Mis Hermanas y mis Hermanos, soy Teresa de Lisieux. Así era el nombre que me dieron después de mi partida de esta Tierra. Yo seré hoy, la segunda Estrella en intervenir. Llevo por supuesto, la Vibración de la Estrella PROFUNDIDAD. No volveré sobre lo que he dicho ya, sobre mi experiencia en encarnación. A menudo se ha dicho que mi vía era la Vía de la Infancia, la Vía de la Inocencia, la Pequeña Vía. Yo os he explicado esto ya. Hoy vengo sobre todo, a daros algunos elementos en una primera fase, concernientes a lo que es PROFUNDIDAD y después, como mi Hermana Ma Ananda, abriré un espacio de diálogo con vosotros, relativo al Amor y más específicamente esta noción de PROFUNDIDAD.
Primero de todo, la Vía de la Infancia, de la Inocencia está directamente asociada, por supuesto, a la PROFUNDIDAD. La PROFUNDIDAD (aunque yo no tenía palabras para expresarlo en aquella época, por mi edad), es ser capaz de no ver la más mínima apariencia, ser capaz de extraerse a todo “parecer”, volverse cada vez más simple, cada vez más humilde, para aceptar que jamás, en este mundo podemos comprender todos los pormenores. Así, en este siglo veinte pueden aportarse muchos elementos de respuesta por diferentes métodos, por diferentes vías. Vosotros sabéis todo esto. Sea por una técnica, sea por la Energía, sea por la comprensión, incluso por la conciencia de ciertos elementos, existe lo que se podría llamar una cierta forma de causalidad que se ha mostrado, explicado (sea a través de tecnologías modernas o a través de la ciencia que yo llamaré del alma). En efecto, es posible acordarse de por qué (en esta vida o en otras vidas) ocurre tal cosa. Así que es lógico que cualquier ser humano tenga necesidad de comprender y saber lo que le ocurre. Pero comprended que esto es el cuento de nunca acabar porque cuando comprendéis una cosa de un elemento que os parece importante en vuestra vida, llega otro elemento que os empuja a otra búsqueda: la necesidad de comprender por qué tenéis tal sufrimiento, la necesidad de comprender por qué tenéis tal relación con tal ser, o tal relación con tal energía. Y por supuesto la vida es un conjunto de cuestiones que llaman a respuestas y la personalidad, la vida (incluso la más Luminosa) en este mundo, se traducirá siempre por esa demanda de respuestas y esa necesidad de sentido, a través de la acción/reacción. Y es lógico y normal, porque este mundo está construido sobre el principio mismo de la acción y reacción. Cualesquiera que sean los nombres que se den a esto, es una evidencia en la vida. Cualquier acción que hagáis entraña una reacción, de unos contra otros, en vosotros mismos, cara a las energías de la vida y a todo lo que se puede encontrar cuando se está vivo en este mundo. Pero existe una causa que es independiente de cualquier causa y de cualquier acción/reacción. Y ahí, nosotros entramos directamente en el misterio. Ese misterio es: “¿qué soy yo?”, “¿qué hago aquí?”, “¿soy sólo este cuerpo?”, “¿soy solamente este ser que hace tal cosa en su vida o hay algo que se me oculta?”, “¿no hay nada más que no sea esta sucesión de acciones, de reacciones, de actos planteados y a los que se está confrontado?” “¿habrá otros estados que el que yo estoy?”,” ¿habrá alguna parte, sin por eso saber dónde es, en el Interior o en el exterior, alguna cosa que me llenara y que no se inscribiera en cualquier lógica habitual, humana, sino algo misterioso y sublime?”.
Seguro, aquellos que conocen un poco mi última encarnación saben que toda mi vida, en cada gesto e incluso cuando estuve enferma al final de mi vida, yo me debía en cierto modo, a Cristo, a María. Era para mí el medio de proyectar un más allá que por supuesto, había tenido la ocasión de vivir pocas veces (en particular de niña). Esto bastó para orientar mi corta vida hacia ese Absoluto. Y para esto percibí muy rápido (aunque hubiera elegido una forma de encierro), que todas las circunstancias de la vida, tal como nosotros la realizamos, todos (cualquiera que sea nuestro rol, cualesquiera que sean los hijos que tenemos o no, cualesquiera que sean las profesiones que tenemos o no), nos conducen sin descanso a reaccionar y a actuar y a no poder plantearnos la cuestión fundamental: “¿quién soy yo y qué hago aquí?”. Hay siempre, una especie de frenesí exterior de obligaciones. Y me di cuenta también, muy joven, que podía totalmente continuar mis ocupaciones, mis obligaciones (fueran las que fueran) y estar totalmente sumergida en esta aplicación, en esta obligación, en esta acción y al mismo tiempo tener presente, en mi conciencia: “¿quién soy yo?”. Y sobre todo decirme que mi Reino no era de este mundo y que había alguna parte más allá, realizando perfectamente lo que estaba haciendo, en ese momento, la posibilidad de vivir cualquier cosa que era sin fin y que era del orden del Amor más absoluto y el más puro. Por supuesto, hacía falta realizar bien esas obligaciones, esas ocupaciones y sabéis muy bien, hoy (cualquiera que sea vuestra edad, cualesquiera que sean vuestras vidas) que aunque la Luz os llame cada vez más, tenéis obligaciones, ocupaciones que hacer.
