Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milan
Audio
Pregunta: yo todavía no he llegado a
extraer mi conciencia de sueño del soñar. Permanece aprisionada en las
vivencias de mi personalidad. ¿Qué debo vivir o cómo tomarme?
¿Quién trabaja mientras tú sueñas? Cuando duermes ¿sabes que duermes?
Necesitarías para esto, permanecer lúcido. Continuar la disolución es,
precisamente, permanecer lúcido, no estar más en el sueño (lo que algunos
llaman Turiya) que no es el Absoluto. Desde el punto del Absoluto (si estoy
tentado que pueda hablar así) el estado de vigilia o de sueño no cambia nada.
Son ilusiones, la una como la otra. Tu vida pasa, tu cuerpo pasa, el sueño
pasa, no es entonces eterno y de ninguna forma, ligado al yo soy. Turiya (o el
yo soy, la Presencia) es una etapa. Es lo que está construido más allá de la
personalidad y que debe borrarse, por deconstrucción o más aun disolución, en
el momento oportuno. Si tu conciencia, tal como la vives, está atrapada en esta
realidad, eso significa simplemente que el momento, en el sentido lineal, no ha
llegado. En lo que se ha dicho (de continuar un trabajo de disolución), ¿te ha
dado un plazo? No. La conciencia va a vivir, en tu caso, lo que tiene que
vivir, antes de desaparecer. La atadura a lo que tú eres, a ciertos modelos de
creencia, te encierra tan seguramente que lo demás. ¿Has conocido el Cristo?
¿Lo has visto o es justamente una creencia? Podría hablarte de Krishna o de
Buda: ¿los has encontrado de otra forma que por los escritos, de otra forma que
sus creencias, de otra forma que por las religiones o a través de un ideal, de
una historia? Necesitas incluso, matar esto. No de manera activa, porque no hay
nada que hacer desaparecer, sino simplemente refutarlo. Ir más allá de eso.
Mientras que tú te adhieras a otra cosa que el Absoluto, el Absoluto está
clausurado para ti porque la creencia te aleja. El Cristo es Turiya. Es un
modelo pero, como se ha dicho (incluso Buda): en un momento dado, debes matar
al modelo. El único obstáculo es ese.
A través de la adhesión a una creencia, hay un ideal que seguir. Este
ideal a seguir te inscribe en un tiempo y el tiempo parece largo. Suprime el
ideal, no habrá más tiempo. Suprime la creencia, no tendrás más necesidad de
tiempo. Son las creencias que impiden la disolución, ya fuera tu modelo más
ideal, ya fuera reencontrado en sueño, ya fuera reencontrado de manera mística.
Porque aquellos que lo reencuentran realmente, de manera mística, solo tienen
un objetivo: fusionarse, Casarse con él (o con ella, si es otra entidad). De
ahí nace la disolución. Como os han dicho los Ancianos: Comunión, Fusión y
Disolución, en este orden, dentro de Turiya. Entonces tú no puedes considerar
un modelo como exterior a ti. Mientras que es considerado como un ideal
externo, un modelo que obtener, tú mantienes la Comunión, tú impides la Fusión
y aun más la Disolución. Ese es el obstáculo. Olvida todo: todos los modelos,
todos los marcos, todas las creencias. Olvida incluso tu padre y tu hermana. Es
la única forma de vivir la Disolución. O si no, fusionado con el Cristo, o si
no, fusionado con tu padre, o fusionado con tu hermana, pero fusionado con
alguna cosa, con el fin de que no haya una existencia exterior a lo que tú
eres. Ahí, vivirás la Disolución, pero no antes, porque hay persistencia de la
idea de alguna cosa exterior, que tiene una existencia autónoma, en el exterior
de ti. Pero como han dicho incluso los Arcángeles: el mundo está en ti. Los
Arcángeles están en ti, yo estoy en ti, porque tú eres Absoluto. Mientras que
pongas una distancia en un rol o una función, exteriores a ti (en Cristo, en tu
padre, en tu hermana o en lo que quieras), hay una distancia y por tanto no
puede existir la más mínima Disolución. Solo puede existir la persistencia de
un nivel. El Absoluto no es un nivel. Es simple, también. Mientras que haya
proyección en un ideal, religioso u otro, no podéis ser vosotros mismos,
incluso con lo que se ha denominado como el Doble. El Doble no está hecho para
ser visto, está hecho para Disolverse. Es una ayuda al Absoluto pero no es una
finalidad porque los dos son los mismos. No proyecta nada afuera. Lo que tú
Eres no tiene que ser proyectado; está ya en ti (incluso el Cristo, incluso tu
padre). No hay nada exterior a lo que tú Eres. Lo que es exterior es una simple
proyección de la conciencia, un sueño incluso igual que el estado de vigilia.
Si tú aceptas esto, se adquiere la Disolución porque siempre ha estado ahí. Es
simplemente tu mirada, tu forma de ver, tu punto de vista, procedente de tus
creencias o de tus afectos. No hay nada más que esto. Es el único obstáculo.
Pregunta: yo vivo estados caóticos. La
refutación me permite tomar distancia pero la mente, las emociones y la
voluntad están siempre muy presentes. ¿Cómo pedir la ayuda de las Estrellas, de
los Ancianos o de los Arcángeles sin hacerlos salvadores exteriores? ¿Cómo
estar en Comunión con ellos sin que sea una proyección de mi mente?
Primero es necesario que aceptes que no hay personalidad, que no hay
nada exterior. ¿Qué es lo que tiene necesidad de ayuda si no es, como tú has
dicho, la personalidad que necesita un salvador? Pero a partir del momento en
que no hay personalidad ¿qué habría que salvar? ¿A quién habría que ayudar?
Cambia de visión, puesto que todo está ya en ti, absolutamente todo. También,
no imagines algo externo a ti que cree una distancia aun más grande, entre lo
que tú Eres y lo que se proyecta. El caos es muy buena señal, porque el caos
marca una reorganización más allá de cualquier orden, en la Libertad. La
apariencia de la personalidad pasa por su propia muerte. La Luz Disuelve la
personalidad, que no tiene ninguna existencia. No des peso a lo que no existe.
