Porque aun cuando se desea eso, no se tiene el estado de consciencia necesario para permanecer en el, porque cuando el ser humano cambie el estado de consciencia, es que vera otras realidades, y eso, no se debe a que juzgue, entre bueno y malo, porque en un estado de consciencia elevado se deja de juzgar, envidiar y padecer, es un fluir con la consciencia, no es tan difícil como se cree, pero, al prevalecer el miedo, atrae lo contrario a la vida.
Fluir, es estar en un presente y en ese instante vivir la realidad del momento con todas las capacidades que se portan, sentir, pensar, desear, accionar con toda la creatividad del momento, porque en la creatividad de cada quien existe el desarrollo para explotar ese sentir en el presente, no se necesita de nadie más que tu presencia, si se está acompañado se está bien, pero si no también, porque cada instante marca tu estado de consciencia.
Si los padres no lo enseñaron, no es porque no lo desearan enseñar, únicamente que no lo conocían, así tampoco los abuelos y los familiares anteriores a ellos, pero, ahora que en muchas formas se habla de esto, es que se va haciendo más común al ser humano, porque estamos transitando por un nuevo despertar dejando, las viejas creencias y paradigmas, que hacían que el sufrir o esforzarse era lo ideal.
No es tanto que te esfuerces, es simplemente siente a donde deseas ir, que te hace feliz, que ahí dentro que desea expresar afuera, y toda alma, lo que más desea es amor y felicidad, ya que esa es la fuente de la belleza el alma.
Que tu enseñar sea la felicidad, amor y alegría, que el verdadero Ser da cuando realmente existe, e irradies y contagies de eso a todos, porque ahí te darás cuenta, al irradiar eso, que esa es tu esencia, y en ese estado no deseas que todos sean como tu o sientan como tú, sino que ellos al sentirte te preguntaran “Que haces, que te ves tan bien” y ahí es cuando compartes la belleza de la vida, que se vive desde el amor de tu ser y se disfruta en la alegría, y no de la carcajada, aunque a veces sí, sino en la paz que da la existencia, en todos los ámbitos de ser, a eso se le conoce ser sabio.
Que tus enseñanzas sean de paz, alegría y amor y no de sufrimiento.