Entonces hace falta también ser capaz de considerar que ciertas obligaciones, de esas ocupaciones pueden ser realizadas de manera totalmente natural pero en un estado de conciencia diferente. Esto podría llamarse la Atención y la Intención, podría remitiros a los Pilares de la cabeza y de las Estrellas, de la Cruz llamada cardinal entre AL/OD e IM/IS, la Ética, la Integridad. Todo esto lo sabéis, aquellos que habéis tenido la ocasión de leer quizá lo que otras Estrellas, otros Ancianos os han dicho (ver la rúbrica “protocolos para practicar”). Durante mi vida existía también, una forma a mi nivel, de tensión hacia el Abandono a la Luz, hacia el Cristo. Y yo me daba cuenta de que podía realizar una tarea, estando totalmente inmersa en esta tarea, sin experimentar la mínima presión, porque mi conciencia, estando en esta tarea, estaba también en esa forma de Comunión que yo deseaba ardientemente con Cristo, con María. Y me daba cuenta de que todas las tareas que hacía podían hacerse sin ninguna dificultad, aun cuando estuve enferma, porque en ese momento, estaba plenamente en lo que hacía pero sabía también, para comenzar a vivirlo que no era solo lo que hacía. Entonces, de hecho, lo que interviene en ese momento, es precisamente la PROFUNDIDAD, porque la PROFUNDIDAD nos hace considerar una ocupación (sea la que sea), no simplemente como una obligación o una ocupación más, como un acto que es totalmente la posibilidad de acercarnos a ese Absoluto, desde el instante en que esta acción y esta obligación se hace con el Corazón. Uno se da cuenta también en ese estado, que no hay valorización o jerarquización de una tarea. No es más importante conducir que hacer la limpieza, que rezar, porque la conciencia está totalmente presente en esta PROFUNDIDAD que realizáis. Sabéis muy bien que a menudo, una acción se hace con un espíritu que vagabundea en otra parte. Y bien no.
Si aceptáis la PROFUNDIDAD y estar plenamente lúcido en lo que hacéis o en lo que no hacéis, a vuestra obligación, a vuestra ocupación, si vivís esto no como una contrariedad, no como un deber sino más allá de la obligación y de la ocupación o de la responsabilidad, vais a daros cuenta muy rápido de que un mecanismo particular se pone en su lugar y sobre todo en los momentos que vais a vivir, mis Hermanos y Hermanas que estáis encarnados en la Tierra, porque como veis quizá, la Luz es omnipresente. ¿Y por qué la Luz tendría que estar ausente los momentos en que ejercéis una responsabilidad, sea la que sea? Podéis transformar también lo que ejercéis, no como una acción de la personalidad, sino como una acción de Gracia. Y esto es realizable por la PROFUNDIDAD, porque efectivamente, si estáis en la PROFUNDIDAD y si estáis verdaderamente en la Vibración del Corazón, en ese momento, y bien, cualquiera que sea la acción, no hay acción privilegiada porque toda acción se hace bajo la acción de Gracia, por el Corazón y no por la personalidad. También a ese nivel hay una forma de Transmutación que os permite vivir, que incluso el acto más insignificante de la vida ordinaria puede estar lleno de la misma Gracia que el instante de Comunión.
Acordaros también lo que os han dicho otras Estrellas, otros Ancianos y los Arcángeles: que los momentos de Comunión se van a intensificar, que los momentos de Llamada de la Luz se van a intensificar. Entonces hay una fase, yo diría de aclimatación, cuando la Llamada de la Luz es tan intensa que no podéis hacer nada, ni moveros. Pero no es más que una fase de aclimatación. Por supuesto, sabéis que habrá un momento colectivo en que saldréis totalmente de la Ilusión, pero desde aquí, sabéis muy bien que hace falta continuar avanzando en vuestro camino, en lo que es vuestra vida, ya fuera la vivencia absoluta de su Ilusión y de su fatuidad, si se puede decir, en relación a la Luz. Pero es precisamente en estos actos cuando hace falta poner más Luz porque es en esta PROFUNDIDAD donde encontraréis, en esos momentos (llenando los instantes más ordinarios y los más banales de vuestras vidas), como podréis verdaderamente hacer un aprendizaje acelerado de la Luz. Por supuesto, una vez más, cada Hermano, cada Hermana tiene un destino, un camino diferente para vivir la Luz. Algunos no pueden (realmente, concreta y físicamente) hacer nada más, si vosotros vais más allá de lo que os parece ser impuesto por la Luz, os daréis cuenta de que llega un momento en que podréis realizar cualquier tarea, sin estar ausente sino estando totalmente presente.
