La avaricia, uno de los mayores contenedores que tiene el ser
humano.
No se limita a su raza, color, educación, territorio, norma social,
ideología…etc.
Está en todas las conciencias que desean tener más de lo que pueden
gastar y poseer.
Es avaro el que roba a grandes escalas como el que roba a menor
escala.
En ambos lados de la moneda se justifica la acción que realiza,
pensando que está protegiéndose o protegiendo a los suyos.
Es una de las energías más dañinas del planeta, traspasa fronteras
y no tiene límite.
Solo se puede dejar de tenerla cuando el hombre haga conciencia del
daño que se hace a sí mismo como a los demás.
En ese afán de obtener, va en contra de su salud y existencia, dándose
cuenta, a veces del daño que se ha ido construyendo a sí mismo.
Este mal que rodea el planeta en muchos sectores de la vida, es el
que pondrá fin a la existencia de todo lo creado.
Pues en ese andar despavorido arrasa con todo sin darse cuenta que
en el todo se encuentra él mismo.
Cuando en el afán de poseer ya no tenga que poseer, más que las
enfermedades o carencias que creo que iban aparejadas con el desdén de
arrogancia, se dará cuenta que nadie tiene la cura para su mal.
Por estas circunstancias es que tantos ancianos no mueren, y su
conciencia que sabe todo lo que hizo, muchas veces prefiere podrirse en vida
que morir. Muchos de los ancianos viven en estas situaciones, en donde los
hijos ya no desean velar al moribundo que aún con vida no les sirve, pues la lección
la aprendieron bien.
El anciano o anciana abandonado que se encuentra solitario en su casa
porque los hijos siguen sus enseñanzas.
Los cuidadores que desean cuidar al anciano para que en su avaricia
vean que roban.
Y es así como por siglos la historia se repite sin que el humano
entienda nada.
Si las
guerras fueran la solución a los conflictos, estos ya se hubieran arreglado.
Lo único que han enseñado las guerras es que no sirven. No sirven
ni entre países, personas, familias, amigos… pues la guerra no está imbuida de
amor.
Es por eso que la decadencia de la humanidad aparece en varios
territorios.
Cuando el ser humano comprenda, entienda y viva que en la compasión
y acompañamiento no morirás de esa forma, no tendrás guerra con los demás y no tendrás
miedos. Solamente así comprenderá que el amor es la única fuerza que pueda
hacer que vivas de una forma diferente.
Que a cualquier edad de la vida podrás ser tratado con amabilidad,
respeto y tolerancia.
Cuando la humanidad verdaderamente entienda las delicias que
existen en vidas de armonía y amor, volteara sus acciones a situaciones de más
acompañamiento.
Entonces hay el hombre realmente estará dando un paso para su evolución.
Pero esto no se aprende en casa, escuelas, sociedades, se aprende
desde el interior de un sentir en armonía, reconociendo que él es la fuente
creadora de todo lo que existe y es.
En ese instante la muerte no estará velando en miedo al individuo.
La enfermedad se reducirá y la calidad de vida será eso tan deseado.
Cuando el ser humano realmente lo desee vivir, transformara su
vida.
Cosechara amor, estar bien, planeta sustentable, y armonía desde
que amanece hasta que anochece y sus noches serán tranquilas.
Esto será
cuando el hombre desee tomar las riendas con valor y amor a la vida.
Y eso solo se crea en el ahora, no el que se dice, sino el que se
vive y se hace.