Original en francés
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Hedyn Núñez
Audio
TERESA DE LISIEUX - 4
de Noviembre de 2012.
Yo soy Teresa de
Lisieux, Hermanas y Hermanos en humanidad, permítanme instalar mi Presencia en
ustedes, junto a ustedes.
... Compartamos el Don
de la Gracia...
Lo que vengo a decir
complementa lo que yo llamo el Caminito, o Camino de la Infancia. No voy a
hablarles, nuevamente de Humildad, pero si de lo que pueden encontrar, y ganar,
en este Camino de la Infancia. Porque, lo que les han dicho, por su parte los
Ancianos, que intervinieron antes que yo (UN AMIGO Y HERMANO K. 24 del
Noviembre 2012), puede también expresarse a mi manera. El Camino de la Infancia
(de la Humildad, y de la Simplicidad), puede aparecer a ustedes, como una
opción indispensable frente precisamente, a lo que ellos han llamado "los
movimientos alrededor del centro del Centro" ante la incapacidad de la
mente, y de los pensamientos, de responder, de manera adecuada. Tal vez hacerse
la pregunta de desaparecer, de ir a la Profundidad más íntima, donde no hay
movimiento, donde no hay deseos, donde hay, para la personalidad lo que yo
llamaré una sumisión. Hay, para toda la Eternidad, una exaltación, una Paz sin
igual. La Luz no hace más que llamarlos. No hace sólo, llamar a vuestra puerta
o en una de las Puertas: ella los enviste, ella despierta y se revela a
ustedes.
Para recordar mí
última intervención (del 21 de Octubre de 2012), dije que mis experiencias (que
hoy llaman místicas), fueron muy limitadas y sin embargo, nunca alteraron lo
que llamaba, y que siempre llamaré (aunque hoy en día, el significado pueda ser
diferente): la fe más absoluta. No la fe que hace creer, sino la que hace
"como si", para que ese "como si" se convierta en la
Verdad. Como si hubiera realmente un Cielo a lo lejos, y que ese Cielo y esta
Luz nos estuvieran prometidos. La gran diferencia en comparación con lo que
pude vivir en mi época, es que debía esperar en esta Tierra, para tener ese
Cielo. Y sin embargo, yo tenía la impresión de vivir el Cielo en la Tierra, ya
que en mi pequeñez, encontré, la mayor de las fuerzas que no eran mías, sino la
fuerza de mi modelo, de mi ideal: El Cristo. Por supuesto, no, El Cristo
histórico tal como ha sido presentado, sino tal como yo lo vivía, realmente, en
mi corazón, como una fuente beneficiosa de Amor, como una Paz, que nada de este
mundo podía satisfacer. Experimentando la Humildad, experimentando lo que
recorrí como Camino, pude encontrar una Paz, una Paz tal, que desde muy joven,
no pudo presentarse jamás, la más mínima variación en mi objetivo. Desde luego,
los Ancianos les dicen hoy, que no hay un objetivo, que ese objetivo ya está
ahí, que eso es sólo una cuestión de punto de vista. Yo añadiría, en cuanto a
mí, que es justo una cuestión de Humildad. Es decir, ser Humilde y reconocer
que no tienen ningún medio de modificar otra cosa que no sea la vida que viven
(que, les recuerdo; es efímera y no hace más que pasar).
