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Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milan
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Yo soy MA ANANDA. Hermanos y
Hermanas en la carne, recibid mis bendiciones y toda la gracia. Vengo a
vosotros para daros un elemento importante, para llamaros a definir en
vosotros, vuestra propia clase, ahí donde estáis, lo que deseáis haceros y
devenir. La historia de la Tierra ha conocido muchas eras, muchas épocas. Las
civilizaciones que se han sucedido han pasado todas, por etapas de crecimiento,
de apogeo, de decrecimiento y de fin. Hoy, estáis en la época denominada la
edad oscura, el Kaliyuga. En lo que vuestros ojos os dejan ver en el mundo,
hoy, incluso tapándoos la cara, es evidente que muchas cosas no están en su
lugar. No es la vida la que no está en su sitio, sino lo que resulta (por la
acción de los hombres, por la acción de los ciclos), haciéndoos presenciar, estéis
donde estéis, los acontecimientos que de alguna forma, llegan a vuestra
conciencia. Hoy os invito a definiros, a clasificaros vosotros mismos en lo que
sois, sin falso pudor, sin exceso, simplemente, tranquilamente, con
objetividad. Y os invito igualmente, a posicionaros, definiéndoos precisamente,
más allá de todas las conciencias que queréis vivir o no vivir, en función de
lo que es importante para vosotros.
¿Dónde está lo importante, para
vosotros, hoy? En lo que llamáis la vida y que, sin embargo es diferente para
cada encarnado. Nosotros os hemos sugerido, desde hace años, algunos elementos
que vivir y realizar, que os llevan poco a poco, o brutalmente, a vivir de otra
forma vuestra vida, a percibir, muchos de vosotros, cosas nuevas, cosas diferentes.
Esas cosas nuevas y esas cosas diferentes os han llevado quizá, a vivir ciertos
impulsos, ciertas transformaciones, ciertas revelaciones, o quizá simplemente a
preguntaros, a ser curiosos de lo que se decía, sin por eso vivir los efectos.
Sea como sea, que me leáis por primera vez, o que hayáis leído todo lo que yo
haya podido decir (durante mi vida, como ahora, en las Estrellas), yo os invito
a mirar (más allá de vuestra simple visión, más allá de la simple razón) ahí
donde estáis. Y ahí donde estáis, decid que es vuestro justo lugar. Que sea lo
que llegue, habéis definido vosotros mismos este lugar por vuestras acciones,
por vuestras reacciones, por la lógica de la vida, incluso sobre este mundo,
que os lleva a leerme. Os pido verdaderamente que miréis dónde está lo
importante para vosotros, dónde está vuestro objetivo, dónde está vuestra
finalidad, dónde está vuestro ideal. ¿Qué es lo que buscáis? ¿Qué es lo que
hacéis aquí, en este momento? ¿Vuestra búsqueda es simplemente una búsqueda de
mejoramiento de vuestra vida? ¿Vuestra búsqueda es una búsqueda de sentido, una
validación de lo que creéis, una validación de lo que proyectáis? ¿Vuestro
pensamiento se sitúa en un futuro, sea el que sea, o estáis instalados en este
instante presente, ahí donde se desarrolla cierto número de elementos dirigidos
a modificar o ampliar vuestra conciencia? ¿Qué es lo importante para vosotros?
¿Es vuestro devenir o es el instante presente? Que existe como búsqueda, sea la
que sea, que no ha terminado.
Y os invito a plantaros. Os
invito, en estos tiempos particulares (anunciados por María, relevando a
nosotras las Estrellas), a posicionaros. No para buscar cualquier sentido
nuevo, no para establecer planes de futuro, no para proyectar un mañana. Sino
más bien, en el instante en que me leéis o me escucháis, dónde está lo
importante para vosotros. Más allá de cualquier objetivo futuro ¿cómo os sentís
y cómo os experimentáis? Esto no requiere discurso. No requiere tampoco,
justificación, sino justamente estar ahí y sentirse, experimentarse, haciendo
caso omiso de los pensamientos, haciendo caso omiso de la posición de vuestro
cuerpo, de su edad, de su sufrimiento o de su alegría. Simplemente definiros.