La PROFUNDIDAD es pues, salir de la superficialidad, es realizar incluso la tarea más trivial, estando nimbado y embebido por la Luz. Porque en esos momentos es cuando podréis tener la experiencia de la Humildad, de la Simplicidad, de la Infancia. En esos momentos de PROFUNDIDAD de los actos de la vida ordinaria es como tomaréis conciencia realmente, de que el Amor no es lo que hacéis sino que lo que hacéis está lleno de Amor. Y ahí, en ese momento, os dais cuenta de que la distancia que podía existir entre vuestros momentos de Comunión (a la Luz o con otros Hermanos y Hermanas) que eran privilegiados, podrán manifestarse también, incluso el hecho de pasar la escoba, porque en ese momento, os transformaréis en alguien que vive el don de la TRANSPARENCIA a la Luz. Cualquiera que sea el acto, cualquiera que sea la acción, no seréis ya sometidos a la acción /reacción (incluso en vuestras relaciones con vuestros Hermanos y Hermanas) porque, si estáis plenamente presentes, descubriréis la PROFUNDIDAD de lo que se vive, no tanto como un acto exterior (a realizar por el sentido de obligación, de una ocupación o un deber) sino como un acto impregnado del mismo Amor que en vuestros estados de Comunión y de alineamiento.
Es así como crece la Luz en vosotros y en torno a vosotros, y la Gracia se entremete en vuestra vida, de manera sutil y poco a poco se hace cada vez más evidente. Esto forma parte también del Abandono a la Luz y os lleva poco a poco, a concretar y a concienciar que la verdadera Vida está aquí, no solamente en esta Dimensión sino en lo que vosotros sois, en el instante presente. Esto os permitirá también alejaros de toda interrogación futura y de todo peso pasado. Entonces, para nuestras Hermanas y Hermanos orientales, esto se llama por ejemplo, el sentido de Servicio, el Seva o el Bhakti Yoga. Esto participa innegablemente, en vivir todavía más la Luz. Son momentos muy importantes porque recordad que, en este periodo en que la Luz se despliega por todas partes, la Inteligencia de la Luz viene especialmente para cada uno de vosotros, a mostraros cara a cara, lo que hay que resolver. No hay nada que llegue por casualidad, concierna al cuerpo, concierna a las relaciones. Si nosotros superamos la mirada de la personalidad (y yo lo hice durante mi vida, así que, vosotros podéis hacerlo) entonces os daréis cuenta de que existe otra etapa y otro estado de ser que es independiente de lo que está realizándose, siempre permaneciendo plenamente conscientes de lo que se realiza o de la acción que se conduce. Y percibiréis entonces que la majestad de la Luz llena también, con su Gracia, esos momentos. Es así, de esta forma, de unos a otros, cómo haréis crecer en vosotros y en torno a vosotros la conciencia de la Luz, de vuestra luz y de la Luz que está por todas partes. Entonces no hay nada que rechazar hoy, porque lo que os propone la vida (afecte a una enfermedad del cuerpo, concierna a una ruptura o a una gran alegría), no hay ninguna diferencia.
Todos los elementos que se producen en vuestra vida, incluso si parecen (por la mirada de la personalidad) sin profundidad, como un elemento difícil de vivir, apremiando, alejándoos de la luz porque os alejan de vuestro momentos de Comunión, os hace adoptar también, otra mirada y comprender que cada vez más, absolutamente todo lo que os ocurre y absolutamente todo lo que os ocurrirá en definitiva, no es más que para hacer encontraros todavía más, quiénes sois. Haciendo en ese momento, que no tengáis que plantearos la cuestión de: “¿quién soy yo?” y: “¿dónde estoy?”, porque en ese momento vivís efectivamente, la Unidad y el Corazón que Vibra. Y ahí, estáis llenos: no hay ninguna impaciencia, no habrá ninguna necesidad de hacer para tal tarea o tal obligación porque vuestro estado de conciencia y vuestro Corazón será totalmente indiferente a lo que realizáis y ahí, en ese momento, os acercaréis grandemente al establecimiento permanente en el Corazón, es decir a instalaros de manera definitiva, en la Conciencia de Sí y del Amor Vibral. Para eso hace falta que desaparezcáis, hace falta cierta forma de Humildad, cierta forma de Simplicidad y de Pobreza. Es aceptar la vida en todas sus componentes. Por supuesto, es profundamente diferente de la vida de la personalidad que buscará actuar siempre en un sentido, que es el de la personalidad. Mientras que si estáis lúcidos, en vuestra PROFUNDIDAD, desde el instante presente, os daréis cuenta de que existe una fuerza absolutamente admirable que viene a resolver todo. Viviréis en ese momento, la evidencia de la Gracia y comprenderéis que habéis entrado en vuestra propia PROFUNDIDAD y que para vivir esto, sabéis muy bien que os hace falta borraros totalmente.