El Camino de la
Infancia los invita a dejar la vida desarrollarse. Todo lo que se ofreció, sea
cual fuere el contenido, la textura, permanecí fija en el Cielo, ese Cielo que
yo vivía en mí, aunque tuve que esperar la confirmación. Ustedes tienen ahora la
oportunidad de tener esta confirmación presente, incluso en este mundo. Ustedes
ven, todos los días, la acción de la Luz, aunque no siempre entiendan el
propósito, y no siempre comprendan el alcance. Si aceptan este principio,
relajan todas las tensiones que puedan existir en esta vida efímera, cualquiera
que sea vuestra edad, cualquiera que sea vuestra salud y diría que incluso hoy
en día, sin importar lo que hayan experimentado, o no, de las Vibraciones de la
consciencia, y de vuestros diferentes estados. Convenir en no ser parte
involucrada, sino hacer lo que hay que hacer, los aleja de lo efímero. Esto no
es suficiente, para establecerse más allá de todo estado, pero eso contribuye
porque, en los momentos en que tienen la impresión de controlar y dirigir
vuestra vida, la dirigirán siempre hacia un objetivo (incluso si es la Luz) que
los hace recorrer un camino, más o menos fácil, más o menos arduo. Mientras que
si ustedes dejan, vuestra vida desarrollarse, si hacen lo que se les pide, si
hacen exactamente lo que la vida propone, haciéndose más y más pequeños, más
insignificantes, entonces, esta fe absoluta hace aparecer (ante vuestros ojos,
y vuestra alma), la Belleza del Amor. Esta belleza que no pueden comprender, de
la que no pueden apropiarse, es exactamente, lo que nosotros Somos. Y para ver
esto, hay que aceptar en efecto, ya no ver otra cosa, no como una negación u
ocultación, ni de ponerse por encima, ni por debajo, pero si, en un lugar
diferente. Un lugar diferente de lo que llamamos la vida sobre la Tierra, con
sus objetivos, con sus penas y alegrías. Esto no impide ni los dolores ni los
placeres. Esto cambia simplemente, las necesidades y también la expresión de
los deseos de necesidades, de lo que siempre está ahí.
Hay en cada uno de
nosotros un poder del Amor, infinito. Este poder del Amor, por la fuerza de la
costumbre, por el peso del sufrimiento, poco a poco, a unos y a otros, nos hace
alejarnos de la Infancia. A partir de que hay esta, palabra
"infancia", hay inocencia. Hay también tal vez, en relación al mundo,
una fragilidad de que muy pronto, somos todos educados para adaptados a él. Y
ninguna adaptación a este mundo permite estar adaptado al Infinito. Reconocer
esto, es ya un gran paso hacia la Infancia y hacia la sabiduría, porque no puede
haber sabiduría sin Infancia. La sabiduría no es el resultado de una serie de
experiencias. La sabiduría no es tampoco, el resultado del conocimiento que se
ha adquirido. La sabiduría no está relacionada con la edad. Y cuanto más están
en la Infancia, más sabios son. Pero perciben claramente en ustedes, que lo más
importante no es lo efímero, no es lo que pasa, sino lo que precisamente,
siempre está allí. ¿Pero, qué es, lo que ha estado siempre allí, si no es el
Amor, que es el fundamento mismo de todos los mundos? Incluso, si ha habido
alteraciones, y hubo ocultaciones, esto no es nada comparado a la Paz. Porque
la Paz Suprema (de la que hablan nuestros Hermanos orientales), es lo que yo
experimenté. Lo que viví sin importar el dolor de mi cuerpo. Aunque yo no tenía
las palabras (siendo tan joven y por mi experiencia), yo sabía que experimentar
la Luz era mucho más importante que el logro de cualquier propósito humano. Ya
desde ahí, me ubiqué en la Eternidad. Desde muy temprana edad, ese fue mi universo.
Si bien participé en el juego de la vida (que había elegido inicialmente),
percibía más y más claramente, a medida que mi enfermedad y mi languidez se
propagaban, una especie de alejamiento, pero que nunca fue un rechazo, sino de
mi parte una elección deliberada, de la Eternidad.
Así que ahora, cuando
la Luz es más invasora para la personalidad, deben hacerse la verdadera
pregunta. Y la verdadera pregunta es siempre: ¿qué es lo que he elegido? ¿Lo
efímero o la eternidad? Todos sabemos, que en la Tierra todo es efímero: así
sean nuestros padres que desaparecen un día, o seamos nosotros mismos que
desaparecemos, ya se trate de un amor de la infancia o un amor de adulto. Todos
sabemos a ciencia cierta, que todo lo que ocurre en este mundo, solo tiene un tiempo.