Plantearos la cuestión: ¿dónde está lo importante? ¿Cuál es el sentido de vuestra
vida, no en su devenir o su desarrollo, sino aquí, enseguida, inmediatamente?
¿Qué os anima? ¿Qué es lo que os motiva? ¿Cuál es el sentido mismo de que me
leáis, de que me escuchéis? A fin de definir, una vez más, no un objetivo, sino
más allá del simple humor o del estado de vuestra personalidad, sino
simplemente sentiros vosotros mismos haciendo abstracción de todo lo que puede
pasar simplemente, cualquiera que sea vuestra posición social, cualquiera que
sea vuestra posición afectiva, más allá de todo lo que constituye vuestro
entorno.
Si sois honestos, convendréis
que, de forma última y en definitiva, la única búsqueda es la del Amor, más
allá del simple bien estar, más allá de la búsqueda espiritual o de cualquier
conocimiento. La desgracia del ser humano, es que no sabe aun lo que Es,
totalmente. El es Amor. No es más que eso. Todo lo demás solo es superfluo,
todo lo demás está ligado a las historias que habéis vivido, a una necesidad de
satisfacción que concierne a este cuerpo, o a un aspecto afectivo, o cualquier
otro. Hay de alguna forma, algo importante que es común. Sea lo que digáis, lo
que sintáis, si vais detrás de todo esto, no queda más que una cosa: el Amor.
Más allá de toda coloración, más allá de cualquier deseo, sois en realidad, lo
que buscáis. Sois en realidad, el único Amor que pueda existir, no de vosotros
mismos con cualquier narcisismo, no de vosotros mismos con cualquier
satisfacción sino en cualquier cosa que está ahí y que, sean las que sean las
circunstancias de vuestra vida, está siempre ahí, porque sin el Amor, ninguna
vida, incluso aquí, no sería posible. Y si os parece que os falta Amor, y si os
parece no ser amados, recordad que Sois lo que buscáis, incluso en esta falta,
en ese sentimiento de pérdida de un ser querido, sea el que sea. Por supuesto,
el humano tiene una personalidad y siempre tiene tendencia a poner el amor
delante, incluso si este amor no es el Amor del que hablo, es decir, el que
vosotros Sois.
La búsqueda de amor, incluso en
los actos que os parecen más reprensibles y opuestos al amor, en definitiva, no
son más que carencias de Amor, carencias de reconocimiento del Amor. Hay el
mismo Amor en aquél que es la peor de las personas, como la que es la más
adorable de las personas. La misma chispa divina está en cada uno de nosotros,
estrictamente la misma. No hay ninguna diferencia entre la chispa de vuestro
hijo y la chispa de un niño al otro extremo del mundo. Todo esto no puede
aparecer a vuestros ojos, todo esto no puede tampoco, a vuestra concepción del
mundo, a lo que se cae bajo el sentido, porque de lo que hablo no tiene nada
que ver con los sentidos, no tiene nada que ver con la distancia, nada que ver
con cualquier idea, con cualquier afecto. En estos tiempos importantes de la
Tierra, progresan muchas modificaciones. Necesitáis, no redefinir (porque está
definido, desde siempre) lo que es importante para vosotros, sino realizarlo,
de alguna forma, concienciarlo y vivirlo. Porque, sean las que sean las
circunstancias de vuestra vida, de vuestra historia, de vuestras pérdidas, de
vuestras alegrías, el Amor estará siempre ahí, porque es lo único que
permanece, sea lo que sea de este cuerpo, de vuestra vida. Si tenéis la
posibilidad (no la voluntad sino el deseo) de ver realmente esto, lo veréis.
Pero acordaros que hay exactamente la misma chispa, la misma Presencia, en todo
ser viviente, en este planeta y en otro lado, cualesquiera que sean las
condiciones.
