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Yo soy Hildegard de Bingen. Mis Hermanos y mis Hermanas, que el Amor esté en vosotros. Recibid la Paz. Os he hablado hace algún tiempo, de mi experiencia de acceso a la Luz. Quisiera hoy, con el mismo espíritu de esta tensión de la Intención, llevaros a comprender y experimentar la expresión: “pacificarse”. Pacificarse porque, efectivamente, tenéis también y sobre todo en este periodo, todos los medios en vosotros, para manifestar la Paz y sobre todo para emprender este camino hacia la Paz, cualesquiera que sean las circunstancias de vuestras vidas. Pacificarse en efecto, en los tiempos en que estáis, es el medio para permanecer en sí mismo, despojados de reacciones, desprovistos de emociones que pudieran conduciros a salir de lo que sois. Entonces, de igual forma que expliqué mi despertar, voy a daros los medios que me parecen adecuados (porque los he vivido) para mantener un estado de calma, un estado en que vosotros no sois tributarios de vuestros pensamientos, de vuestras emociones, resultado de las circunstancias exteriores de vuestras vidas, para evitar que experimentéis estados que pueden alejaros, con daños, de vuestro Corazón y de lo que sois. Entonces, pacificarse recuerda ciertas cosas. La primera de esas cosas, es comprender que el ser humano que está en encarnación, ve toda su vida y todos lo que compone de su vida condicionada por una sola cosa, que de manera general llamamos, la acción y la reacción.
Toda acción que viene del exterior, cualquiera que sea su origen (un Hermano, una Hermana, una circunstancia) sistemáticamente va a llevaros a reaccionar a lo que se manifiesta, a adaptaros aparentemente a las circunstancias o a las personas. Es así también, con el pensamiento. En efecto, un acontecimiento envía una señal, porque es visto, es oído, porque lo que es pensado y es señal, atrae una reacción también. Frecuentemente, las reacciones del Hombre son espontáneas. Son espontáneas pero proceden de la experiencia, de los condicionamientos, de los estudios y apuntan de forma sistemática a implicaros, en el exterior en lo que se llama la vida y vuestra vida. Como esperábamos, lo habéis comprendido y lo vivís, hemos insistido, desde hace tiempo, sobre la diferencia entre el estado de acción/ reacción y el estado de Gracia. El estado de acción/reacción os lleva ineludiblemente, a la calle de la vida exterior, aparente, manifestada, implicándoos en la acción, la reacción, el bien, el mal, permanentemente, a cada pensamiento, a cada comportamiento, a cada movimiento. La acción de Gracia, es otro estado (os hace salir de la acción/reacción y penetrar las esferas de lo ilimitado, las esferas de la belleza), ligada al Corazón y ligada a vuestro estado Interior que se desdobla, de alguna forma, de cualquier contexto exterior.
Lo que no quiere decir que haya un desinterés o una renuncia incluso si en mi época, yo lo viví de alguna forma. Pero esa renuncia exterior desemboca en una visión Interior y permite a algunos, dar al mundo, es decir al exterior, todo lo que procede precisamente de esta belleza, del Amor y de la Gracia. Sin llegar hasta ahí, lo que hoy tenéis que vivir, lo que se vive en la Tierra os empujará de manera ineludible a reaccionar. Esta reacción puede venir como os he dicho, de vuestra educación, de la forma de actuar natural en este mundo, pero ahora también os puede llevar a reaccionar como transportados por el pensamiento colectivo, el miedo colectivo, las emociones colectivas. Es precisamente de eso, de lo que os hace falta escapar para mantener vuestra Paz, crearla y aproximaros cada vez más, a vuestra Gracia para vivir y permanecer en la Paz Interior y no en el hervidero de las emociones, del choque del que os hablaba de amado Sri Aurobindo. Entonces pacificarse, ya es comprender todos los mecanismos de la vida, sean los que sean que en definitiva, no salen más que de la acción y la reacción, permanentemente. Alguien os dedica una atención, vosotros respondéis con una atención. Alguien os agrede, vosotros respondéis con una agresión o una huída. Pero esto implica necesariamente una reacción, sea la que sea. No es cuestión de juzgar la reacción como buena o mala, sobre todo es importante concienciarse que ahí está el principio mismo de la reacción que os mantiene en la Ilusión. La primera de las cosas a comprender y a poner en función para pacificarse, es justamente desdoblarse uno mismo de sus propias reacciones. Entonces, es evidente que es más fácil quizá que en otros casos. Voy a