Tú no eres ni tu mente ni esta personalidad. Tú las creas. Ahí está el
problema. En tanto que testigo de la refutación, tú entiendes perfectamente de
dónde vienen las quejas. ¿Cómo esas quejas pueden estar activas aun viéndolas,
si tú no les das tu consentimiento? Y ese consentimiento viene de la
incapacidad temporal de no ser eso. Hay una culpabilidad. ¿Cuál es esta
culpabilidad? La de hacer mal, la de estar mal, atribuida a causas externas, a
una causalidad, a acontecimientos sobrevenidos. Porque a través de esto ¿qué se
expresa? El sentimiento (y digo bien sentimiento, porque no es verdad) de
soledad. La necesidad de completitud. La búsqueda en el exterior de estar
completo para poner fin a una soledad que no existe. Es la personalidad la que
te lleva con sus deberes, a creer que estás solo. Los afectos y los
sentimientos que ascienden, mirados por lo que son: algo que pasa y que no eres
tú. No confundas la refutación con el hecho de no verlo. Refutar conduce a ver
las cosas y los elementos tal como son, pero no a no verlos más. Observa
pacientemente que a menudo, te sirves de la refutación precisamente, para no
ver. Si aceptas esto, la personalidad tendrá menos peso, la mente aun menos. Es
la mente la que te hace creer que hay soledad, que hay aislamiento, que hace
falta buscar fuera. Incluso el Doble está en ti, si no ¿Cómo podría existir en
el Cristo o en lo que sea? Solo hay el Absoluto. No te dejes vencer por lo que
dicte la mente, por lo que te hace creer. Ella querría que tú fueras esa
personalidad que sufre, que añora, que está aislada. Eso no es verdad.
La Abundancia siempre ha estado ahí, todo ha estado ahí siempre. No
creas lo que te dicen tus afectos y sentimientos. No des la espalda y acepta
verlos: están ahí pero no son tú. Refutar no es negar. Tú no eres nada de lo
que pasa. Tú puedes estar seguro y cierto que cuando pasa alguna cosa (como un
humor o sentimiento) eso no eres tú, sino que es secretado por el saco de
comida, o por tu propia historia, por tus propias heridas. Pero tus heridas no
son tuyas, aunque te sean propias. Se inscriben en otra cosa que lo que tú
Eres, precisamente en esta personalidad, precisamente en esta mente. Si te
mantienes tranquilo, sin pedir una ayuda, sin proyectar una ayuda, sin imaginar
que lo que sea no puede venir del exterior, si te sumerges en lo que Eres, en
el Interior, vas a darte cuenta de que todos tus recursos están ahí y no
dependen ni del peso de una herida (real o supuesta), ni de cualquier carencia,
ni de cualquier ayuda exterior. Comprende y capta que ya, todo está en ti, sin
ninguna excepción. Tú no estás repleto de sufrimiento, de sentimientos y de
afectos. Tú no estás lleno por otra cosa que lo que Eres: Absoluto. Tú eres la
fuente de ti mismo. No hay amor exterior. Sé Amor. No te plantees la cuestión
de tu pasado, de tus heridas, de tus carencias: no existen. Y la ayuda está ya
ahí, porque no tiene que llegar: ya está instalada. Deja ocurrir lo que ocurre.
Déjalo que ocurra. Tú no eres lo que ocurre. Permanece en el centro, sin pedir
y sin proyectar, sin va y ven, inmóvil, ahí, donde por el momento todo te
parece vacío y verás que solo es una mirada del ego porque en realidad, es ahí
dónde está el Absoluto: lo lleno. Pero por eso, acepta ver esos sentimientos,
esas impresiones, esas emociones, ese sentimiento de vacío. Míralos pero no los
reconozcas: no te pertenecen. Es muy simple pero, es seguro que a la
personalidad no le gusta lo simple. Ella valora las plegarias, las demandas,
las súplicas porque tiene miedo de ser insignificante. Ella lo es. Entonces no
va a tener miedo de lo que Es. Tú no eres insignificante. Todo lo que tú Eres
es significante, más allá de cualquier sentido y de cualquier significado de este
mundo. Tú eres la eternidad.
Pregunta: ¿la experiencia y la elección
de vida que se hace puede llevarnos hacia el Absoluto aunque no seamos lo que
se hace?
No. El Absoluto no depende de ninguna elección, de ninguna vida, de
ninguna realidad de este mundo. El Absoluto es el mismo, sea en la cruz de
Cristo, que en el niño que muere de hambre, que en el anciano que muere de
vejez, o aquél que muere de una bala. No hay ninguna diferencia. Creer que hay
circunstancias de esta personalidad, precisas (de camino espiritual u otras)
que favorecen la realización, si se puede hablar así, del establecimiento del
Absoluto, es un error. Creer que porque se va a estar al abrigo de todas las
necesidades (afectiva, financiera, moral, familiar, social) va a bastar para
ser Absoluto es un error dramático. El Absoluto no depende de ninguna condición
de este mundo. Es una mentira. Solo la personalidad puede estar satisfecha con
el hecho de que no le falte nada, ni dinero, ni afecto. El Absoluto nada tiene
que ver con todo esto. No hay ninguna edad, ninguna condición, ningún karma,
ninguna situación, que se oponga al Absoluto, si no sois vosotros mismos, con
justificaciones, coartadas (que no se mantienen), historias espirituales (que
no se mantienen) temores ocultos, evidencias ocultas. No hay camino hacia el
Absoluto, ninguno. No hay ningún medio de acercarse al Absoluto por cualquier
circunstancia de vida. El Sí puede daros la apariencia pero incluso el Abandono
de Sí es necesario e indispensable. Yo diría incluso, que al límite, sería
mucho más fácil para el que no pone resistencia. Es decir, aquél cuyo cuerpo se
va, cuyas posiciones se van, tiene más oportunidad de desvelar el Absoluto. Hay
algunos países donde los seres han abandonado todo y no han encontrado nada
nunca. Hay países dónde los seres no han pedido nunca nada y por lo tanto son
Absoluto. No veáis esto como un progreso. No veáis esto como algo que facilita
o evita. No es cierto. Solo la mente puede creer eso: que hay circunstancias
que favorecen. Es falso. Solo el Abandono del Sí, el cambio de mirada y de
perspectiva, la no atadura, realizan la Verdad del Absoluto, que siempre ha
estado ahí. Creer que hay distancia, crea la distancia. Creer que hay un
camino, crea un camino. Creer que hay indignidad, os hace indignos. Suponer que
está lejos, lo hace lejano. Sin embargo, es también, muy simple: no supongáis
nada, no aceptéis nada. Dejad todo el espacio. Desapareced. Mientras que creáis
existir por una atadura, una búsqueda, un afecto, os alejáis del Absoluto. Él,
siempre ha estado ahí, no se ha movido nunca: sois vosotros los que os habéis
movido. Sois vosotros los que os habéis alejado, en esta personalidad, en la
ilusión, en el sí.
Cuando os decimos que permanezcáis tranquilos y no hagáis nada, ocupaos
de vuestra personalidad, si queréis (mejorarla, pacificarla), pero no sois eso.
Vivid el Samadhi, si os complace, pero tampoco sois eso. A través de mis
palabras, espero que entendáis un poco más que es la refutación: ni esto, ni
aquello. ¿Qué es lo que os impide practicarla? ¿Dónde está lo que os impide
ponerla en funcionamiento? ¿Qué es lo que os hace creer que es un juego mental?