Borrarse no quiere decir desaparecer, sino poner delante el Amor y el Corazón y no la personalidad y sus deseos. Es no estar más en la justificación de lo que sea, ni en la aprensión de lo que sea. Es estar totalmente presente a sí mismo, totalmente presente al instante y algún otro instante. Es estar totalmente implicado y al mismo tiempo, totalmente desapegado. Esta implicación y ese desapego son esenciales porque conducen verdaderamente a la PROFUNDIDAD y conducen al Corazón. Y por lo tanto forman parte de ese Triángulo del que ha hablado Ma Ananda Moyi, entre el punto AL, el punto PROFUNDIDAD y el punto UNIDAD (ndr: ver la rúbrica “protocolos para practicar/ las 12 Estrellas”). Es una dinámica particular que se instala a través de esto, que tiene por vocación haceros concienciar todavía más, el estado de Ser de Luz que es vuestra naturaleza esencial, como todos nosotros. Realizando esto, haréis un gran paso hacia la POBREZA, hacia la Vía de la Infancia. Y constataréis los efectos sobre vuestra vida, sobre vuestra conciencia, sobre vuestro cuerpo, porque (lo que ocurra a este cuerpo o a cualquier relación o cualquier trabajo) viviréis momentos de inmersión en la Luz que serán en ese momento, totalmente independientes de vuestros estados de Alineamiento, de vuestros estados de Comunión. Y constataréis que la Gracia llena vuestra vida, en los momentos más imprevistos o imprevisibles. Entraréis en contacto tanto más fácilmente, con las otras Dimensiones y las viviréis. El Canal Marial se intensificará. Percibiréis las Vibraciones cada vez más intensas. La Alegría será vuestra Morada y vuestro domicilio, sea lo que manejéis o lo que realicéis. Que este cuerpo esté con salud o enfermo, no influirá en vuestra Alegría. En ese momento el dolor, incluso muy físico, del cuerpo, no os afectará ya. Viviréis lo que yo he vivido, poco tiempo antes de haberme reunido con la Luz: es que finalmente, yo no soy este cuerpo, incluso si soy plenamente este cuerpo. Hay algo que transciende de muy lejos, la limitación de este cuerpo y que si ocurre alguna cosa de dramático a este cuerpo, y bien, yo no soy ya este cuerpo, aunque esté dentro. Yo no soy afectada por el dolor, yo no soy ya afectada por el sufrimiento: es esto lo que va a haceros realizar la PROFUNDIDAD.
He aquí algunas palabras que tenía que daros, son muy breves pero permanezco por supuesto, con vosotros para dialogar en relación a esto porque hoy, es un día de Comunión de diálogo con nuestra triple Presencia y que quizá, es importante precisar ciertos elementos en lo que acabo de decir, concerniente a PROFUNDIDAD, que reúne la Vía de la Infancia, de la Simplicidad. Así que os dejo expresaros.
Pregunta: ¿alcanzamos la PROFUNDIDAD por la Estrella PROFUNDIDAD o por las Puertas?
Hermano mío, ni lo uno ni lo otro. Aplicando lo que acabo de decir. Ser consciente, a cada instante y sobre todo en los momentos que os parecen ordinarios y no extraordinarios. Es en esta condición cómo nacerá lo extraordinario en lo ordinario. Es muy exactamente lo que acabo de explicar.
Pregunta: ¿con respecto a las tres Estrellas de la Corona, cuál es la posición de AL?
Poco importa. Para aquellos de vosotros que han percibido y sentido las Vibraciones de las Estrellas, sabéis pertinentemente (y habéis notado quizá) que existen momentos, días, meses, instantes en un día, en que ciertas Estrellas están más manifiestas que otras (ndr: ver la rúbrica: “protocolos para practicar”). Por cierto, me parece que el Comendador (ndr: Omraam Mikael Aivanhov) os habló de los puntos que percibís más, sea a nivel de las Estrellas y de las Puertas. Sabéis a qué corresponden esos puntos, esas Puertas, esas Estrellas. Son de alguna forma, los testimonios, en la carne de la transformación que vivís. Por supuesto en un momento dado, era importante focalizarse en ciertos puntos, ciertas Puertas, algunas Estrellas y constatáis, por cierto, que si ponéis atención en una de las Estrellas, empieza a Vibrar. Otros no sienten más un punto o una Estrella sino que sienten un conjunto de puntos y de Estrellas, relativas a un Triángulo elemental sea toda una parte, anterior o posterior de las Estrellas. Todos estos son marcadores. Por supuesto, podéis utilizar el punto AL, revertido o no. Podéis serviros, de igual forma, de las Estrellas. Y quizá habéis notado (porque esto lo vivís, pero no se ha explicado porque lo vivís, eso no tiene necesidad de ser explicado), existe efectivamente, una conexión entre Puertas y Estrellas, que se realiza por el cuello. Algunos de vosotros os habéis dado cuenta de que cuando el Canal Marial se activa, hay puntos que se activan al mismo tiempo. Recordad que esos puntos, son los puntos de anclaje de la Luz pero también de las manifestaciones de los potenciales espirituales. La PROFUNDIDAD es un elemento importante que os permite encontrar los otros dos puntos, es decir AL y UNIDAD, antes llamados, si lo preferís el alma y el Espíritu, es decir reunir el alma y el Espíritu en la misma finalidad que ya no es el cuerpo, que no es ya la personalidad sino que es la Luz. Entonces, poco importa. Lo que es importante por supuesto, son las Vibraciones. Pero más allá de esto, debéis también calcar de alguna forma, los comportamientos en las Vibraciones. En nuestra época, no teníamos todo esto porque los tiempos eran diferentes, porque el tiempo que vivís hoy, desde hace algunos años y desde hace una generación corresponde a un cambio total de modo de conciencia. Pero lo más importante será siempre, como Cristo dijo: “se reconocerá al árbol por sus frutos”. ¿Cuáles son sus frutos? La Gracia de la Luz da siempre frutos abundantes, donde por cierto, se manifiesta la abundancia. No hay restricción en la Luz. La Luz, por su Inteligencia provee a todo lo que es útil y necesario a cualquier vida, desde el instante en que el Corazón Vibra. La carencia no se inscribe más que en la personalidad. La PROFUNDIDAD de la que hablo, es un medio importante por las explicaciones que he dado, de hacer propagar la Luz, más allá de vuestros espacios de Alineamiento y más allá de los momentos en que la Luz os llama. Pero esos momentos en que vosotros mismos vais a crear, de alguna forma una Llamada a la Luz (realizando esas acciones, esas obligaciones, esas ocupaciones que no son el hecho de vuestra voluntad sino más bien, el hecho del establecimiento de vuestra conciencia en ese estado de PROFUNDIDAD), que crea la Llamada a la Luz pero que no está vinculada a la personalidad. Yo puedo añadir (pero sin desbordar sobre el marco de la tercera Estrella, de este día, mi Hermana Gema) que si realizáis vuestra ocupación, vuestra obligación, vuestra tarea, en ese estado de Alineamiento, en esta Atención, descubriréis que lo que antes, podía pareceros fastidioso y difícil, os aparecerá con la PROFUNDIDAD, ligero y en definitiva, feliz y también Unitario.
