Jeshua canalizado por
Pamela Kribbe 2013 – www.jeshua.net
Traducción del inglés
por Sandra Gusella
Queridos amigos,
Soy Jeshua. Los saludo
a todos con sinceridad. Estoy aquí con mi corazón pleno. Quiero compartir con
ustedes, porque ustedes son mis hermanos y hermanas y siento una profunda
afinidad con ustedes. No soy ni superior ni más que ustedes, somos uno.
Nos embarcamos juntos
a plantar la semilla de la energía Crística en la Tierra, una semilla que con
el tiempo lentamente crecería y brotaría a una flor totalmente madura. En esta
época en la Tierra culmina este viaje. Es el momento en el cual muchas plántulas
comienzan a desarrollar, y de muchas maneras ustedes son las flores en ciernes.
Juntos formamos una unidad, un colectivo de almas quienes se dedican al
nacimiento de una nueva conciencia. Entonces no me vean más como a un maestro
por encima de ustedes, sino como a un amigo quien los sostiene de la mano y
quiere compartir con ustedes su amor, porque yo los amo profundamente.
Ustedes desean
intensamente el amor. Lo buscan en las relaciones con los demás, y también a
través de la conexión con lo divino. Pero en verdad lo que están clamando yace
dentro de ustedes; es su propia naturaleza divina, la parte de ustedes que es
una con la alegría y el amor incondicional. Cuando experimentan esta parte
vuestra, se siente como volver al hogar. Todo lo demás en vuestras vidas se
vuelve fácil, liviano y alegre. Son uno con ustedes mismos y no necesitan nada
fuera de ustedes para sentirse bien. Son una unidad por sí mismos – y aun así
se sienten conectados con todo lo demás de un modo íntimo y profundo.
Lo que es paradójico
acerca de las relaciones es que ustedes sólo pueden estar íntimamente
conectados con otra persona si son capaces de abrazar la unidad dentro de
ustedes mismos. Si están listos para aceptarse, con las cargas del pasado, con
vuestros altibajos – entonces hay espacio para otra persona con su
individualidad única. Entonces ya no están usando a la otra persona para volver
al Hogar. En cambio, comparten el Hogar que llevan dentro de su corazón con la
otra persona. Esta clase de relación pasa a ser una celebración conjunta, un
compartir, y es una relación sanadora, ya sea con una pareja, con un amigo, o
un hijo; no hay ninguna diferencia esencial. Sin embargo, las relaciones de
amor – relaciones de pareja – son las relaciones que más piden de ustedes. Los
tocan profundamente y agitan profundas emociones, porque ellas parecen sostener
la promesa de volver al Hogar como ninguna otra relación lo hace.
Antes de hablar acerca
de las relaciones amorosas, quisiera recordarles que el Hogar que ustedes
añoran, esa unidad original de la cual ustedes nacieron como un alma, no está
lejos. Pueden decir que en el reino del tiempo fue hace muchísimo tiempo que
iniciaron su partida, simbólicamente hablando, del Paraíso. Cuando ustedes
tomaron su propio camino como un “alma en un cuerpo” y eligieron una cierta
forma en la cual manifestarse y someterse a experiencias y visitar diferentes
lugares en el universo.
Cuando nacieron como
un alma individual y emprendieron vuestro viaje, ustedes renunciaron a esa
unidad primordial, la cual pueden imaginar como un cálido manto de luz y amor
que era tan familiar para ustedes. Una unidad donde siempre sentían la
presencia segura de un Padre-Madre-Dios, y entonces nunca tenían miedo de estar
solos o de ser rechazados. Estos conceptos “negativos” ni siquiera estaban en
vuestra comprensión, y sin embargo un poder arquetípico estaba trabajando en
Dios quien les dio a luz desde el útero de esta unidad Padre-Madre-Dios.
¿Cuál fue el propósito
de ese nacimiento? ¡El que todos pudieran llegar a ser dioses independientes!
El que ustedes mismos pudieran convertirse en el punto de partida de una fuente
Padre-Madre-Dios de calidez y amor desde la cual una infinidad de seres fuesen
creados y emergiesen. Pero la despedida en el comienzo llegó a ustedes como una
conmoción. Se dieron cuenta de que con esta separación de la unidad venía el
conocimiento de que para verdaderamente experimentar el proceso de evolución,
no podían saber nada de antemano. Comprendieron que sólo podían separase de la
unidad primordial siguiendo únicamente su propio camino como un alma
individual, quien por primera vez se familiariza con el miedo, la desolación y
la oscuridad de no saber y no comprender.
