Canalización: Jean Luc Ayoun
Trascripción: Veronique Loriot
Traducción: Amparo Iribas
AUDIO PENDIENTE
Yo soy UN AMIGO. De mi Corazón a vuestro Corazón, la Paz y el Amor. Voy a intentar hacerles comprender (más allá del mental, más allá de toda comprensión, más allá de toda explicación) los mecanismos Vibratorios sobre los cuales he hablado largamente, a través de los diferentes Yogas que les he dado. Vamos a colocarnos, si les parece bien, directamente, en el lugar de un observador que observaría los procesos que se despliegan sobre este mundo, como sobre el ser humano. La conclusión de lo que voy a decirles, se contiene en una frase: lo que llega siempre estuvo presente.
Colóquense por consiguiente en el que mira la Tierra, los humanos, y vería (con una mirada exterior) los seres vivientes, actuando. Actuando en su medio, en su medio ambiente, de diferentes maneras. Observaría también las interacciones, a veces dulces, a veces violentas, a veces establecidas para la Paz, establecidas en la guerra, entre los grupos, que están en diferentes lugares llamados países. El conjunto de esas vidas y el conjunto de esta Tierra formarían un vasto todo, poseyendo sus propias reglas, sus propios funcionamientos. A veces, algunos humanos se harían incluso la pregunta del sentido de su existencia e intentarían encontrar, a través de lo que cae bajo sus sentidos, una lógica propia a lo que se desarrolla en este mundo donde están sumergidos.
Si ustedes mantienen esa mirada del observador exterior a lo que se desarrolla, en un momento dado, ustedes se dan cuenta de que un proceso nuevo llega. Lo ven, como llegando del exterior de este mundo, como de la Tierra misma, pero también del Interior de los que viven sobre este Planeta. Lo que llega sobre esta Tierra es suficientemente importante para que haya, efectivamente, una interrogación profunda de los seres vivientes, en todas partes donde ellos estén sobre este Planeta. Tanto más cuanto que el mismo proceso nuevo, viniendo del exterior, visible para ustedes, ahí donde están, concierne también lo que es visible, para ustedes, de ahí donde ustedes están, también, en cada vida. Habría por consiguiente una especie de simultaneidad de lo que ustedes observarían, viniendo a modificar el sistema, y las vidas dentro de ese sistema. La concomitancia de lo que se desarrolla ante vuestros ojos exteriores, situados en observador de este mundo, les aparece como una iluminación nueva, como algo que les refleja la vida diferente. Ustedes ven una iluminación, ven algo que cambia de amplitud, que cambia de frecuencia, de Vibración, en todo caso que viene a transformar el equilibrio, aparentemente presente, en ese sistema viviente, y el conjunto de las vidas que están ahí.
La primera pregunta que ustedes se harían, incluso antes de observar lo que se desarrolla, es por qué este proceso (que les aparece como a la vez viniendo del exterior, como del Interior de la Tierra) se desarrolla exactamente de la misma manera en las vidas que están sobre el suelo, y por qué algunas de ellas parecen darse cuenta, y otro no parecen darse cuenta. Constatarían entonces que lo que emerge de cada vida está más o menos presente, más o menos visible, y que los que no lo viven parecen quedar como en un equilibrio anterior, sin sospechar de alguna transformación sea la que fuera. Y sin embargo, lo que viene, lo que ustedes ven del exterior, les parece volverse cada vez más próximo, cada vez más visible. Y a pesar de todo, ciertas vidas viven lo mismo en ellas, otras no parecen vivirlo. Ustedes deducen que un acontecimiento llega, pero que este acontecimiento no es en absoluto el mismo, incluso si ustedes lo observan como idéntico del exterior, para cada Interior, que resuena o no, está en afinidad o no con ese mecanismo, aparentemente exterior. No pueden además discernir si eso se produce inicialmente en un sistema viviente, o en el conjunto del sistema mismo, es decir al exterior. Tanto más cuanto que lo que les parece llegar del exterior del conjunto de ese sistema viviente, llega también del Interior, al corazón del sistema viviente, en su totalidad.
