Canalización: Jean Luc Ayoun
Trascripción: Veronique Loriot
Traducción : Amparo Iribas
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Hermanas y Hermanos, yo soy HILDEGARDE. Permítanme estar en vuestro
Corazón, permítanme estar a vuestro lado, como les ruego estar en mi Corazón y
a mi lado. Por la gracia de nuestra Comunión, vamos a evocar, más allá de
algunas palabras que voy a pronunciar, la gracia del Amor. La gracia del Amor
no está en los grandes discursos. La gracia del amor no es simplemente hacer el
bien, o estar bien. La gracia del Amor, es ya no ser más dependiente de lo que
sea. Es ya no ser más aquí, ser el más pequeño de todos, con el fin de tener
acceso al Todo. Es volverse, totalmente, la Luz: lo que nosotros somos. Es ser
cada uno de ustedes, no deberse más a sí que al que está enfrente, al que se
opone, al que se queja como al que ama. Entonces, la gracia del Amor se vive,
aquí y por todas partes. Es ya no estar atado a este cuerpo sino ser todos los
cuerpos. Es ya no ser esta alma sino ser todas las almas. Es ya no ser un
espíritu en un cuerpo, sino ser todos los espíritus en todos los cuerpos. Es ya
no ser una historia, sino todas las historias. Es ya no ser una persona, sino
todas las personas. Es pues Amar, más allá de toda persona. Es tener acceso a
todo, desde la música de las esferas, hasta el conocimiento más íntimo de lo
que existe sobre este mundo, como en el Espíritu, como en cualquier parte. Es
ya no ser afectado por cualquier límite. Es, llegue lo que llegue, a ustedes
como a todo otro, ser y permanecer en la misma gracia del Amor. Es ser
inquebrantable, no por la voluntad sino por lo que yo había expresado como una
tensión hacia el Abandono, es decir, realmente, vivir que, de esta tensión
hacia el Abandono y de este Abandono total, se deducen todos los beneficios, se
deduce el fin de toda separación, donde ustedes estén, realmente, cada uno y
cada una, del amigo como del enemigo aparente, de todo Hermano y toda Hermana,
de todo conocimiento, de toda planta (dándoles el conocimiento íntimo de esas
plantas),de todo ángel, de toda música. Es así que, durante la encarnación que
tomé, pude escribir todo lo que escribí. Esta erudición no era una erudición
aprendida del exterior sino vivida en la gracia del Amor. Y hoy, ahí donde
están ustedes, sobre esta Tierra, todo puede ser así. Desde el instante donde
acepten dejar Hacer lo que hay que hacer, para Ser, ustedes no están más en el
hacer sino en el Ser. Entonces desde luego, hay algunos hacer que son opuestos
al Ser. Ustedes no pueden ser seducidos por los artificios de este mundo y Ser.
Hay que elegir. Pero desde el instante donde han elegido Ser, efectivamente,
ningún hacer puede llevar a cabo el Ser. Y es precisamente, en eso que está el
Conocimiento. Él no es el resultado de una lógica, no es el resultado de un
aprendizaje, él es espontáneo. Porque, precisamente, no hay más barrera, más
límite y que, cuando yo digo que estoy en vuestro Corazón, que estoy a vuestro
lado, yo lo estoy, realmente. De la misma manera, ustedes pueden estar,
realmente, conmigo, y pueden estar en mí.
De aquí en adelante, sobre este mundo, el Manto Azul de la gracia
permitió, y les permitirá cada vez más, como les decía (ndr:CRISTO): “esto que
yo hago, vosotros lo haréis, y mucho más grande, todavía”. Esto es ahora. Y es
ahora que, si ustedes aceptan no estar más encerrados, que la alegría
inextinguible, que el Amor, más inaudito, está ahí, y, en ese momento, se darán
cuenta que no son, efectivamente, más sea lo que fuere de la vida que llevan.
