactuar con sea lo que fuera. Eso confirma, en
parte, el principio de la no dualidad que vosotros encontráis tanto en, por
ejemplo, el Hinduismo a nivel del Advaita, como encontráis en el Sufismo
original o, todavía, en el Budismo original y no más organizado, porque, desde
que hay organización, desde que hay estructuración, hay concepción y hay
pérdida de la ampliación. Y esto es una constante. Ninguna tecnología, puesto
que está basada sobre lo que es perceptual, perceptible o lo que es
conceptualizable, no puede permitiros, aquí tampoco, acceder a otra cosa que al
Sí. La Transparencia de la que hablo es un estado que se podría calificar de
Vacuidad. Es el momento donde toda percepción va a apagarse, donde toca
concepción va a apagarse. Es mucho más que la meditación. Los estados de
Alineamiento, que vosotros vivís desde, para algunos, muchos años, están
destinados a haceros llegar hacia eso.
Algunos
de ustedes, hoy, viven momentos donde la Conciencia está como ausente, sin que
eso sea sueño, propiamente dicho, incluso si eso está superpuesto. Es en ese
nivel que se sitúa la Transparencia, en el momento donde hay, de una cierta
manera, una obliteración de la Conciencia, una obliteración de los sentidos,
una obliteración de la percepción, de las concepciones, de las emociones y de
los afectos. Es precisamente en este instante, que os hace salir de todo
tiempo, es decir de la linealidad pasada, presente y por llegar, que os hace
salir de toda sensación, que se encuentra la solución. Mientras que vosotros
permanecéis a nivel de la sensación, permanecéis en vuestra historia personal.
Y no podéis tener acceso a vuestra historia inmortal, a vuestra Eternidad. Eso
es una constante. Rendir cuentas de esto, es la Madurez. Rendir cuentas de eso,
es deponer las armas y Abandonar el Sí. Pero eso no puede producirse más que
cuando hay una forma de saturación, tanto de las sensaciones como de las
percepciones, estrechas como ampliadas. Es el momento donde vosotros no
aceptáis tener ninguna autoridad exterior, ni remitiros a ningún modelo, a ningún
maestro, a ninguna ideología, a ninguna creencia, a ningún ser humano, como a
ningún ser espiritual. Y además, los principios (realizándose por el Canal
Marial, para aquellos que lo viven) de Comunión, de Fusión tienen un solo
objetivo: la Disolución y, por tanto, la Transparencia. Es pues el cese
completo de la interacción con este mundo, visible o supra-sensible, que
conduce al fin de la experiencia y al fin de la separación, es decir a la
Liberación.
Nosotros
pues os hemos llevado (y eso ya fue expresado) a percibir algo amplio, a
penetrar una realidad ultrasensible o supra-sensible, tanto más cuanto que a
nivel colectivo, los planos dichos sutiles y los planos multi-dimensionales se
acercaron a vosotros, hasta daros a percibir la presencia tanto de
desencarnados liberados como de seres espirituales. Y recordad, como eso fue
dicho, no es el costado sensacional de entrar en contacto con eso que hace que
vosotros sobrepaséis la percepción sino la interacción misma, que desemboca
sobre algo mucho más vasto. Así pues, no es vuestro punto de vista ni del punto
de vista de una entidad arcangélica, de una Estrella o de un Anciano, que se
realiza esta alquimia sino en la interacción que se juega donde, precisamente,
la distancia desaparece, donde precisamente el sujeto desaparece, donde los
sujetos pueden incluso volverse intercambiables, dándoos a vivir lo que es
nombrado la Transparencia. Porque para ser el otro, se necesita que lo que
vosotros sois se vacíe. Cualesquiera sean los nombres que vosotros empleéis.
Que sea un principio de Disolución, de Fusión o, todavía algo llamado el
Walk-in. Todo eso participa de una sola cosa: haceros descubrir y aceptar la
inmortalidad, es decir lo que vosotros Sois, en Absoluto.
