…Comunión /Efusión
Vibratoria…
Yo soy MA ANANDA
MOYI. Permitidme llamaros Niños y acogeros en la Gracia. Yo estoy
impulsada a expresar, en la
Gracia lo que es denominado, en el Matrimonio Místico
(completando lo que os ha dicho mi hermana THÉRÈSE) (ndr: THÉRÈSE DE LISIEUX),
la duda. La duda expresa y manifiesta la retracción o la retractación del alma
ante la Verdad. Yo
soy una de las partes del Manto de la Gracia. Yo llevo la Vibración de la Estrella AL, que está
en resonancia con la Puerta,
sobre este cuerpo, por encima de seno derecho, llamado no sin razón, chakra (o
rueda de energía) de enraizamiento del alma. El alma que se expresa en la vida
ordinaria bajo un cierto número de vocablos, bajo un cierto número de acciones
y de manifestaciones de amor, de desamor, de placer, de displacer, de lo que da
sentido y dirección a la vida humana en este mundo. El alma, densidad
intermedia entre la densidad del cuerpo y la densidad del Espíritu. El alma en
su abrazo, ese del que he hablado hace ya varios meses. Hoy vengo a completarlo
por la acción del Manto de la
Gracia sobre el alma.
El alma es un vehículo pero este vehículo no sois vosotros.
Igual que el Espíritu es un vehículo que no es vosotros. Igual que el
descubrimiento del alma y del Espíritu se resuelve en la Alegría de la Unidad y de la Luz, el Sí, no es vosotros. El
alma hasta este estrato del Sí, está en acuerdo total con lo que vosotros
vivís. Porque el Sí crea en el alma, en el Espíritu y en algunas partes del
cuerpo, un sentimiento muy real, de completitud, de Alegría, de Luz, de
conexión a algo que antes no era consciente. El alma se descubre. El Espíritu
se descubre, haciendo vivir ajustes. Ajustes diversos y profundamente
diferentes según, precisamente, cada alma y cada Espíritu. Hay pues, en el
sentido del alma y en el sentido del Espíritu, una individualidad muy real, que
hace que cada Niño, cada Hermano, cada Hermana prefiera mucho más tal color,
tal alimento, tal persona más que tal otra. Cuando la Onda de Vida, cuando el Manto
Azul de la Gracia
se despliega y cuando este despliegue viene acompañado de la emergencia, si se
puede decir, de la Onda
de Vida que parte debajo de los pies, entonces el alma comienza a retractarse
porque el alma, de igual forma que el cuerpo, se descubre entonces perecedera y
efímera. La manifestación de las dudas, como os lo ha explicado mi Hermana
THÉRÈSE, no resulta únicamente de las últimas ataduras sino efectivamente, de
los últimos impulsos del alma para mantener lo efímero, para mantener algo
perecedero. Porque el alma se sabe, ella misma perecedera. Igual que el
Espíritu es perecedero. El Espíritu da y confiere un estado que nosotros
podríamos llamar, en mi cultura de origen, la Budeidad. Pararse
aquí da muchos elementos a nivel espiritual, llamados a justo título, los
poderes. La Onda
de Vida viene a percutir esta alma y este Espíritu para decirles que no son de
ninguna forma lo que creen ser. Que todo poder, tanto más el espiritual, es un
obstáculo a la onda de Vida. Como se ha expresado, la Onda de Vida es una rendición
total del amor al Amor, de la verdad considerada como fracción de la Verdad, a la totalidad de la Verdad.
En la Onda
de Vida, no ha más polaridad, ni masculina ni femenina. No hay más impulso del
alma ni del Espíritu. Solo hay la
Onda de Vida. Todo lo que era intermedio y efímero
desaparece. Entonces, antes de vivir esto, el alma y el Espíritu que lo viven,
como el alma y el Espíritu de aquellos que miran, son embargados por la duda.
Es a la vez evidencia, simplicidad, infancia, para retomar las palabras de
THÉRÈSE. La Onda
de Vida es la absoluta certeza, la absoluta Verdad, porque no se inscribe en lo
efímero, porque no se inscribe en el marco de una experiencia, porque es
realmente el contenido de lo que somos todos.
El alma en ese momento se retracta, porque efectivamente
tiene miedo de perder la carne que le permitía precisamente, manifestar sus
impulsos. Tiene miedo de perderse a sí misma. La Conciencia misma en el
Sí, en el Despertar, necesita apoyarse sobre lo que hemos llamado para vosotros,
los Pilares. Sean del Corazón o de la rectitud, a nivel de la cabeza. En un
momento dado, el alma debe capitular. Igual que el Espíritu. Esta capitulación
no es una capitulación efímera de un cuerpo o un alma, volviendo eternamente a
tomar una vestidura de carne, sino la trascendencia de la carne, la
capitulación del alma y del Espíritu en la Onda de Amor que dice Verdad.
