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Soy un AMIGO. De mi Corazón a vuestro Corazón, que el Sí y la Unidad estén entre nosotros, nuestro espacio de Comunión y de Verdad. El sentido de mi Presencia, en este momento, no está vinculado, como lo dije aquí hace poco tiempo, a nuevas enseñanzas ya que se les dio el conjunto de éstas. El tiempo, ahora, si lo han comprendido, a través de la intervención del Arcángel ANAEL, como de la Estrella GEMA (ver sus intervenciones de este día), es pues el momento de la instalación del Ser Interior y de la vivencia de éste. En la Conciencia, esto se traduce en una serie de elementos que acaban de dárseles. El paso de un estado a otro, ese Pasaje de la Puerta Estrecha, permite pasar de una conciencia particular de la energía (llamada el prana) a otra Conciencia que está en resonancia y constituida también por el Citta.
La luz falsificada es una amputación de la Luz, viviéndose por lo que se llama los glóbulos de vitalidad, que algunos de ustedes, en la visión astral, pueden percibir como desplazándose en el aire, o incluso por la percepción de la circulación de la energía, acompañada de humores, de emociones, produciéndose a lo largo de circuitos privilegiados, llamados meridianos o nadis. El plan del Citta (o Supramental, según la denominación de SRI AUROBINDO) no es más una circulación, sino una Vibración. Vibración que se propaga y resuena, de parte en parte, sobre trayectos particulares llamados Senderos de Luz. La mayoría de ellos se les describieron aquí hace algún tiempo (ver “protocolos a practicarse”). Este Paso del prana al Citta es pues el establecimiento del Sí.
Más allá de lo que les ha dado la Estrella GEMA, procuraré en el espacio de nuestro Corazón, esta noche, expresar una serie de elementos relativos al Sí mismo (SI). No tanto para darles expresiones o frases, sino más bien, para aportarles apoyos Vibratorios, al establecimiento de vuestra Conciencia en las esferas de la Unidad, de manera cada vez más evidente y cada vez más permanente. Eso me llevará simplemente, a pronunciar algunas frases inscribiéndose en el establecimiento de esta nueva Conciencia, desbordando en gran medida el marco de la personalidad y el marco de este mundo, para instalarse en la totalidad de lo creado y de lo increado, en la totalidad de los universos y en lo denominado Dimensiones. En mis palabras y mis frases, me contentaré con una palabra que expresará esta Unidad, este Etreté, este estado de la Conciencia Supramental. Esta palabra es la palabra SI mismo o Interior. SI, que viene a sustituir (sublimar, hasta cierto punto) el yo, el yo de la personalidad que es una proyección de la conciencia al exterior de Sí. El SI, siendo una trascendencia del yo, permitiendo establecerse más allá de los límites de la personalidad, más allá de los límites del marco de vida que es propio a cada uno, con el fin de hacerlos penetrar en un territorio común donde no existe ninguna barrera, ninguna separación, ninguna oposición, ninguna Dualidad.
La Unidad de éste Sí mismo, es la Alegría. Su Vibración es Vibración de Alegría porque la Alegría es ausencia de límite (ausencia de separación, ausencia de sufrimiento, ausencia de bien, ausencia de mal) y establecimiento en la Vibración de Sí. El Corazón del Sí (que es Alegría, Eternidad) viniendo a poner fin a lo efímero, al sufrimiento y a la Ilusión. El SI es Verdad, sobrepasando largamente el marco de la persona, sobrepasando largamente también, el marco de la individualidad. El SI mismo, es permanencia e inmanencia. Es Alegría, expansión sin final y sin límites, no dependiendo ni de un tiempo ni de un espacio, ni de ninguna condición. El SI no se identifica, ni se localiza en el tiempo, en el espacio o en una persona. Es vacuidad y plenitud, en el mismo tiempo, ya que ese tiempo no es limitado, ni inscrito en la duración. Lo Ilimitado es la característica esencial del SI. El SI es Unidad ya que no existe ningún fragmento, ninguna segmentación, ninguna compartimentación.