La
no percepción no es por tanto una acción de rechazar la percepción. Es ir bien
a través de ella, aceptar no interactuar más con lo que es percibido e ir más
allá de lo que es percibido, de la misma manera que hay que ir más allá de lo
que es concebido, más allá de vuestras propias experiencias, de vuestros
propios afectos, de vuestras propias emociones y de vuestras propias
sensaciones. Mientras exista una sensación, no sois Libres. Mientras exista una
concepción, no sois Libres. Mientras exista una interacción, no sois Libres.
Todo lo que hemos llevado juntos (y que vosotros habéis conducido sobre esta
Tierra) os ha permitido, para muchos de vosotros, vivir el Sí, acercaros, de
algún modo, a un estado supra-sensible, dándoos acceso a las concepciones
ampliadas y a las percepciones ampliadas. Pero incluso eso debe desaparecer.
Solo en la desaparición completa de todos los velos, de todas las interacciones
y de todas las proyecciones, que se sitúa el Absoluto. Y esto pasa
necesariamente por la Transparencia. Esta Transparencia no es de ningún modo
una regla moral de conducta, de personalidad a personalidad, sino más la
Transparencia de la no-percepción, de la no-concepción, haciendo desaparecer
todas las señales, no rechazándolas de ver puesto que, en ciertos casos, es
precisamente aceptando ver lo que habéis rechazado de ver que vosotros pasáis a
través de la percepción y de la concepción. No se trata de renegar de las
sombras todavía presentes pero si de atravesarlas y no analizarlas, si las hay
en vosotros. Aceptar de verse cara acara forma parte de la Transparencia. No es
una Transparencia que se define en una interacción, en el sentido horizontal
(sea a nivel de un grupo social o de dos individuos, aunque estuvieran unidos
por la paz o por la guerra) pero sí en la aceptación de eso, se sitúa la
Transparencia que permite desembocar sobre la no-percepción y la no-concepción.
Mientras
vosotros inter-reaccionáis sobre este mundo, mientras vosotros
inter-reaccionáis con vuestra historia, mientras que vosotros inter-reaccionáis
con vuestras sensaciones, no sois Libres, porque estáis condicionados, incluso
si ese condicionamiento puede parecer como cada vez más flojo, a medida que
pasáis de la percepción estrecha a la percepción ampliada. Si llegáis a
comprender, más allá de las palabras, lo que os digo, va a volverse para
vosotros cada vez más evidente que la solución está ahí y se llama la Madurez,
que no deriva de una experiencia sino que precisamente deriva de la saturación
de experiencias. Desde el instante donde llegáis a comprender y a vivir que
toda experiencia de la Conciencia, finalmente, no os Libera, incluso si ella os
realiza, entonces, en ese momento, vosotros estáis listos para vivir la
Madurez.
Soltaros
de los afectos, soltaros de las emociones, no para apartarse pero sí para
atravesarlos (atravesarlos no quiere decir analizarlos y todavía menos vivirlos
sino, simplemente, atravesarlos) entonces, en ese momento, constataréis que el
conjunto de vuestras sensaciones, que el conjunto de vuestras concepciones y de
vuestras percepciones concerniendo tanto este cuerpo como vuestra Conciencia,
como este mundo, desaparecen en totalidad. En ese momento, estáis sobre la otra
orilla. Para retomar lo que decía UN AMIGO, la otra vez, es la posición del
observador que observaría un grupo de humanos. O para retomar lo que decía
BIDI, es pasar de aquel que observa la escena de teatro a aquel que sale del
teatro para ver que no hay más teatro. Mientras eso no se haya realizado,
estaréis en una verdad relativa. Y esta verdad relativa os va a hacer considerar
que todo lo que escapa a vuestro campo de percepción, a vuestro campo de
concepción, a vuestro campo de afecto y de emoción, como a vuestra sensación,
muy sencillamente no existe y desde vuestro punto de vista, tendréis razón. Una
vez más, solo la Madurez es susceptible de haceros aceptar la no-percepción, la
no-concepción. Y para eso, tenéis que volveros Transparentes. La Humildad y la
Simplicidad os permiten desembocar en esta Transparencia, que no es más una
regla moral ni social, ni de relación, porque la Transparencia aplicada a una
relación no sería aún más que un juego de ingenuos ligado a la interacción,
poniendo en juego los afectos, las emociones, las concepciones y las
percepciones.