La iluminación que tienen les da para ver algo nuevo. Ustedes se dan cuenta que (de manera a priori paradójica) lo que llega del exterior, llega por lo tanto del Interior, para algunos. Mientras que para otros, no llega nada, ni del Interior, ni del exterior. Y sin embargo, ustedes saben pertinentemente, por lo que ustedes ven, que la iluminación es lo que llega y es exactamente lo mismo para todo el mundo. Deducen por consiguiente que no es algo que cae bajo el sentido de la observación como ustedes pueden ver, sino que se deriva directamente de la adecuación, o de la no adecuación, de lo que se desarrolla en cada vida, como en el conjunto del sistema viviente: es decir de su capacidad a ponerse en afinidad, en resonancia, entre el adentro y el afuera. Y luego, imaginen que ustedes tienen la visión, ahora, de otros mundos (donde las leyes no son las mismas), que tienen la visión de otros sistemas vivientes, al Interior de un sistema viviente, para quien eso parece natural e instalado para todo el mundo. Ustedes estarían tentados de deducir que las circunstancias de un mundo no son las circunstancias de otro mundo, donde la diferencia se debe a la capacidad de ser consciente de lo que viene del Interior y del exterior, o a ser totalmente inconsciente. Mientras que los que están en los mundos donde hay una adecuación y una resonancia común entre el Interior y el exterior (para el conjunto del sistema viviente como para todos los sistemas vivientes contenidos), no muestran ninguna diferencia. La mirada que ustedes llevan, la observación que hacen, les da por consiguiente a ver un proceso colectivo que se desarrolla también al Interior de cada sistema viviente humano, pero que no tiene la misma apariencia o, en todo caso, no se produce al mismo momento. Les aparece por tanto, claramente, que los que no ven ni en su Interior ni al exterior, lo que pasa, no lo viven, al parecer.
Constatan también que algunos sistemas vivientes incluidos en ese sistema, algunos humanos, oscilan entre el vivencia de lo que pasa, y la negación de lo que pasa. Si ustedes tuvieran la posibilidad de ver también el tiempo específico de este sistema viviente, constatarían que hubo humanos (que por diversas razones, por diversas culturas) que se dieron cuenta, que aunque fueran privados de lo que llega, sin embargo podían realizar lo que eran las mismas condiciones que en los otros sistemas vivientes donde las leyes no eran las mismas. Y ustedes se preguntan cómo lo que no había aparecido al exterior (que parecía sincrónico a lo que pasaba en cada sistema viviente) pudo nacer y aparecer para un individuo dado, sin soporte exterior. Lo que llegó por lo tanto, para un sistema viviente que es diferente del conjunto de los sistemas vivientes contenidos en ese gran sistema, que es un planeta como la Tierra, exige un cierto número de cuestiones.
Si los sistemas vivientes les parecen idénticos (aunque en modos de funcionamiento profundamente diferentes) ustedes distinguirán bien que la mecánica, si puedo decirle así, es la misma para aquel que se sirve de sus manos, que para aquel que se sirve de una máquina o de un pincel. La finalidad no es la misma, pero la herramienta es exactamente la misma. A través de esta observación, podrían constatar que existen diferencias significativas entre lo que existe en un mundo y en otro mundo y que existen diferencias significativas también para los diferentes sistemas vivientes humanos presentes en este mundo y que evolucionan cada uno, aparentemente, dependiendo de lo que le es propio. Incluso si las actividades son diferentes, las herramientas son las mismas. La llegada de lo que pasa sobre esta Tierra que ustedes observan, yo lo dije, se produce de manera concomitante entre lo que parece llegar del exterior, y lo que parece llegar del Interior de la Tierra misma, como de los sistemas vivientes, para algunos. Ustedes constatarían también que existe como una propagación, de próximo a próximo, de esta especie de contaminación o iluminación nueva, haciendo que lo que era, para algunos, inaparente, emerja de ellos. Constatarían también que cuanto más el fenómeno llega al más próximo del conjunto del sistema viviente, cada vez más continentes vivientes humanos, parecen como modificarse. La finalidad de la observación les da a pensar que, fundamentalmente, lo que se produce para uno de los sistemas vivientes contenido en esos grandes sistemas vivientes llega en un momento dado, pero que parece nacer de algo que estaba ya ahí, puesto que aparece como venido de ninguna parte, al centro de ese sistema viviente que es llamado el Corazón, corazón del gran sistema viviente, el planeta, como corazón del ser, su Corazón.