Ustedes aún acarrean
esa experiencia original de desolación y soledad, la cual puede surgir muy
fuertemente en la arena de las relaciones amorosas. Pero antes de abordar esas
relaciones, quiero recordarles que tienen la posibilidad de experimentar esa
conexión primordial en todo momento. Cuando se duermen sin sueños, ustedes
dejan vuestro cuerpo y se conectan con la fuente más profunda de la cual
vienen, con Dios, si quieren llamarlo así, o con vuestro núcleo más profundo:
esa parte vuestra que nunca deja el Paraíso y aún está ahí. Aunque lo dejaron
hace billones de años, la unidad aún está dentro de ustedes; es una parte
inalienable de vuestra conciencia. Durante la noche, si vuestra mente no está
demasiado activa y se rinden al sueño y a los reinos no físicos a los que
entran, entonces, a medida que dejan vuestro cuerpo, asimilan esa Fuente y de
este modo se refrescan. También en vuestra vida diaria, pueden establecer la
conexión con esta realidad del espíritu divino, de la cual son una parte
íntima. Volviéndose muy serenos, pueden sentir esa presencia aquí y ahora. Los
invito a sentir cómo juntos, como uno, todos nosotros constituimos una parte de
ese rostro original de Dios.
Imaginen que en el
medio de vuestro pecho, en vuestro chacra del corazón, hay un cristal
brillante, hermoso. Imagínenlo ahí y sientan su poder: un cristal puro, claro
en el cual todas las caras simultáneamente reflejan vuestras numerosas
experiencias. Este corazón de cristal también está conectado con todo lo que
los rodea. Los sentimientos que reciben de los demás pueden ser reflejados por
este cristal, y así al recibir sus estados de ánimos y emociones a través del
cristal, llegan a comprender a los demás. Desde este corazón de cristal ustedes
comprenden las experiencias de los demás: sus penas y decepciones son claras
para ustedes.
Este corazón de
cristal está conectado a los corazones de todos los seres vivos, porque todos
somos uno. Y sin embargo ustedes también pueden sentir que este corazón, que
llevan en vuestro pecho, les pertenece: es vuestro corazón del alma. Sientan
cómo ambos aspectos van juntos. Están conectados a nivel del corazón – un campo
horizontal que los conecta con todo lo que está vivo – de modo que no hay
separación ya que todos somos uno. Sin embargo ustedes también son “uno”,
queriendo decir que ustedes son ustedes, y nadie más es exactamente como
ustedes. Son un ser individual y hay una línea vertical que los conecta
directamente con vuestra Fuente, con Dios. Están en este cuerpo físico, el cual
es el portador de vuestro corazón, vuestra propia pieza de la conciencia de
Dios.
Sientan la inmensidad
de este cristal: la conciencia infinita que les pertenece y aun así puede ir a
donde quiera. No está atada a este cuerpo, aunque ahora está en este cuerpo,
temporalmente, pero es una energía tan vasta que finalmente no está atada a
ninguna forma. Ustedes son esta conciencia; han traído una pieza de la fábrica
divina del Padre-Madre-Dios con ustedes aquí a la Tierra. Están enteros y
completos dentro de ustedes mismos, y son los guardianes de este corazón de
cristal. Recuerden esto, mientras ahora examinamos el tema de las relaciones
amorosas.
Cuando ustedes se
enamoran de otra persona, a menudo se vive una experiencia intensa de encanto
al comienzo de la relación. Parece como si algo se abriera dentro de ustedes,
algo que estuvo mucho tiempo escondido y que sólo puede ser descubierto por la
mirada de ese otro. Las demás personas no parecen ver ese “algo” dentro de
ustedes, pero vuestro ser amado despierta la belleza desnuda de quienes son.
Regresa vuestra pasión y entusiasmo por la vida, se sienten vistos y amados, y
van a experimentar vuestra propia profundidad – vuestra maravilla. Eso es lo
que ustedes experimentan en la infatuación. Y aunque parece tener que ver con
el otro, en realidad tiene que ver con ustedes, con lo que el otro evoca dentro
de ustedes, lo cual es delicioso, ¡un milagro! Sólo entonces parecen estar
despiertos y sentir cuánto tienen para dar y cuánto pueden ser amados.