Pero deben ser apasionados en el sentido más noble del término, por la
verdadera Vida, por lo que es Eterno, por lo que los colma de Amor y que no
colma necesariamente, a la personalidad y la vida que viven. Esto es de alguna
manera una elección. Sin embargo, esta elección no es una opción de la
Vibración y de la consciencia. Son ustedes quienes deciden ubicarse allí, o
allá. Y las consecuencias, por supuesto, no son las mismas.
El Camino de la
Infancia los hará descubrir muy pronto, ese centro del Centro y de la Paz que
de ahí surge. Mientras que cualquier resistencia (lo que llevan por una lucha,
algo que no parece fácil), es que en algún lugar, algo los aleja del centro del
Centro. Porque, más el tiempo pase (que los llevará a estos famosos encuentros,
estos plazos astronómicos, humanos o terrestres), y más se acerquen a eso, más
tendrán la capacidad y la oportunidad real, de descubrir este camino de la
Infancia. Y es el Vía más directa hacia la Eternidad. Tener un Corazón de niño,
es un Corazón ubicado completamente en el presente. A pesar de que no existe
esta proyección, como lo que mi Hermana Hildegarde, había llamado a eso
"tensión hacia el Abandono" (ver: Hildegarde de Bingen 25 de Octubre
2010). Yo diría que la tensión hacia el Abandono del Sí, y la tensión del
Abandono a la Luz, es la mejor prueba, que puedan concederse en vuestro
descubrimiento de esta Eternidad. Se trata de un atajo y un acceso inmediato.
El es tan corto para vivir, realmente la Humildad y la Infancia, es descubrir
la Eternidad. Y vivirlo, establecerse y permanecer firmemente anclado (contra
viento y marea, sin importar la mirada de Hermanos y Hermanas que no viven
esto). Irradiar el Amor es ser Amor. Si, ustedes no irradian el Amor: proyectan
el Amor que piensan. Ser Amor no necesita de ninguna proyección, sólo se
necesita irradiarlo. Y ésta radiación se hace sola. Él no los necesita. Y no
necesita de vuestra abdicación.
Volver a ser un Niño,
es eso. Es recuperar la espontaneidad. Es estar cada vez más en el presente, en
lo que el Arcángel Anael ha llamado "Aquí y Ahora", el famoso
"tiempo presente" (ver: Anael 1 de Abril 2011). Pero recuerden que,
incluso en este tiempo presente, e incluso cuando viven la Paz, cuando viven la
Alegría, y descubren la acción de la Luz en ustedes y en vuestra vida, esto no
es suficiente. Porque a partir de ahí, la personalidad buscará (es su papel),
de acaparar esta Luz para ir en la dirección en la que ella quiere. Entonces
(esto fue facilitado por mi corta edad, pero hoy en día es aún más fácil por
vuestras condiciones de vida en la Tierra), necesitan redescubrir esta
espontaneidad y esta Infancia: Infancia que no pide, ni cuestiona el mañana, ni
el ayer, y que es libre de vivir cada momento presente. Porque, cada momento
presente que se vive, no puede estar condicionado ni por vuestra historia, ni
por vuestro devenir, excepto por esta tensión hacia la Luz. Pero tenderse hacia
la Luz, es también dejarse invertir. Además, es dejarla dueña. Es de esta
forma, que pasan a ser lo que Son realmente. No tanto como lo que creen
dominar. Además, las circunstancias de la Tierra no tardarán en mostrarles que
la naturaleza y los elementos son más poderosos. Y que la transitoriedad del
hombre no es nada comparado con el poder de los elementos, ya sea el del Sol,
ya sea el viento, la Tierra o el agua. Todo esto hará que ustedes se enfrenten
a diferentes niveles, en diferentes lugares: ya sea un lugar que es efímero,
que pasa, o un lugar donde todo es inmutable, donde todo es Eterno, donde todo
movimiento, no es un movimiento.