Sed conscientes de que todo lo que realizáis aquí, en este
mundo (sea el Yo, en una búsqueda de perfección ¿por qué no? sea el Sí en la
alegría manifestada y mucho más agradable, hay que decirlo, que la dualidad),
todo esto no es nada, porque todo lo que vivís aquí, hasta el presente no son
más que fases. Nada de esto tiene consistencia. Todo se disolverá y se disuelve
porque es efímero.
El principio de la eternidad es y seguirá siendo siempre,
una escala de valor y de tiempo. El que vive en el tiempo limitado, contándose
en decenas de años, considerará siempre que millones de años, es la eternidad.
Ahora, la eternidad no se cuenta en tiempo ni en experiencia ni en estado.
Vosotros estáis más allá de todo eso. El Absoluto no conoce ningún límite de
tiempo porque el Absoluto no puede estar inscrito en ningún tiempo, igual que
el alma y el Espíritu no pueden estar inscritos en ningún tiempo, si no es el
tiempo de una ronda de este mundo, mucho más larga que el propio ciclo de
manifestación de la
Conciencia, estando sobre este mundo de veinte millones de
años. El alma que comienza a percibir (porque es ella la que percibe y no el
cuerpo) la Onda
de Vida, va a encontrarse confrontada ella misma, a lo que mi hermana THÉRÈSE
os ha explicado perfectamente: las dudas. La no posibilidad de ir a la Profundidad. Todo
eso que ha sido inscrito en la
Historia, incluso de nuestra humanidad, todo esto se borra
ante la Gracia. La
expresión que ha sido elegida “Manto Azul de la Gracia” no es un azar. Esto
corresponde a la estricta Verdad de lo que se carga en vuestras espaldas (y no
en otra parte) y que viene a hacer resonar en vosotros los estratos más profundos
del alma y de la carne, que vienen a despertar el Germen que jamás, ha podido
ser apagado en la
Eternidad. Así, la rosa puede nacer incluso en el estiércol.
Solo el alma cree que es necesario preservar una rosa de los efectos del
tiempo.
La Onda de Vida os invita
por su agua vivificante, a completar el Fuego, el Fuego del alma y del
Espíritu. La Onda
de Vida es la Onda
que se establece desde la
Eternidad, en cualquier límite, porque ningún límite podrá
existir sin la garantía de lo ilimitado. La definición misma de un límite (ya
fuera vuestro cuerpo, fuera vuestra alma, fuera vuestro Espíritu) se definirá
siempre por el sentimiento de una diferencia, tener tal camino, tal sexo, tal
edad, tal función, tal rol, tal aspiración, tales experiencias espirituales. Y
el alma mentirá permanentemente, diciéndoos que hay una evolución, que hay una
perfección que obtener. El Absoluto es perfecto, desde la Eternidad. ¿De qué el
Absoluto, tendría necesidad de cualquier imperfección para descubrirse a sí
mismo?
El alma va pues a involucraros a través de sistemas de
experiencias, de conocimientos que,
indefectiblemente os alejan de vuestro objetivo. Solo el alma cree y os
hace creer que os acercáis a un objetivo, en el que ella estaría incluida e
integrada. Porque todo lo efímero no existe en definitiva, más que en un
momento dado, se cree a sí mismo absoluto. Si no existiera el propio fundamento
del Absoluto por la Onda
de Vida, no podría aparecer ningún límite, no podría diferenciarse incluso,
ninguna alma. Hoy, el Manto Azul de la Gracia os ha dejado al desnudo, despojándoos,
extirpando toda duda, todo lo efímero, toda ilusión. Lo que el alma consideraba
como la nada, lo que el Sí llama por cierto el no Sí, solo os hace descubrir,
en definitiva, el no ser, el no Sí, es decir la Onda de Vida, ausencia total de proyección, ausencia total de alma, de
Espíritu y de cuerpo. Es en ese momento, ondulando y danzando en la Onda de Vida del éxtasis
infinito, como entendéis que lo efímero es realmente efímero. Solo lo Absoluto
os permite vivir la Onda
de Vida. La retracción del alma será un obstáculo efímero, desde el punto de
vista de la personalidad, desde el punto de vista del alma en sí misma, del
Espíritu, pero que tiene tendencia a haceros considerar que la Onda de Vida no puede ser
para vosotros, porque tenéis un camino que recorrer, una identidad que
preservar, un cuerpo que mantener, un Espíritu que revelar. El Absoluto es
perfecto desde toda la
Eternidad. No hay nada que conquistar. No hay nada que subir.
