Todos somos luces dentro del cosmos, nada existe que no contenga la
esencia de la luz, la única diferencia entre unas entidades y otras es que el
ser humano deberá descubrir la luz que es y que porta, de él depende que esta
luz crezca, baje su intensidad o permanezca en sintonía con todo lo que está en
su alrededor.
A diferencia de los animales las plantas, las montañas, estrellas y
soles es que todos ellos saben que son la luz y con esa forma de existir pueden
permanecer en donde quiera que existan.
En cambio al hombre, porque tiene libre albedrío, razocineo y el
poder de diseñar su camino, se le ha otorgado el discernimiento de encontrarla,
eclipsarla o ignorarla, todo depende del camino que escojas.
La luz que eres no termina en esta vida de existencia, pues su
llama jamás se apaga, pero si va a la frecuencia que le corresponde dependiendo
del brillo, intensidad y sapiencia de que es el responsable de su brillo.
Descubrirla lleva su tiempo, porque si cualquier persona pudiera
portar esta llama, no sería algo digno de poseer, igual que las baratijas que
se venden a poco costo y las personas las compran para tener algo que en poco
tiempo deja de tener uso, de igual manera la luz, ya que si fuera tan sencillo
poseerla cualquier entidad podría tener una.
El descubrimiento es personal, paulatino y el camino será intensivo para adquirirla, pero al final de
cada episodio vivido uno descubre que se encuentra en un mejor lugar del que reconoció
vivir anteriormente.
Conforme uno avanza en este trayecto, se pone a comentar a muchas
personas a su alrededor, y conforme se identifica que no todos desean poseer la
luz las personas en el camino de la luz se van volviendo más silenciosas y con
ello pueden apreciar que las experiencias son más fructíferas, decisivas y
crean una forma de vida y existencia que muchos podrían entender o creer, ya que para saber de
la luz que se tiene es necesario andar el camino de la sabiduría, amor y
entrega al conocimiento de uno mismo, sin que por ello uno deba apartarse de
las personas, por todo eso este camino es único para cada individuo y su
existencia trae aparejada la paz y armonía que tanto todos desean.
Son tiempos del reconocimiento a la luz interna que tantos años se
han esperado y que actualmente van floreciendo en las personas y acciones de
cada uno para vivir más en armonía con el todo.
Porque del todo venimos y es a donde nos dirigimos, simplemente que
a cada uno le corresponde identificar su camino y su propia luz, las señales
son muchas y son para todos, por ello
presta atención a lo que la vida te va dando en el transcurrir de tu camino, en
ellas están las claves para un buen destino.
Destino buscado por muchos, pero por pocos encontrado, es por eso
que no te dejes abatir, derrotar, al necesitar un pequeño descanso procede a
dártelo y posteriormente continua, porque en la continuidad del camino
encontraras la luz que siempre has sido, no te dejes engañar por el cansancio,
ya que este simplemente es un obstáculo para distraer tu atención al buen
camino emprendido.
Tu atención y sentir son tus guías para no parar en ese andar, que es tu andar.