Pregunta: ¿con la acumulación de la Luz, se pueden temer perturbaciones exteriores?
Mi Hermana, mientras que exista el temor de lo que sea de exterior, esto es una proyección exterior. La Luz no tiene miedo de ninguna Sombra. La Luz es un estado de ser que transciende el Bien y el Mal: entonces no existe ninguna energía, ninguna conciencia que pueda oponerse al estado de Ser en la Luz. Mientras que exista una concepción así revertida, mientras que exista un diablo en el exterior, o una conciencia que viene a perturbaros, esto no hace más que devolveros a vuestra falta de PROFUNDIDAD y a vuestra falta de Corazón, porque en el Corazón no tenéis nada que temer. ¿Cómo un elemento de la Sombra (u opuesto a la Luz) podría intervenir en aquél que es Luz, en la Vibración del Corazón? Es imposible. Así pues, si en vuestra vida se manifiesta un elemento contrario a la Luz, es que hay una resonancia en relación a esto, en vosotros. Y todo depende también del punto de vista. La Luz no tiene nada que ver con la Sombra. La Luz es Transcendencia y Alegría. Si hay tristeza, si hay oposición, es que no hay Alegría suficiente, es que no hay Corazón suficiente. Sin juzgar, sin culpabilizar lo que sea sino es una llamada a volveros a centrar, es una llamada a vivir el Corazón y no a proyectar, con una mirada separada de lo que sea o de quién sea. No hay enemigo exterior, no hay coacción exterior a la Luz. Es justo el punto de vista de la conciencia el que crea esto. Mientras que estéis persuadidos de que hay una persona, una energía o un trabajo opuesto (o una energía sombra) que se opone a que viváis la Unidad, esto no es más que una proyección. Por supuesto, a un nivel de conciencia (el de la Dualidad), el diablo está omnipresente. Y además, este mundo no está gobernado por la Unidad, si no, ¿qué pasaría? Y bien, es muy simple: seríais multidimensionales ya. No tendríais necesidad de disolver cualquier Ilusión, estaría disuelta totalmente. No existe ningún obstáculo exterior. Mientras que concibáis y creáis esto, funcionáis según el principio de Dualidad y por supuesto, estáis sometidos. Mientras que busquéis el Bien (a través de la Energía, a través de prácticas), os alejáis de la Unidad y del Corazón porque el Corazón (y la Unidad) es un estado de ser. No es una cuestación, no es una búsqueda. Es la aceptación del estado de Ser. Mientras que concibáis la Luz como una acumulación, esto expresa simplemente, una Dualidad. Esto no es un juicio, tampoco es una condena sino que os llama simplemente a definiros en relación a vuestras prácticas, a vuestras maniobras, a lo que tenéis en vuestra vida. Si existe el deseo de expresión de una belleza (bajo la forma de un ritual, de una protección, la necesidad de rodearos de lo que sea que os parezca bello), es que vosotros mismos no sois la belleza. Porque si sois la belleza, si sois el Corazón, ¿en qué habría necesidad de tal objeto para proteger lo que sea o a quién sea? ¿En qué habría necesidad de rechazar qué o a quién sea? Entonces, lo que os he dicho en relación a PROFUNDIDAD, se adapta totalmente a esa clase de situación. Cuando obráis para protegeros, cuando obráis para crear alguna cosa, ¿qué actúa? ¿Quién hace qué? ¿Quién eres tú? ¿Dónde estáis en ese momento? ¿Estás en el Corazón? ¿Estás en la Unidad? Mientras que creáis que vivís la experiencia de que hace falta luchar contra el Mal, para encontrar lo bello, más que cultivar lo bello (no como una oposición al Mal sino en la Unidad y en la Alegría) entonces, en ese momento, os alejáis de vuestra propia Unidad, reforzáis vuestra propia Dualidad. Incluso si los resultados son una cierta forma de tranquilidad, una cierta forma de alivio, porque habéis atrapado al Mal, porque os sentís protegido en un lugar, en un espacio. Pero de hecho, no hacéis más que traducir una falta de PROFUNDIDAD porque aquél que está en la PROFUNDIDAD, está en el Corazón y vive lo que ha descrito Ma Ananda Moyi: ese estado de gozo absoluto del Corazón. ¿De qué podéis tener miedo? Solo en esos momentos es cuando estás completo y Unitario. Todo lo demás solo son proyecciones de miedo, de carencia, de insuficiencia que os impiden haceros la pregunta: “¿quién soy yo?” y “¿dónde estoy?”. Es una forma de derivación creada por la personalidad. Recordad: la Luz es simple, muy simple, la Vía de la Infancia es tan simple que la mente no quiere oír hablar. Entonces creará rituales, creará sistemas de protección, creará ella misma las oposiciones Bien/Mal para justificarse. La Luz no es una justificación. Jamás.