La
detención de toda señal, como la detención de toda interacción, como la
detención de toda proyección, como la detención de toda interiorización o
exteriorización, va a llevaros a este punto de ruptura de equilibrio que os
hace pasar, instantáneamente, sobre la otra orilla. La no-percepción no es pues
la detención ni de la cognición ni de las percepciones pero sí su suspensión,
permitiendo salir real, concreta y definitivamente de la acción/reacción. Por
supuesto, la persona no está en absoluto concernida por eso. Por supuesto,
ninguna ley kármica, social, moral, espiritual, filosófica o psicológica no os
es de cualquier interés para vivir eso. Muy por el contrario. Es la superación
y la trascendencia de todos esos elementos que habéis vivido, conocido,
experimentado, inscritos a nivel consciente o inconsciente, que terminan. La
no-percepción os da pues, de algún modo, a vivir la Esencia de quienes vosotros
Sois. Mientras que eso no se realizó, vosotros no estáis Liberados. Desde
luego, nosotros os dijimos siempre que la Liberación concierne al conjunto de
la humanidad y que ese momento estaba inscrito en el buen querer de la Tierra,
así como en los ciclos astronómicos.
Muchas
de las Estrellas intervinieron, estos últimos días, para deciros, que ese
momento había llegado. Está totalmente aquí. Del mismo modo que UN AMIGO os ha
explicado, eso siempre estuvo aquí. Es solamente vuestra Conciencia que no
estaba. Y además, vuestra Conciencia no puede estar en ningún momento, puesto
que es necesario que la a-consciencia esté presente con el fin de superar,
trascender, transfigurar y resucitar en Absoluto.
Y
una vez más, no hay en todo esto, yo diría, ninguna obligación. Porque si no
estáis maduros, no estáis maduros. Porque si vosotros no queréis soltar, no
soltéis. Eso forma parte de vuestra Libertad imprescriptible, inscrita tanto en
la ley de acción/reacción como en la Ley de la Gracia. Pero, una vez más, eso
no puede ser uno y el otro, es necesariamente uno u el otro. Muchas de las
Estrellas también os hablaron, desde luego, del miedo y del Amor, porque lo que
está subyacente, por supuesto, es el miedo. Y el primero de los miedos, que
está precisamente ligado a lo efímero: la muerte. Mientras esta no es, también,
atravesada, no sois Libres. Y la Madurez, es precisamente concebir que lo
ineluctable de la Conciencia, como de este cuerpo, es precisamente la muerte,
digáis lo que digáis, hagáis lo que hagáis, experimentéis lo que experimentéis,
sean cuales fueren vuestros recuerdos, sean cuales fueren vuestras visiones de
futuro (el vuestro), no escaparéis de ninguna manera, en un momento dado, al
fin de este cuerpo y al fin de esta Conciencia. ¿Qué queda entonces? Es en esta
reflexión que se desarrolla y se desarrollará para vosotros, el Choque de la
Humanidad, que es también un Choque Individual. Resolver la ecuación no es una
cuestión de matemáticas ni de física pero sí de Abandono, es decir de ir, francamente,
hacia la no-percepción.
