No
hay nada peor que la ignorancia de sí mismo.
Porque
cuando ignoras quién en verdad eres, ignoras todo el amor que eres y desde ahí
crearás tus realidades. Lo que vives es todo aquello que sembraste por tus
pensamientos, tú eres la semilla, la tierra, la flor y fruto de todo lo que
existe en tú vida. Cambia la siembra y cambiarás el fruto.