De vuestra capacidad,
de manifestar hoy, esta Tranquilidad, para disfrutar lo que la vida les ofrece
(ya sea en la naturaleza, en vuestras relaciones o dificultades), es siempre un
regalo. Porque ese regalo aunque pueda parecer, en un primer momento,
envenenado, si se mantienen firmes en vuestra Infancia, y firmes en vuestra
espontaneidad, dejando a la Luz Ser, entonces ninguna preocupación podrá tener
la menor acción o implicar alguna reacción. Yo diría que estos tiempos
particulares, son tiempos particulares que invitan a ir más en Profundidad,
todavía más profundo, hacia la Inocencia y la Simplicidad. Desde luego, vuestra
personalidad les dirá siempre que hay algo a hacer, que hay tal limitación, y
que se opone a la Luz. ¿Es que ustedes están obligados a adherir a esto o
aquello? ¿Están ustedes obligados a creer en esto o aquello? No. Desarrollen
esta fe particular, esta fe que está más allá de cualquier creencia en un
paraíso, de toda creencia de lo que sea, sino simplemente la creencia en la
Infancia y en vuestro estado de espontaneidad en el instante presente.
Si emprenden este
camino de la Infancia, no olviden lo que dije antes de partir: que yo pasaría
mi Cielo haciendo el bien en la Tierra. Y hacer el bien, no es aportarles lo
que necesitan, en esta Tierra, es reencontrarlos y fusionarme con ustedes, con
el fin de permitirles acercarse a esta Infancia y de ser ustedes mismos. Porque
si me aproximo a ustedes (porque me han llamado), entonces nos Fusionamos.
Entonces verán que no hay distancia entre ustedes y yo y que pueden encarnar
completamente esta Infancia y esta Profundidad. Prueben, intenten esto. Hagan
la experiencia. Porque (lo repito una vez más), con las circunstancias de la
Tierra que se desarrollan, y en ustedes, no hay Camino más simple, más
evidente, que el camino de la Infancia.
Por supuesto, las
circunstancias de la vida pueden pedir (a través de la acción de los
elementos), ciertos ajustes, dependiendo de donde ustedes vivan sobre esta
Tierra. La acción de los Jinetes es preferente en algunos lugares y menos
evidente en otros. En otros lugares de la Tierra, como en ustedes, son otros
los elementos que se ponen en acción. Pero no pueden medirse con los elementos.
Les recuerdo que ustedes están constituidos (como nosotros, todos, cuando
estamos en la Tierra), de los mismos elementos. Este cuerpo de carne pertenece
a la Tierra y el retornará a la Tierra. Como los pensamientos, las ideas, las
creencias, emociones, nada de todo eso existirá, excepto, quizás, para la
Tierra, como memoria. Pero las circunstancias de la Tierra apuntan, justamente,
a poner fin al peso de todas las memorias. La Libertad es, justamente, de no
depender ya de la memoria, ya no depender de una historia con sus alegrías y
sus tristezas. Es justamente, ser Liberado de esta alternancia entre la alegría
y las penas, esta alternancia que hace que todo lo que ocurre en nuestras
vidas, ya sea la vida de un asesino (como yo pude orar por ellos), o la de un
santo (tan amados de mi corazón, como fueron para mí). Ustedes perciben,
finalmente, que hay en estos dos seres aparentemente opuestos (el santo y el
asesino), fundamentalmente y en Profundidad, la misma Luz: simplemente, uno ha
aceptado la Luz y el otro se ha apartado temporalmente. Pero fundamentalmente y
en Profundidad, no hay ninguna diferencia. La diferencia, se ve sólo por la
personalidad.