Ustedes observan por tanto que lo que aparece, lo que se ilumina, de ahí donde ustedes están, es algo que había estado ahí, pero que no estaba iluminado. Constatan que en ningún caso la iluminación del conjunto del sistema viviente viene realmente del exterior, porque se produce exactamente de la misma manera, (como yo lo dije, de manera sincrónica y concomitante) con más o menos interés y más o menos amplitud, en un sistema viviente humano. Es por tanto algo que había estado ahí, pero que no era evidente, ni observable, o, en todo caso, ni percibido. Así evoluciona la Conciencia.
La Conciencia del Humano es (como ustedes saben y como los diferentes Yogas quizá les han hecho vivir) o dirigida hacia algo común, o hacia algo más particular y más oculto o más interiorizado. Pero sin embargo, eso estuvo siempre allí: no hay nada nuevo. No hubo contacto, real y observable, entre lo que ustedes observan llegar en el conjunto del sistema viviente, y lo que llega al corazón del conjunto del sistema viviente. No hubo contacto, ni incluso, Radiación. Por tanto, lo que nace, y que estaba presente en algunos individuos, nace por consiguiente sobre un número cada vez más grande de individuos, a medida que lo que es observado como viniendo del exterior y del Interior de la Tierra, parece como acercarse. Ustedes imaginan, por supuesto, que lo que observan no es el espectro visible, pero es realmente el ojo del observador y de la Conciencia que ve todo lo que estaba en interacción, todas las ondas, si ustedes prefieren, invisibles al ojo. Por consiguiente, ha habido un proceso que pasa de un contacto directo, que esto sea viniendo del exterior del planeta o del Interior del planeta, y que toca los sistemas vivientes humanos. No hay posibilidad de intercambios y sin embargo algo se produce. Ya habiéndose producido antes, independientemente de toda acción exterior al conjunto del planeta, como al corazón del planeta, les llegará muy lógicamente al espíritu y a vuestra observación, que lo que llega, de hecho, siempre estuvo presente. Simplemente, no había sido visto, es decir no concientizado, porque la Conciencia misma de los sistemas vivientes, contenida en el sistema viviente, de algún modo era desviada por un artificio, hacia otra cosa. Esta otra cosa que es, como lo dije, la actividad, diversa y variada, pareciéndoles, ahí donde ustedes están, como las ocupaciones más legítimas que sirven para mantener la vida de los sistemas vivientes individuales, haciéndoles interactuar, permanentemente, sobre los valores que no estaban en absoluto ligados a otra cosa más que a sus ocupaciones mismas.
Siempre como observador, ustedes notarían, si el tiempo se desarrolla extremadamente rápido, que, de tiempos inmemoriales, esos sistemas vivientes construyeron las representaciones al Interior de ellos mismos, como al exterior de ellos mismos, de algo que era necesario encontrar. Ese algo que era necesario encontrar, tuvo diferentes nombres: Luz, Dios, Amor, reencarnación, espíritu, alma. Nombres extremadamente diversos que se referían a algo que no podía ser visto, porque siempre era buscado al exterior y en la interacción. Desde el instante donde ustedes observan los individuos específicos que viven este elemento que les parece nuevo, ustedes se darán cuenta que había estado siempre allí, pero no visto. Es exactamente lo mismo para la situación actual de este sistema solar y de esta Tierra.
