Has podido
disfrutar de la vida.
Alguna vez
has caminado descalzo en el pasto o acostarte en él y sentirlo, olerlo y
disfrutar ese momento.
Te has
puesto a contemplar las estrellas y ver cómo cambian en el horizonte conforme
la estación en la que aparecen.
Has comido
la fruta con ese placer de tener el tiempo de sentir su textura, sabor y aroma.
Has olido
las flores que deleitan los ambientes dejando un aroma a perfume y creando un
recuerdo en tu memoria de cuando en un día especial te regalaron una o algunas.
Has estado
en el mar, en el baño, en el rió, alberca o cualquier lugar donde exista el agua y has podido disfrutar lo que
ella sabe relajar.
Has abrazado
de tal forma que entregas el corazón y tu sentir fue tan grande que no olvidas
ese momento.
Has ayudado
sin condiciones a algún desconocido y sentir el agrado de ayudar y servir.
Has besado
o te han besado y ese momento fue tan importante que dejo una huella en tu
recuerdo.
Todo eso y
más es lo que da el placer a la vida, tu vida.
Porque el
que siente, disfruta ese momento eres tú y no siempre el momento es igual para
todos los participantes.
Cuando sepas
vivir de esta manera poniendo el corazón, tu corazón en la vida, cada momento
de existencia es realmente un momento vivido y entonces tú abras tenido la
mejor vida que supiste regalarte.
Si las
personas, cosas o momentos son permanentes o pasajeros, no tiene importancia,
porque tu cada instante impregnaste el sentido de vida a tu existencia y eso es
lo que vive y vivirá en ti por siempre.
Tú ere
todo eso que sientes.
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