Cada SI comunica con todos los SI ya que son el mismo SI, el mismo enlace, enlace de Libertad y Eternidad. Él es júbilo, no inscrito en un acto (cualquiera que sea) ya que él es acto de Creación espontánea y Eterna. El SI es Comunión. Comunión no establecida en un intervalo, sino en la permanencia y la inmanencia. El Sí es Luz ya que el Sí es Transparencia y la Luz es Transparencia. El Ser Interior no puede ser reivindicado ni atribuido, ya que él es la quintaesencia misma del Amor. Al Sí no se le puede limitar, ni encerrar, ni restringir, ni obligar. El Sí no es una evolución. Él es una Concientización. Él no debe crearse ya que se crea desde el primer instante, si es que este primer instante puede establecerse es establecible y reconocible.
El SI no posee nada, ya que es Don y Restitución, debido a su naturaleza misma de Transparencia, de Alegría y de Evidencia. El SI es pleno. Siendo pleno, no se le puede llenar, no se le puede aumentar, tanto que él no puede ser disminuido, ya que trasciende los límites en todo mundo limitado. El Sí inmanente y trascendente, es Presente. Su calificativo es, por otra parte, Presencia. Presencia entendida como inmanencia, permanencia y Eternidad. No necesita movimiento ya que está por todas partes. No tiene que desplazarse ya que, allí también, es omnipresente. No se inscribe en ningún tiempo. No tiene necesidad de movimiento ya que está en todo, Él no tiene necesidad de desplazarse ya que es omnipresente. Él no se inscribe en ningún tiempo. Él no se inscribe en ningún tiempo ya que todos los tiempos y todos los espacios son su naturaleza y su Presencia. Es Vibración. Vibración que no puede ser medida ya que esta Vibración está más allá de toda medida. Sólo el encuentro del yo y del SI (Fusión de los Éteres en este cuerpo y en este tiempo) da un sentido, medible por un lugar y por una duración.
Cuando el SI disuelve el yo, por su revelación consciente en cuanto a su permanencia y su inmanencia, entonces él ya no puede ser reivindicado, ya que no hay más identidad posible, en la Ilusión. El SI pone fin a la Ilusión, por la Vibración y la Presencia. La Conciencia no es ni el sujeto ni el observador, sino que engloba la misma realidad en los dos. El SI es la Conciencia. La de lo Ilimitado, de la no fragmentación, de la no separación, de la no distanciación. El Ser es por lo tanto Uno, por su Esencia, por su naturaleza, por su manifestación y su no manifestación, que se inscribe en el mismo marco que no es un marco, ni es un límite. El SI está Presente, más allá del punto, más allá de la esfera, ya que no está limitado por ninguna dirección, ningún tiempo, ningún espacio, ningún Éter. El SI es felicidad porque es plenitud.
El Sí mismo es el conjunto de las respuestas ya que es la solución. Él es el Sentido que implica, por evidencia, de no buscar ya ningún sentido ni ninguna dirección, a la vida misma, incluso en la Ilusión. Ya que el SI, incluso en la Ilusión, no participa más en la Ilusión, sino la trasciende, la esclarece, la revela. El SI es Alegría y Amor, porque la Esencia misma del Amor, es la Alegría. El SI es Luz, por su Transparencia. El Amor es Transparencia, el Amor es Restitución, Don y nunca puede ser una apropiación, ni cualquier limitación. El SI es pues Libertad y viene por lo tanto a liberar al yo de sus juegos, de sus roles, de sus funciones y sus atribuciones, ya que el SI es el conjunto de los yos, presentes (de manera simultánea e inmanente) en Él. No hay pues más distancia entre SI y todos los otros yos que son vistos como los yos potenciales de Sí.