Los ejercicios y los Yogas, que yo les he transmitido, permitieron a vuestra Conciencia, a vuestro observador Interior, despolarizar vuestra Conciencia de las actividades ordinarias resultantes de la supervivencia de los individuos, de la supervivencia de un grupo llamado familia (donde los individuos parecían nacer los unos de los otros o presentar afinidades, diferentes o a veces fuertes), como en los grupos más amplios (como, por ejemplo los países), porque había historias comunes y lazos comunes. Como si los lazos exteriores impidieran ver el verdadero lazo Interior, y por consiguiente, ese elemento que, un día, aparece, como haciendo irrupción en la observación de lo ordinario. Los Yogas (y en particular los Yogas que yo les transmití) permitieron desplazar, realmente, vuestra Conciencia y, poco a poco y gradualmente (lo mismo que, quizá, los acontecimientos exteriores como del centro del gran sistema viviente llamado la Tierra), pusieron en marcha, de manera a veces simultánea, a veces desplazada, un proceso de toma de conciencia de algo que había estado siempre ahí y que, sin embargo, era buscado fuera de lo que estaba ahí. Es lo que ha sido realizado por las Vibraciones concomitantes entre lo que se generaba, en ustedes, al corazón de la Tierra, y que parecía venir del exterior del gran sistema viviente.
Algunos de ustedes, entonces, vivieron un proceso de observación diferente de lo acostumbrado, donde, poco a poco, esta observación y esa vivencia hicieron, en algún lugar, comprender, captar y quizá, aceptar, que había, por supuesto, algo diferente que lo que el común de los mortales, como nosotros decimos, el conjunto de los otros sistemas vivientes, tenía por costumbre creer y vivir. Esta toma de conciencia se hace siempre, en un primer tiempo, como algo que es una distancia. Hay la conciencia ordinaria, y hay lo que es observado, que da a vivir una Conciencia diferente. Y eso es observado, pero los efectos son exteriores, en la proyección de la conciencia misma dentro de lo ordinario y de lo común. A medida que lo que se desarrolla (de manera sincrónica, en el Corazón del gran sistema viviente, como lo que parece venir de un punto de otro Universo o de otra Dimensión) es vivido de manera concomitante, y es realizado como concomitante, en ese momento, el observador que vive esta modificación comienza a vivir que lo que se desarrolla como novedad, aparente, en él, se despliega como novedad, aparente, también, en su medio de vida, y que sin embargo, los otros no ven, no sienten y no perciben. De aquí en adelante, se puede decir que cada uno tiene razón, porque lo que vive cada uno, para el observador exterior, es profundamente resultante de su experiencia y que esta experiencia, que es vivida o no, condiciona la adhesión o no a otra etapa. Aquel no que no ve nada, al exterior como al Interior, no puede, por supuesto, generalmente, ni captar ni comprender ni transformar sea lo que fuere. Desde luego, más lo que parece llegar del corazón del sistema viviente, de la Tierra como del Humano, como llegar también del exterior (las otras Vidas, los otros Humanos, el Universo), se produce de la misma manera. Hay, en ese momento, un proceso nuevo que puede aparecer, desde el instante donde el sistema viviente humano no se considera más como aislado, encerrado, porque percibe que lo que pasa, en él, primeramente, pasa en otros y a continuación, está también presente en la observación, en el Corazón de la Tierra como en el Corazón de las Estrellas, o en el Sol, lo que es lo mismo.