Es para eso El Cristo
nos dijo, que nos amemos los uno, a los otros, como él nos ha amado. Y no como
nosotros queremos amar: que es profundamente diferente. Debido a que a menudo
nosotros, concebimos el acto de Amor en la Tierra, como una atención, una
intención y de manifestar este Amor de una manera u otra. Ya sea el amor de
adulto, sea un amor fraternal, el amor de un padre o de un hijo, es exactamente
lo mismo: hay una necesidad de expresar ese amor a través de atenciones, a
través de las miradas, a través de lo que ejercemos como rol, en relación a
esta persona amada. Pero vivir el Amor no es amar a una persona. Vivir el Amor,
es amar a toda persona de la misma manera, con la misma igualdad. Es ver El
Cristo tanto en el asesino, que en el santo. Es ver más allá de las apariencias
y ver más allá de todo lo que es efímero. Es, registrarse a sí mismo en su
propia Eternidad. Y no pueden juzgar a nadie sin juzgarse a sí mismo, porque El
Cristo había dicho: "con la medida con la que juzgan, se juzgan ustedes
mismos". No hay nadie que los juzgue, que no sean ustedes mismos. Pero la
sentencia no procede de la personalidad: la sentencia viene del alma. Y ustedes
saben que por encima del alma, hay algo más: está el Espíritu, y está El
Cristo, allí está el infinito Amor, el Absoluto. Y que para este Infinito Amor,
la experiencia de la encarnación no tiene sentido ni dirección. Desde luego (y
las enseñanzas modernas se lo han dicho de muchas maneras), el pensamiento es
creativo: puede crear, condiciones agradables como desagradables, dependiendo
de vuestro proceso de pensamiento. Y la Luz alterada de este mundo seguirá
siempre vuestra mente y creará, más o menos rápidamente, las circunstancias de
lo que han creído y adherido. Pero recuerden, que ninguna de estas
circunstancias que han creado (o, a la cual se han suscrito), en última
instancia, no pueden representar el Cielo y la Eternidad.
En eso también,
ustedes deciden. ¿Qué es lo que quieren? ¿Quieren el Cielo o, quieren la
Tierra? Porque la Tierra, ella, decidió unirse al Cielo. ¿Entonces que deciden,
ustedes? Pero, para decidir, yo diría que la mejor manera es no hacer una
elección, ni incluso decidir desde ahora: sino dejar a la Eternidad actuar en
ustedes. Porque si dejan a la Eternidad trabajar (sea cual sea la recompensa o
el precio a pagar), nunca más verán las cosas de la misma manera. Y lo que les
parecía antes, como recompensa o inconveniente, ya no tendrá el mismo valor, ya
que no serán tributarios de algo que pertenece a la Tierra.
Como se los dijo: El
Cristo: "Ustedes están en esta Tierra, pero no son de esta Tierra".
Lo que es de esta Tierra, es lo efímero, vuestro cuerpo, las estructuras que
llaman el aura del cuerpo sutil, los capullos de Luz y las envolturas. Pero no
son nada de esas envolturas. Tampoco son el cuerpo que perecerá un día. Tampoco
son vuestros pensamientos. Así que yo no les pido creerlo, sino simplemente
vivirlo. Y cada día que ustedes se acercaran a este 1 de Diciembre (y último
mes de ese año en particular), todos los días, constatarán que si van hacia la
evidencia, la Simplicidad y la Infancia, más serán colmados. Pero no colmados
como una satisfacción de alguien que tiene un deseo y que debe reproducirlo,
sino más bien, como prueba simplemente, de lo que Son. Y eso es lo que puede
colmarlos, de manera Eterna. Nada de este mundo puede colmarlos, incluso algo
perfectamente logrado. Sólo la cantidad de Amor que hay en vuestro corazón,
sólo el Amor que Son (no como un deseo, no como un ideal, sino en realidad, lo
que emana de vosotros), los pone de golpe en el la Infancia o en la dificultad.