poner un ejemplo: alguien os agrede físicamente. Evidentemente, si es mucho más fuerte o armado que vosotros, intentaréis huir. Pero si esta agresión por ejemplo es verbal, la espontaneidad del ego y de la personalidad va a hacer que respondáis y reaccionéis inmediatamente, creando entonces, un círculo vicioso de acción /reacción, principio mismo de la vida alterada de este mundo. La problemática es que la razón, la mente y la inteligencia limitada evolucionan también, de igual forma son los principios de la educación que están dirigidos a condicionaros a comprender estas leyes de acción/ reacción, sea en el ámbito de la Historia, de la lengua francesa o de otras lenguas, o a través de una pronunciación (sabéis escribir una palabra, o poner acentos), deriva inexorablemente y siempre, del mismo proceso. Ahora, la vida en la Tierra os ha condicionado y a todos nosotros nos ha condicionado a aplicar las reglas, sean de educación, sean físicas, sean simplemente relaciones entre seres, que surgen siempre de la misma ley de acción/reacción.
La acción/reacción no puede nunca conducir a la Paz. Puede conducir a un equilibrio y a un sentimiento de satisfacción afectivo, emocional, mental o de seguridad en la vida, pero nunca desembocará en la Paz interior, no os permitirá nunca pacificaros. Para eso, hay que incorporarse a la acción de Gracia. Es decir, la acción que sale únicamente del Interior y que no depende en absoluto de cualquier circunstancia exterior, de cualquier condicionamiento, de cualquier emoción o de cualquier pensamiento. Casi siempre, los seres humanos que han tenido reacciones a nivel de la mente no encuentran la Paz, incluso viviendo experiencias de alineamiento, tienen problema para mantenerse en ese estado, precisamente porque la mente buscará siempre reaccionar a todo y, con prioridad a vuestros estados Interiores que son un peligro para ella. Pero todo esto lo sabéis. Sobre lo que más quisiera extenderme, es sobre los factores que van a permitir legítimamente pacificaros, aprender a vivir y Ser y manteneros en la Gracia más que la acción/ reacción. La primera cosa fácil a priori, a poner en marcha (pero lo será cada vez más si lo pensáis) es simplemente, cualquiera que sea la acción que se emprende en el exterior, o en vuestro propio Interior limitado, consiste de desdoblar vuestra propia reacción de tiempo. En general la reacción se sitúa siempre, en el mismo espacio y en el mismo tiempo. En efecto, una situación o un ser actuando en el tiempo que vivís, es lo más proclive a provocar en vosotros reacciones inmediatas, espontáneas. Son las más virulentas, son precisamente las que más os alejan de la Paz porque tienden siempre a alejaros del instante presente, aunque se experimentan en el instante que lo vivís. La primera que hay que hacer es, si lo analizáis, desplazar la reacción a otro tiempo.
Este otro tiempo o este otro espacio, va a permitir que escapéis al condicionamiento mismo de la acción/reacción. Y si llegáis a desplazar en el tiempo o en el espacio lo que era tan imperioso y os parecía importante, os parecerá entonces, fútil y totalmente inútil. Esto requiere una vigilancia. Por supuesto, esta vigilancia va a ser mental, en un primer momento. Pero vais a constatar muy rápido, que esto va a haceros tomar una distancia sobre vuestras propias acciones y reacciones, sobre vuestros propios condicionamientos, sobre vuestras propias emociones, sobre vuestros propios mecanismos de pensamiento. Será un paso enorme. Porque observando el mecanismo y saliendo del mecanismo, exteriorizando de alguna forma, tomáis conciencia de todo lo que era instintivo e impulsivo en vosotros pero que en definitiva, no venía de vosotros sino de hábitos, de condicionamientos situados en el ámbito de la personalidad. Con este desplazamiento en el espacio o en el tiempo tendréis una percepción más neta de lo que es la personalidad y sus mecanismos de acción y de reacción en la vida corriente, que igualmente os permite comprender y experimentar que en cada ser humano hay dos mecanismos distintos de funcionamiento: uno que procede de esa acción/reacción y el otro que procede de la acción de Gracia. Entonces, en relación a un acontecimiento localizado en el tiempo o en el espacio, si llegáis a desdoblaros, a comprender los mecanismos y a observar esos mecanismos de desdoblamiento, si los aplicáis, naturalmente podréis alejar de vosotros la acción/reacción en todos los sectores de vuestra vida. Verdaderamente esto no tiene nada que ver con la pasividad o la indiferencia.