¿Qué es lo que os dice que es estúpido? Plantearos la cuestión. Si no es
vuestro propio ego, vuestro propia mente, que os va a decir sin parar, que “no
es verdad”, que “no existe”, que “no es posible”, que “es demasiado simple, muy
fácil”. Refutad y veréis. Realizad vuestra encuesta pero no busquéis la acción
/ reacción de este mundo: es interminable. No busquéis la causa, en definitiva
a lo que jamás ha tenido causa. No hay principio. No hay fin. Es una ilusión
total. Vosotros sois Eternos, Eternidad. Eternos: siempre presentes. Todo lo
demás no son más accesorios, piruetas, espectáculos y estafas. ¿Queréis jugar a
ser un timador o queréis ser Verdaderos y Transparentes? ¿Queréis ser una
Alegría que no desaparece jamás, una beatitud que no está en función de las
circunstancias, de vuestros amores o desamores, de vuestro dinero o no de
vuestro dinero, de un techo o sin techo? No tenéis necesidad de prever porque
vuestra vida se desarrollará de la mejor de las formas, sin ningún obstáculo,
en el Absoluto. Ahí está la única causa de los sufrimientos aparentes, de las
carencias aparentes, de las heridas aparentes, de las enfermedades. No hay
otra. Si dejáis este saco de comida evolucionar por sí mismo, manteniéndolo,
sin plantearos ninguna cuestión, él iría muy bien. Del nacimiento a la muerte,
viviría lo que tiene que vivir. Es porque estáis identificados a él por lo que
está enfermo, está mal y sufriendo, de otra forma, no hay ninguna razón válida
de ser alterado. Tratad esto: refutad este cuerpo y veréis que ira
perfectamente bien. Porque el ego os va a hacer creer que refutar, es renegar,
es rechazar: es falso. Es lo que os dice vuestra mente, sin parar. Solo eso os
impide practicar la refutación, o si no de hacérosla considerar bajo un lado
socarrón: “todo es ilusión”. Y reír pero no la verdadera risa, la de la ilusión
que se burla. No hay otro obstáculo que vosotros mismos. El Absoluto no tiene
necesidad de vosotros. Es lo que vosotros Sois. Entended esto. Todo el problema
no es más que una cuestión de situación, de punto de vista, como he dicho: es
un error de punto de vista, un error de visión. Es una visión que está sujeta a
vuestra historia, a vuestros afectos, a vuestras emociones, a vuestra mente, a
todo lo que es ilusorio. Superad esta visión. Vosotros no sois lo que se ve. No
hay nada que ver a este nivel. Si hacéis silencia de todo eso, vosotros
constataréis con estupefacción que el Absoluto ya está ahí. No tiene que
aparecer, excepto para la personalidad que se va. Ahí, está la Disolución. Ahí,
está la facilidad. Es salir de la complejidad. Salir de la dificultad. Salir
del conocimiento, lo falso, eso que depende de una experiencia, de una
creencia, de una reflexión, de una suposición. El Absoluto es conocimiento.
Hace de vosotros un Liberado. No el conocimiento de la personalidad, que no os
liberará jamás, que os encerrará, más y más, en la acción/reacción, en el
sufrimiento, en el dolor. Sed Libres. Osad ser Libres. ¿Qué os lo impide?
seguro que hay reglas y leyes que se aplican a este mundo pero vosotros no Sois
eso. Vosotros sois la Absoluta felicidad de la Luz Eterna del Amor. Nada más y
nada menos. Es precisamente que habéis creído a vuestra personalidad, a vuestro
rol, a esta vida, en su inicio y en este fin.
Pregunta: ¿habiendo
experimentado la Onda de Vida, podéis decirme si hay muchas capas de cebolla
que quitar para llegar al Absoluto?
Si tú quitas todas las cáscaras y todas las capas de la cebolla ¿qué
queda? Nada. No hay nada que quitar. Solo ver, refutar. Refutar no es quitar
nada. Es aceptar el Absoluto, inclusivo, totalmente. No excluye nada sino
simplemente, la ilusión se ve por lo que ella es: una ilusión. Si la Onda de
Vida está ahí, no te ocupes de nada, no hagas nada, quédate tranquila, sobre
todo no te ocupes de nada. Tú estarás siempre mucho más confundido que la Onda
de Vida. Tú serás incluso ridículo en relación a la acción de la Onda de Vida.
Hazte simplemente, esta Onda de Vida, es todo. No busques nada más. No te plantees
la cuestión de otra cosa. Refuta lo que llega y tú verás, por ti mismo, que
nada más llega. Es la Liberación. Es la Libertad. No hay nada que imaginar
trabajar. Hay simplemente que aceptar lo que se manifiesta, lo que emerge, lo
que sale. Pero no vayas a buscar tú mismo, si no, mantienes la dualidad y das
la espalda a la Onda de Vida. Creer que hay algo que purificar, algo de lo que
desembarazarse, es una ilusión también. Aceptar esto, es no estar más en la
personalidad: es dejar obrar a la Onda de Vida, totalmente. Es no ser afectado,
es no creer que haya un trabajo, es no imaginar o suponer que hay capas de
Sombra. Es superar todas esas nociones de creer que hay una pacificación que
realizar, que hay un trabajo que hacer, que hay una purificación del ego o un
aligeramiento del ego o del Sí. Es salir de todos esos juegos estériles, todas
esas estafas espirituales, precisamente. Vosotros estáis Liberados porque la
Onda de Vida ha sido Liberada. No os preocupéis más de todas esas sombras, no
existen. No les deis más peso y consistencia. Cambiad de mirada. No hay nada
bien, nada mal, solo hay el Absoluto, Luz, Amor, Verdad. Todo lo demás solo son
fantasmas mórbidos. Vosotros decidís. ¿Os creéis ese saco de comida? ¿Os creéis
vuestras heridas? ¿Os creéis vuestra historia? ¿Os creéis esos sufrimientos,
esas pérdidas, esas carencias o sois realmente absolutos? mostradlo. Probadlo.
Pero probarlo no es una acción, aun menos una demostración, porque es eso, lo
que Sois todos vosotros. No añadáis más peso a vuestro propio peso: no existe.
No hay otra solución, no hay otra Verdad, a parte de la última. Y si tenéis sed
de experiencias, entonces llevad vuestras experiencias en el Sí o en la
persona, vedlo vosotros, más allá simplemente del deseo, más allá mismo de la
necesidad. ¿Permanecéis en la apariencia y la carencia o os rendís a lo que
Sois, esa plenitud absoluta, ahí donde no puede existir ningún miedo y ninguna
carencia? Vedlo vosotros.
Pregunta: vosotros iréis
ahí donde os lleve vuestra Vibración, no hagáis nada y permaneced tranquilos,
son las indicaciones que recibo en este momento con una cierta comprensión y se
hacen cada vez más confusas. La duda y la confusión se manifiestan invariablemente.
¿Cómo hago el sabotaje?
