Antes de morir, hija mía quisiera estar seguro de haberte enseñado…
- A confiar en tu fuerza,
- A enfrentar tus miedos,
... - A entusiasmarte con la vida,
- A pedir ayuda cuando la necesites,
- A permitir que te consuelen cuando sufras,
- A tomar tus propias decisiones,
- A ser amiga de ti misma,
- A disfrutar del amor,
- A no tenerle miedo al ridículo,
- A darte cuenta de que mereces ser querida,
- A hablar a los demás amorosamente,
- A decir o callar según tu conveniencia,
- A superar la adicción a la aprobación de los demás,
- A no absorber las responsabilidades de todos,
- A ser consciente de tus sentimientos y actuar en consecuencia,
- A no perseguir el aplauso sino tu satisfacción con lo hecho,
- A dar porque quieres, nunca porque creas que es tu obligación,
- A aceptar tus limitaciones y tu vulnerabilidad sin enojo,
- A no imponer tu criterio ni permitir que te impongan el de otros,
- A decir que si sólo cuando quieras y decir que no sin culpa,
- A vivir en el presente y no tener expectativas,
- A tomar más riesgos,
- A trabajar para sanar tus heridas viejas y actuales,
- A tratar y exigir ser tratada con respeto,
- A planear para el futuro pero no vivir en él,
- A valorar tu intuición,
- A hacer de la comprensión y el perdón tus prioridades,
- A aceptarte así como eres,
- A no mirar atrás para ver quién te sigue,
- A crecer aprendiendo de los desencuentros y de los fracasos,
Jorge Bucay