Existen situaciones inmediatas que ponen en juego vuestra propia vida o vuestra integridad, en las que por supuesto, es preferible actuar rápido. Si ponéis la mano en el fuego, retiráis la mano instantáneamente. Pero si observáis bien las reacciones en las vidas humanas, esta clase de situaciones, a lo largo de un día, son muy raras y limitadas en comparación con las reacciones que se realizan desde la acción y la reacción. Esta ley de acción y reacción se manifiesta para todos los actos de nuestra vida cotidiana, sin excepción. Entonces es muy fácil en relación a esto, crear las circunstancias propicias a la observación de estos mecanismos que, lo constataréis muy rápido, en el espacio de varios días, os permitirán entender lo que está en el orden de la acción/reacción (y por lo tanto procede de construcciones de la personalidad, del ego, cualesquiera sean las estrategias), y lo que está cimentado más en vuestra propia decisión, en vuestra propia ideación y no en una reacción. Pero tratad ya, de situaros no en la reacción, sino diferir en el tiempo cualquier reacción con respecto a eso y a todas las consecuencias que acarrea. Si lo hacéis y lo practicáis, vais a daros cuenta muy, muy rápido, que la mente, los pensamientos van a alejarse y que, curiosamente, os vais a encontrar en Paz. Esto atañe tanto a vuestra propia vida como a las circunstancias mismas de vuestro entorno. Porque ciertamente, cuando viene una situación que por ejemplo, os va a privar de vuestro trabajo, enseguida viene el miedo por la carencia, la incertidumbre por el futuro, la incertidumbre por el mañana. Y entonces, en ese momento, la reacción interviene trayendo comportamientos, estrategias, que cada vez os alejan más de la Paz y de vuestra propia pacificación. Pacificarse, ya es analizar estos procesos, ponerlos en acción en el nivel de la experiencia y ver los efectos. Primero desplazando la reacción, porque si vosotros mantenéis una reacción en el instante y en el espacio que es instantáneo, vais a mantener esta reacción permanentemente, a cada minuto, cada día. Esto girará de alguna forma, como una especie de bucle que, poco a poco, os invadirá y alejara más y más, de la Paz y vosotros no podréis pacificaros. Llegaréis a hacerlo siempre, por la naturaleza de Luz, en vuestros espacios de alineamiento, pero perderéis muy rápido el efecto y la eficacia en la vida ordinaria. Ahora, precisamente todos los factores de esta vida ordinaria son los que ahora desaparecen y van a desaparecer cada vez más rápido.
Entonces ¿qué haréis en ese momento? La pregunta por el contrario, es necesario que os la hagáis ahora, con anticipación. No para aportar soluciones, porque no habrá ninguna. La única solución será Interior, siempre os lo hemos dicho todos nosotros, unos y otros. Pero prepararos ya, a aceptar la solución Interior como la única posible. Por supuesto, la personalidad va a hacer lo imposible para alejaros de este aspecto ridículo del Corazón o del Interior, mientras que esto no sea experimentado. Os corresponde decidir a vosotros estar lúcidos también, sobre vuestras propias elecciones. ¿Están dictadas vuestras elecciones por la acción/reacción o están dictadas realmente, por un retroceso suficiente de la situación y del choque que representa? Lo importante de pacificarse ahora ha surgido directamente de un mecanismo que se ha descrito perfectamente, sea en los calendarios muy conocidos o en lo que la Tierra os muestra ya, desde hace algunos años. Es esta aceleración considerable del tiempo, como si los acontecimientos, los hechos, fuesen cada vez más importantes, cada vez más próximos, más y más intensos y violentos. El mismo proceso ocurre exactamente en vosotros. Exactamente, porque dentro y fuera en definitiva, no son más que la misma cosa. Lo que veis fuera pasa exactamente igual en cada uno de vosotros.