El SI trasciende los límites de toda comunicación, de toda relación, porque la comunicación y la relación encierran, mientras el SI libera. Él es Libertad ya que es sobre todo Verdad, sin explicación, sin pregunta, sin acción/reacción. Se inscribe más allá de la acción/reacción. Él se inscribe en la acción de Gracia donde todo es sentido, donde todo es Amor, donde todo es Transparencia y todo es Luz. El SI no puede manifestar, ni ver la Sombra (no como una negación, sino como una trascendencia vinculada a su Presencia).
El SI libera. Hay, por lo tanto en el yo, un principio cerrado y encerrando. El SI no tiene fronteras. Él no está condicionado ni es condicionante en cualquier estado, en cualquier tiempo, en cualquier Dimensión. El SI revela y da Sentido, porque él es Sentido. El SI es pues la Esencia de la Verdad y de la Transparencia. El SI es la Vibración presente en el punto, en la esfera y más allá de la esfera. Vivir la Vibración del SI, es no separar más nada, no excluir más nada, sino volverlo Transparente. Hacer Transparente no es un juicio, ni una acusación, sino hacer evidente, por la Presencia. El Sí no puede conocer, ni vivir, restricción. Al estar presente en un cuerpo limitado, está también presente en lo ilimitado de la FUENTE, de la Luz y las distintas rondas dimensionales.
No puede proyectar alguna cosa, ni lo que sea, porque, en el sentido de su Presencia, toda proyección cesa. Él es inmanencia, donde el movimiento en un sentido o en otro no tiene más sentido ya que no puede vivirse. El SI es Paz porque no es fluctuante. El SI es pues la Esencia de la Presencia, la Esencia de todo, como la Esencia de nada, porque entre la nada y el todo sólo hay lugar para la duda. El SI afirma y vive porque esa es su Verdad: que todo es Uno, y porque esa es la única Verdad, no condicionada por un mundo encerrado, y que encierra, El SI es la Esencia y la naturaleza misma del ser y de la Conciencia. Sólo el yo juega a ignorar eso, por ausencia de Vibración y por falta de Transparencia.
Realizando la Gracia de su Presencia y su Esencia, el SI no puede en este mundo, sino manifestar las virtudes cardinales de la Humildad y la Simplicidad. Ya que, el SI indudablemente, incluso revelado en este mundo, sabe pertinentemente por Vibración, que todo lo que se da a ver, sentir y manifestar sobre este mundo, es Ilusión. Que el SI no puede darse a vivir, porque él no puede vivirse, sino al Interior, ya que cuando el que lo vive, comprende que no hay nada al exterior. Es una Reversión total de la Conciencia, que ya no está limitada por una visión (ella misma limitada) ni por un cerebro (él mismo limitado), sino por la Conciencia misma, que progresivamente, en la Dimensión de la Presencia y la inmanencia Interior, asume que él es omnipresente, omnipotente y sin defecto.
El SI no puede ser una reivindicación de lo que sea. No puede estar encerrado ni condicionado por cualquier inteligencia humana, o por cualquier creencia. Sólo el yo puede creer que puede descubrir el SI. Es la ausencia misma de esta reivindicación, porque él Es, a partir del momento en que cesa la reivindicación que está vinculada a la proyección de una carencia. Sin reivindicación sin coacción de reivindicación, no puede existir la carencia, porque la carencia significa la ausencia y el Sí no puede estar ausente. Él es una Reversión, que hace pasar de lo limitado a lo Ilimitado, de lo fragmentado a la totalidad. Vivir el SI pone fin, sin buscar nada, a toda Ilusión: la de controlar a quien quiera que sea o a alguna cosa. Ya que Él no tiene necesidad de controlar a alguien o a alguna cosa. No tiene nada que alimentar porque Él es el Todo. EL SI es un llamado: una llamada que no viene de otra parte que del SI.
