(cap.II 'Metafísica al alcance de
todos' Conny Méndez)Todo el día y toda la noche estamos pensando una infinidad
de cosas distintas. Pasa por nuestra mente una especie de película
cinematográfica constante, aunque desconectada. Entre tantas ideas diferentes, nos
detenemos a contemplar, examinar o estudiar algunas más que otras. ¿Por qué?
Porque nos han estimulado el sentimiento.Nos han producido un sentimiento de
temor o de antipatía, de simpatía o de lástima, un sentimiento de agrado o de
desagrado, no importa. El hecho es que por aquel sentimiento, la idea nos
interesa, la repasamos más tarde, tal vez la comentamos con alguien. Esto es
meditar, y lo que así se medita pasa al subconciente y se graba allí. Una vez
que se graba una idea en el subconciente se convierte en un “reflejo". Tú
sabes que cuando el médico te da un golpecito con algún objeto en un sitio
alrededor de la rodilla, tu pierna da un salto. Te han tocado un punto sensible
y has reaccionado ¿no? En esa misma forma, cada vez que ocurre en tu vida algo
referente a una de las ideas que están grabadas en tu subconciente, el "reflejo
“reacciona en la forma exacta en que fue grabado. Tú adoptas una actitud de acuerdo
con el sentimiento original que sentiste cuando primero pensaste en aquella
idea. Los metafísicos llamamos a esto un "concepto", o sea, una
creencia, una convicción. El subconciente no discierne. No decide nada, no
opina ni piensa por sí solo. No tiene poder para protestar, no tiene voluntad
propia. Esas
no son sus funciones. Su única función es la de
reaccionar poniendo a la orden el reflejo que se le ha dado. El es, en este
sentido, un maravilloso archivador, secretario, bibliotecario automático que ni
descansa ni falla jamás. Tampoco tiene sentido del humor. No sabe cuándo una
orden ha sido dada en chiste o en serio. De manera que si tu nariz es un tantito
abultada; y si tú, por hacer reír a los demás, adoptas el chiste de llamarla
"mi nariz de papa rellena", por ejemplo, como el subconciente es un
servidor exacto, no tiene sentido del humor y sólo sabe obedecer
incondicionalmente, tratará por todos los medíos de cumplir la orden que le han
dado en tus palabras y tu sentir... y verás a tu nariz parecerse más y más a
una papa rellena. La palabra "Metafísica" quiere decir "más allá
de lo físico", o sea, la ciencia que estudia y trata de todo lo que está
invisible a los sentidos físicos. Te da la razón de ser de todo lo que no
comprendemos; de todo lo misterioso; de todo lo que no tiene una explicación
evidente; y es exacta como comprobarás a medida que leas este librito. Ahora
verás: ¿Recordarás tú la primera vez que oíste mencionar la palabra “catarro"?
¿No lo recuerdas, verdad? Eras muy pequeñito. La palabra la dijeron tus mayores.
Te enseñaron a temerla. A fuerza de repetirla te instruyeron a comprenderla, te
dijeron que no te mojaras los pies, que no te pusieras en una corriente de
aire, que no te acercaras a alguien porque tenía catarro y se te pegaba, etc.,
etc. Todo lo cual se fue grabando en tu subconciente y formando allí un reflejo.
No tuviste jamás que recordar las advertencias de tus mayores. El daño estaba
hecho. De allí en adelante, tu subconciente te ha brindado un catarro (el mejor
que te pueda obsequiar) cada vez que te has colocado en una corriente de aire,
cada vez que se te han mojado los pies, cada vez que te acercas a un acatarrado
y cada vez que tú oyes decir que anda por allí una epidemia de gripe o de catarro.
Por culpa de tus mayores, por lo que has escuchado decir a los demás; por lo que
has leído en los periódicos y en los anuncios, en la radio y televisión, y
sobre todo porque ignoras la verdad metafísica de la vida, has aceptado estas
ideas erróneas y se convirtieron en reflejos que actúan sin premeditación tuya,
automáticamente, y que son causa de todos los males que te aquejan en el cuadro
de tu vida. Tienes un cargamento voluminoso de ideas ajenas que afectan todos
los departamentos de tu vida, tu cuerpo, tu alma y tu mente, Advierte que si no
los hubieras aceptado; si por el derecho que te da tu libre albedrío de escoger,
aceptar y rechazar, no hubieras aceptado lo negativo, no hay germen ni virus ni
poder en el mundo que hubiera podido atacar ni convencer a tu subconciente para
que actuara de ninguna otra forma que aquella que tú le diste tu voluntad,
negativa o positiva, es el imán que atrae hacia ti los gérmenes, las
circunstancias adversas o las buenas. Como ya hemos dicho, tu actitud negativa o
positiva ante los hechos, determinan los efectos para ti.