Porque le das crédito. Tú le dejas jugar. Tú lo autorizas a jugar. Tú lo
autorizas a preguntarse. Tú lo autorizas a dudar. ¿Eres eso? ¿Qué conclusión?
en las frases que tú has enunciado, es muy simple. Tú irás ahí donde te lleve
tu Vibración. Tu Vibración te lleva por tanto, a establecerte en algo. Hay
entonces, un desplazamiento que habéis llamado Ascensión. El Absoluto no es
Vibración. Eso quiere decir que no iréis a ninguna parte, puesto que vosotros
Sois ya. La confusión viene de ahí. Para el yo, no hay problema: desaparece
totalmente en lo que está aquí. No cambia nada que la desaparición del yo, sea
el hecho de la muerte del saco de comida, o la muerte del mundo: es lo mismo.
Si veis una diferencia, es que estáis insertos en este mundo y estáis atados a
este mundo que es proyección y maya, ilusión. Si no, no debería plantearos
ningún problema, ninguna búsqueda, ni aprensión por nada. El que se plantea un
problema y tiene aprensión, es el ego que duda, que solo existe para el mundo,
por la proyección en una ilusión. La Vibración es la certeza de ir dónde ella
os lleve, al Sí, a lo que se llaman las Dimensiones, los planetas, los
sistemas. Aquél que supera la Vibración es Absoluto aquí mismo, en esta forma.
No hay principio de encarnación que dure y que sea limitador, salvo para aquél
que está en el ego y que cree. La confusión viene de ahí. Es la mente la que
crea confusión. Desde el instante en que buscas comprender frases como estas,
sin vivirlas, por supuesto que sigue siendo mental. No sirve de nada leerlas,
si no se viven. No encontraréis ninguna satisfacción. Igual, animo a aquellos
que querrán leerme o escucharme, en otro lado como aquí, que paren enseguida
porque no sirve de nada, para el ego, para su mente, para su Sí. Solo el
Absoluto me interesa. Si el Absoluto no os interesa, entonces seguid vuestro
camino. Permaneced Libres de creer o de ser lo que queráis, pero si mis
palabras os incomodan, si mi voz os molesta, entonces estáis en la buena vía.
Si no comprendéis nada, entonces es perfecto. Si todas vuestras referencias
vuelan en pedazos, es más que perfecto: el fruto está maduro. Pero no os
canséis leyendo o escuchando lo que os molesta, a menos que el masoquismo sea
una parte de vuestra personalidad. Lo que yo digo, no interesa a todo el mundo,
por supuesto, y aun menos a aquellos que todavía están sometidos al timo
espiritual o a los dogmas de la personalidad, o al espejismo del Sí. No me
dirijo más que a aquellos que aceptan no comprender ya nada, porque como yo
digo, solo se puede vivir. Comprender no sirve de nada.
Pregunta: ¿si no sirve de nada plantearse
cuestiones por adelantado, entonces dígame qué debo interpretar exactamente?
¿Por qué querrías entender algo? No he dicho jamás entender, he dicho
escuchar. El entender viene después. Tú das a entender con esto, que te falta alguna
cosa que no habrías entendido. La única cosa que tú puedes entender, eres tú
mismo. Tú puedes oírte hablar, pero ¿has entendido lo que Eres? ¿O crees Ser
como apareces en esta forma, en este cuerpo, en esta vida? No hay nada que
entender, igual que no hay nada que esperar, no hay nada que comprender. El Ser
pasa de toda comprensión, de toda espera. La única cosa que oír eventualmente
es el sonido, ese Sonido primordial, que traduce de alguna forma, en tu
Conciencia, más allá de la Unidad, el retorno al Absoluto que tú Eres, desde la
Eternidad. Por eso, no es necesario escuchar más, sea lo que te diga la cabeza,
sea lo que te diga una autoridad exterior, ya fuera la mía, que no tiene más
autoridad que la tuya, sobre ti. Hay que reaprender a escuchar y por eso, no
hace falta oír nada, ni fiarse de otra cosa que del Silencio y del Sonido
Último, que traduce en ti, lo que se revela y se devela y que, de hecho, ha
estado siempre ahí. No tengo por tanto, nada que hacerte entender, porque
incluso eso que te digo, está destinado simplemente a volverte hacia Ti, y
absolutamente a nada más. Mientras que exista una voluntad de comprender o de
entender lo que sea, eso demuestra simplemente que la Atención y la Conciencia
están vueltas hacia el exterior, tratando de encontrar algo que entender y
comprender. Aquél que comprende, es el que es efímero. Aquél que quiere
comprender, es siempre ese que aun es más efímero. Lo que tú Eres no es una
comprensión.
Lo que tú Eres es desde la eternidad, desde el instante en que concibes
y percibes, más allá de cualquier concepción y de cualquier percepción, de
manera inmediata, de manera instintiva (en el sentido más elevado), lo que tú
Eres. Tú no tienes por tanto, nada que entender. Solo hay que Ser, más allá del
Ser, más allá de la voluntad, más allá de tus sentidos, más allá de las
Vibraciones que te son perceptibles, más allá de cualquier espera. Desde el
instante en que tú te haces capaz de hacer Silencio de todo lo que no es ese
Sonido, entonces, en ese momento, la Verdad estalla más allá de toda verdad
parcial y fragmentaria. El testigo de esto (no el testigo de ti mismo) es
simplemente una manifestación, más allá de cualquier manifestación, entonces
nada puede decirse, entonces la Beatitud y el Éxtasis están cerca: reflejo y
testigo completo, marcando el retorno a tu Eternidad, a tu Inmortalidad, a tu
origen ante La Fuente. Desde ese instante, no hay ya nada más que entender, no
hay nada más que comprender y aun menos que esperar, porque tú has llegado
adonde jamás has partido: has salido definitivamente, de la Maya. Lo que la
Maya te da a vivir, a experimentar, se hace sin la intervención de lo que tú te
has convertido: el No-Ser. La Conciencia no puede aflorar por lo que sea,
traduciéndose desde ese instante, por la no conciencia y el No-Ser. Manteniendo
siempre un cuerpo ilusorio, un espíritu ilusorio, haciéndote simplemente
testimoniar ese No-Ser, por la presencia de Este cuerpo, por la presencia de
esos pensamientos que no son lo que tú eres, sino un reflejo. Siendo reflejado,
tú haces ver, haces percibir (a aquellos que no lo son, revelados, en ese
instante) una imagen. Esta imagen se hace como transparente, sin poder ser
entendida ni aprehendida por el que mira a través de los sentidos comunes,
dando un sentimiento de extrañeza. Y más allá de esto, desembocando en una
pregunta, en un rechazo o en todo caso, por la pérdida de un equilibrio
precario para el que está instalado en la personalidad o en el Sí. En ese
momento, el trabajo (que se hace sin trabajo), la alquimia se realiza, está
comprometida, independientemente de cualquier voluntad, de esta apariencia que
manifiestas, de ese testimonio que das, simplemente por irradiación del no-ser
en este mundo, de esta ilusión. Así pues, desde ese instante tú puedes vivir el
Absoluto, siempre manteniendo esta forma. El único interés, si es que se puede
hablar así, es hacer ver al que no lo es (a través de la contrariedad, a través
del Amor, a través del cambio de equilibrio, sea el que sea), la posibilidad de
plantearse la cuestión, incluso negándolo, de que tú te has convertido en el
No-Ser. Desde ese instante, el Absoluto permite al que es No-Absoluto,
instalado en lo efímero, ser incomodado en todos los sentidos del término,
obrando en él de manera silenciosa, por el rechazo, por el Amor o por cualquier
otra cosa, llevándole a trasladar su Conciencia a otro lado, a plantearse la
cuestión incluso, de quién es Consciente, de quién observa y de quién rechaza
lo que se muestra, lo que se hace ver.