El abrazo del Cielo y de la Tierra, es el abrazo de vuestro Corazón de vuestra tierra (sacro), de vuestra cabeza, vuestro Cielo. No es una analogía sino una superposición perfecta. Por supuesto, este abrazo no tiene los mismos efectos, según que vuestro punto de vista, vuestra conciencia se sitúe en la personalidad o en el Corazón. En la personalidad habrá siempre reacción, miedo, lo que algunos han llamado el Fuego del ego, mientras que en el Corazón, habrá el Fuego del Corazón y todavía más Paz, todavía más lucidez. Pero estar en el Corazón quiere decir también, pasar la Puerta Estrecha, que corresponde al 8º Cuerpo. Pasar del ego al Corazón se hace por la Puerta Estrecha. Es un nacimiento nuevo que acompaña a este pasaje. Algunos de vosotros todavía no habéis hecho este paso, por una razón que es muy simple. La energía de la Conciencia va en los dos sentidos: de arriba abajo y de abajo arriba. Algunos han hecho este movimiento de abajo arriba. Ya tienen la percepción del Corazón. Otros por el contrario, han hecho el trabajo de arriba abajo y todavía no han llegado al Corazón, lo que crea una diferencia en la percepción de la acción/reacción y en la percepción de la Gracia pero también en la manifestación de la acción/ reacción y la Gracia. El mecanismo de pacificación, cualquiera que sea vuestro camino, os permitirá efectivamente, cambiar de punto de vista mucho más fácilmente. Retrasando la reacción en el tiempo y el espacio, no es para daros tiempo para reflexionar o analizar una situación exterior sino para haceros pensar que, lo que ocurra, individualmente o colectivamente, tomad el tiempo de alinearos en esos momentos y esperar, para aquellos a los que les es posible la respuesta del Corazón, y para los otros, simplemente para marcar distancia con esa famosa acción/reacción, comprender los detalles y las implicaciones, y veréis que si os desplazáis en el tiempo y en el espacio, en ese momento, las reacciones ya no serán reacciones.
La reacción en frio es algo mucho más raro. Mirad por ejemplo, la naturaleza de las emociones del ser humano, cuando por ejemplo, hay una ruptura afectiva. En el momento, a veces uno, a veces el otro, a veces los dos, quiere al otro y entra en estrategias de violencia, odio, rechazo, que duran cierto tiempo y que, ineludiblemente, al cabo de un tiempo, variable según los individuos y según la intensidad de la energía que haya generado la acción/reacción, os dais cuenta generalmente, de que en ese momento comienza a aparecer una indiferencia. Aunque haya una herida, con el tiempo va a cicatrizar. Por lo tanto es la acción/reacción la que genera en el Fuego del ego, la propia herida, el sufrimiento, el miedo, la carencia y esto es válido tanto para lo afectivo como para cualquier situación del ser humano, sin excepción. Es la distancia, el tiempo que pasa lo que va a permitir que cicatrice, borrar (en parte o completamente) cualquier traumatismo. Hoy, todo es diferente en la Tierra, porque no tenéis tiempo. Cada vez tendréis menos tiempo, a causa de la aceleración del tiempo, para terminar este proceso de cicatrización habitual, que concierne a cualquier herida y traumatismo del ser humano. El único tiempo que podéis encontrar y que encontraréis cada vez más fácilmente, es en el Interior de vosotros mismos, pacificándoos. Pacificarse es pues, la mejor estrategia de adaptación a lo que viene y a lo que es. Pacificarse, también permite liberarse de los condicionamientos, de los miedos y por lo tanto, ir hacia el Corazón.