Piensen bien en mis
palabras, porque es realmente, a través de esto es que ustedes pueden estar en
Paz consigo mismos, o en cólera contra sí mismos o contra el mundo. Mientras no
hayan alcanzado la inefable Gracia del Absoluto, de El Cristo, solo pueden
vivir compensaciones, fluctuaciones de alegrías, fluctuaciones de penas. Todo
esto es temporal y pasará, pero ustedes no Pasarán jamás. Por lo tanto, para
descubrir, realmente eso (para no hacer una adhesión o una creencia), serán
invitados a esta Profundidad y Simplicidad. Están invitados a despojarse, de
algún modo, cada vez más de todo lo que es superfluo. Todo lo que le parecía
vital en algún momento, se darán cuenta (si están atentos), que desaparece. Por
supuesto, los cambios fisiológicos los conducen a su manera: ya sea través del
sueño, la alimentación, y la consciencia que manifiesten en vuestras relaciones
humanas y en vuestras relaciones con nosotros. Cuanto más simple, y más
espontáneos sean, más estarán en la Infancia y todo será más fácil. Mientras
más ustedes deseen tener las riendas, y mientras más quieran ser dueños sí
mismos y de vuestra vida, más se alejan, y todo es más difícil. Esto va a
aparecer a ustedes de manera flagrante.
Lo que en mi tiempo
necesitaba, yo diría, una fortaleza especial, para una misión particular que yo
cumplí en esa época (y mi misión fue muy corta), era simplemente dejar la marca
de mi Vibración y de mi Presencia para permitir, con el impulso de esta
Profundidad, de poner al día el Camino de la Infancia, el camino de la
Inocencia. Y es ahora, en estos tiempos especiales, que este camino de la
Infancia, debe parecerles y aparecerles como evidencia. Recuerda bien: el Niño
está completamente inmerso en lo que hace, en lo que él es, en ese momento. Los
deseos los alejan del momento presente. La proyecciones de cualquier tipo
(sobre una fecha, un evento), los aleja también, del instante presente. Y la
solución está sólo en el momento.
Entonces, devenir
Simple volver a ser un Niño, volver a ser Humilde, es sin duda tal vez lo más
difícil de aceptar para la personalidad. Pero también es la cosa más fácil de
hacer hoy. Debido a que no pide nada de ustedes. No requiere ningún esfuerzo.
No requiere ninguna costumbre. No requiere de meditación. Sea cual sea vuestra
actividad (ya sea que estén recogiendo una flor o en el proceso de amar a
alguien cercano), todo esto debe hacerse, simplemente con la mayor
espontaneidad. Debido a que el Niño, también, es espontaneidad. Así que ustedes
no pueden meditar en un devenir, sobre vuestro devenir, saber ahora si Vibran o
no Vibran, saber si sienten la energía, saber si viven el Êtreté. Porque lo que
importa es la Paz o la ausencia de Paz. Y cada día que se acerquen a diferentes
encuentros con la Luz, los hará ver eso, de manera cada vez más clara. Si
ustedes son simples, y si aceptan todo lo que se presenta (sea, un acto, al
parecer, de sumisión de la personalidad), es un acto de gran fuerza. Esto es
precisamente lo que da la fuerza del alma, de un alma que se vuelve hacia el
Espíritu y no hacia la materia. No para considerar la materia de este mundo
como sucia o corrompida, sino más bien, para saber que toda materia de este
mundo es efímera y que jamás lo efímero podrá colmarlos en la Eternidad: solo
la Eternidad puede.
Por lo tanto, los
invito a mirar bien lo que ocurre en todos los actos de vuestra vida, en todo
lo que se produce en vuestra vida. Reconsiderando eso, y preguntándose cómo lo
haría un niño, cómo actuaría la espontaneidad, en cualquier circunstancia. Y si
ustedes dijeran (como lo hizo El Cristo), pero en vuestra vida, sin ser
torturados, ni sufriendo en la cruz: "Padre, hágase tu voluntad",
¿quién es este Padre? Esto no es un dios. Es simplemente lo que ustedes Son en
la Eternidad. De hecho, ustedes son el Padre de ustedes-mismos. Todos somos los
genitores de nosotros-mismos en cierto modo.
Así que estar en la
Humildad y la Infancia es aceptar no entender todo, aceptar no ser maestro de
nada, y de no controlar nada, dejar que la vida funcione y no interferir con la
vida. Es devenir totalmente Transparente a la Luz. Es dejarse guiar por ella.