Por tanto no hay nada que oír, pero es el principio mismo de la escucha
el que permite conectar, de manera silenciosa e invisible, más allá de
cualquier Vibración, comunicar los elementos de lo incomunicable. La mejor
forma de escuchar esto, y quizá oír, es hacer el Silencio de todos los
sentidos, de todo deseo, de toda comprensión, de todo Ser. Lo que hay que
retener, y que es lo más importante, es precisamente lo que es contrariado. Lo
que es contrariado tiene más oportunidad de comunicar con el Absoluto. Esta
comunicación no es una comunicación ni una relación: es una pregunta y sobre
todo el hecho de ser contrariado. No hay ninguna forma más que mover las
certidumbres ilusorias del ego. No hay otra forma que refutar, al principio, el
Absoluto en sí mismo, para ver que finalmente, a través de la refutación de los
otros elementos, no puede quedar precisamente más que lo que se ha refutado
desde el principio. El Absoluto no es ni percepción, ni Vibración, ni concepto.
No es nada de lo que se conoce. Cara a lo desconocido, ¿cuál es la reacción del
que cree conocerse, en el yo o en el Sí? Es el rechazo, es la negación misma de
lo que le es presentado, le es dado escuchar. De ese principio de no
comprensión y de interrogación deriva todo lo que sigue. El Absoluto no puede
ser conceptualizado, de ninguna manera, no puede ser aproximado de ninguna
manera, por lo que es conocido, por la inteligencia, por los sentidos, por la
Vibración o por cualquier otra cosa. Es justamente ese aspecto que molesta, el
que desplaza un equilibrio precario, el que permitirá, con frecuencia, realizar
ese Absoluto que siempre ha sido, que es siempre y que será siempre. Sea en lo
que se convierta este mundo, sea en lo que convierta este Cuerpo, sea en lo que
se transforme este pensamiento. Ahí está la única Verdad. Es la Última Verdad.
Absoluta. Total.
Pregunta: siento que la Onda de Vida ha
refluido en mí. Esto se ha acompañado de una disminución de la distancia que
tenía en relación a la híper-actividad de la mente y las emociones. ¿Tengo algo
que refutar o buscar en mí?
¿Qué puede refluir? no he entendido el sentido de esta palabra. Un flujo
no puede refluir, en lo que concierne a esto. Un reflujo significa un
movimiento invertido. Lo que ha subido no puede volver a descender o si no, no
ha ascendido. Esto no se llama reflujo. Desde el instante en que la mente, el
yo, o incluso el Sí, lleva su conciencia (la del yo o la del Sí) sobre la Onda
de Vida y desea lo que sea, ésta se para. Tú no puedes poseer la Onda de Vida,
no puedes desearla, si no, no hay reflujo, hay una parada, porque en ese
momento, lo que ha querido acaparar, apropiarse, la Onda de Vida no es nada más
que la personalidad. La Onda de Vida evoluciona: sube, sin intervención alguna
de la persona. La intervención de la persona la hace cesar. Los miedos y las
dudas la hacen cesar. El deseo no puede hacerla reaparecer y volver a subir.
Ahí está el sentido de las palabras que se han empleado: quedarse tranquilo y
no hacer nada. Porque cualquier acción sobre la Onda de Vida que nace a los
pies del Gurú (es decir tus propios pies, el Sat-Gurú) se traduce, para ti y la
Onda de Vida, como un deseo de acaparar, de apropiarse. Toda apropiación, sea
la que sea, solo hace desaparecer la Onda de Vida. De igual forma que existen
barreras, todo lo que es duda, todo lo que es miedo, todo lo que es temor de
perder el yo, provoca la parada de la Onda de Vida. No hay que manifestar
ninguna culpabilidad, ninguna responsabilidad: simplemente, estar consciente,
estar lúcido, aceptarlo y la Onda de Vida renacerá y subirá. No puede refluir
porque su naturaleza es ascender y no descender. No puede existir reflujo,
existe simplemente un defecto de alimentación que se produce desde el instante
en que interviene el yo.
La Onda de Vida no es un yo, aun menos una mascarada. Es el Último. Es
restablecer eso que se había perdido: el Absoluto. Es necesario pues, hacer
cesar cualquier noción de búsqueda, de camino, cualquier noción de algo que
obtener o poseer. Es esto lo que hace falta hacer desaparecer del consciente,
tanto en el yo como en el Sí. La Onda de Vida no requiere ninguna atención.
Podéis facilitar pero no desear. Podéis permitir pero no pedir. La demanda o el
deseo solo revelan una voluntad del ego. Lo que se debe callar, desaparecer del
escenario, es el actor. No hay actor. En un momento dado, incluso el espectador
se hace molesto porque el espectador va a incomodar lo que se desarrolla. Y lo
que se desarrolla, donde la Onda de Vida es el testigo, es la desaparición de
la persona, la desaparición del individuo. El Absoluto toma todo el espacio,
por supuesto, en el ego o la persona. No es ese sentimiento que aflora, sino un
sentimiento de desaparición. Lo que es intolerable para aquél que está atado a
su forma, a su mente, a su percepción. El flujo renacerá porque es inexorable,
en el momento en que no tengáis más yo, en el momento en que no podáis
manifestar lo que sea de este saco de comida, porque no existirá más, porque el
mundo no existirá más para la conciencia. Entonces, no te plantees la cuestión
de por qué se para, porque esto va a poner aun más distancia a la Onda de Vida
y a tu Absoluto. Tú puedes actuar también, no sobre el Absoluto y sobre la Onda
de Vida, sino directamente, sobre las dudas y los miedos. Esto no quiere decir
buscar por qué hay esa duda, por qué hay ese miedo, porque el por qué se
inscribe en tu historia, en la adhesión a tu historia. Simplemente hay que
mirarlo, con objetivada, de frente, aceptar que hay duda y miedo, aceptar que
tú no eres ni esa duda ni ese miedo ni esa persona. Es el principio de la
encuesta y la refutación. En ese momento, no tienes que plantearte la cuestión
de la Onda de Vida, puesto que siempre ha estado ahí. No se interrumpe, salvo
por la conciencia, la conciencia que ha impedido tu propia Liberación.