En ese momento, las
personas usualmente se intoxican con la admiración y la maravilla de esta
infatuación que experimentan, y se atan ciegamente a la persona que despertó
este sentimiento dentro de ellos. Ella o él tiene la “varita mágica” en sus
manos, y lo que al comienzo llevó a una revelación, y a un sentimiento amoroso
hacia ustedes mismos tanto como hacia el otro, gradualmente lleva a perderse de
uno mismo, ya que se vuelven totalmente enfocados en el otro.
Entonces comienza una
batalla con el otro. Ustedes querrán poseer la parte de ellos que los hace
sentir tan bien. Y el otro a manudo hace lo mismo con ustedes, y ambos se van
confundiendo inmensamente por esta lucha de tirar de la cuerda. De esta manera,
lo más elevado que pueden darse uno al otro finalmente saca lo más bajo, a
saber, los celos, la dependencia y las luchas de poder. Ésta es una caída
extremadamente dolorosa que casi todos han experimentado en su vida.
¿Cómo sucede esta
caída? Hay dos partes dentro de ustedes. En ese corazón de cristal que
describí, hay un amor en ustedes que puede ver al otro exactamente como él o
ella es, y que puede experimentar la belleza que hay ahí. Desde este espacio en
vuestro corazón, pueden entrar a una conexión constante y equilibrada uno con
otro, en la cual ustedes reconocen lo divino en cada uno y en la cual además no
pierden de vista lo humano en cada uno. Ustedes le permiten al otro su dolor,
su desconfianza, sus decepciones y su resistencia.
Pero en vuestro
vientre hay otra energía en juego, algo que puede ser muy fuerte, una fuerza
destructiva en la infatuación. Yo llamo a esta energía el niño interior
abandonado, quien lleva dentro un dolor muy fuerte y profundo que va hacia
atrás a ese dolor original del nacimiento cósmico de dejar la unidad
Padre-Madre-Dios. Este niño también despierta cuando ustedes se enamoran, y
este niño tiene muchas emociones que pueden oscurecer vuestro corazón. Estas
emociones pueden envolver al corazón de cristal y nublar el hecho de que ustedes
son la fuente de la delicia y dicha que experimentaron en las etapas iniciales
del amor romántico. Esos sentimientos tenían que ver con ustedes y el espacio
que ustedes se dieron a sí mismos, lo cual se hizo posible por el otro, pero
aun así tiene que ver con ustedes.
Sin embargo, el niño
en ustedes, quien está dolido y clamando por la atención, el amor, y el
reconocimiento que ha perdido hace tanto tiempo, puede estar tentado a tomar
del cuello a su pareja; quiere agarrarse a toda costa para obtener por sí mismo
lo que le falta. De este modo, el niño y el corazón de cristal pueden
terminar en dos lados opuestos. Lo que al principio parecía ser muy hermoso, se
vuelve una relación destructiva donde van a pelear uno con otro y a entrar en
una lucha que nadie quiere, pero que de todos modos sucede.
En el momento en que
la magia amenaza con desaparecer, ustedes pueden llegar a desesperarse. A toda
costa quieren aferrarse a su pareja, porque alguna vez sintieron una sensación
de amor absoluto con esa persona. Van a pelear para agarrarse de ellos, y
vuestros viejos dolores, vuestras emociones de ira, de miedo al abandono,
incluso odio, pueden entrar en jugo. Incluso entonces es muy difícil soltar a
la otra persona, porque serán movidos por un recuerdo de cuán bueno fue cuando
todo estaba en armonía.
En esta etapa es muy
importante que sepan cuándo soltar. En el momento en que sienten que vuestra
relación entra en una espiral descendente, y que van a acusarse y a culparse
uno al otro, es momento de dar un paso atrás. Pueden hacerse tanto daño uno al
otro, precisamente porque se han tocado uno al otro tan profundamente, y ese
dolor es difícil de curar.