Generalmente, no obstante, esta toma de Conciencia, este cambio de mirada, se hacía, hasta el presente, de manera extremadamente violenta, pasando por un sentimiento de desaparición, precisamente, de lo habitual y de lo ordinario, con una forma de angustia de lo desconocido o de lo nuevo, que, cuando el observador mismo decide no identificarse a lo que le parece ser otra cosa de la normalidad, (ndt: es vivido) por tanto como traumatizante o conmovedor. Desde ese instante, durante este choque, este individuo que vive esto va a llegar a algo enteramente nuevo y radicalmente nuevo. Hasta el presente, la Conciencia era llevada sobre eso nuevo, vivido en la experiencia misma, vivido en la observación de la Tierra, del Cosmos y de otros sistemas vivientes humanos. En ese instante, llega algo: ese algo es notable porque acarrea una solución de discontinuidad, es decir que había un antes y había un después, y que entre el antes y el después, lo que se percibe, más allá de los sentidos habituales (lo que se vive más allá de los sentidos habituales) no representa más la misma estructura, el mismo desarrollo ni tampoco las mismas posibilidades. El instante donde se vive lo que yo enuncio (es decir que lo que llega, y que lo que se vive, siempre ha estado presente) basta para cambiar radicalmente al ser que lo vive. Porque en ese momento, todo lo que había sido construido (como sistema de valores, como sistema de creencias, como adhesión a las leyes de este mundo) es muy simplemente pulverizado, porque el ser se da cuenta de que él no es, real y objetivamente, nada de lo que él vivía, nada de lo que él emprendía, y que existe algo que no es él y que sin embargo miraba todo eso, esperando este momento. En ese momento, el ser es Absoluto, es decir que habiendo cambiado de mirada, de punto de vista, de Conciencia, habiendo aceptado simbólicamente morir a la costumbre, se descubre Ilimitado o Absoluto. En ese instante (cuando esa conmoción se produce), el ser no puede más estar condicionado por otra experiencia que ésta, que no es una experiencia, sino el establecimiento en el observador que miraba todo eso del exterior y que ustedes eran hasta el presente. Y por tanto, él vive que lo que le llega y que lo que llega, siempre ha estado presente, es decir que no está ni sobre este mundo, ni en este mundo, que no hay ninguna Luz que llega, que no hay ninguna transformación que llega, puesto que él era el que miraba, de muy lejos, y que estaba inmóvil. Teniendo la Conciencia (después de ser pasada por un sentimiento de pérdida de lo real, y de pérdida de la realidad, y de pérdida de la acción) tan amplia, tan inapropiada a lo que sucede realmente, que no puede más adherir, de ninguna manera, a lo que se desarrolla sobre este mundo. Salió, definitivamente, de este mundo y se da cuenta de que todo lo que se desarrolla, sin ninguna excepción, no existe y que la única cosa que existe, es lo que Es, de toda Eternidad, que nunca dejó de observar.
No hay pues una revolución total, que pone fin a lo que sea, sino que vuelve a colocar, muy precisamente, al ser humano en lo que él Es, más allá de lo que él vive. Pues estrictamente nada llegó puesto que todo estuvo siempre ahí, todo estuvo siempre presente.
Eso confirma, enteramente, lo que les dijeron numerosos Despiertos y Liberados, pero mientras que ustedes no lo vivan por ustedes mismos, dependen, en totalidad, de las leyes de este gran sistema viviente. Dependen de las interacciones, en ustedes, como en un grupo social. Siendo dependientes de todo eso, no pueden realizar que ustedes no Son nada de todo eso, sino que Son lo que siempre estuvo ahí, afuera, y que, observaba, desde siempre. Lo que ha sido cortado, y que ustedes saben, es, justamente, la comunicación entre lo que se vive, para un humano, en el gran sistema viviente, y el observador que siempre estuvo ahí, y que nunca se movió. Eso les permitirá comprender, fácilmente, que aquellos de nuestros Hermanos y de nuestras Hermanas encarnados cuya mirada no tiene la posibilidad de abarcar, a la vez, lo que nace en ellos, y a la vez, el observador que nunca se movió, no podrán nunca, mientras ellos mismos no lo hayan vivido, adherir o vivir lo que ustedes viven. Porque existen, efectivamente, las creencias, existe lo que han sido nombrados los apegos, de los cuales la mayoría tienen por objetivo desviarlos, y de manera muy hábil, del observador que está afuera del sistema.