La conciencia es, en definitiva, lo mismo dentro del yo Soy o del yo Soy
Uno, el elemento que frena porque en el yo Soy, hay aun una identidad, hay aun
un individuo, aunque éste no esté ya separado, pero no está integrado. Si
aceptas esto, no merece la pena ir a buscar la causa de ese miedo, de esa duda,
sino mirar esto y aceptarlo para transcender, porque el yo en sí mismo, en su
totalidad, aunque afirme lo contrario, solo está construido por el miedo. Desde
el momento en que no buscas la causa, desde el instante en que no buscas la
explicación y aun menos comprensión, simplemente ser el observador o el
testigo, eso basta a la identificación, al reconocimiento de ese miedo, de esa
duda. Desde ese instante tú no vuelves más tu conciencia, tu yo, hacia la Onda
de Vida y esta renace. Como se os ha dicho, no hay estrictamente nada que hacer
por la Onda de Vida. Hay que hacer a nivel de lo que hace, es decir este
cuerpo, estos pensamientos. Pero la finalidad no debe ser la Onda de Vida, si
no, no nacerá jamás o no renacerá jamás. La Onda de Vida no tiene necesidad ni
del yo ni del Sí, porque la Onda de Vida se impulsa y atraviesa el cuerpo,
desde el instante en que no existe ninguna resistencia al Absoluto. Tú no
puedes hacer nada mientras que el yo esté presente, mientras que el Sí esté
presente, porque el yo como el Sí siempre han querido controlar y enseñar, lo
que es imposible para la Onda de Vida. Hay un cambio de actitud, un cambio de
mirada, un cambio de conciencia, que no puede ser ni concebido ni aceptado por
el yo o por el Sí. Si tú integras esto, si tú lo aceptas, entonces la Onda de
Vida renacerá, pero no antes. Lo que se ha alejado, no es la Onda de Vida, eres
tú. Entiende esto y todo irá bien, porque todo está bien. La distancia no
existirá más para el yo, porque el yo, se ocultará por sí mismo. No lo
alimentes, no alimentes las dudas y los miedos, reconócelos simplemente. El yo
siempre tiene tendencia a considerar que los miedos y las dudas formas parte de
lo que él es, pero tú no eres ese yo, tú no eres esa duda y esos miedos. Tú no
eres nada de lo que pasa y te atraviesa. Quédate tranquilo.
Pregunta: la Alegría, el juego, los
colores, resonancias de mi Niño Divino, me permiten acoger las experiencias
dulcemente, con el Corazón. Pero una resistencia física marca un bloqueo, una
memoria en relación con mi divorcio. ¿Qué tengo que refutar?
La expresión misma: « memoria », « mi divorcio », prueban que está
identificada a ello. ¿Quién se ha divorciado si no es el Yo? ¿Lo que se
mantiene inmóvil, se divorcia un día de lo que sea? El sufrimiento expresado no
es más que el reflejo del ego, de esa famosa memoria que te muestra y demuestra
que, cualesquiera que sean las alegrías del Niño Interior, tú permaneces
también, visceralmente atada a tu historia. Es esto lo que crea el sufrimiento.
La justificación del Niño Interior, de los colores, de la Alegría y del juego
¿por qué es alterada? Lo dices tú misma: porque has dado una consistencia a lo
que es efímero y se cristaliza, en ese saco de comida, lo que tú le atribuyes:
el peso de una memoria. Pero la memoria solo existe en el yo. Tú eres aun
tributaria de una historia porque tu cuerpo lo manifiesta. Y si tu cuerpo
manifiesta lo que sea, es que tú participas en ese juego. Lo que ha quedado
atravesado en la garganta, lo que hace creer que hay una historia y una memoria
que viene a alterar lo que tú Eres, desde la Eternidad, solo es la adhesión a
tu propia historia, a tu propio yo, a tu propio Sí. Tu cuerpo te muestra que tú
está atado visceralmente a él, si no, no hubiera manifestado jamás el más
mínimo dolor, el mínimo sufrimientos, so si no, ese sufrimiento sea el que sea,
no podría vivirse como un sufrimiento. La atención y el poder que tú das a lo
que has vivido (y que tú llamas memoria que vendría a quebrar, dicho así, el
Niño interior), no existe. El Absoluto no es el Niño Interior: es la
Espontaneidad, la Transparencia. La Espontaneidad no puede ser alterada por
cualquiera historia o cualquier memoria. Es la personalidad la que juega ese
juego, siempre. Se puede decir que tú has dejado manifestarse algo que
precisamente te permite comprender, porque tú lo ves y lo vives, que el Niño
Interior está bloqueado por ese divorcio. Y además, tú has dicho: “mi
divorcio”. ¿Lo captas? Te haces a ti misma tributaria de las circunstancias exteriores
que tienen más peso que el Absoluto. Tú has fijado de alguna manera, un
sufrimiento. Tú te has identificado con ese divorcio, en lugar de ver otra
cosa, que es la Libertad. Hay resentimiento, y por tanto, el cuerpo lo dice.
Por supuesto, hay un culpable: el divorcio. Por supuesto, hay otro culpable: la
memoria. Pero ¿qué vienen a hacer el divorcio y la memoria en el Absoluto? ¿El
Niño Interior es tan frágil como para ser alterado por una historia o una
memoria? Mientras que exista eso, de una manera o de otra, lo quieras o no,
manifiesta claramente tu atadura. Míralo, pero no pongas la causa encima,
porque no hay otra causa que tú misma, no hay enemigo exterior a parte de ti
misma. ¿Cómo aquél que no existe y aquella que no existe, que han compartido el
mismo sueño, la misma ilusión, pueden sufrir la propia ilusión, cuando se para?
¿Qué mirada pones en esto? ¿La carencia y el vacío? ¿O la Libertad? todo lo que
ocurre en esta vida, que Vives, en un sentido, pero no un sentido a nivel
psicológico. No te pares en esto. No en el sentido de memoria cristalizada.
Pero incluso lo que llamas prueba o sufrimiento solo tiene una
finalidad: vencer las resistencias, sean las que sean. El sufrimiento no es
jamás un castigo. No viene jamás del exterior, sino de Sí. Desde el instante en
que tú aceptas y ves esto, de forma justa, sin juicio, ni de ti ni del otro, no
hay ninguna razón para que el cuerpo cristalice, no hay ninguna razón para que
lo que afecta a este cuerpo, te afecte. Si no, tú estás atada a este cuerpo.