Entonces atrévanse a
dar un paso atrás cuando sientan que están fuera de control, que están siendo
arrastrados por emociones que les impiden acercarse a vuestra pareja con un
corazón abierto. Pueden sentir un profundo miedo a ser abandonados, o justo lo
opuesto: un miedo a conectarse tan profundamente con alguien que se pierden en
eso. Puede haber otras emociones tales como la ira o los celos, pero lo que es
importante es que se den cuenta de cómo las emociones más intensas tienen que
ver más con ustedes que con la relación. La relación dispara las emociones,
pero ellas mismas derivan de causas más profundas.
Lo que importa ahora
es que ustedes se vuelquen hacia el niño interior herido y abandonado, quien es
la causa real de su desequilibrio emocional. Hacer esto no es responsabilidad
de vuestra pareja. Y ustedes tampoco son responsables del niño interior de
vuestra pareja. Hacer a alguien más responsable de su dolor y esperar que ellos
lo sanen lleva a una enorme confusión en las relaciones.
Entonces, ¿cómo pueden
ver cuando la relación, la cual inicialmente fue una unión amorosa, está yendo
mal y se está volviendo desequilibrada? En realidad, hay signos claros, y una
de las formas de descubrirlo es hacer un ejercicio simbólico con su niño
interior.
Imaginen que en este
momento están parados frente a vuestra pareja. O tomen a alguien que sea muy
importante para ustedes, si actualmente no tienen pareja, y permitan que su
niño interior se pare a vuestra izquierda. Simplemente imagínense como un niño
en algún lugar a la edad de diez años, y quédense con ese niño a vuestra
izquierda opuesto a vuestra pareja. Ahora vean cómo responde el niño a vuestro
ser querido. Observen la primer reacción de ese niño. Pregúntenle al niño:
“¿Qué te atrajo a él o a ella? ¿Qué encuentras tan irresistible? ¿Qué fue lo
que tocó tu corazón, qué te fascinó? Y luego pregunten: “¿Cómo te sientes
ahora?”.
¿Le sucedió algo a esa
cualidad original? ¿Aún puede el niño sentir ese amor? En una relación
sanadora, esa cualidad única aún está muy presente. Aún los alimenta, aún los
abriga, mientras que al mismo tiempo vuestra pareja ha adquirido una forma más
humana, con sus propios problemas y altibajos. Sin embargo, algo de esa magia
original aún está ahí, y debido a esa magia, los problemas pueden ser superados.
Si ustedes notan que la magia está ausente, si vuestro niño interior en
realidad no se siente amado o se siente tratado injustamente, entonces está
pasando algo que necesita vuestra atención. Tómense el tiempo para descubrir
esto con vuestro niño interior.
Para aclarar la
situación, suelten la imagen del niño interior y ahora imaginen que están en
frente de la pareja que han elegido y miren cómo la energía de dar y recibir
fluye entre ustedes. Primero, vean qué es lo que le dan al otro y siéntanlo, y
no tiene que ser expresado en palabras, mientras lo sienten. Observen lo que
fluye hacia ustedes desde el otro, y sientan cómo se sienten en este momento.
¿Se sienten más energizados debido a este dar, o se sienten vacíos y exhaustos?
¿Es inspirador dar, o ustedes se quedan agotados al hacerlo? Sosténganse en ese
primer sentimiento.
Luego de observar lo
que ustedes le dan al otro, observen la interacción inversa. ¿Qué es lo que reciben
del otro? Tan sólo confíen en vuestro primer sentimiento a medida que viene a
ustedes. ¿Se siente bien lo que reciben? ¿Hace que vuestro corazón se abra más?
¿Se sienten más felices con ustedes mismos como resultado de lo que reciben? La
esencia de una relación sanadora es que el otro les da algo que crea alegría en
vuestro corazón.
Finalmente, hay otro
signo de una relación destructiva. Desde vuestro plexo solar – un lugar cerca
de vuestro estómago – sientan una “cuerda” de energía que los conecta con el
otro. Si son sensibles, tal vez puedan experimentar esa cuerda. Lo que están
buscando es el sentimiento de que ustedes necesitan poseer al otro; que cunda
el pánico ante la idea de que el otro no esté más aquí; que algo tira de la
cuerda. Si ustedes sienten eso, entonces eso es esencialmente una cuerda
energética umbilical que los conecta con el otro, y que les da el sentimiento
de: “yo lo necesito, no puedo hacerlo sin él o ella”. Ese sentimiento de pánico
les muestra que no operan de forma independiente, o al menos piensan que no son
capaces de hacerlo sin el otro, y tal dependencia puede conducir a una relación
destructiva.