Así pues, lo que parece llegar, y lo que llega, según un cierto punto de vista, verdaderamente, siempre estuvo ahí y de hecho, en la medida donde el observador exterior tiene una visión de otro modo más amplia, en el tiempo y en el espacio, hasta llegar a un punto donde no existe ni tiempo ni espacio. Si ustedes viven eso, constatan que todo siempre estuvo ahí, y que nada aparece, que nada llega. Pero para eso, hay que salir. Esta salida (que pone, por supuesto, todo lo que es limitado y encerrado, en peligro) está altamente encadenada, a pesar de lo que llega, aparentemente, a la conciencia misma, que no puede deshacerse de lo que la tiene puesto que no tener más, para ella, es desaparecer. Ahora bien el observador, sabe a ciencia cierta que ninguna vida se desarrolla, que nada llegó, y que nada llegará, que quedará siempre afuera del tiempo y del espacio, en todo punto de todo tiempo y de todo espacio relativo. Vivir esto es llamado Liberación y, en este caso, para ustedes: Liberados Vivientes (no puede, por supuesto, ni ser comprendido, ni captado, ni aceptado, mientras que ustedes creen y viven un límite cualquiera de cuerpo, de pensamiento, de creencia o de apego). Simplemente, en un momento dado (al cual ustedes llegaron, que, de hecho, nunca se llegó, sino simplemente se observa), la interacción entre lo que parece venir del exterior del sistema, como del corazón del sistema, y por tanto de ustedes también, es tan absorbente, tan invasor, que no pueden hacer más que extraerse. Extrayéndose, hay una muerte. Esta muerte no concierne lo que ustedes Son: es decir, les recuerdo, este observador que nunca se movió, que nunca se desplazó, ni en el tiempo, ni en el espacio. El desarrollo cinético se despliega, para el observador, suficientemente lejos, como en el mismo tiempo. Estos son los principios que vuestros físicos, hoy, conocen perfectamente y que ellos aplican perfectamente a lo que es la Conciencia y la no conciencia. Desde el instante donde ustedes perciben, en la Conciencia como en la no conciencia, más allá de la percepción misma, que no hay ni tiempo, ni espacio, ni movimiento, ni adentro ni afuera, ustedes están Liberados. No pueden ser más sometidos, como dirían nuestros Hermanos aborígenes, al Sueño común. Ustedes no sueñan más. Ustedes son Absoluto. Nada muere porque nada nació. Nada se desplaza porque nada puede desplazarse. Eso los hace pasar de la conciencia limitada a una Conciencia ampliada, por la Vibración, y luego, al observador, y luego a lo que está detrás del observador, que es, de hecho, el Gran Todo, que incluye al observador fuera del sistema viviente y fuera del sistema viviente humano.
Lo que se desarrolla, en ustedes, en este momento (por los diferentes mecanismos que les han sido dados y comunicados y que ustedes viven), es, muy exactamente, el momento preciso donde el pequeño sistema viviente se da cuenta no sólo de que él es parte del gran sistema viviente, sino que de hecho, él está vivo fuera de todo sistema, de toda forma y de toda otra interacción con otro sistema viviente. Puesto que la interacción misma, con otro sistema viviente, dentro de ese gran sistema viviente, lo único que hace es mostrarle que no hay más existencia en él, como en el otro sistema viviente, y que lo que es Vivo es, realmente, lo que es capaz de colocarse en el observador y detrás del observador (que escapa al tiempo y al espacio). La única manera de vivir esto podría ser llamada el Renunciamiento o Abandono y sobretodo el Amor. Pero no un amor proyectado, sino un Amor intrínseco, ligado a la naturaleza misma del conjunto, y no de un individuo: del conjunto de los sistemas vivientes como del conjunto del planeta y el conjunto de los mundos. Lo que vuelve a dar la impresión de acercarse al observador exterior y de lo que está detrás del observador y que todo eso siempre estuvo ahí. Hay pues una extracción de la ilusión del tiempo, una extracción de la ilusión del espacio, como de la ilusión del pensamiento y de la ilusión del cuerpo y sin embargo todo se desarrolla dentro de esta ilusión, porque ustedes no pueden, de ninguna manera, poner fin a la ilusión negándola o huyendo de ella. Esta, como eso se ha dicho, alquimia o transubstanciación no pueden realizarla más que del Interior, puesto que eso siempre estuvo ahí. No se puede decir que la Conciencia, en este caso, pasa de un punto a otro, puesto que el observador que está fuera del sistema no está más localizado en un punto o en otro. No hay pues nada que llegue puesto que nada nunca llegó y que todo es siempre presente. Así, lo que yo les presento, a través de lo que les he dado a ver, traduciéndose finalmente por: “lo que llega siempre estuvo presente”, les permite y es una ayuda para permitirles ser lo que ustedes Son, más allá de toda identidad, de todo cuerpo planetario, de todo sol, y de toda transformación, visible o invisible.
