Las experiencias que vivimos las estamos creando nosotros para impulsarnos en nuestro porvenir, en nuestro proceso conciencial y evolutivo.
En la consciencia egocéntrica
a veces nos insta el amor en un proceso de desamparo, no hablo de soledad.
Hablo de algo que es
distinto a la soledad, es el desamparo.
Porque se puede
vivir en soledad, pero, no en desamparo.
Son cosas distintas.
La soledad de hecho
puede ser egozada.
La soledad es un
estado de consciencia y una forma de vivir la vida y puede ser gozada.
Se puede vivir “solo”
y gozar mucho la vida.
Cosa distinta la sensación
de desamparo, incluso se puede dar no viviendo solo.
Esa sensación de
desamparo, insisto, deviene de una forma de concebir la vida basada en el
egocentrismo, en la separación, en la división, el vernos como aislados, como
separados de todo lo que existe.
Cuando nuestra
conciencia va evolucionando empezamos a percibir la red la unidad, la ligazón y
empezamos de igualmente a percibir el acompañamiento.
El acompañamiento de
nuestros congéneres.
El acompañamiento
que nos hacemos todos.
Que todos vamos en
el mismo barco y vamos avanzando consciencialmente al unisonó.
Cada uno en su
proceso, cada uno a su ritmo. Ni mejor ni peor, cada uno el suyo.
Pero, igualmente se
empieza a percibir la compañía de eso que llamamos ángeles.
Que son los ángeles?...
Por una parte
importante, somos nosotros mismos…