Ya no ser guiado por interés personal, por su miedo y la protección del mañana,
sea lo que sea, porque incluso el día siguiente solo tendrá un tiempo. Y mañana
será eliminada por otro día, o por el fin de los días, que es lo mismo. Así,
que están invitados, más que nunca a llamarme. No hablo, por supuesto, de
vuestros Alineamientos o en los momentos en que les parece, no infantil, ni
fácil, y que les parezca escapar a vuestra comprensión o los ponga en cólera.
Debido a que es precisamente, es en ese momento que puedo estar más cerca de
ustedes. Llámenme y yo responderé, como lo he hecho siempre. Simplemente, se
convertirá para ustedes, en algo más sensible, más fácil, y más evidente.
Todo eso son los
aportes de la Humildad, de la Simplicidad. Pero recuerden que mientras no se
olviden de ustedes-mismos (y que exista aun el sentido de la importancia de
este cuerpo, de esta persona, de esta vida, del papel se mantienen hoy, de la
función que se les han asignado, o que la vida haya les ha asignado), dependen
de las circunstancias de la vida y están seguros de alejarse de la Luz. Lo que
era apenas perceptible, sólo hace unos pocos años de tiempo Terrestre, les
aparecerá cada vez más, yo diría, de manera estrepitosa para la consciencia.
Este es el momento en que aceptan finalmente, que no hay, en este cuerpo y esta
vida, otra posibilidad que ser lo que ustedes Son. Eso creo, que el HERMANO K,
ha llamado madurez, esa madurez espiritual (ver: HERMANO K 16 de Octubre 2012).
Descubrir eso (la madurez espiritual y la sabiduría), es la Infancia. Esto no
es el resultado de un ascetismo. Este no es el resultado de un ayuno. Esto no
es el resultado de una oración, sino más bien un estado del alma.
Así cuando yo llevaba
mi diario (que ahora conocen, como "la historia de un alma"), con
mucha precisión, yo di todos los elementos que constituyen el Camino de la
Infancia. Así que lo que puede parecer tan alejado de vuestras vidas, hasta no
hace mucho tiempo, les aseguro que hoy tienen las mayores facilidades para
transitar el Camino de la Infancia. Esto es, yo diría, un ascensor directo a lo
que Son y yo puedo, de manera privilegiada ayudarlos, si son sinceros. No estoy
aquí para darles una ventaja Terrestre. No estoy aquí para responder a una
necesidad Terrestre, sino a las necesidades de vuestra alma: y en vuestra
Eternidad. Y, más que nunca, estoy en mi lugar para eso.
Apelar a mi
Resonancia, apelar a mi Elemento, buscar mi Presencia les ayudará, realmente a
vivir la Infancia y por lo tanto la Simplicidad. No habrá en ustedes, más zonas
de resistencia, a la Luz. La Transparencia será total. Ustedes no se verán
afectados por todos estos cambios que se están produciendo en vuestras
fisiologías. Ustedes lo vivirán sin ser afectados, y aceptaran, por ejemplo,
las modificaciones en vuestras necesidades, sean las que sean, no como un
castigo ni como una restricción, sino como la evidencia de la Luz.
He aquí las palabras
que tenía que entregarles, y la Vibración de mi Presencia. Por lo tanto,
Hermanos y Hermanas: revivamos un momento de Paz, un momento de Amor, en la
Simplicidad de la Infancia. En cuanto a mi les digo, hasta la próxima vez. Y no
olviden: estoy a vuestra disposición.
...Compartiendo el
Regalo de la Gracia...
Soy Teresa. Terminaré
por esta frase que no es mía, sin embargo, está en resonancia con lo que yo
soy. Yo diría: “Dejen que vuestra vida sea la de una rosa que exhala su
perfume, sin preguntarse por el perfume”, y descubrirán, si no lo han hecho, la
Eternidad. Les digo, hasta pronto.