Porque es imposible cuando estáis en la reacción, llamar a vuestra personalidad a establecerse en el Corazón. Cuando vivís la reacción, estáis en la emoción, no estáis en el Corazón, incluso si en una ruptura afectiva, reivindicáis el amor y la herida de vuestro amor, entonces es una herida del ego. Porque si fuera una herida de amor, sería la misma incluso diez años más tarde. Esto lleva a considerar lo que se llama amor en una relación entre dos seres que no está de hecho, ligada a una atadura y una posesión. La personalidad vive en la atadura y la posesión. Todo aquello de lo que se la priva, va a provocar una reacción. Entonces, los humanos dirán: “hay que vivir, respirar un aire puro, comer alimentos sanos” y por supuesto, todo esto va a desaparecer. Imaginad que la personalidad no va a quedarse de mármol frente a todo esto. Mientras que la encarnación esté presente, tenéis todos una personalidad, aunque fuera transcendida por el Fuego del Corazón, pero el Fuego del ego puede aparecer siempre. En ese sentido es en el que es importante comprender y asimilar lo que acabo de deciros, para ir hacia vuestra propia pacificación y emprender vuestra pacificación. No hay nadie más que vosotros mismos que podáis emprender esto. Ningún medicamento podrá hacerlo. Ninguna persona ajena a vosotros podrá hacerlo. Y aun, hablo de heridas y de choques habituales conocidos. No hablo siquiera de la irrupción brutal ya cada vez más intensa de la Luz. Brutal para la persona, no para el Corazón.
Todo esto lo vivís en este momento mismo porque, como el Gran Comendador os ha dicho, los Tiempos son ahora. Así que os remito a las palabras del Comendador: ¿qué punto de vista adoptar, Interior o exterior? ¿Oruga o mariposa? Porque esto en definitiva, es de lo que se trata. El ser humano, incluso en camino espiritual, le encantaría seguir siendo oruga y hacerse mariposa. Esto es imposible, lo sabéis. La acción/reacción, las emociones, la mente, los condicionamientos, los miedos, el choque, os mantienen de manera inexorable en vuestra propia personalidad. Vosotros no sois capaces de tomar distancia en relación a lo que se manifiesta. Y por lo tanto, estáis sometidos totalmente, a algo que no es la Luz. Este es el sentido de lo que os quería transmitir. Es haceros reflexionar sobre esta noción de acción/reacción, desdoblaros y así pacificaros a vosotros mismos. Recordad que es precisamente durante este periodo cuando la pacificación paradójicamente, por la propia Luz será lo más fácil. Tenéis también ejemplos importantes de seres humanos que por una catástrofe colectiva, encuentran los verdaderos valores humanos, porque justamente, todo lo que es exterior habrá desaparecido: la ayuda mutua, el verdadero amor, el servicio espontáneo. Cuando estáis a ese nivel, aquellos que mueven los hilos no se interesarán más en vosotros, porque ya no sois para ellos un alimento. Vosotros estáis en el Corazón. Pero hace falta llegar hasta ese estado y esa etapa. Esto es lo que tenía que transmitiros. Si en relación a esta pacificación tenéis preguntas, quisiera intentar responder también. Os escucho.
Pregunta: ¿vivimos como en el Mahabaratah, en que los dioses movían los hilos? Aquellos que mueven los hilos no son en absoluto dioses. Se toman por Dios. Dios, si se puede decir, sois vosotros. Ellos han invertido totalmente las cosas. Pero esto no tiene ninguna importancia. No llevéis más vuestra Atención sobre esto porque de esa forma, vosotros les alimentáis. Y mantenéis de igual manera la Dualidad. Pregunta: ¿debemos desinteresarnos del exterior y permanecer centrados en el Interior, para encontrar la Paz? Comprende Hermano, que cada uno entenderá esta frase a su nivel. Entonces, algunos van a plantearse de alguna forma la cuestión, de no ir más al trabajo, de no ser fieles ya, de no molestarse más, lo que sería también un funesto error porque sería la visión exterior de un proceso Interior. Cada uno hace lo que le dicta su conciencia pero lo que debéis comprender es que, todo lo que es exterior va a ser borrado por la Luz. La Luz se hace palpable. Vosotros percibiréis sus efectos. Se hace más y más omnipresente esta omnipresencia conduce a la desaparición de todo lo que no es ella. Todo lo que había sido como sabéis ahora, proyectado al exterior por un proceso de caída en Bien, el eje Atracción/Visión y, por lo tanto, por los ojos, todo lo que se ve va a desaparecer.