Mi Presencia, con ustedes y en ustedes, la Presencia de un Arcángel o de cualquier otra Conciencia Unificada, está desde la Eternidad, en ustedes. Sólo la mirada de la conciencia del yo, ve como separados al CRISTO, la Luz o un Arcángel. Él no se busca puesto que es Evidencia. El SI no puede definirse, porque él es indefinido e infinito. Sólo el ego y el yo buscan, en la Ilusión, la solución y la mejora. El SI no puede ser mejorado porque en él, no hay nada que pueda mejorarse, siendo perfecto, desde todo tiempo y todo punto. Sólo el ego y el yo creen poder mejorar a la personalidad. Ante el SI se detiene todo yo, cesa toda impaciencia, cesa toda esperanza, incluso, la instalación en la perpetuidad. El SI es la evidencia misma. En esta evidencia todo está Presente, todo es pleno ya que todo es Uno. No hay dogma, en el SI. No hay Verdad revelada. Hay consentimiento a su Verdad. Él emana, en el seno del yo, no por una transmutación del yo, sino por la cesación, el Abandono y la renuncia del yo. Ninguna otra cosa puede permitir, al SI, de SER.
Hay pues que vivir y Ser, durante este plazo de tiempo inscrito en el yo, no en la negación del yo, sino más bien, es la trascendencia del yo hacia el SI, Abandonando el yo, renunciando al yo, renunciando al sufrimiento, renunciando a la Ilusión, renunciando a la proyección. Silencio Interior, inmanencia de la Vibración y del Fuego. Ya que el SI es un Fuego que el yo ve como un fuego destructor, pero que el SI ve como Fuego del Amor que consume, precisamente, el yo y sus Ilusiones, sus miedos, sus sufrimientos y sus carencias. El SI es Plenitud porque él no es la reivindicación, porque él no es la interrogación, porque Él es la inmanencia y la impermanencia.
La Luz los llama, de distintas maneras, a desviarse del yo. No para obligarlo, no para asfixiarlo, sino para aceptar que la Luz es el SI y que el SI no tiene necesidad del yo, ni de jugar, ni de tener, sino simplemente, SER. Inscrito en el SI, en la Presencia, en la Vibración de su Presencia, el SI es júbilo y reencuentros. Él es Infancia porque la cabeza no tiene ya necesidad de llenarse con conceptos, con ideas, con suposiciones, con proyecciones, porque el Corazón se convierte en el centro y la acción justa. La Conciencia es Libre de toda propiedad, de todo yo, de toda pertenencia a todo cuerpo o a toda persona.
El SI es la Conciencia que no pertenece a un yo. Él es el Corazón, el Corazón del SI, más allá de la reflexión en el seno de la Ilusión. La Luz los llama a todo eso (llamado por el yo: el tiempo del fin), que no es otro que el renacimiento del tiempo sin fin, en cada punto, más allá del centro, sino el punto de donde todo procede y a donde todo vuelve. Porque el centro no está solamente en el centro, sino que él es el centro, en cada punto, en cada tiempo y en cada Dimensión. La inmanencia es la Verdad. Pasar de la mirada del ojo a la mirada del Corazón, no es ya observar, ni contemplar, porque no hay nada exterior a observar ni a contemplar. La mirada del Corazón es, no una mirada (está más allá de la visión), sino es la evidencia misma de la Transparencia, en la cual todo se funde y donde todo es Uno.
Mis palabras no son interpretación, sino Vibración. Ellas son la evidencia Del SI. Que la imagen se vuelva más poética, y las palabras más poéticas, no cambia en nada la Esencia del SI. El SI por supuesto, no es una palabra, ni una frase. No está en el principio de adherir a esto que dije, ni a una Vibración, sino la concientización de que es todo eso. Pero todo eso no es suficiente para describir lo que no puede describirse, mientras el yo esté presente, y mientras la Ilusión subsista, de cualquier manera. Vivir el SI, no es rechazar la vida en el encierro, sino ser consciente de los límites del encierro, para trascenderlos. El SI no puede ser destrucción de alguna cosa. Él es Trascendencia de la Ilusión. No viene a oponerse a la Ilusión. Él no viene a combatir cualquier cosa, sino simplemente, a revelarse, a establecerse en la Unidad y en el Uno.