Vivir esto es la Libertad y la Liberación, no aceptándola, no deseándola, sino, justamente, renunciando a sí mismo, por el Abandono. La progresión que hemos llevado, juntos, desde más de tres años (y para algunos de ustedes, desde casi treinta años), no tenía más que esta finalidad, que no es una, sino llevar gradualmente la Conciencia a la Luz y llevar esta Conciencia de Luz, a la No Conciencia, haciendo así cesar, al mismo tiempo, toda identificación, toda proyección, toda experiencia. Pero, una vez más, algunos sistemas vivientes no estarán listos para aceptar esto, ni incluso desear o querer vivirlo. Es en este sentido que se les dijo que se les hará según vuestra Vibración, es decir según vuestra Conciencia Vibral o no, y según vuestro Abandono o no. Lo que sucede actualmente, que parece desarrollarse con una visión un poco más cercana de lo que ocurre en ese gran sistema viviente que es la Tierra, es que hay una puesta en adecuación, total, entre lo que viene del corazón de la Tierra, lo que viene aparentemente del exterior, y el humano que está situado al medio (para aquellos que lo han aceptado). Ustedes no pueden de ningún modo modificar el equilibrio de cualquiera, excepto ejerciendo vuestra calidad de aquel que, o ha Realizado el Sí, o se estableció en Absoluto. Hay pues una propagación que permite, cada vez más, al sistema viviente que rechaza verlo porque ellos no tienen la posibilidad, de vivir por fin un proceso que siempre estuvo presente, que siempre estuvo ahí. Y además, esta frase: “lo que llega siempre estuvo presente” es exactamente la frase que ustedes pronunciarán en el momento donde serán Liberados, porque nada aparece y nada desaparece, ni ustedes, ni el otro.
El conjunto de Yogas (que ha sido vivido o no) y lo que ha sido descrito, justo antes que yo, por la Estrella GEMA (ndr: GEMA GALGANI), corresponde muy exactamente al acercamiento y a la Fusión de lo efímero de ese sistema viviente, que es el vuestro, con el gran sistema viviente de la Tierra, con la acción de lo que viene del exterior de la Tierra como del Interior de la Tierra, la desaparición de toda proyección. Eso se traduce por la percepción de lo que ha sido llamado Manto Azul de la Gracia, inmediatamente precedido por la Onda de Vida o la Onda de la Gracia. Siendo vivido eso, ustedes toman realmente el sentido de la frase como verídico, para ustedes: “lo que llega siempre estuvo presente”, porque ustedes se extrajeron de la ilusión temporal, espacial y se extrajeron del Sueño común. Es exactamente así como se desarrolla vuestra Ascensión, en este lapso de tiempo que está presente. Las creencias, tan poderosas, de este gran sistema viviente, les han hablado de la evolución y por consiguiente ustedes están condicionados, sin ninguna excepción (hasta ese momento donde se vuelven lo que es el observador y detrás del observador), por los sistemas de creencia y de valorización que los hacen adherir, a pesar de ustedes, a la acción/reacción. Porque, desde el instante donde hay acción o reacción, hay perpetuación del aislamiento.
Mientras el tiempo no se haya parado realmente, mientras que el espacio no se haya parado realmente, ustedes son dependientes del tiempo y del espacio. Lo que se desarrollará después de la tercera sesión del Manto Azul de la Gracia (ndr: a partir del jueves 19 de julio, 22 horas 30, hora francesa), va a hacerles vivir, para muchos, que lo que llega siempre estuvo presente, y que lo que ustedes buscan, eran ustedes mismos y que lo que es buscado es lo que ustedes encontraron (y que, de hecho, no tiene necesidad de ser encontrado, ni buscado). Solo la mirada separada, dentro de un pequeño sistema viviente como del gran sistema viviente, les hace creer que había, en el Sueño común (cualquiera sea el que es responsable del Sueño), algo a mejorar, algo a bonificar, algo a transformar. Este mecanismo está mucho más allá de un mecanismo: no es algo que ustedes puedan dominar, controlar o decidir, por lo menos por la primera vez, si puedo expresarlo de esa manera.