Si
vosotros realizáis esto, si realizáis la Refutación y la pesquisa, superaréis
todas las experiencias que habéis vivido hasta el presente, para estableceros
en la no-experiencia, es decir en el estado de Ser. Este estado de ser que yo
diferencio formalmente del “Yo Soy” o del “Yo Soy Uno”. Para muchos, el “Yo
soy” y el “Yo Soy Uno” han sido las etapas de construcción indispensable, yo diría,
de una escala que no existe y que, sin embargo, os ha sido útil, según vuestro
punto de vista. Pero mientras que quedáis de vuestro punto de vista, quedáis
encerrados en el miedo y no sois, desde luego, Absoluto. Es decir, no vivís la
Verdad Absoluta que sin embargo, os lo recuerdo, siempre estuvo ahí. La única
manera de pasar, puesto que eso no es un Pasaje, de establecerse, es pues pasar
de la percepción ampliada a la no-percepción. Mientras que estéis sometidos,
incluso a una percepción superior, Supra sensible, extra sensorial, aunque
fuera la más agradable, no sois Libres. Entonces, desde luego, los que están
instalados en sus percepciones, van a responderos que el Absoluto no existe y
ellos tienen razón, desde su punto de vista, puesto que no habiéndolo vivido,
no habiendo pasado sobre la otra orilla, ellos están obligados de estar en la
negación, en la denegación y en el rechazo. No hay otra alternativa para ellos
y los debéis respetar, porque a lo que vais a oponeros en ellos, los
fortalecerá ineluctablemente. El que no quiere ver, el que no quiere
no-percibir, se fortalece.
La
Madurez es pues la desaparición del miedo. La Madurez es pues la desaparición
de toda noción espiritual, de todo conocido y de toda organización, en sí como
al exterior de sí. Porque en tanto existe una organización, hay siempre un
dominante y un dominado. Vosotros tenéis el ejemplo absoluto de todo eso, tanto
en los sistemas sociales como en las religiones, como en los dominios dichos
espirituales. Mientras que esta relación dominante/dominado, sabiendo y no
sabiendo, existe, no podéis ser Libres, de ninguna manera y, todavía menos,
autónomos. La dominación, la esclavitud, la noción de quien está por encima o
por debajo, se deduce, siempre, en uno como en el otro, del miedo, incluso si
el pretexto es el Amor, porque el Amor es Libre. El Amor no es un principio de
esclavitud o de relación. El verdadero Amor Vibral se sitúa en una Fusión Total
de la individualidad. Es la Fusión de dos quintaesencias y de ningún modo una
relación, aunque fuese satisfactoria, cualquiera sea el deseo existente o el
placer existente en esta relación.
Nosotros
construimos, progresivamente, a través de nuestras diversas intervenciones, ese
punto preciso de ruptura donde vosotros estáis. Algunos lo habéis atravesado,
otros no. Eso se llama la Resurrección o la Puerta Estrecha. Las condiciones de
ese pasaje dependen, por supuesto, de lo que vosotros habéis realizado hasta el
presente. La última sesión del Manto Azul de la Gracia realizó la Fusión Total,
eléctrica, invisible, del Sol y de la Tierra. Esto es para vivir en vosotros,
más allá de toda percepción y de todo cuerpo, antes que el movimiento
colectivo, si puedo decir así, lleve a la desaparición del teatro. Las
circunstancias de la Resurrección dependen muy precisamente de la
no-percepción, es decir de la Transparencia. Pero comprended bien esta palabra
en su Esencia, tal como yo la redefiní y no como en vuestra leyenda personal o
en una aceptación moral, social o relacional. Mientras que exista una
organización en vosotros, esta organización concierne tanto vuestras
concepciones, como vuestras vivencias, no sois Libres. Hay que atravesar todo
eso. Y una vez más, es una cuestión de Madurez. Esta Madurez no os sitúa por
encima o por debajo, ella no os vuelve superior sino que ella es, de algún
modo, la rendición. Es el momento donde la Conciencia misma se da cuenta de
que, cualquiera sea la percepción ampliada, eso no tiene sentido, porque eso no
tiene fin, incluso si el fin es un elemento importante en las enseñanzas
espirituales, diciéndoos que purificando suficientemente esto o aquello,
vosotros iréis a aligerar cualquier karma. El karma no existe más que para la
persona, no existe para lo que vosotros Sois en el Ser.