Los pocos elementos que les di, son ante todo, no para reflexionar, no para aceptar o rechazar, sino a Vibrarse, en vuestra Esencia, dándoles la Vibración que pueda permitir el pasaje del yo al SI. Y todo eso estando conscientemente, que ustedes, y sólo ustedes, tienen la clave del SI. Que no hay, efectivamente, ningún salvador, ningún Dios, ningún principio jerárquico, ninguna Conciencia superior a cualquier otra Conciencia. Un Arcángel no es superior a un Hombre. La FUENTE no es superior a un humano, porque un humano es La FUENTE, con el mismo grado que La FUENTE es un humano. No hay superposición, no hay jerarquización. Hay inmanencia de cada SI, de cada Conciencia, para todas las conciencias, cualesquiera que sean. Sólo la separación y la Ilusión de este mundo (que nosotros los orientales, llamamos Maya) son el obstáculo al SI. El yo debe convertirse en Don total, renuncia y Abandono. Entonces, el SI se devela y se instala. No hay pues nada a hacer, nada a querer, nada a proyectar, solamente Ser. Ya que SI no es solo. El SI es el Todo.
Mis palabras deben ser Vibración, permitiendo Comunión y Gracia, por ustedes mismos, para yo no estar considerado, ni ser considerado, como exterior o como en otra parte. En el SI, no hay nada de exterior, no hay otra parte, no hay ayer, ni hay mañana. Hay solamente, como diría un Arcángel: HIC Y NUNC. Y eso, por supuesto, no es tributario de ninguna de las circunstancias de la Ilusión. El único elemento que sea tributario de la Ilusión, es el momento preciso en que la Ilusión decida disolverse por sí misma, ante la evidencia de la Luz y de la Presencia desplegada. Mis palabras no requieren otras palabras, ni llaman tampoco a la confrontación. No hay nada a adherir o rechazar, hay exactamente que manifestarlo, hasta cierto punto. El SI es Uno, repito, más allá de todo dogma, de toda creencia, de toda Ilusión, de todo encierro y de toda energía. El sentido mismo de la Fusión de los Éteres, en este cuerpo mismo, en el SI encontrando su integridad. Estén atentos, en la Intención justa, en la acción desprovista de reacción. Entonces, las circunstancias de este mundo actual (en vuestros términos) serán el justo medio de instalarles en el SI. El SI no tiene nada que hacer con la edad, el sexo, las leyes de la Matriz, o las leyes de este mundo, porque el SI es el Espíritu, y el Espíritu no se condiciona, ni puede condicionarse, por alguien o por algo, a pesar del encierro. Él no es mañana: él es aquí y lo que sigue. Corresponde a ustedes de ver lo que es a vivir, para ustedes. Solo ustedes tienen la clave. Ustedes son la Verdad.
Soy un AMIGO. Del Corazón de cada uno, al Corazón de todos (que es el mismo Corazón), les doy Paz ya que es nuestra Esencia común. El Ser es Comunión y Gracia, HIC y NUNC, en el centro de la Cruz del ALFA y la OMEGA, en el centro de la Cruz del Corazón, OD y KI-RIS-TI, Humildad y Simplicidad. Entonces puedo decir, con La FUENTE: Amados del Uno, nosotros somos Uno. Somos la Vida, somos la Verdad y somos el Camino, ya que todos somos Uno. Sobre estas Vibraciones y estas palabras, yo comulgo nuestra Presencia, a nuestra inmanencia. Amados del uno, digo todo es Uno, digo Amor y Luz, más allá de todo yo, pero en la Verdad del Si Interior. Hermanos y Hermanas, unidos en el mismo Corazón y en la misma Presencia, hasta pronto.
Trascripción: Véronique Loriot
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Traducción: Hedyn Núñez