En una relación
sanadora, es natural extrañarse mutuamente si de un modo u otro fuesen
separados. Es natural disfrutar y por lo tanto añorar la compañía del otro.
Ustedes pueden querer al otro, pero no necesitan al otro. Pero en una relación
destructiva, hay en juego algo maligno. Hay un sentimiento de que ustedes no
pueden hacerlo o estar sin el otro, que son dependientes del otro para vuestro
bienestar – ¡tal vez para vuestra propia vida! – y esto sustancialmente los
debilita. Hay un profundo miedo de posible rechazo por parte del otro, y eso
los hace sentir pequeños y constreñidos, y toda la relación ya no tiene ese
espacio alegre y esa libertad que tenía al principio.
Traten de sentir estas
cosas por ustedes mismos, calmadamente, a vuestro propio modo. Y no tengan
miedo de hacer espacio en la relación para permitirse sentir esta clase de
cosas. Porque una vez que se hallan en una espiral negativa en una relación, a
menudo es necesario que las personas se distancien una de otra, físicamente y
emocionalmente, para darse cuenta dónde está parado cada uno. En ese momento no
suele ser útil tratar de hablar las cosas. Es necesario que vuestros campos
energéticos primero se liberen uno de otro para ganar el espacio suficiente que
les permita volver al centro de vuestro corazón de cristal. Desciendan con
vuestra consciencia dentro de ese hermoso cristal claro que es vuestra esencia.
No dependan de otros para experimentarlo en ustedes; está ahí para ustedes –
siempre. Es el susurro de Dios que pueden oír en el silencio.
Sientan entonces cómo,
desde el cristal, irradian rayos de luz hacia el niño en ustedes que aún sufre
dolor y quien aún está buscando fuera de sí mismo la aceptación, el amor y la
seguridad. Dejen que vuestros rayos de luz caigan sobre el niño, y literalmente
pueden ver que la luz del cristal parece anclarse al fluir más y más profundo
hacia abajo hacia vuestro vientre y todo el camino hacia abajo a través de
vuestras piernas hacia la Tierra.
Ésta es vuestra luz, ¡vuestra
Luz del Alma única! Están aquí para experimentar esta luz en un cuerpo en la
Tierra. Vuestra luz particular es única, es vuestra Luz de Ángel, y si
permanecen conectados a ella, entonces atraen relaciones amorosas a vuestra
vida. No tienen “necesidad” de otro. Y además tampoco tienen necesidad de hacer
del otro algo “perfecto”: alguien quien finalmente los ve a ustedes en la
perspectiva de vuestro deseo, y quien incondicionalmente los comprende y los
abraza del modo que ustedes quieren que lo haga.
El amor y la
aceptación incondicional van a ser encontrados sólo en vuestro propio corazón –
por y para ustedes mismos. No carguen a otro con ese deber. Ese amor
incondicional es algo entre ustedes y vuestro Ser. Esto sólo pueden dárselo a
ustedes mismos, y cuando lo hacen, se volverán una fuente de amor para los
demás, porque entonces ustedes se habrán vuelto completamente honestos y
verdaderos con ustedes mismos. Se aman a sí mismos, incluyendo la parte oscura:
ese niño en ustedes quien a veces lucha y está atormentado.
Cuando ustedes se aman
a ustedes mismos, les resulta más fácil ver a la otra persona bajo una
perspectiva real. Ya no tienen que tomarse tan personalmente las cosas
ofensivas o hirientes que a veces él o ella dice o hace. Sus acciones o
reacciones les pertenecen a ellos, y se vuelve más fácil no responder tan
emocionalmente a eso. La otra persona ya no es responsable de la salvación de
vuestra alma – ustedes lo son. Ustedes son los maestros de vuestro mundo, de
vuestra realidad.
Todos ustedes están en
este camino de autorrealización, y ya están tocando a otras personas con
vuestro corazón de cristal: les están dando chispas de amor y de esperanza. Les
agradezco por venir a la Tierra en esta época, en este período de cambio y de
transición. Estoy con ustedes y me preocupo por ustedes profundamente. Son mis
hermanos y hermanas, y los amo.
© Pamela Kribbe
Por preguntas o información, contáctenos en