Vosotros no sois las condiciones
de vuestra vida. Algunos os han dicho que vosotros no erais este cuerpo y que
es un Templo. Que no erais tampoco, vuestros pensamientos. Que no sois tampoco,
sencillamente la historia que se despliega y a la que os apegáis. Vosotros sois
mucho más que esto y sois también, mucho más simples y mucho más evidentes que
todas las dificultades de vuestras vidas. Por eso, hay que ser honesto. Hace
falta simplemente, aceptar ser espontáneo e ir más allá de todas las opacidades
que velan el Corazón. Esas opacidades son vuestra historia, vuestros
sufrimientos, vuestras pérdidas y vuestras alegrías pero, más allá de todo
esto, está el eterno Amor, ese que es vuestra naturaleza, que es nuestra
naturaleza, de todos y que jamás podrá extinguirse. Sea lo que os digan las
circunstancias, lo que os digan las penas y los sufrimientos, vosotros no sois
nada de todo eso. Todo eso solo es el juego de la personalidad, de lo que
precisamente, no puede reconocer ese Amor y que busca sin embargo, vivirlo de
todas las formas posibles, inclusive a través del odio. La esencia de lo que
sois vosotros se transparenta y aparece, desde el instante en que alejáis de
vosotros sin por ello negarlo, todo lo que os obstruye, todo lo que os vela,
todo lo que os densifica. Y en estos tiempos privilegiados esto se hace tanto
más fácil porque, hay más densidad, más pesadez y más contrariedades. Es en
esos momentos cuando la humanidad llega a encontrar esa chispa divina.
En esos momentos en que todo
parece perdido, en los momentos en que hay un gran sufrimiento, es cuando se
encuentra la ocasión privilegiada de encontrar lo que Sois, que siempre ha
estado ahí y que únicamente espera a que oséis mirarlo. No la mirada de los
ojos, no la mirada crítica de la mente sino más bien la mirada del niño que
llega a extraerse, del tiempo de su presente, de todo pasado, de todo futuro.
Ese famoso aquí y ahora del que os ha hablado un Arcángel ampliamente. Hoy, más
que nunca en este tiempo de la Tierra, todo se encuentra aquí y ahora. Nada más
existirá en otra parte que en el aquí y el ahora, en esta Presencia que os ha
sido declamada por el Arcángel URIEL. Más que nunca las circunstancias de la
Tierra pueden parecer destruiros, pueden apareceros como trágicas. No lo son en
absoluto. Un Ser más allá del ser, que se llama BIDI, os ha hablado de cambiar
de punto de vista: no de huir de la realidad (aunque sepáis que esta realidad
solo es una ilusión, solo es lo efímero que pasará) sino más bien integrarlo en
una visión más vasta de la realidad que acaba en lo Real y en esta Verdad
Absoluta que es el Amor. Si aceptáis ver más allá de lo que vuestros ojos os
permiten ver, alcanzaréis lo que se ha llamado la Visión Real, esa que no se ve
con los ojos, ni con cualquier visión esotérica, sino en la intimidad del
Corazón, dejando aparecer lo que Es y no aceptando dejar que los Velos, sean
los que sean, oscurezcan lo que sois Vosotros desde toda la eternidad, y lo que
somos cada uno de nosotros. Esta actitud de espíritu no es un estado
meditativo, no es un ejercicio concreto, sino que es simplemente la propia
conciencia que acepta ver más allá de toda apariencia y de todo lo que puede
ocurrir, incluso en este presente, como consecuencia de vuestro pasado, de una
pérdida, de un sufrimiento como de una alegría. Si verdaderamente os situáis
objetivamente en ese estado, y si os preguntáis “dónde está lo importante para
mi”, entonces la respuesta llegará y solo puede haber una. Aunque hoy tratéis
de llevar a término un proyecto, un embarazo o cualquier otra cosa, id más allá
de todo eso porque ese objetivo, sea obtenido o no, solo es efímero. Superad,
como se os ha dicho, cualquier noción de efímero. Entrad en vuestra intimidad,
en eso que Sois en Verdad y veréis que en este espacio aparece un día nuevo que
siempre ha estado, aparece una Luz muy diferente de lo que podíais imaginar,
proyectar o ver con vuestros ojos, o con vuestro ojo esotérico. Esta Luz es
Amor y no es nada más que lo que Sois. Ella ya está en vosotros: no se tiene
que buscar. Simplemente aparecer: desde el instante en que todo lo demás
desaparece: pero no en el sentido de desaparecer, como se barrería lo que hay
sobre una mesa, sino cambiando una vez más: la mirada. Y esta mirada es la del
Corazón. Nada tiene que ver con vuestras experiencias, ni con vuestra vivencia
porque es la Vida misma. Así, desde el instante en que sois capaces de
preguntaros, entonces reposaréis en esta Verdad y ella es eterna. Es la fuente
de toda satisfacción, más allá de las apariencias, más allá de las ilusorias
necesidades de este mundo, de esa persecución de un triunfo, sea el que sea,
aunque fuera espiritual. Lo que está inscrito en cada uno, esa chispa divina,
es la única cosa importante porque ésta es eterna, aunque lo que pensáis o lo
que creáis vivir no os lo muestre, no os lo demuestre. Y sin embargo ha estado
siempre ahí.