Como diría uno de vuestros intervinientes, atronador, no hay teatro (ndr:
BIDI). Porque todo Hermano y Hermana que ustedes pueden ver, amante o
sufriente, se vuelve, real y completamente, lo que ustedes Son. Dándoles a
vivir que no hay ninguna separación, que no hay ningún mundo, que hay solo el
Amor y la gracia de este Amor. En la gracia del Amor, es ser eso, es decir no
más una persona, sino todas las personas. Es no ser más sobre este mundo, pero
ser todo igualmente. Es estar por todas partes. Es volverse el Todo y la Nada.
Porque la Nada y el Todo no son más que las dos laderas de la misma Verdad. No
se contenten con lo mediocre, no se contenten con poco: sean el Todo, con
Humildad, porque ustedes lo Son. La gracia del Amor está ahí, ustedes la Son.
Por mi Presencia, a vuestro lado, en vuestro Corazón, como vuestra
Presencia en mí, esto Es. Una vez más, ningún Hacer puede obstruir esto. El
Manto Azul de la gracia les da a vivir, sobre este mundo, una amplitud mucho
más vasta que este cuerpo. Ustedes son, cada uno de los Hermanos y de las
Hermanas, son cada árbol de esta Tierra. Él se los dijo: “lo que vosotros
hagáis, al más pequeño de vosotros, es a mí que (me) lo hacéis” (ndr: CRISTO) y
ustedes lo viven. No hay ninguna historia humana que pueda caber en la gracia
del Amor. No hay ningún conflicto que pueda caber en la gracia del Amor. No hay
nada que pueda resistir a la gracia del Amor.
Todo lo que podría parecer existir es simplemente la no-instalación
completa de la gracia del Amor. Osen ser la gracia del Amor, porque, desde el
instante donde ustedes lo serán, son Liberados, en totalidad. Más allá de
vuestro efecto de Liberador, ustedes son Liberados. Entonces, una sonrisa sin fin
nacerá en vuestro Corazón, en vuestra alma, en vuestro Espíritu y en el Etreté.
El Absoluto está allí. Vivirán, por ustedes mismos, que, en la gracia del Amor,
no puede existir ninguna distancia, ninguna excepción, ninguna exclusión. Pero
aquellos de nuestro Hermanos y nuestras Hermanas que están encarnados y que
deciden no ser eso, ustedes los dejarán andar su camino, porque es su verdad,
es su libertad. Ellos son ustedes, recuerden. Del mismo modo, que en un cuerpo
físico, hay partes que no pueden verse: la espalda no puede ver vuestra
rodilla. Ellas no tienen las mismas funciones y sin embargo, constituyen el
mismo cuerpo. No se le ocurriría nunca a la espalda, rechazar la rodilla. La
gracia del Amor, es eso. Es la ausencia total de juicio de sea lo que fuera. No
es un dejar hacer sino un dejar Ser. La gracia del Amor está ahí. Ella no les
impide hacer (y mi vida ha sido el ejemplo), muy por el contrario. Dejar Ser
los llena, todavía más, de vida, todavía más de entusiasmo, aquí como en otra
parte, aquí como por todas partes, en vuestro cuerpo, como en todo cuerpo,
porque lo vasto (que ustedes se volvieron) resuena a todos, a los que ustedes
miran, a los que ustedes se acercan, e incluso a los que se apartan. La gracia
del Amor, es eso. Es que ninguna circunstancia exterior pueda alterar sea lo
que fuera. Ningún estado Interior pueda alterar sea lo que fuera. La Fuente de
Cristal, se derrama en ustedes, y se derrama sobre el mundo, tal como un
surgimiento de Luz. Ninguna forma puede albergar lo que ustedes Son, incluso si
permanecen en todas las formas. La gracia del Amor es la Belleza. La gracia del
Amor es la Verdad. Ella es inalienable e inalterable. Ella es lo que ustedes
Son. Ella es lo que todo Es. En ese momento, ustedes se preguntan incluso cómo habían
podido estar ausentes a ustedes mismos y se perdonan, como ustedes perdonan a
todo, porque la gracia del Amor no puede hacer de otro modo. Porque vivir la
gracia del Amor, es dar la gracia, no como un acto de voluntad sino porque esta