¿Qué haces tú con lo que se denomina el Amor, con lo que es denominado Perdón,
con la Gracia, en relación a ti misma? ¿Qué no has perdonado? ¿Qué culpabilidad
y resentimiento expresas tú y por qué? No en la historia, no en la memoria, no
en una explicación, sino realmente en lo que tú Eres, en lo que está
trastornado y te impide ser Libre. Si tú entiendes esto, entonces verás claro,
sin justificar la pérdida de un Niño Interior o de una Espontaneidad o los
colores, porque eso son pretextos de la personalidad que prefiere estar en el
Niño Interior y en los colores, en el juego, más que en el Absoluto. Ahora, si
tú consideras que eres esta historia y esta memoria, entonces olvida lo que he
dicho y actúa en la acción /Reacción que conocéis, psicológica, energética.
Pero no haréis más que mantener el saco de comida, de una forma o de otra,
hasta su fin. Vosotros lo alimentaréis hasta quedaros sin aliento y sufrirá.
Todo lo que queréis evitar, se reforzará. La memoria os afectará, la historia
os afectará porque la resistís. Lo que hay que refutar, es muy exactamente, que
tú no eres ni tu divorcio, ni ese sufrimiento en este cuerpo. ¿Quién lo
percibe? ¿Quién lo siente en ti? Esa es toda la problemática. El Corazón del
Ser, la Presencia o el Absoluto, no pueden estar afectados. Lo que está
afectado será siempre el yo. La justificación del Niño Interior no está.
Pregunta: hace unos años, he perdido
todas mis ambiciones y placeres en este mundo, después de un divorcio y
pérdidas financieras, cosas que combatí como negativas. Ahora mi punto de vista
cambia.
¿Dónde está la cuestión? Esto es una afirmación y una constatación, está
muy bien. Lo que tú has perdido, te ha Liberado. Tienes conciencia hoy. Todo
sufrimiento, toda pérdida, solo está destinada a mostraros vuestras propias
insuficiencias, vuestras propias carencias, lo que se ha perdido en vosotros y
no lo que habéis perdido fuera. Porque lo que habéis perdido fuera solo es el
reflejo de eso a lo que estabais atados, eso que deseabais poseer. La pérdida
os pone, de alguna forma, al desnudo, os muestra vuestros propios límites,
vuestros marcos, vuestros propios encierros. La ambición puede a veces ser
necesaria, pero si no es necesaria para ti, se romperá. No hay castigo ni karma
ahí, solo está la Verdad. ¿De qué tienes necesidad? ¿Por qué quieres probarte
Verdad de lo que Es? Solo es verdadero lo que vives, ahí, enseguida. No lo que
has vivido. No lo que sufres o has sufrido. Tú no eres el resultado de tu
pasado, de ninguna forma. Solo la persistencia del yo está inscrita en ese
pasado que se manifiesta en este presente. Hay que salir de la linealidad.
Amar, es eso. No es poseer a una mujer o un marido. No hay nada que poseer y si
lo que creéis poseer estaba retirado, tampoco hay culpable: hay justo los
movimientos de vida, las ilusiones que se entrechocan y que, de todas formas,
hubieran terminado en el momento del fin del saco de comida. Tú no te llevas
tus cuitas. Tú no te llevas tus alegrías. Tú no te llevas ninguna memoria. Tú
no te llevas más que lo que tú has encontrado, es decir su tú Eres encontrado.
El yo se considera, como siempre, inmortal. Evidentemente, es falso. Solo es
inmortal lo que tú Eres. No mires atrás. Instálate en el No-yo, en el No-Sí. Si
eres capaz de parar, en un tiempo muy corto, la referencia al pasado, a la
historia, a tu historia y ver incluso, superar la causalidad que te he
explicado ¿qué descubres? Dejas descubrirse el Absoluto. Esta forma ya no te
concierne, tú estás por tanto inscrito. Este mundo no te concierne más y sin
embargo actúas y reaccionas. La pérdida de lo que sea no hace más que mostrar
la fragilidad de la vida y de este yo. Eso te muestra simplemente que nada es
eterno en este mundo, sálvate. Nada puede perdurar de lo que está inscrito en
el tiempo de este mundo, salvo eso que se mueve, que es inmóvil. Todo lo demás
solo son experiencias que no cambian en nada la Verdad, que no cambian nada el
centro, en el que Eres. Si tú ves claramente esto, entonces no hay problema, ni
ahora, ni ayer, mi mañana, ni cuando este saco de comida haya desaparecido.
Pregunta: después de haber observado,
después refutado las sensaciones y Vibraciones del cuerpo y los pensamientos,
me instalo en mi Templo cardiaco para encontrar la paz y vivir el estado de
Presencia, que satisface el Sí. He refutado ese estado, el Sí, para que el no
Sí, el Absoluto se revele a mí, pero sin éxito. ¿Qué debo refutar más para que
el Sí suelte la presa?
En lo que tú expresas, hay aun un observador que quiere observar el no
Sí. No hay Disolución. Lo que hay que observar, es superar la propia Vibración.
Esto se ha hecho posible por la Onda de Vida, sin tu intervención. Por eso, no
lleves tu conciencia a ninguna parte, porque desde el instante en que tú lleves
tu conciencia a una zona de ti, de este cuerpo, que te hace experimentar,
sentir la paz y la Presencia, hace falta también, deslocalizar la conciencia.
No como una voluntad de ir a otro lado, sino de no ser ya tributario de
cualquier deslocalización de la conciencia misma, en este cuerpo. Hace falta,
de alguna forma, olvidarte de ti mismo. La presencia es ciertamente el estado
de la experiencia que es, si puedo expresarme así, lo más cerca del Absoluto.
En el Absoluto, la conciencia no es más. No hay lugar para el observador, ni
para el cuerpo, y aun menos para la Vibración Supramental. Esto pasa por la
Disolución o si lo prefieres, la desaparición del observador. No hay pues otra
cosa suplementaria que refutar. Una vez que la refutación ha sido efectuada,
que tú has realizado tu encuesta, sobre todo no desees nada, no hagas nada, no
consideres que el Sí (o la Presencia misma) te va a conducir al no Sí. No es
una consecuencia lógica, ni otra etapa. Hace falta de alguna forma, hacer un
sacrificio simbólico que se realiza por sí mismo, desde el instante en que la conciencia
no es llevada más sobre lo que sea. El Sí va a llamar a esto el vacío o la
vacuidad o la nada. De alguna forma es necesario esperar después, una
refutación y una encuesta, que haya (y es imaginado) esa punzada en el corazón.
Y ahí, durante esta experiencia particular, refutar. Pero no refutar como el
observador de lo que se ha vivido, en un momento dado. Tú no puedes utilizar
una experiencia que data de ayer o de otro tiempo, que se ha realizado para
refutar. Es necesario que esa refutación se produzca en el instante mismo de
Presencia pero no fuera porque si tú realizas esta refutación fuera del momento
en que se vive, no sirve absolutamente de nada, porque el Sí no es el yo, el Sí
no es dependiente de una historia o de una memoria, ya que se define
precisamente, como la instalación en el Aquí y Ahora, en el presente. Pero el
Absoluto no es el presente, sobre todo si ese presente es pasado y se remonta a
ayer.