Buscad en vosotros esa parte
femenina, esa parte receptiva. Seáis un hombre o una mujer, no cambia nada.
Manteneos en la recepción de lo que Sois, estad en esa recepción de lo que
siempre ha estado ahí y hacedlo eclosionar a vuestra mirada, porque está
siempre en fase de eclosión. Si lo dejáis venir a vosotros, si dejáis venir más
allá de cualquier sentido, lo que Sois, os aparecerá como una evidencia. Y
desde el instante en que la evidencia aparezca vuestra mirada habrá cambiado.
Por supuesto existen intervinientes que hoy os apremian, porque efectivamente,
ha llegado el tiempo de meteros prisa en vuestras actitudes efímeras, en lo que
habéis creído, en eso a lo que os habéis adherido, en los objetivos que habéis
buscado, o explorado y obtenido a veces. Necesitáis ir más allá de todo esto.
El Amor solo se ve cuando aceptáis finalmente perder todo, no en el sentido de
pérdida real, sino más bien en lo que creéis en vuestra cabeza, en vuestras
certezas Interiores, sean las que sean. No hay ninguna certeza eterna, si no es
el Amor. Todas las certezas que habéis conocido un día, se han derrumbado, lo
sabéis, sea por la partida de un allegado, sea porque las circunstancias de la
vida (incluso las más felices) os llevan un día a encontraros en esas
circunstancias.
No os contentéis con lo efímero,
no os contentéis con lo que os puede alegrar en el instante, con lo que os
puede satisfacer: id más allá. Mirad verdaderamente dónde está lo importante.
Si aceptáis esto, si veis esto con el Corazón, constataréis en estos tiempos
particulares, que toda vuestra vida se transformará. No podrá nunca más, ser
como en los instantes en que no habíais reconocido esto. Salid de vuestra
cabeza, no veáis el Amor como un ideal a realizar, porque vosotros sois Amor y
ya está aquí. Ya está realizado. Es vuestra naturaleza. Es nuestra naturaleza.
Es nuestra esencia y es nuestra eternidad. No tenéis ningún medio de entender
este Amor, tanto en el exterior, como en una creencia. No hay nada que venerar.
No hay nada que buscar puesto que vosotros sois eso. Si aceptáis preguntaros,
dejar todos vuestros fardos, aceptar no ser más que ese niño que está ahí,
preguntar sin buscar nada, sin pedir nada, entonces cualquier angustia,
cualquier huída, toda lucha, os dejará. Os instalaréis sin ninguna dificultad,
en esa Morada de paz suprema que yo he llamado Shantinilaya, porque esta Morada
de paz suprema, no está en el Cielo, no está en la Tierra, está por todas
partes y está por tanto, en vosotros. Porque Shantinilaya es vuestra Verdad,
nuestra Verdad.
Entonces se puede concebir que
algunos de vosotros estéis ávidos de encontrar otra cosa: ir al sol, vivir la
multi dimensionalidad. Esto ha sido posible para algunos de vosotros. Puedo
deciros que permanezcáis felices si no vivís nada de todo esto, porque eso es
que vuestra eternidad se encontrará en la simplicidad. No tenéis nada que
buscar: sois lo que buscáis. Vosotros sois la Morada de paz suprema. Y esto
está inscrito desde siempre, más allá de la vida de este cuerpo, mucho más allá
de la vida que lleváis, sean las que sean, una vez más, las circunstancias. Os
basta simplemente, aceptar esta famosa parte femenina, esa que acoge contra
viento y marea, esa que acepta recibir el don de la Vida y sean las que sean
las circunstancias, acoger siempre el don de la Vida. Seáis hombre o mujer, si
os ponéis en esta receptividad, si os ponéis sin deseo, sin buscar, sin
proyección, sin espera, entonces, Shantinilaya cantará en vuestros oídos.