Todo
el principio de Ilusión ha sido de dar siempre más cuerpo a la Ilusión y a no
haceros validar esta Ilusión más que a través de las leyes de acción/reacción,
físicas o supra sensibles, no permitiéndoos acceder a otra cosa pero, como por
azar, tentándoos con una solución dicha futura, a través de lo que es nombrado
una evolución, las transformaciones. Pero mientras que vosotros permanezcáis en
la percepción o en las concepciones, en los afectos o en las emociones, los
Velos están siempre ahí. La pregunta que vosotros debéis pues haceros, es:
“¿Sois Maduros o no?”.Esta Madurez no se define con respecto a un número de
experiencias, a una intensidad de experiencia, a una percepción, cualquiera
sea, y, todavía menos, a una concepción pero si en el mecanismo, extremadamente
fino, que os hace, como yo lo dije, deponer las armas y sobrepasar todos los
elementos de lo conocido.
Solo
a ese precio vosotros sois Liberados. Las experiencias que habéis llevado o que
llevaréis, os acercaron a esta Resurrección. Algunos de vosotros ya lo han vivido
y solos los que lo han vivido pueden testimoniarlo. Y desde luego, aquellos de
vosotros, entre los Hermanos y Hermanas encarnados que lo vivieron, lo saben
entre ellos mismos, porque eso no deja lugar a duda, puesto que ellos están más
allá de la percepción, más allá de la vivencia y más allá de su historia
personal. Desde luego, el que no lo ha vivido no puede ver eso más que con un
ojo extremadamente crítico, extremadamente reductor, porque está inscrito
necesariamente en el miedo.
Todos
los sistemas de defensas, que conciernan este cuerpo humano, que conciernan los
sistemas, las organizaciones, las creencias, todos están construidos sobre este
miedo. Los ejemplos podrían ser multiplicados al infinito pero es conveniente
contextualizar el debate, no sobre las concepciones (que son las que son)
incluso en los ideales, los más elevados, pero sí en lo que yo nombré la
percepción y lo que yo os expliqué de eso. Porque la percepción, desde el
instante donde se vuelve ampliada, se maneja mucho más fácilmente. Y es pues
más fácil de entrar en la no-percepción. Algunos de vosotros lo experimentáis
como un acercamiento de lo que ha sido llamado la Infinita Presencia o la
Última Presencia. Son los momentos donde no existen más referencias, que son
las primicias de la Deslocalización. No sabiendo más quienes vosotros sois,
donde estáis, os dirigís hacia la Libertad y la Madurez y la Autonomía, no
antes. Los elementos que yo os explicité son para retomar, desde luego, y para
releer, porque la lectura, más allá de la simple comprensión, puede daros el
disparador que os permitirá sobrepasar la percepción ampliada.
La
percepción ampliada puede ser definida como todo lo que es extra sensorial:
clari-audiencia, clarividencia, claro-sentir, dándoos a ver el mundo astral que
también es una verdad relativa pero que no es ni una finalidad ni un objetivo,
pero sí un Velo. Ahí donde se sitúan todos aquellos que os han comunicado las
leyes del alma, las leyes de la evolución, la organización espiritual,
sobretodo en el siglo 20, pero que, nunca, os han propuesto y expuesto lo que
es la Liberación, seduciendo al alma y la personalidad y el Espíritu, en el
conocimiento de los mecanismos y de las ruedas de la encarnación y de la
evolución. El Ser no tiene que evolucionar, no puede evolucionar. La Madurez
está ahí. Solo el miedo puede evolucionar y mientras que haya miedo, hay
evolución, que es una creencia y, a veces, una percepción. Pero eso queda en
una percepción, aunque fuese la más ampliada. Solo la no-percepción os hace
pasar sobre la otra orilla. Antes, eso es imposible.
Hermanos
y Hermanas, hago ahora el Silencio de las palabras, con el fin de reforzar
nuestra Comunión.
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el Don de la gracia...
Yo
rindo Gracia por vuestra Atención. HERMANO K os saluda. Hasta pronto.