Cuando el ser humano en su cotidianeidad se permite, caminar en su día a través de la envidia, chismes, justificaciones, lo único que en realidad está creando para sí, es mantenerse en la desilusión, tristeza, decaído para así llegar más rápido a la muerte o alguna enfermedad que lo lleve a no contemplar más la vida.
Toda alma, al despertar recibe el regalo más autentico y divino que Dios da, el amor y la alegría, y es así, como en el amanecer porta la antorcha, ese es la existencia de la vida, en un ahora constante; porque en el “ahora”, también llamado presente (regalo), no existe nada, más que lo que esa alma, a través de sus pensamientos, acciones, intenciones, cuerpo, se regalara a sí misma, porque simplemente, al despertar, Dios nuevamente le dio el regalo de la vida, para ver que desea el crear para si mismo, y en su libre albedrio el ser humano, creara lo que más desea, y en realidad así lo hace cada amanecer.
El humano para realizar la creación de todo lo que desea, tiene su mente, pensamientos, deseos, fe, esperanza y sobre todo amor, es por eso si al hablar solo dices cosas de las que careces, o manifiestas que los demás tienen más, o hablas de las carencias (físicas, mentales, espirituales, corporales…etc.), eso es lo que el alma manifiesta, y Dios en su inmenso amor, sin juicios, sin dualidad, le da a su hijo lo que más desea.
Cuando despertamos a estas realidades, que tenemos lo que emana de nosotros, nos vamos volviendo más conscientes de lo que vivimos, y en esa consciencia comenzamos a no juzgar, o juzgar menos en lo que aprendemos a no realizar ese acto, bendecimos a los demás y lo que tienen, para ser bendecidos, amamos (primero a nosotros), para recibir eso a cambio.
Y decir amarnos a nosotros, no es cuestión del EGO, es respetarnos, en lo que decimos y hacemos para nosotros, aceptar nuestro cuerpo y las carencias que tenemos, porque así lo hemos solicitado.
Nunca estamos fuera de la naturaleza, eso se debe a que formamos parte de la naturaleza de este mundo, y es así, que igual que las rosas expiden su aroma a rosas, el mango a mango, la tierra a tierra; el hombre también da sus aromas, y no me refiero al humor que tiene u olor, sino a que la persona que tiene odio interno, eso dará; la que tiene juzgamientos, eso dará; la que tiene gratitud, eso dará, a la que también tiene amor, eso dará. Y todo llega así como salió de ti, que eres la fuente de ese sentimiento y luz, así regresa de la misma forma a ti, y a veces en mayor intensidad, porque todo lo que creamos desde nuestro núcleo o fuente, regresa con todo lo que se plasmo afuera.
Entonces sería bueno, observar que vivimos y somos, porque ese es nuestro aroma, nuestro yo, nuestro Ser. Y nadie nos persigue, ni están en contra nuestra, eso, solo son ideas de justificación.
Si no te gusta lo que recibes, ve cambiando a lo que te gusta, eso es un proceso interno, no aparece de la noche a la mañana, porque tu no estas en este día creado de repente, sino que has sido tu en un andar constante, entonces entra en tu interior, a cada mañana y ve cambiando el aroma, la experiencia, para que llegues a vivir quien realmente deseas, porque ese es el regalo de la vida, y te encuentras en donde tú, y nadie más que tu ha elegido.