Pregunta: ¿cómo sublimar el sufrimiento del cuerpo?
Hermana mía, es exactamente lo que he expresado. Viene un momento en que el estado de Gracia (la Luz) es tan importante que cualquiera que sea el sufrimiento que afecte este cuerpo, aunque fuera el más terrible, no se vive como una realidad, porque el sufrimiento concierne exclusivamente a la personalidad. No puede concernir al Corazón. Así pues, si tomo mi corta vida, incluso en los momentos en que daba mis últimos alientos, donde el sufrimiento fue terrible, yo no vivía este sufrimiento, yo vivía la Luz. Todo depende también, de dónde situáis vuestra conciencia. Por supuesto algunos Ancianos os han hablado de esto. ¿Sois vosotros este cuerpo? ¿Sois este sufrimiento? Y sin embargo existen razones, que vosotros llamáis psicológicas, para sufrir. A menudo son guarda fuegos pero existe una Transcendencia de la Conciencia y del cerebro, que hace que no seáis afectado por cualquier sufrimiento. Y ese es el caso desde el instante en que os instaláis en el Corazón, en Verdad.
Pregunta: ¿cómo extraerse del sufrimiento para llegar a la Luz?
Como hemos dicho unos y otros, y también los Ancianos, no existe ningún límite hoy, para vivir la Luz (ni de edad, ni de karma, ni de sufrimiento, ni de situación). La única barrera seréis siempre vosotros mismos, pero cuando vosotros estáis a nivel de la personalidad. Aquél que acoge la Luz no lo tiene en cuenta, no como un acto de denegación del sufrimiento o de una situación sino porque el Corazón es la Alegría, porque el Corazón es la respuesta total. Eso quiere decir simplemente, mi Hermana, cuando tú planteas esta cuestión, que tu conciencia está centrada en el dolor y por supuesto, nosotros sabemos todos que el cuerpo nos llama al orden, por su propio sufrimiento. Pero el sufrimiento que se vive, cualquiera que sea, es una Llamada y una invitación a vivir la Luz, porque existe un espacio en ti, como en cada ser humano, en que el sufrimiento no tiene ningún peso, en que el sufrimiento no puede alterar más el estado de conciencia. Y esto no se puede vivir en la negación de un sufrimiento o de un problema sino únicamente en la aceptación del Corazón y la vivencia del Corazón. Sabéis muy bien que ha habido muchísimos místicos o Seres Despiertos que han vivido enfermedades terribles y que, a pesar de esas enfermedades terribles, esos Seres han manifestado el Amor, totalmente. Os remito para esto a nuestra Hermana y Estrella Yvonne Aimée de Malestroit, que ha visto su vida también alterada (sin morir) por enfermedades muy nefastas y que sin embargo manifestaba, incluso signos de esta enfermedad terrible, signos de Gracia, absolutamente increíbles para la personalidad. Tenéis toda la capacidad hoy, cada uno, de transcender cualquier sufrimiento y situación, no por un acto de voluntad, no por un control, sino por un Abandono y sobre todo por el acceso a vuestra propia PROFUNDIDAD. Mientras que para esto no hay técnica. Por supuesto, pueden existir los medios, muy lógicos de calmar un sufrimiento físico o psicológico, sea con los medicamentos, la energía o las oraciones poco importa. Pero si estáis afectados durante este periodo, por alguna cosa concreta, recordad que hay en relación a lo que vivís, una invitación a la Luz. Y si respondéis a esta invitación, constataréis vosotros mismos que la Gracia de la Luz ha actuado en vosotros y que, incluso si el cuerpo está afectado no sois ya este cuerpo y sobre todo no sois este sufrimiento ni esta limitación. Esto es válido para el cuerpo como para lo psicológico pero es necesario verdaderamente Abandonaros a la Luz e ir hacia vuestra propia PROFUNDIDAD. Mientras que permanezcáis en la superficialidad de la personalidad y en la queja y el sufrimiento, no podréis vivir esto. No hay estrictamente nada de este mundo, de vuestro karma, de vuestro entorno, que pueda oponerse a la Luz. Solamente hay vuestras propias resistencias. Mientras por supuesto, es muy duro de aceptar que nada viene del exterior y que todo en definitiva, solo puede provenir de sí mismo porque no hay malvados fuera. Solamente una mirada que os hace creer esto y esa mirada es la que existe en la superficialidad, en la personalidad. No hay otro enemigo que el que sois vosotros. Podéis estar perfectamente bien en vuestro Corazón y vivir en este mundo, en la Alegría. Pero mientras que no sea el caso (mientras que creáis que hay un verdugo, mientras creáis que hay una enfermedad, mientras creáis que hay un virus, mientras que creáis que estáis sometidos a un malvado, mientras que creáis que el mundo está mal hecho), incluso si es muy lógico no estar bien en este mundo (eso sería por cierto un signo terrible, el estar perfectamente bien en este mundo) oscilaríais permanentemente, de un estado a otro. El fin de la Luz, una vez más, es vivir el estado de Ser permanente, de la Luz. Es este el aprendizaje que hacéis. Tenéis muchos ejemplos (como he dicho, de místicos) que han tenido enfermedades terribles y sin embargo ¿sufrían? Mientras que para lo que se llama el común de los mortales, el sufrimiento era intolerable. ¿Qué es lo que diferencia? ¿Es una diferencia de conformación de los circuitos neurológicos? No. Es simplemente una diferencia de conciencia.