gracia emana, permanentemente, sin pedirles nada, dándoles a oír el canto del
universo, el Coro de los Ángeles, a vivir esta beatitud permanente, llegue lo
que llegue, porque no llega nada. Ustedes precisamente salieron de todo lo que
llega, como de todo lo que se va. La gracia del Amor, es eso y es lo que todos
nosotros somos, en el Uno y en el Otro. Es lo que somos, cada uno, en todos. No
hay más distancia, ustedes son definitivamente Liberados. La gracia del Amor es
nuestra naturaleza. No existe ningún muro que pueda ser un obstáculo a la
gracia del Amor. Nada puede perderse, nada puede ganarse, todo ya está ahí. En
la gracia del Amor, todo es sabido, todo es visto pero no con una mirada
discriminante, no con algo que va a separar, sino que va a ver, más allá de
toda diferencia, lo que sostiene (ndt: sub-tiende) la misma naturaleza. Porque
el que no ve la gracia la es tanto como ustedes que la viven. Fundamentalmente,
no hay ninguna diferencia, si no es para la mirada del que está dividido, él
mismo. La gracia del Amor les da alas, ella los cubre con su Manto, ella hace
brotar, de ustedes, la gracia, permanentemente, independientemente de toda
voluntad. Ella los pone en esta Eternidad. Ella engloba todo a lo que vuestra
mirada y vuestro Corazón puede conceder una atención. No existe ningún rincón
de este cuerpo, como de todos los cuerpos, como del mundo, como de la Tierra,
como de todos los mundos, que escape a la gracia del Amor.
La Liberación está aquí, en esta gracia, en este Amor, en este estado,
más allá de todo estado, donde todo es accesible, donde nada puede cerrarse o
volver a cerrar. Ahí donde ustedes depositan todas las ilusorias cargas de esta
vida, de este cuerpo, de vuestros afectos. Vivir eso, es tanto vivir en Cristo,
como vivir en todo otro, con el mismo Amor, la misma Presencia, la misma
cualidad. A ustedes les corresponde decidir. A ustedes les corresponde ver la
gracia del Amor u otra cosa. La gracia del Amor los colma, ella colma el
universo, como colma este mundo. Ella es la acción sin hacer. La gracia del
Amor es Ser y es ese Ser, mismo, que hace, y no más ustedes. Y ese Ser conoce
todo. Nada puede serle escondido, nada puede serle ocultado. Si ustedes son
capaces de detener todo, una respiración, la gracia del Amor está ahí. Nada
puede oponerse a la gracia del Amor, salvo ustedes. Y pues, a ustedes les
corresponde ver. Pero eso está presente, totalmente, al alcance del Corazón.
Nosotros estamos ahí para eso, como ustedes están ahí para eso.
Más allá de toda historia, y más allá de todo lo que pudo ser alterado
sobre esta Tierra, el amor siempre estuvo ahí, porque sin Amor, ninguna sombra
misma podría existir, porque sin Amor, ninguna alteración podría ver el día. La
gracia del amor, es vivir eso. Es no perderse más en los meandros de las
interrogaciones, de las cuestiones, de las dudas. Es dejar obrar la gracia. Y
este mundo y ustedes mismos les darán a ver, a ustedes mismos y al mundo, por
la misma realidad vivida, dos aspectos diametralmente opuestos: la gracia del
Amor o el odio y el miedo. Entonces, desde luego, ustedes podrán preguntarse
cómo, en el mismo tiempo, en el mismo espacio, en el mismo objetivo real (en
todo caso para el ojo de la razón), algunas Hermanas y algunos Hermanos vivirán
la gracia del Amor, algunas Hermanas y algunos Hermanos vivirán lo inverso. No
hay inverso. Hay sólo el no-agradecimiento .Pero en definitiva, vayan más allá
de esta pregunta y dejen Ser, porque vuestra mejor manera de Liberar el mundo,
es la gracia del Amor. Desde luego, la mano tendida, alimentar un ser que tiene
hambre, es importante, pero si no hay la gracia del Amor, eso no responde más
que a una necesidad del instante.
