Muchas veces las
personas van buscando placeres de todo tipo para crear una satisfacción en sus
vidas, por no saber otra forma de encontrar un equilibrio o aceptación dentro
de ellas, desconociendo cómo vivir la vida en general.
Los placeres son de toda índole desde sexo, drogas, alcohol, comida, cigarros y cualquier
objeto que pueda portar una forma de aceptación a la existencia de la vida.
Y muchas veces se
va perdiendo o desando tener más de aquello que alguna vez le dio un tipo de “bien
estar” llamado placer, pero nunca vuelve a tener el placer de la primera
experiencia y va perdiéndose en la búsqueda de encontrar sentido a lo que le está
sucediendo.
Pero al no darse
cuenta que en esos placeres se está perdiendo y creando una atadura llamada “cárcel”,
que a veces difícilmente se puede salir de ahí, y va justificando por medio de
mentiras a sí mismo que lo que vive es un medio para ser feliz, en donde
algunas personas no llegan a darse cuenta que esa forma de conducirse en
realidad la está conduciendo y provocando la ansia de existencia.
Existiendo
diferentes tipos de encerramientos o cárceles, no solo a través de los
placeres, también al permitir no ser valoradas en los sitios en donde se
encuentran o aceptando condiciones de vida que no llegan a tener un significado
grato para sí mismas.
Por todo ello es
que cuando dejes de tener que buscar una satisfacción fuera de ti, creyendo que
las personas o cosas son las que te darán el beneficio que buscas y te des
cuenta que el principio de ser libre es el conocimiento de sí mismo, por medio
de los sentimientos de bienestar y malestar que vives y a través de ellos
puedas reconocer a primera mano que tipo de persona eres y que es lo que te
gusta y que es lo que no es de tu agrado, podrás identificar las cosas gratas
para ti, como las personas que son afines a lo que a ti te agrada.
En el mundo
existen infinidad de personas y personalidades que podrían ser afines a tus
gustos y formas de ser y pensar, de acuerdo a ello y sabiendo que tipo de
persona eres, sabrás que podrás tener placer al tomas una copa de vino o
alcohol sin perderte en la apariencia de encontrar el placer por medio de estímulos
externos, en cambio sabrás disfrutar de tu alegría, presencia, del lugar donde
te encuentras, de las personas con las
que compartes sin que las cosas externas en forma de la ilusión del placer te
traigan una alegría ficticia.
La diferencia
radica en que al tomar el tiempo de conocerte podrás realmente reconocer que el
placer viene de un sentir interno, que el disfrutar algo agradable para ti, será
desde el conocimiento de lo que te agrada y que es algo que no atrae un encadenamiento
a sentirte bien con ello, sino simplemente es algo que puedes adquirir o dejar
de adquirir y no por ello estas creando una necesidad, de que sin ese objeto no
puedes lograr el sentirte bien y disfrutar de la vida.
Porque el
aprender a disfrutar la vida es un acto en consciencia que se adquiere con el
conocimiento de sí mismo y a través del sentir, observar y transformar lo que uno
no desea sentir a lo que desea sentir y ser. Y este conocimiento se va
adquiriendo durante toda la vida, porque al ser personas que constantemente
tenemos una evolución, no solo física, sino emocional, intelectual, hormonal,
debemos ir reconociendo los sentimientos, síntomas y deseos en cada etapa del
trayecto de la vida. Por todo ello es que la vida es una constante transformación
y reconocimiento de tu sentir y proyección a estados de paz, amor y aceptación a
uno mismo, para que desde hay podamos vivir la vida de la mejor manera que
podamos brindarnos.
Tu capacidad de observación
a todos los procesos de tu sentir, es la herramienta que tienes para saber qué
aspectos de tu vida están cambiando y transformándose, y desde ahí poder vivir
la vida lo mejor que puedas, sin que por ello tengas que adquirir elementos externos
para ser feliz, ya que tu eres el mejor instrumento para sentirte bien contigo
y recreando pensamientos y una transformación continua en el sentir de la vida.
A todo eso se le llama tu amor.