La refutación no se puede producir en ese caso preciso, más que en el
momento en que se vive la Presencia y no fuera. Si entiendes el mecanismo,
desde el instante en que se manifieste la Presencia y el presente (en la
Vibración, en la percepción de lo que se llaman las Coronas del Corazón,
incluso en la Vibración, en el Fuego del Corazón, o lo que os he descrito,
recientemente, como temblor y escalofrío), es en ese momento cuando puede
vivirse la Disolución. Pero no como un pasaje de un estado a otro, sino en
desidentificación, incluso de esto. Y esto es natural. Es necesario utilizar,
si puedo decirlo, esos momentos, en el momento en que se viven. Es la
diferencia de estrategia de la encuesta y la refutación, según que ésta sea
realizada en el yo o en el Sí. No hay que buscar ni expresar ni manifestar el
más mínimo esfuerzo porque es precisamente, la ausencia de esfuerzo la que
permite al Absoluto revelarse. No hay otro ejercicio para el Sí, que éste. Una
vez que has vivido el yo soy, en múltiples ocasiones, hace falta también
refutar esto extrayendo simplemente tu conciencia del yo soy, sin situar la
conciencia en otro lado: se disolverá por sí misma. Y esto te hará conocer, a
la vuelta a la forma, la evidencia, la beatitud, el éxtasis y el reír. No te
proyectes tampoco, en las ideas sobre el no Sí. Recuerda que no puede ser
aproximado ni conocido. La desaparición de todo lo que no es él solo puede
dejarlo, a él, presente y manifestarse, él, desde ese instante y después. Tú
podrás pasar del Sí al no-Sí con más facilidad aun, que del Sí al yo, o del yo
al Sí. Porque, cuando el mecanismo se ha iniciado, la posibilidad de pasaje,
tanto de lo último al Sí como del Sí al yo, se hace evidencia. No consideres el
no-Sí como un final del Sí, porque es todo excepto eso. Si lo haces así, todo
esto te parecerá y lo vivirás de manera evidente, sin dificultad.
Pregunta: ¿cómo pasar fácilmente del
estado de homosexualidad a la heterosexualidad?
¿Qué importancia reviste esto y qué importancia tiene realmente? ¿Por
qué le das tanta importancia? ¿Cuál es la incomodidad que se expresa? El
interés no es este, porque si hay interés, aquí ¿a qué concierne
exclusivamente? El amor personal entre dos seres, entre dos conciencias. El
Absoluto no tiene nada que ver con esto. Esto concierne al alma o, si lo
prefieres, el complejo inferior que está sometido al deseo, a la necesidad del
amor que expresa el cuerpo, que expresa el alma. Esto concierne al yo. Ni al
Sí, ni al Absoluto, porque el Sí no está perturbado por las elecciones del
cuerpo o del alma. Si el Sí Es, si el yo Soy Es, ninguna pregunta de esta clase
puede nacer porque el Sí no tiene nada que hacer del complejo inferior,
cualquiera que sea el deseo expresado o la búsqueda expresada: no le concierne.
La sexualidad solo concierne a esta Dimensión, sea lo que esté en retirada o se
encuentre, en términos de placero o amor. Esto no representa ningún interés y
ninguna acción sobre el Sí. Simplemente, cuando el Sí se realiza, cuando tú
estás realizado, la esfera llamada sexual o amorosa puede manifestarse o
desparecer, o también, transformarse. Pero no es ya una prioridad, no es ya una
vitalidad y aun menos, una esencialidad. El Sí no es un affaire de sexo, ni de
amor, a nivel del alma. En cuanto al Absoluto, lo que es Absoluto no puede ser
perturbado, ni en un sentido ni en otro, por lo que desenvuelve en el complejo
inferior: no hay nada que hacer de esto. No es un rechazo, no es una negación
de la vitalidad, sino una transformación de la vitalidad. Porque en ese momento
y solamente en ese momento, lo que se llama el sexo o los órganos genitales no
sirven más a la genitalidad: alimentan el Corazón. El Fuego Vital no es ya
simplemente una vitalidad, sino un Fuego Transmutado por lo que la Onda de Vida
ha cambiado profundamente las cosas. Incluso si hay Éxtasis, incluso si hay
gozo. El sexo no tiene nada que ver en esto, aunque pase por ese lugar. Esto
incluye el Corazón, no el corazón imaginario sino el Corazón Vibral. Y el
Absoluto está más allá de esto. Entonces, no te plantees esta cuestión.
Plantéate la cuestión esencial y lo demás seguirá, o no seguirá, sin ninguna incidencia
en lo que sea. Simplemente porque, tanto en el Sí como en el Absoluto, incluso
con una forma, todo esto no representa realmente más que lo que es: la búsqueda
de lo que falta, hombre o mujer. Pero no falta nada. Es la separación la que ha
creado la carencia y esta búsqueda de vitalidad. En Êtreté, como en el
Absoluto, todo es Gozo, todo es sexualidad, sin ninguno de los tabús que
conocéis y sin practicar lo que sea. Es superfluo. El Sí, el Absoluto, va a
transcender y a hacer desaparecer todo lo que está asociado a la animalidad,
que era precisamente la no conexión al Sí, al Absoluto. En ese caso, en el Sí
como en el Absoluto, no hay noción de sexo, porque incluso lo que estaba
previsto como ser de sexo solo es una elevación del Fuego Interior hacia el
Corazón, por tanto el Absoluto no tiene nada que hacer.
Pregunta: me ocurre a veces, tener la
impresión de ser como un bebé flotando solo en la inmensidad, sin conciencia,
sin referencia, sin nada, sabiendo en el fondo de mi ser que el Absoluto está
ahí. ¿No es contradictorio?
No, puesto que el Absoluto que tú Eres, está presente y manifiesto
también en una forma. Hay un Absoluto con forma y un Absoluto sin forma. Esta
forma, es ese saco de comida y su conciencia. El Absoluto no será perturbado
por la desaparición de este cuerpo y de la Conciencia de este cuerpo. Es esto
lo que se realiza: no hay ninguna contradicción. No hay nada en relación a
esto: es muy simple. El Sí va a utilizar imágenes, como el bebé, como el Sí, o
en Êtreté. En ese momento, tú realizas lo que se llama los Léelas del Señor.
Son juegos. Hay un gozo real de vivir esto, después de testimoniar y de
observarlo, pero es todo. Esto te demuestra que una vez que lo Desconocido se
hace tu Morada, en ese momento, tú puedes pasar del uno al otro, y del otro al
uno, sin dificultad. Es esto lo que crea la contradicción. Pero te haces capaz
de identificar el Absoluto y el Sí y la Presencia, sin ninguna dificultad. Pero
es esto incluso, lo que crea el sentimiento de contradicción, que no existe.