La gracia del amor los libera y los aligera. Ella los extirpa,
literalmente, de todo lo que no es ella. Nuestras Presencias están ahí para
eso. Nosotros estamos a vuestros costados, en vuestros Corazones, como ustedes
están a nuestros costados y en nuestros Corazones. No se ocupen de nada más,
dejen Ser. El hacer se hará. Pero el hacer, estando en el Ser, no es lo mismo
que hacer estando en el querer hacer. Es a eso que ustedes están llamados, es a
eso que ustedes manifiestan, o no, vuestro Abandono, a la gracia y a la gracia
del Amor. Como se lo dijeron mis Hermanas, como se lo dijeron los Ancianos, los
Arcángeles, nosotros estamos allí y estamos allí para ustedes, hasta el momento
donde ustedes realicen que nosotros somos ustedes. No como una transposición,
no como un juego de palabras, no como una permutación, pero sí como la esencial
Verdad. Y eso también es la gracia del Amor.
Ustedes son el Camino, la Verdad y la Vida, porque el Camino, la Verdad
y la Vida es muy exactamente el atributo tri-único de la gracia del Amor. La
gracia del Amor los llama a superar, a trascender, todo lo que ustedes creen
ser, todo lo que pudieron ser, todo lo que hacen o hicieron para establecerse a
otra octava en el Absoluto, en la Belleza. Cualquiera sea aquel de nosotros que
viene a llamarlos o a buscarlos, es en vuestra resonancia común que se
encuentra la gracia del Amor. No más en nosotros que en ustedes, sino, más
bien, entre nosotros, porque entre nosotros no hay uno y el otro, y el otro y
uno, hay Uno, hay Alegría, hay Paz y hay la gracia del Amor. Ustedes son todos
llamados, porque nosotros nos llamamos, los unos y los otros. Recuerden que,
durante estos tiempos, ustedes tienen sólo que Ser y absolutamente nada que buscar,
porque todo está ahí.
La gracia del Amor los alimenta y les da acceso a todo lo que es
necesario. No para satisfacer los hacer, independientes del ser, sino para Ser.
Abandonar el Sí, Abandonarse a la Luz, tenderse hacia el Abandono, tenderse
hacia la Luz, es realizar todo eso, en el mismo espacio y en todos los
espacios, y eso los colma de Paz y de Alegría. No existe más apego: todo se
vuelve Libertad y Liberación. Todas las relaciones se vuelven apacibles, porque
la gracia del Amor obra, mucho más fácilmente, que lo que ustedes decidan
comunicar o intercambiar. Porque la gracia del Amor no es solamente un
intercambio: ella es un Don total, una permutación total, donde todo sentido de
distancia y de identidad desaparece completamente, absolutamente. Vivir la
gracia del Amor, es entrar en sí, más allá de todo ser, es establecerse en lo
que no tiene nunca fin y que nunca comenzó. Es salir de toda proyección, de
todo sufrimiento, de toda ilusión. Es ahí donde ninguna otra cosa puede ser
percibida, más que esta misma gracia, este mismo Amor, por todas partes y en
todo. El Manto Azul de la gracia, cuando es puesto sobre vuestros hombros, abre
todavía más la Puerta detrás de vuestro Templo al nivel de KI-RIS-TI y los
instala, cada vez más, en un estado de Paz donde reina la Belleza.
Las palabras que yo empleo son muy débiles para describir la vivencia,
pero permiten dar testimonio, más allá de las palabras. En el silencio de
vuestros Velos (sean los Velos que sean) se encuentra la gracia del Amor que
nunca se movió, que nunca partió, que nunca volvió. Así, yo los invito a estar
a mi lado, a ser en mi Corazón, y a ser yo, en este espacio de Comunión. Los invito
a poner el Amor por encima de todo, porque no hay nada más, porque lo que
ustedes dan, se lo dan a ustedes mismos, porque en definitiva es dándose
ustedes que ustedes se encuentran. Todo lo que no es dado, se pierde. Esa es la
gracia del Amor y es así, porque es el único mecanismo que da cuenta de la Belleza,
que permite su expresión.
Yo paso, de golpe, durante un silencio de algunos instantes de vuestro
tiempo, en la Comunión a la gracia, en la gracia del Amor, y muy simplemente en
la gracia.
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Que la gracia sea nuestra Morada de Amor.