No hay nada que descender. No hay nada que querer ser, porque el Absoluto está
más allá del Ser, mucho más allá de los juegos de los impulsos del alma y del
Espíritu. Y por lo tanto, este indecible que está inscrito en todo germen, en
toda célula, sin el que ninguna vida sería posible, aquí o allí, tiende a
haceros considerar esta Verdad como imposible de considerar, imposible de
concretar, mientras que ya lo es, desde toda la Eternidad. Solo lo
transitorio permite lo permanente. Solo lo infalible permite lo falible. Solo
lo Absoluto puede hacer tomar conciencia de lo efímero. Ahora, vosotros sois
ese Absoluto. Vosotros sois esta Onda de Vida, ese Aliento ardiente que os
consume y os consuma, a fin de devolveros a lo que habéis sido siempre.
En la vida encarnada, la Onda de Vida me ha transportado, por largos
periodos al Absoluto, a tal punto (si se puede expresar así) que mi cuerpo
podía manifestar a voluntad, tanto el peso de una pluma, como el peso de una
roca digna de una montaña. Después de todo, el Absoluto se traduce en lo
limitado como él lo entiende. No tenemos ningún interés por el límite, si no es
por supuesto, el conjunto de la humanidad, el conjunto de la Creación, aquí como allí,
que no está en ese Absoluto, que cree estar alejado, estar separado. No ha habido
jamás alejamiento, no ha habido jamás separación, en definitiva. El Karma no
tiene más existencia que la ilusión de este cuerpo. Todo (como nos han dicho
los Ancianos, como os he dicho y lo repito), no es más que ilusión, proyección,
Maya. Ahora, no porque lo digáis, lo vivís. Pero si la Onda de Vida está aquí,
entonces lo vivís más allá de toda experiencia, más allá de toda Conciencia,
más allá de todo sentido, más allá de toda alma, más allá de todo principio.
La Onda de Vida pone fin
al propio principio. La Onda
de Vida os instala siempre y para siempre, si se puede decir en vuestra
Eternidad. Eternidad que está mucho más allá de la Alegría, mucho más allá de
cualquier noción conocida o aprehendida en este mundo. Frecuentemente por
cierto, la razón llama místico lo que es fantasmagórico y alejado, con razón,
de esas atracciones, de esos Yo. Pero lo místico que experimenta el no Sí, sabe
y Vibra la Verdad. Y
por tanto, puede sin tener necesidad de persuasión, simplemente por esta
Absoluta Presencia, permitiros acercaros (con terror, con espanto o con
alegría, poco importa) a este indecible Absoluto, a esta Eternidad que sois
vosotros.
El Tiempo actual de esta Tierra es el Tiempo de la Gracia. Regocijaos
más allá de la Alegría. Id
más allá de las dudas, porque vosotros no sois ninguna de vuestras dudas. No
tenéis que persuadiros de lo que sea. Solamente tenéis en que entender que no
sois nada efímero, que todo lo que es efímero por definición, desaparece un día
u otro. Solo queda la Onda
de Vida. Solo permanece lo Absoluto. Más allá de cualquier presencia, más allá
de cualquier densidad, de tiempo como de espacio. Vosotros sois la Gracia y es esto, incluso
si no lo reconocéis, lo que motiva incansablemente vuestra Presencia en el Yo o
en el Sí. Esta búsqueda que no lo es, porque no tenéis nada que encontrar que
no seáis ya, la Onda
de Vida os lo confirma. Mis palabras serán cortas esta tarde, porque mi
Presencia será sobre todo, vivir juntos en Comunión y más allá del espacio
tradicional, si se puede decir, de vuestro Alineamiento, vivir con vosotros, en
vosotros, el Manto Azul de la
Gracia y la
Onda de Vida. Porque si me aceptáis, yo soy Vosotros. Nos
queda, pienso, el tiempo para algunas cuestiones.
Pregunta: ¿es normal dormirse después de la lectura de
canalizaciones?
Hermana mía, yo diría que es un signo precursor de la Onda de Vida.
Pregunta: ¿una persona que muere hoy, si tener conciencia de
lo que se vive, encuentra esta Conciencia?
Hermana mía, no hay nada que encontrar. Las capas de
ilusiones del nacimiento en este mundo (exceptuado el peso de la carne), no
están aun constituidas. ¿Cómo podría ser encontrar algo que no sea ya? La
diferencia entre el que nace hoy y el que ha nacido hace algunas decenas de
años, es la atadura a su propia vida, a su propia historia, a su propia alma, a
sus propias realizaciones, a su propio camino. En suma, a todo un conjunto de
ilusiones que se han hecho para él, más reales que la Onda de Vida. Lo que habéis
construido (el descenso de la Luz,
la activación de las Coronas, las Estrellas, las Puertas, el despliegue de la Luz) no tenía, en definitiva y
de alguna forma, más que una sola función: salir de la Ilusión. No sois la Luz que habéis acaparado. No sois
la Luz que Vibra
en lo que hemos llamado con vosotros, las Coronas Radiantes. Vosotros sois el
Fuego del Corazón, vosotros sois el Amor pero estáis más allá de esa
manifestación. Vosotros sois la no manifestación. Sois lo no creado. Sois el
infinito, lo indefinido, la indefectible Eternidad.
