Todos los
individuos realizan simulacros, considerando que todo está bien y es lo correcto,
porque así lo marca su sociedad, su género o sus ideas.
Simulan
tener amistades a largas distancias por medio del internet, dejando a un lado
los amigos que tienen en el lugar en donde radican.
Muchos han
dejado de salir y sentir los abrazos que da un buen amigo o amiga.
Han dejado
de platicar cara a cara porque un celular, tomar una foto es más importante que
el deleite de esa buena compañía.
Eso solo distrae
la atención de la importancia de la amistad.
Podrías
tomarte una o dos fotos y el resto del tiempo disfrutar de tu amistad, tantas
cosas que contar, tantas cosas que escuchar y sobre todo reír.
La amistad
no solo es para contar tus tragedias, es para inventar momentos de felicidad, recuerdos
de una buena caminata, un helado, un viaje, una anécdota, un sentirse cerca y de un buen abrazo.
Los
abrazos son las energías que te hacen sentir el amor que tiene el otro por ti y
que tú tienes por él.
Mandar
besos, escribir te quiero y decir quiero verte de nada sirve si no lo llevas a
cabo.
Porque la
atención es dispersa, el momento fugaz, pero el sentir al amigo, el realmente
estar presente son sentimientos que al concluir
ese tiempo de compañía te quedan gratos momentos para seguir disfrutando
después de que no está.
El
simulacro de ser fiel a la pareja, otra circunstancia de la época.
Pierdes el
poder conocer realmente a tu pareja, el llegar a verdaderos acuerdos sobre lo
que si se vive y se siente.
Cuando
diste tu palabra de pareja es caminar con esa compañía, si no es de tu agrado
mejor no hacer compromisos.
El estar
con una persona y pensar en otra, te trae no conocer realmente a ninguna y
vivir una fantasía.
Dejar los
simulacros es ser autentico, integro y total en donde te encuentres.
Es vivir
realmente el momento.
Es ser lo
que si eres.
Y con ello
puedes tener grandes felicidades.
No
necesitas engañarte, jamás podrás engañarte. Y engañar a los otros es una fantasía
que solo tú te crees, pues son muchas las evidencias de los engaños, aparte de
que se sienten y las actitudes cambian.
Porque no
ser lo que si eres en realidad.
Porque no
disfrutar plenamente la vida desde la verdad e integridad.
Muchos de
los que han dado el paso a ser fiel a su palabra, son más libres y felices.
Es una
situación que no deberías perderte porque la felicidad está ahí en donde tu
realidad, verdad e integridad si son auténticos.
Deja los
simulacros, acércate a quien amas.
Cuando
tienes la libertad de ser tu, tus amigos, pareja, quien te conoce y sobre todo tú, sabes que estés donde estés cumples
tu palabra y los compromisos y eso da la paz a ti y a la relación y por ende a
tu existencia.
Los
simulacros de relaciones te traen fantasías más no realidades.
Se real,
autentico e integro y veras que se vive mejor.
En pocas
palabras se vive.
Se uno con
tu realidad.