Pregunta: ¿hay una relación entre la PROFUNDIDAD y el silencio?
Sí. La PROFUNDIDAD es silencio porque penetrar en la PROFUNDIDAD, es hacer callar todo lo que viene de los sentidos. Es sumergirse de alguna forma, en la vacuidad y lo lleno, al mismo tiempo. La PROFUNDIDAD que precede a la UNIDAD, es precisamente, ese Silencio. Es el momento en que todo parece como pararse o suspenderse. Por supuesto, el silencio de los sentidos, el silencio de los pensamientos, de las emociones, de los sufrimientos, es indispensable. Y no es luchando contra el sufrimiento, no es luchando contra los sentidos, como se les hace callar, sino siendo Luz. Esto os invita a un cambio de mirada sobre vosotros mismos. Es exactamente lo que yo decía con: “¿quién soy yo?” y “¿Dónde estoy?”.
Pregunta: ¿podría definir la palabra Pobreza?
La Pobreza de la que hablo, Hermana mía, no es la pobreza del dinero sino la Pobreza de la mente. Es el que acepta no poder explicar nada, no poder comprender nada, porque toda la conciencia está centrada en el Ser. Entonces en ese momento, hay Pobreza. Hay que aceptar para esto, deshacerse de todos sus pesos, de todos sus conocimientos, en el espacio de ese instante. Hacerse Pobre, es volverse como un niño. El niño que se centra idealmente, en lo que vive en el instante presente. Es ser capaz de vivir el instante, sin ser afectado por una emoción, ni por el cuerpo, ni por la mente, ni por cualquier conocimiento. Es el momento en que la Luz es tan evidente que no hay ya necesidad de reflexionar sobre la propia percepción que se vive. Es el momento, por cierto, en que la percepción de los sentidos desaparece. La Pobreza es esto. Es el momento en que aceptáis plantar todos los bagajes. Es el momento en que aceptáis rendir las armas, sin ninguna excepción. En ese momento, la Puerta Estrecha llamada OD, se franquea. La PROFUNDIDAD os invita a ir hacia OD, porque os extrae de todo lo que es rico. Os extrae de todo lo que no es Simple y de todo lo que no es Humilde. La Luz es Simple. La Luz es Humilde porque no tiene ninguna pretensión en esta Ilusión (en esta Maya, como dicen nuestras Hermanas orientales). Es el Cristo que os decía: “mi Reino no es de este mundo”, “vosotros estáis en este mundo pero no sois de este mundo”. Es todo un conjunto de frases que han sido pronunciadas, en muchas épocas, cualquiera que sea la cultura, cualquiera que sea la sociedad. Es a esto a lo que os invita la Pobreza. Es efectivamente deponer las armas, aceptar que no hay búsqueda, aceptar que no hay conocimiento que os conduce y que pueda conducir al Corazón, porque todo conocimiento manifestado a través de lo que se ha llamado las leyes del alma, a través del esoterismo, os aleja del Corazón. Por supuesto, esto os va a reforzar en vuestra personalidad, va a ampliar este conocimiento espiritual, vuestra impresión de dominar vuestra vida, de controlar vuestra vida, de comprender los pormenores, comprender el karma, comprender la reencarnación, las relaciones entre los seres. Pero esto sigue siendo, como decía Ma Ananda Moyi, exclusivamente horizontal pero nunca será vertical. Ser pobre, es aceptar y reconocer esto. De esta forma (y es la única), vivís la Luz. Antes solo hay la Ilusión de la Luz.
Pregunta: ¿si se siente que la personalidad no llega ya a nada, no sería mejor dejar todo y esperar?
Efectivamente vosotros sois cada vez más, como se ha dicho, en vivir esas inmersiones en la Luz. No podéis hacer nada más. Solamente podéis Ser. Entonces, en ese momento, hay que seguir efectivamente las líneas de menor resistencia y seguir lo que la Llamada de la Luz os pida. Pero lo que yo expresaba concierne a aquellos que son todavía, como he explicado, en una cierta forma de actividad, por sus responsabilidades, por sus ocupaciones. Todo es posible y todo puede ser considerado. Aquél en que la Llamada de la Luz es más Intensa, efectivamente, no puede hacer nada más. Esos seres, esos Hermanos y Hermanas, pueden pasar horas inmersos en la Luz, en el Sí, un poco como Ma Ananda Moyi. Era evidentemente, imposible para nuestra Hermana Ma, realizar algunas tareas o incluso comer, simplemente. Ella era alimentada por otros. Pero vosotros no estáis en ese mismo estado, no estáis todos en la misma fase, entonces hace falta efectivamente, respetar lo que os pide la Luz. Para cada uno, es diferente.
