Son dos aspectos
diferentes de concebir la vida, pueden estar los dos aspectos en el transcurso
de la vida o solo tener uno.
El conocimiento
es todo aquello que has adquirido por medio del estudio, la ciencia o
información que tienes a través de un libro, tratado, documental, película,
etc.
La sabiduría es
aquella que viene de tu ser y es la que te da el interior, no todos tienen
acceso a esta información, sobre todo si han puesto como prioritario los conocimientos.
En los
conocimientos son el trayecto que te ha marcado la sociedad, familia, escuela,
amigos para encajar en la vida en sociedad o para ser parte de los círculos en
los que te desempeñas.
La sabiduría va
más allá de esa información y a veces puede parecer que se opone a la
información adquirida. Es un aspecto intrínseco de la vida y es parte de tu ser
o espíritu, todo niño nace con él y dependiendo de la familia o de la personalidad
con la que se nace, es que permanece o no en la vida.
Actualmente
existen papas que respetan la forma de ser de los hijos sin imponer la voluntad
de las creencias que tienen, en cambio van conociendo y reconociendo a los
hijos y los dejan ser, sin que por ello se aparten de los aspectos importantes
de la vida como son el respeto, amor, valores que pueden trasmitir los adultos
al niño.
Anteriormente, se
veía que las personas más sabías eran las personas mayores que habían recorrido
un largo camino en la vida y que las experiencias les habían traído la
sabiduría de la vida. Ese es simplemente un aspecto de sabiduría, que es a través
de las experiencias, pero encontramos otro tipo de sabiduría que va relacionado
con la existencia del individuo desde que nace. Es la sabiduría de la
existencia.
Toda persona nace
con esta sabiduría y un aspecto de ella es lo que se conoce como
presentimientos, un sentimiento de advertencia o el saber estar tranquilo en
cualquier trayecto de la vida, otro aspecto es la paciencia, en donde se sabe
que para saber vivir en este mundo vertiginoso se necesita hacer uso de ella en
reiteradas ocasiones para poder vivir la vida de una forma más armoniosa.
La sabiduría de
cada persona puede cambiar de un individuo a otro, radica en que todo el sentir
y conocimiento adquirido desde la fuente de la vida te dará aspectos para
observar, sentir y tomar las decisiones más adecuadas para obtener las mejores
herramientas en decisiones y acontecimientos en procesos de existencia.
A veces podemos
estar en lugares o situaciones difíciles, pero has caso a la sabiduría de tu
existencia llamada la voz interior para que tu sentir sea lo mejor que tengas.
Uno de los
aspectos que sirven también es platicar de lo que nos pasa de una forma
objetiva y si alguien ha pasado por ese aspecto de la vida que estamos viviendo
nos comparta de que hizo y que resultados obtuvo, un libro también trae alguna
experiencia de alguien, porque todo lo que nos sucede en la vida, existe alguna
otra persona que ya vivió o está en la misma situación o bien al pasar ese
episodio de la vida, podremos conocer personas que están a punto de atravesar
por lo que nosotros pasamos y nuestra experiencia o sabiduría podrán acompañar
a los otros en ese camino, ya sea para que se sientan acompañados o puedan
tomas decisiones que anteriormente no habían previsto. Todas esas experiencias
de la vida también son la sabiduría que vamos adquiriendo.
Todas las
personas pasamos por experiencias que hacen que nuestra creatividad y amor a la
vida se ponga en movimiento para salir adelante. Los amigos, parientes a veces
nos acompañan y otras veces no, pero, siempre recuerda que en la vida y dentro
de nosotros existe el poder de salir adelante y transformar la vida en mejores
aspectos.
Actualmente
debemos acompañarnos un poco más y dejar de dar valor a aspectos de la vida que
están alejando a las personas y volver a reunirnos para acrecentar la sabiduría
de unos a otros, porque un aspecto importante del ser humano es trasmitir las
experiencias, el estar presente con los demás y tener conocimiento que todos
somos parte de la existencia de la vida y acompañarnos nos ayuda a incrementar
nuestra sabiduría y sabernos queridos.