La
reencarnación es un atributo de la Tercera Dimensión, por medio de ella se
aprende que es la vida y se llega a valorar la vida por medio de las múltiples
experiencias deseadas y vividas, ya que es el alma/espíritu quien escoge cada
aventura desde el plano espiritual o etérico. La Atlántida fue un periodo de
muchísimos años en donde se disfrutó el amor, el bien, saber crear, la
espiritualidad, entre otros aspectos de una Quinta Dimensión, hasta que surgió
el evento que marco su existencia hacia un nuevo desarrollo de consciencia más
comprometido y responsable, por medio de una caída de vibración. Para ello se
obsequió ir a una Tercera Dimensión para valorar lo que se tenía y ahora es
tiempo del regreso para aquellos que hayan entendido la lección y por medio de
mucho trabajo espiritual e interno ya hayan adquirido la responsabilidad
necesaria para volver a vibrar en frecuencias de amor y creación y no todos
están preparados o listos para regresar. Únicamente regresaran los limpios de
espíritu y alma, porque han limpiado y elevado su vibración. El camino es
solitario y único. Solitario no quiere decir que en soledad, solitario porque
cada uno deberá caminar por decisión propia esta aventura vibracional y muy
desafiante y al final, muy enriquecedora.
El amor, la luz y la verdad, siempre ha sido parte del ser humano, actualmente, él está descubriendo que desde el corazón se vive, se es y se crea la realidad, desde diferentes perspectivas, atrayendo paz, amor y equilibrio a él en su interior y a su entorno, porque todo se basa en la armonía de todo lo que se es y existe, por eso nuestro universo y el universo es armonía, siempre.