Pregunta: ¿si se tiene mal de sentir las Vibraciones, no hay interés de dejar eso también?
Si la Luz no os pide por la Vibración y por la conciencia que tenéis, dejar vuestras actividades, ¿por qué tendríais que dejar lo que estáis haciendo? Quizá para vosotros la vida consiste precisamente en realizar lo que estáis haciendo. Cada camino de cada Hermano, de cada Hermana es muy diferente. La PROFUNDIDAD es precisamente el medio de responder a esta cuestión. “¿Qué soy yo?” y “¿dónde estoy?”. Porque en un momento dado, si aceptáis esta PROFUNDIDAD, lo que se transparentará en vosotros, es justamente el impulso de la Luz y no ya el impulso de la personalidad. Ahora, acordaros también que cada conciencia tiene un devenir diferente. Recordad también lo que decía el Comendador (ndr: Omraam Miguel Aivnahov): “si no vivís la Vibración, quizá la viviréis en el límite extremo”. Quizá para vosotros precisamente, hay que dejar de hacer lo que hay que hacer en vuestra vida, aunque esto no os guste. La Humildad también es eso. Es aceptar lo que la Luz os propone vivir o no vivir. La única certeza que podéis tener en relación a esto, es justamente entrar en vuestra propia PROFUNDIDAD porque la Unidad y la Vibración de la Alegría de la Unidad se encuentran en esa PROFUNDIDAD.
Pregunta: ¿puede hablarnos del simbolismo de la rosa?
Hermana mía, hablarte del simbolismo de la rosa nos alejaría de la PROFUNDIDAD y del Amor, porque eso te remite a una actividad mental, a una necesidad de vincular las cosas a nivel mental, lo que se llama por cierto, el símbolo. El símbolo (lo que une), el diablo (que es su opuesto, lo que separa), se sitúan irremediablemente a nivel mental y de la personalidad. La rosa es mi símbolo, es decir que es el signo de mi manifestación, a partir de dónde yo estoy, para las almas que yo toco. Esto es lo único que puedo decir porque es mi símbolo y mi Presencia. Pero hablar del simbolismo de la rosa, de una forma general nos alejaría de nuestro propósito. Pero efectivamente, antes de partir lo que dije es: “yo pasaré mi Cielo haciendo el bien para la Tierra” y esto se manifestaría, de todas las formas posibles, por la rosa: sea su olor, sea la rosa real, sea una tarjeta postal, que sea un nombre, poco importa. Pero es mi signo y mi símbolo porque para mí, la rosa está ligada a María, más allá del lirio. Porque la rosa era ya para mi, el símbolo de la perfección y la profundidad de la vida. Entonces, la rosa está omnipresente en muchas sociedades particulares, en muchos pueblos occidentales. Entonces no iré más allá de mi propio símbolo de manifestación, que es simplemente el signo de mi Presencia, para aquellos que me han llamado o para aquellos que yo he llamado. Yo entiendo por esto, aquellos con los que yo he podido entrar en comunicación o en Comunión por el Canal Marial. Y antes de la constitución de este Canal Marial, son los Hermanos y Hermanas que se han sentido irresistiblemente llamados, de una manera o de otra, sea por mis escritos, sea por venir a verme en las memorias de mis vidas (y de mi vida pasada, sobre todo) o que de una forma o de otra, han pensado en mi, más allá de cualquier noción o religión. Hay una multitud de Hermanos y Hermanas que se han despertado así, una mañana, con mi nombre, mi Presencia. Es mi forma de llamar a algunos seres. Esta llamada ante todo, una llamada que yo calificaría, si se puede llamar así, espiritual. Y es una llamada que no es una invitación a una búsqueda sino más bien, a comulgar conmigo y con la Luz, de diferentes formas.
No tenemos más cuestiones, os damos las gracias.
Hermanos y Hermanas, doy Gracia a nuestra Comunión, a vuestras cuestiones, a vuestras preguntas. Terminaré con estas palabras: el Amor es simple: todo lo que no es simple no es el Amor. El Amor es evidencia: todo lo que no es evidente no es el Amor. Cuando hay complejidad, en vuestra vida o en vuestra cabeza, no hay Amor. Esto es una invitación profundizar más en quienes sois, en dónde estáis. No hay ningún juicio, no habrá jamás ninguna condena de la Luz. Solamente hay una bondad que está aquí, ahora, de manera cada vez más apremiante y que espera simplemente, que os volváis hacia Ella, que os Abandonéis a Ella, para vivir la Alegría. Hermanos y Hermanas en la carne, os lleno como vosotros me llenáis. Vivamos la Gracia. Adiós.
... Efusión Vibratoria...
Original en francés.
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: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milán
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