Nosotros Estrellas, o vuestro Doble, estaremos al lado de vosotros y en
vosotros, sin buscar algo fuera de vosotros mismos. Situaos en el centro, ahí
donde está la única Verdad eterna, la única Verdad es lo que Sois y lo que no
puede desaparecer jamás, simplemente transformarse.
Si aceptáis poneros, todo os
aparecerá en su majestuosa simplicidad y seréis habitados por el canto de
Shantinilaya. Seréis establecidos (como mi vida aquí, en la Tierra, ahora
mismo) en esa beatitud permanente. No dependeréis de ninguna circunstancia,
feliz o infeliz, no estaréis ya a la espera de lo que sea, ni siquiera en deseo
de lo que sea. Descubriréis los espacios (más allá de la Fluidez, de la Unidad)
donde la evidencia está colmada, y llena cada aliento sin buscar nada, sin
pedir nada, simplemente planteándoos y demandándoos dónde está lo importante
para vosotros. ¿Está en una conquista de lo que sea? No tenéis que conquistar
vuestra Eternidad porque vosotros lo Sois, desde la eternidad. No tenéis que
buscar el amor, porque lo Sois desde siempre. Estad simplemente en esta
recepción, lejos de cualquier búsqueda de sentido, simplemente presentes en
vosotros mismos, presentes más allá del instante que pasa y la eternidad será
vuestra Morada. Y ahí, el reino de los Cielos será vuestra Verdad. Todo lo
demás aparecerá por magia, sin pedir nada, sin suplicar, sin esperar nada. Ahí
está la magia del amor. Si aceptáis que Sois eso, real y profundamente,
descubriréis lo que Sois, porque el Amor no puede escapar al Amor.
Sed humildes. Sed simples.
Cuanto más pase el tiempo en la superficie de esta Tierra, más la única riqueza
será la humildad y la simplicidad porque si permanecéis entre esta humildad y
esta simplicidad, nada podrá desviaros de lo que Sois. La vida se desplegará,
para vosotros, lejos de las preocupaciones de este mundo. No podréis ser
afectados ni por una alegría, ni por una pérdida. Permaneceréis en el Centro de
lo que Sois, en esta Morada de paz suprema. Por supuesto es necesario que, para
vosotros lo importante sea el Amor. No un amor ideal, o proyectado al exterior
de vosotros mismos, sino lo que Sois, en Verdad. Entonces, si lo importante es
eso para vosotros, eso importante os colmará. Shantinilaya será, sean las que
sean las circunstancias, el estado permanente de vuestro Ser, desembocando
sobre el no Ser, sobre la no conciencia. Estaréis en este mundo, manteniéndoos
siempre, fuera de este mundo. Estaréis en este mundo siendo siempre, mucho más
que el mundo. Esto no pide ningún esfuerzo, no requiere voluntad alguna, no
requiere ninguna búsqueda. Demanda simplemente, lo que muchos Ancianos os han
repetido: manteneros tranquilos, dejar hacer. Eso no impedirá absolutamente,
realizar lo que tenéis que realizar y lo que la Luz os deje continuar en este
mundo, pero seréis mucho más que eso. Simplemente estando en esa recepción, en
esa transparencia y cada vez más, en la espontaneidad.