Pregunta: ¿cuál es el lugar de la Onda de Vida en las
Radiaciones del jueves por la tarde? (ndr: ver la rúbrica “acompañamientos o
protocolos /Ajustes a la
Luz Vibral / Recepción del Manto Azul de la Gracia”).
La Onda de Vida aparece
desde el instante reseñable, en que de alguna forma, aceptáis no ser ya nada,
ni siquiera esta Presencia, ni este Sí, ni incluso este ser Despierto. El Manto
Azul de la Gracia
es vuestra naturaleza cuando la aceptáis o la vivís. En ese momento, emerge
para vosotros lo que siempre ha estado ahí: la Onda de Vida. Esta Onda de Vida de la que el ego
no puede ni comprender, ni captar ni vivir los mecanismos. Es, de alguna forma,
la Disolución
final del ego que hace de vosotros, en mi terminología, un Jani, es decir un
Conocedor o si no, un Mukti, es decir, un Liberado. Aquél que se convierte en
lo que siempre ha sido, Jani o Mukti, comprende la vanidad de la Ilusión y la vanidad misma
de lo que él creía aun, antes de ese instante. El ego puede vivir la Luz y eso confluye por cierto,
sobre el Sí que es Trascendencia del ego. Pero el Sí no podrá jamás vivir el
Absoluto, puesto que es el no Sí. En estos tiempos, el restablecimiento de la
conexión, a través de la vivencia del Sí y de sus diferentes Samadhis, el
restablecimiento de la Onda
de Vida, basta (por cierto no hay nada más) para haceros salir de todo Yo, de
toda proyección, de toda Ilusión. La
Ilusión de ser un cuerpo, una historia, de estar en un
planeta, de estar encerrado, de estar en prisión, de ser una función, un rol,
una atribución. Vosotros no sois estrictamente nada de todo eso. El Manto Azul
de la Gracia
hace esto. Las etapas que se podrían llamar previas, no han sido, sin ningún
juego de palabras, un divertimento. Este divertimento ha tenido por vocación
prepararos a vuestras Bodas de Luz.
Viviendo las Bodas de Luz, os convertiréis
en un Jani o un Mukti, es decir aquél que no está ya afectado por este mundo,
que realmente y no simplemente imaginado, es el Absoluto. Por eso, hay que
aceptar no ser ya nada aquí, con hechos, en la práctica, en el ego, en el alma
y en el Espíritu. Ciertamente, con estas palabras, aquél que no vive la Onda de Vida os va a susurrar
al oído: “locura inverosímil, inalcanzable. Conténtate con el Sí. Conténtate
con tus experiencias. Conténtate con tus vías, tus caminos recorridos con gran
esfuerzo. Y así, un día la Onda
de Vida vendrá a decirte que no hay montaña que subir, que no hay etapas, que
no hay ningún mundo, que no hay ninguna personalidad, ninguna individualidad
¿Cómo es esto posible?”. Entonces retornaré a aquél que susurra eso, estas
palabras: el Absoluto es tu propia Esencia. El Absoluto es tu Última Verdad, la
prueba es lo que hace vivir este Éxtasis permanente, ese estado más allá de la Alegría, más allá del Sí,
donde nada más, nada más puede estar separado de ese Absoluto”. Nosotros
estamos, si se puede emplear esta expresión más occidental, al summun de la
beatitud que es efectivamente, puro Júbilo. En ese momento el Jani, el Mukti,
puede reírse de lo que algunos, por cierto, no se han privado de llamar una
enorme farsa. Sin objeto, sin objetivo ¿estáis preparados?
No tenemos más preguntas, os damos las gracias.
Me dirijo pues, a vosotros aquí. Absoluta Presencia.
Absoluto Inefable. Como Vibración de la Estrella AL, os propongo vivir juntos, este
momento llamado Alineamiento. Soltad todos vuestros fardos, todas vuestras
creencias, todos vuestros sueños, todas vuestras pesadillas. Dejad todo al pie
de la Gracia
porque vosotros sois la
Gracia. Juntos.
…Comunión / Efusión Vibratoria…
Bien amados Hermanos y Hermanas, bien amados Niños de la Luz, que la Gracia sea vuestra morada
de Eternidad, que la Paz
del Amor Sea. Yo soy MA ANANDA MOYI, traída por la Onda de Vida. Yo saludo en
vosotros, la Belleza.
Yo saludo en vosotros, la
Eternidad. Yo saludo en vosotros, la Gracia. Hasta pronto
Original en francés.
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Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milán
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