El proceso de proyección se para. Pregunta: ¿podemos alcanzar la disolución total del ego antes de la disolución final? Sí, esto se llama, creo, la Fusión de los Éteres en vosotros, la activación del canal ER-ER y AL-AL. En ese momento, el ego queda disuelto. Os sirve justo para mantener una apariencia que vosotros sabéis que no es más que una apariencia. Pregunta: cuando me siento desestabilizado, repito la frase: « me doy la paz ». Esta repetición da más efecto que si no la digo más que una vez. ¿Por qué? La repetición es el proceso mismo del condicionamiento. Vale más condicionarse a vivir la Paz que a otra cosa. Pregunta: ¿cómo utilizar mejor esta frase? Está en el propio enunciado: repetirla muchas veces. Pero, repito, yo pienso que es más importante tomar distancia en relación a lo que es experimentado, en el momento en que se está desestabilizado. Porque repetir, repito una vez más sin juegos de palabras, “me doy la paz” como he dicho, es también un condicionamiento, incluso si es más agradable que otros condicionamientos. Esto no pone distancia entre la desestabilización que es vivida y la solución más adecuada a aportar para estar pacificado, que acabo de dar y que es distanciar la reacción, la propia reacción, en el tiempo y en el espacio, dado que el ser humano, de manera natural, está condicionado por su reacción en el instante y está identificado con su reacción en el instante. Entonces, efectivamente, repetir la frase que acabas de decir permite limitar el condicionamiento por otro condicionamiento. De lo que hablaba es un poquito diferente ya que consiste también (pero tú puedes muy bien hacer los dos, a la vez) considerar que tú te das la Paz, desde el instante en que tú sientes que la desestabilización suelta la presa, en ese momento, reportar la acción hasta más tarde. El mecanismo no es el mismo, pero pueden complementarse.
Pregunta: ¿deberíamos mirar lo que pasa como un espectador, sin involucrarnos emocionalmente? Sí, pero en ese momento ¿Quién es espectador o, más comúnmente, quién es el observador? Es la propia Conciencia. Ahora, la Conciencia en esta actitud, diferencia lo que llamamos el sujeto y objeto. Al diferenciar sujeto y objeto hay Dualidad y no hay integración en la Unidad. Hay en efecto, dos procesos que pueden seguirse en el tiempo, que son el que tú has definido como espectador y observador, tomar conciencia que efectivamente hay un observador. Viene otro tiempo que es en el que no hay distancia ni separación entre lo que es observado y el observador, lo que se llama sujeto-objeto. Pregunta: ¿aceptar que las cosas “sean así”, permite vivir ese desfase? A condición que esto no sea una sumisión o resignación, sí. Pregunta: ¿cómo favorecer la desaparición del « Yo », que continúa poniendo palabras a lo que es vivido? Querida Hermana, no puedo resumirte esto en dos minutos. Esto forma parte del total de enseñanzas que hemos dado, nuestras Hermanas, los Arcángeles y los Ancianos desde hace años. No podemos resumirlo en dos palabras, más o menos en una frase: encuentra tu Corazón. Porque si tú estás realmente sumergida en la Vibración del Corazón y no en la proyección del Corazón en la cabeza, el “Yo” no tiene realmente ninguna importancia. No tenemos más preguntas, os damos las gracias. Mis Hermanos y Hermanas, en el Amor del Uno y de Él, mis Bendiciones os acompañen y hasta el próximo día.
www.autresdimensions.com Canalización: Jean Luc Ayoun Transcripción: Veronique Loriot Traducción: Susana Milan