El amor es espontáneo, es
natural. No está presente nunca en el miedo, porque el miedo es secretado por
la personalidad, justamente por la impresión de carencia, sea la que sea, pero
no podéis carecer de nada en la Morada de paz suprema. La Morada de paz suprema
no está en otro lado, ni en otra parte más que en el centro del Ser, en el
centro de eso que es efímero, porque es lo que soporta todo lo efímero y le
permite incluso existir, manifestarse. Ninguna distorsión de eso efímero,
ningún sufrimiento puede durar ante Shantinilaya. Es eso lo que os hace vivir,
en ese sentido de acogida de vosotros mismos, la eternidad, lo que es eterno,
lo que es Absoluto. Establecerse en la Morada de paz suprema es el más
magnífico de los bálsamos, aplicable a todo sufrimiento, a toda pérdida, a toda
carencia, como a toda alegría. Porque cuando el bálsamo recubre los elementos
de la vida efímera, éstos solo pasan, no pueden alterar, solo pueden reforzar
vuestra Morada de paz suprema. Si definís esa prioridad, eso importante así,
entonces no tenéis más que buscar, no tendréis ya que errar, no tendréis ya que
proyectar lo que sea. Vuestra vida de desenvolverá en la Morada de paz suprema,
como he mostrado en mi pasaje en la Tierra. Simplemente hay que acoger, ser
suave y humilde. Buscad el reino de los cielos, está en vosotros, y todo lo
demás se desenvolverá sin problema porque ningún problema podrá ser un problema
real. Shantinilaya es el bálsamo que llena y que borra lo que solo es efímero.
Si os instaláis definiendo eso
importante para vosotros, como lo que Sois, el amor que Sois, entonces nada
podrá afectar lo que Sois. Entenderéis y viviréis que no tenéis que proyectar o
buscar fuera de vosotros mismos, lo que sea. Todo llegará a vosotros, desde el
instante en que cambiéis de mirada, o vuestra mirada no se lleve más sobre
vuestra acción en este mundo, sino en un estado Interior que siempre ha estado
ahí, más allá de cualquier meditación, más allá de cualquier voluntad. Vivir
esto es vivir la eternidad, es vivir más allá de los contentos de la vida
habitual, es vivir en su eternidad, en la Verdad más total. Y ahí, constataréis
que todo lo que gira en torno a vosotros, en el movimiento de la vida, no podrá
nunca más alteraros ni perder, porque en el amor no puede haber ninguna
pérdida. La pérdida se sitúa fuera del amor, únicamente. Si aceptáis lo que es
importante para vosotros, eso y nada más que eso (no como un proyección que
llega mañana o más tarde sino en el instante), veréis que las circunstancias
del Manto Azul de la Gracia que nosotros derramamos, os darán cosas de una
evidencia tal que no podréis jamás tener la mínima duda, la mínima
insatisfacción, la mínima carencia. Estaréis llenos de lo que Sois y no de lo
que creíais, no de vuestras carencias y miedos, que no existen sino en la
periferia del Ser.
Vosotros Sois ese Amor, si lo
aceptáis, si lo acogéis, que ya está en vosotros. Si lo dejáis manifestarse,
entonces no tendréis nada que buscar porque todo lo demás habrá llegado para
vosotros. Sea lo que ocurra en este mundo, lo que ocurra en este cuerpo que
habitáis, y bien, todo se producirá y permanecerá en el Amor. Recordad que
existen funciones que están inscritas en el alma, de las que he hablado, que
son las experiencias a realizar en este mundo, que os han hecho creer en una
evolución, en una transformación. Pero todas esas evoluciones y
transformaciones solo son mentiras porque os conducen siempre a alejaros más,
de quiénes Sois y de lo que Sois. Si os establecéis en vuestra eternidad, si
definís simplemente el Amor como lo que es importante para vosotros, no
tendréis que buscarlo más, ni proyectarlo en lo que sea, porque estará por
todas partes, en todas las relaciones, en todas la miradas, en todas las
acciones y en todas las meditaciones. Simplemente, dejad expresarse en vosotros
ese sentido de acogida, esa receptividad, lo que yo he llamado femineidad, que
es la misma en cualquier hombre y en cualquier mujer. Desde el instante en que
estáis en esa acogida, en esta interrogación sobre lo que es importante, el
Manto Azul de la Gracia os hará vivir su cortejo de beatitud, su cortejo de
signos, de olores, de sabores y de contactos místicos, sin buscarlos,
simplemente acogiéndolo.
El periodo que se abre es el fin
de kaliyuga, el fin de la era oscura. Entonces, no permanezcáis en las sombras,
no permanezcáis aparte de la Luz y el Amor que sois, que nosotros somos, todos.
