Yo soy URIEL, Angel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Presente, en vosotros y con vosotros, como Angel del Pasaje. En este tiempo de Transición, en este tiempo de expansión, en este tiempo de Silencio, donde el Amor viene a abastecer los intersticios de vuestra vida, tiene lugar lo más potente y lo más amoroso lo que está a través del conjunto de las manifestaciones. Entonces, vengo, en este tiempo y en este espacio, en vuestro Corazón, como al centro de vuestro Corazón, como en cada una de vuestras parcelas, a declamar vuestra Atención para Vivir lo que está allí, y lo que está Presente, más allá de toda Presencia. Los invito a Ser, más allá del no ser y más allá del ser. Los invito, más allá de la forma, los invito a Ser lo que ustedes Son. Los invito a Ser, más allá de todo parecer, más allá de todo límite, a fin de Ser la Verdad Eterna e Infinita.
De este modo, como Angel del Pasaje, les pido el silencio de vuestras palabras, el silencio de vuestros movimientos, el silencio de vuestros pensamientos. Porque más allá de mis palabras, y más allá de vuestra Presencia en el seno de este espacio, está para vivir el espacio de Transición. Más allá de un pasaje de un punto a otro, se vive el Pasaje que resume, por sí solo, el sentido mismo de vuestra Presencia. Mucho más allá de toda ilusión, mucho más allá de vuestra presencia en este cuerpo, mucho más allá de la presencia en este mundo, se encuentra lo que está más allá de todo Mundo, lo que está más allá de toda Presencia.
Los invito a descansar allí donde está la Verdad Eterna, que no sufre ningún tiempo, ninguna forma y ningún espacio. Ser, Aquí y Ahora, Ser el Alfa y la Omega, a fin de que nada pueda desviarlos. Sean en el estado de vuestra Presencia Infinita, aquí, al seno del silencio. Los invito, por mi Presencia (pero también con vuestra Presencia y al seno de lo que ustedes Son), allí donde no existe ya el sentimiento de ser una persona, el sentimiento de ser una Luz, sino mas bien, la Verdad de la Luz, en su Esencia.
Me dirijo por lo tanto a vosotros, en este tiempo y en este espacio, a fin de establecer (entre nosotros y a través de nosotros) la ausencia de distancia, la ausencia de Presencia, aquella que conduce donde no pueden ir por ustedes mismos: al seno de toda Conciencia. Allí, escuchen. Escuchen, no solamente el silencio, sino escuchen la ausencia de ser, como la ausencia del no ser.
Los invito a Ser, más allá del ser.
Los invito a ya no parecer.
Los invito a establecer la Permanencia, estado más allá de todo estado, donde no existe ni arriba, ni abajo, ni izquierda, ni derecha, sino la resolución de estos dos opuestos.
Los invito al centro del Centro.
Los invito a Ser el Éter, resucitado y regenerado. Los invito a Ser, en la inmovilidad.
Los invito a superar y transcender la Alegría. Los invito en toda parte y en todo lugar.
Los invito más allá de toda referencia y de todo marco.
Los invito a ir, allí, donde no pueden volver por cualquier desplazamiento.
Los invito a morar allí donde está la Paz, porque allí es vuestra Morada.
Los invito a vuestra Eternidad. Los invito allí donde no existe ningún pasado y ningún porvenir.
Los invito a sobrepasar el tiempo que pasa.
Los invito a pasar el tiempo de la ilusión.
Y los invito allí donde yo Soy, ya que es allí donde Son.
Los invito a ir más allá de la escucha y la concordia
Los invito a una Sinfonía, no teniendo nada que ver, ni con las notas, ni con los colores.
Los invito en el Espacio infinito, que no conoce ningún plan.
Los invito en el Tiempo infinito, que no viene y no proviene de ningún pasado y que no se dirige hacia ningún futuro.
Los invito a Ser. Para esto, abandonen el parecer, acepten desaparecer allí donde se encuentra lo sublime, más allá de todos vuestros sueños y de todos vuestros pensamientos; lo que se llama la Morada de Paz Suprema porque ninguna palabra puede calificar ni cuantificar lo que no es mensurable y no medible, por un estado u otro.
Los invito a vuestra propia Felicidad.
Los invito a Ser, no solamente el receptáculo de la Luz, sino a convertirse en la Luz misma. Debido a que la Luz misma no conoce ni borde, ni límite, ni espacio, ni tiempo, ni desplazamiento, ni inmovilidad.
Los invito a ser el Alfa y el Omega, con el fin de que el Omega se una al Alpha.
Los invito a Hic et Nunc, Aquí y Ahora.
Los invito a un Espacio y a un Tiempo donde cada lugar, y cada segundo, y cada momento es el Instante Presente. Ya no solamente el que fluye en las arenas del tiempo que pasa, sino el que, precisamente, permite al tiempo pasar y desaparecer, también.
Los invito a la Radiación.
Los invito a la Luz, infinita e indefinida, allí donde están, allí de donde ustedes nunca se han movido, y de donde nunca se moverán.