Ser Absoluto no es pues de ningún modo estar en una negación de la vida (de lo que era antes, antes de ser Absoluto), ni una negación de la Tierra, sino una negación de la ilusión, no por negación si no por vivencia. De esta única manera, de esta única manera, el Manto de la Gracia representa esta indecible Alegría y este Choque (depende) del encuentro entre lo efímero y el Absoluto, que no es un encuentro puesto que lo efímero está contenido en el Absoluto. Es muy difícil poner una palabra precisa sobre esto, sobretodo en esta lengua. Así pues, cuando ustedes son el observador, ninguna duda más puede manifestarse, ningún miedo puede aparecer, porque el miedo, como la duda, existen solamente en lo relativo de la Ilusión. Ustedes ven, a través de este ejemplo, que se podría, efectivamente, hablar de punto de vista, pero ese punto de vista no es un punto de vista ligado a la vista, y todavía menos a la Conciencia. Eso no puede ser más que vivido, y es en ese sentido, que muchos les han dicho que nada podía ser dicho. Existen los testigos y los marcadores, como eso ha sido explicitado. Existen las aproximaciones, pero verdaderamente nada puede ser accesible a las palabras, incluso si es posible, todavía una vez, testimoniar, en los primeros momentos de la vivencia, de la Onda de Vida, del Supramental, o del Manto Azul de la Gracia, o de los contactos. Ese punto de vista escapa pues a toda localización, a todo emplazamiento. Es en ese sentido que algunos les dijeron, todavía recientemente, que ese centro es en todas partes el centro, que no es el centro de una circunferencia, el punto de un círculo, sino que eso es, al mismo tiempo, todos los puntos de la circunferencia. El humano que llega ahí constata que eso siempre estuvo presente. Eso habiendo estado siempre presente, se establece, con la más grande de las facultades y de las facilidades, en la Impermanencia y en el Absoluto. Lo que puede parecer, para aquel que no lo vive, por una razón o por otra, como una aberración. Y eso lo es, para él, porque, mientras eso no es vivido, eso no puede ser integrado, porque eso, del punto de vista de la Conciencia humana o de la conciencia de la Tierra, parece tan vasto, tan improbable, tan imposible, que nunca esta Conciencia, dependiente de un cierto número de fuerzas, no puede considerarlo, ni incluso esperarlo (incluso si ella lo desea) sino, más bien, serle temible y temido. Los elementos dados por el que se llama BIDI, como la pesquisa y la refutación, los conducirán, en un momento dado, a volverse la frase que es el objeto de la conclusión de lo que yo tenía para decirles: “lo que llega siempre estuvo presente”.
La impresión de lo efímero, la impresión de depender, encadenado o encerrado, de un cuerpo, de un sistema de pensamiento, o de cualquier otra cosa que sea, no tiene sentido ni justificación. A través de lo que elegí darles a entender y a distinguir, más allá de toda comprensión, si ustedes debieran retener solo una frase, retengan esta de mi conclusión que dije al final y al principio: “lo que llega siempre estuvo presente”. Si ustedes viven eso, ustedes están Liberados. El Manto de la Gracia forma, de algún modo, una franja de interferencias, una interfaz, donde se vuelve más fácil ver cambiar el punto de vista. He aquí los elementos que tenía para trasmitirles. En función de esto, y si ustedes tienen el tiempo ilusorio y ustedes tienen preguntas, yo respondo.
No tenemos preguntas, le agradecemos.
Queridos Hermanos y Hermanas, de Mi Corazón a Vuestro Corazón, en la Comunión y la Paz y en Nuestra Eternidad. De vuestro Corazón a mi Corazón, hasta pronto.
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