Si definís la importancia y si realmente, concretamente sabéis que esto es lo
único importante, si cambiáis de objetivo para realizar este objetivo, todos
los otros objetivos se llenarán por sí mismos con la más grande de las
facilidades porque el Amor provee siempre, con lo que es necesario para
vosotros, cuando sois Amor. Solo la carencia o el sentimiento de carencia, engendra
la carencia. Solo el miedo engendra el miedo. Cuando habéis acogido y cuando
estáis abiertos a la recepción de lo que Sois (ese Amor y esa Luz), solo pueden
existir el Amor y la Luz. Sea lo que se manifieste, todo será en el sentido, no
de lo que vosotros queréis, sino de lo que Sois realmente. En ese momento,
constatáis también que las cuestiones desaparecen: no hay más preguntas sobre
el sentido de vuestra vida, no hay más preguntas sobre los acontecimientos que
tienen lugar. No seréis indiferentes o diferentes, no estaréis separados o
divididos, sino que estaréis siempre en el mismo estado, en ese estado de paz
suprema, en Shantinilaya. El Sonido del alma y del espíritu se hará entonces,
profundamente diferente. Los seres espirituales vendrán a vosotros de forma muy
sencilla, de forma espontánea. Todo se desenvolverá, una vez más, sin que
tengáis nada que pedir. No seréis alcanzados por ningún sufrimiento: sea el
sufrimiento que pueda manifestarse, os parecerá totalmente irrisorio en
relación a Shantinilaya.
Lo que se os ha contado, en
relación a la Onda de Vida y a la encarnación del supra mental, acaba
exactamente en esto, si de todas formas aceptáis acogerlo sin preguntar, sin
reflexionar. El Amor está ahí. El abrazo del supra mental y la Onda de Vida,
realiza esto. No tenéis nada que hacer porque efectivamente esto se realiza
solo, desde el instante en que lo importante, para vosotros es definido como el
Amor que Sois. Intentad. Nadie puede hacerlo en vuestro lugar. Nadie puede
vivirlo en vuestro lugar. Solo vosotros y vosotros solos, podéis acoger y
aceptar. Respetad el humor, respetad la simplicidad, respetad esta infancia que
está en vosotros. Y veréis: todo se hará con tal evidencia, con tal simplicidad
que os reiréis, a cada instante. Os preguntaréis incluso cómo fue posible
ignorar esto, pasar de esto, que sin embargo estaba ahí. Son simplemente las
acciones y manifestaciones de la personalidad que os parecían importantes, que
os parecen esenciales pero que, de hecho, no hacen más que ocultaros el vacío
del Amor que Sois, que no habéis mirado, que no habéis reconocido. Shantinilaya
es también así de simple, desde el instante en que aceptáis, desde el instante
en que, donde está lo importante para vosotros es vuestro Corazón, más allá de
los afectos, en ese centro y en ese Amor Luz, en esta Vibración más allá de los
latidos cardiacos en vuestro pecho. Como se ha dicho, no os preocupéis de lo
demás. El supra mental es inteligente. Hay ahora suficiente en la Tierra para
obrar en cada humano. Es lo mismo con la Onda de Vida.
La Tierra ha sido Liberada,
marcando el fin del kaliyuga. Vosotros sois la Alegría y sois la Eternidad.
Esto no es una proyección ni un ideal, sino lo que Sois vosotros desde ahora,
en el instante presente. Entonces, acoged y aceptad. No tenéis nada más que
asumir. No tenéis otra cosa que hacer. Todo esto está ya aquí. Esto es a lo que
he venido a implicaros. Entonces podéis apoyaros, cierto, sobre las
afirmaciones de este Absoluto que viene, sin forma, entre vosotros. Podéis apoyaros
sobre cualquiera de las Estrellas, porque como os ha dicho María, nosotros
estamos con vosotros y en vosotros. Constataréis que no es una palabra vacía,
ni cualquier ideal que conseguir. Desde el instante en que salís de este mundo,
sin poner fin a lo que sea, ahora, sino simplemente situándoos en la recepción
de lo que Sois, esto se realiza totalmente, espontáneamente. Ninguna
circunstancia, ninguna coartada se puede mantener ante esta Verdad, salvo si
vosotros mismos dais más peso e importancia a la coartada que a la Verdad. Esto
es a lo que he venido a convidaros porque, en estos tiempos, es verdaderamente
la única cosa que hay que desvelar en vosotros. Lo que la velaba, por cierto,
no es únicamente este mundo sino los hábitos de este mundo. Y por tanto, si
estáis aquí, es que tenéis alguna cosa que realizar. Esa alguna cosa que
realizar, no es mañana, ni pasado mañana, ni en un mundo mejor (cualquier que
sea ese mundo mejor, en otra Dimensión) sino desde ahora, ahora y enseguida.