Los invito a la Belleza que no fallece nunca, a la Eternidad que nunca puede desaparecer, a la Verdad que no sufre nada relativo, ni ninguna escasez. En dónde se encuentra la fuente del movimiento mismo. En dónde se encuentra la fuente de la Conciencia misma, Shantinilaya, muy por encima de la idea del paraíso, mucho más allá de la simple Alegría, más allá de toda manifestación de Éxtasis.
Los invito a ya no estar revestidos por la luz, porque usted no tienen que estar revestidos: lo que ustedes son es la Luz, más allá de cualquier imagen, más allá de cualquier seducción, más allá de cualquier Atracción.
Vengo a invitarlos, con el fin de que ustedes me inviten, de vuestro lado, al corazón de vuestro Corazón. Ya no solamente, en el Canal de la Luz, a vuestro lado, ya no solamente, a la Onda de Vida que nace, ya no solamente, a la consumación de vuestro Corazón.
Y os invito sobre todo, en este tiempo de Transición, en este tiempo de expansión. Expansión, que se realiza en el corazón del Corazón y en el centro del Centro, a tal grado que no os es posible diferenciar y separar el Centro de un límite en la expansión.
Os invito a la Morada de Paz Suprema.
Os invito a salir de la ronda de las vidas, a salir de las rondas ilusorias, donde todo gira en redondo, sin siquiera desplazarse una octava sobre la Conciencia.
Vengo a invitaros al espacio de nuestros Reencuentros.
Os invito a acordaros de lo que Erais, antes de toda forma y toda Conciencia.
Os invito a Ser la Vida.
Os invito a un lugar donde no existe ninguna traba y ninguna ilusión.
Os invito a Danzar, en la inmovilidad del tiempo y en la instantaneidad de cualquier espacio.
Os invito a Ser, no solamente lo que pasa, sino a Ser vosotros mismos, el Pasaje: ese donde reina la Sabiduría, ese donde reina la Belleza.
Os invito a lo Inmutable.
Os invito, no ya a una experiencia, no ya aun tiempo que pasa.
Os invito al hecho de lo que Sois: os invito a lo alto, que se asienta en profundidad, inaparente a este mundo y que sin embargo, lo sostiene sin mantenerlo.
Os invito a ser la Libertad.
Os invito a descubrir, a partir de lo Vibral, lo que Es.
Os invito a ser la Libertad.
Os invito a descubrir, a partir de lo Vibral, lo que Es.
Os invito al silencio de mis palabras y a vuestro Silencio.
Os invito a Reencontrarnos: en el silencio de las palabras, en el silencio de los pensamientos, en el silencio de los sentidos.
Os invito a eso.
... Silencio ...
Escuchen y oigan, en el Silencio y en la Paz, para oír y escuchar lo que Está ahí, cuando no están más. Amados del Uno, el Uno los Ama.
Amigos de la Libertad, el tiempo del Llamado viene a invitarlos a eso. Y ahí, en el Silencio, se vive la invitación a la Verdad y a la Belleza. El Sonido de la Paz y el sonido del Silencio. El Sonido de la Verdad y la ausencia de Sonido, ahí donde se resuelve el antagonismo y la oposición.
Amigo del Uno, tú que eres el invitado perpetuo de la Verdad, yo te invito a escuchar, no lo que digo, no lo que tú piensas sino eso, que juntos, al centro del Centro, emanamos e Irradiamos en el mismo Encuentro, en la misma Paz. Entonces, como te lo he pedido, cuando estás Alineado, solo o con todos, invítame a Ser tú. Invítame a desaparecer, en ti y para ti. Y, entonces, oímos, juntos, la Sinfonía de Shantinilaya: de Alfa a Omega, de Aquí a Ahora, de la Presencia a la Ausencia y la Ausencia a la Presencia.
Y te invito, en este instante Presente, ahí, a reunirnos, los Unos con los Otros, en la misma Danza inmóvil, en la misma Presencia, en la misma Ausencia, en la misma Claridad, en la misma Lucidez.
Entonces, deja abierto lo que, nunca, puede ser cerrado. Entonces te aparecerá, por tu propia desaparición, lo que tú Eres, en nuestro Silencio y nuestra Comunión. Nosotros podremos, por fin, disolver la Ilusión de tus sentidos y la ilusión de tu mundo, en nuestra Verdad Una e indefectible donde, de Ti a Mí, no existe más la menor distancia. Donde, de Mí a Ti, no existe más la menor separación. Donde no sirve para nada preguntarte si tú eres Tú, o si tú eres Yo, pues tú Eres, seguramente, los dos. Amado del Amor y Amor Amado, vivamos eso porque no hay más que eso.
La Luz te invita a la Boda de Eternidad. No te pido nada más que eso. Y te digo “hasta enseguida” en el Templo de tu Espacio Sagrado donde nada más aparece que la Sacralidad de tu Belleza: Tú, el invitado de la Eternidad. Para que percibas que, siempre has sido el Invitado porque estás, en esta invitación, en Tu casa y en Ti.
Yo soy URIEL y permíteme Alinearme a Ti y Alinearme en Ti. Yo soy URIEL, Ángel del Pasaje y te digo hasta enseguida, en el Instante y en el Espacio de nuestra invitación. Y rindo Gracia a tu Invitación. Y te digo: Sublimación.