Solamente, vuestra mirada que no debe ser ya la mirada de los ojos, la mirada
de la cabeza, sino la mirada del corazón porque eso está ya aquí.
La deconstrucción de este mundo,
la deconstrucción de las ilusiones, de vuestras propias ilusiones, se despliega
sin ninguna intervención por vuestra parte. Tenéis que estar precisamente en
alguna parte de este espectáculo, pero no sois el espectáculo. Sois lo que
subyace al espectáculo, lo que le permite emerger y hacerse ver, pero no sois
en absoluto lo que se exterioriza: sois lo que no se mueve. Sois esa eternidad,
ese Amor indecible que es nuestra naturaleza común. Entonces plantaros, dejad
todos los fardos reales o supuestos, no tienen ningún peso ante la evidencia de
la eternidad, la evidencia del Amor, de la Luz. No tenéis que ver una Luz
fuera. No tenéis que tener la experiencia de la Luz porque vosotros ya sois Luz
definitivamente, desde siempre y para siempre. Es muy simple. Shantinilaya es
simple y evidencia. Eso es lo que Sois. Es lo que todos nosotros somos.
Yo soy MA ANANDA MOYI. He aquí
las palabras que os he transmitido como Estrella AL. He aquí las palabras que
el alma, serena en vosotros, os dice esta tarde. El alma no está ya en sus
pulsiones y sus pasiones, porque la Luz ha obrado en el mundo. No está ya en este
mundo, sino que ella es ahora, lo que desde siempre, Sois vosotros. Ella está
simplemente, más cercana a vuestra conciencia porque vuestra conciencia lo
acepta y lo acoge. Si vais hacia esta recepción y esta aceptación, Shantinilaya
será vuestra recompensa, vuestra gratificación permanente. Ningún placer de
este mundo puede igualar o acercarse. Todo lo demás no es más que una
consecuencia de esto: sea vuestro Doble, sea la Ascensión, sean las diferentes
percepciones o el establecimiento en la no conciencia, misma. Esto solo resulta
de una cosa: de este reconocimiento que tenéis que hacer, pero no como algo que
realizar, simplemente acoger. Acordaros de estas palabras. Todas las
alteraciones de este mundo no podrán alterar lo que sea de Shantinilaya. Recordad
esto. Vamos a vivir un momento de Comunión en el Manto Azul de la Gracia porque
doy gracia a vuestra escucha, doy gracia a esta Comunión que se establece
durante mis palabras. Estas palabras solo son palabras. No son tampoco, más que
una Vibración pero es una invitación a Comulgar en vuestro propio Corazón,
comulgar en vuestra propia eternidad, que es la nuestra.
Acordaros de que cada chispa divina es la misma: no hay ninguna
diferencia. La diferencia solo es la mirada de la persona, solo es el hábito que
se lleva, nada más en absoluto. Y este hábito desaparecerá un día. El amor
jamás. Shantinilaya jamás. Si os parece bien, en la paz del Corazón y en la
alegría del Amor, comulguemos todos juntos, en el Manto Azul de la Gracia, en
la eternidad de quienes somos. Ahora. Hermanas y Hermanos que me habían
escuchado y que habían comulgado con mis palabras y más allá de mis palabras, a
vosotros que me habéis escuchado y a vosotros que me leeréis, yo digo: miraos
vosotros, más allá de cualquier mirada. No pongáis ningún Velo, ninguna
condición. Acoged. El Amor está ahí. Siempre ha estado ahí. No se ha movido
jamás. Yo soy MA ANANDA MOYI. Os amo porque sois Amor y no puede ser de otra
forma. Os digo hasta pronto. En el amor, no estamos jamás separados. El Amor no
puede jamás estar separado de sí mismo, sean las que sean las circunstancias.
Os amo. Hasta pronto.
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