Los olores, pensamientos y luz que despiden los cuerpos son
manifestaciones de su propia consciencia.
Cada energía viva, sea persona, planta, fruta, piedra, estrella,
sol… despide su aroma y vibración y una frecuencia en el universo.
El aroma equivale a lo que
sientes, esa no es la energía del otro es de la tuya.
Pues cuando más elevada es tu energía no puedes sentir vibraciones
como temor, ansiedad, miedo, supervivencia, mala fortuna… etc.
Porque las frecuencias con menos nivel de intensidad quedan abajo y
las frecuencias altas predominan arriba.
Es como si al agua le hechas piedras pesadas, estas por más que
deseen no podrán flotar, ya que son
pesadas.
Las frecuencias altas como el amor, la paz, fluir, esperanza, fe, armonía…
son frecuencias más altas por encontrarse más livianas.
Las personas que portan esas frecuencias están despreocupadas.
Y las que viven en frecuencias bajas las podrán ver muchas veces
como personas que no le importa nada.
La diferencia entre las personas que no les importan nada y las de
frecuencias altas es muy simple.
A las de las frecuencias altas no les hace falta nada, hablan de
que la vida es buena, que el amor permanece y caminan sin preocupaciones.
En cambio a las personas que no les importa nada se les ve en el
semblante la preocupación.
Es por eso que si eres observador
veras claramente lo que te sucede a ti.
Cuando tú comiences a reconocer todo lo que te pasa, estarás un
paso más adelante, porque dejaras de fijarte en el otro, sin que eso quiera
decir que no te importe el otro.
Sino que lo comprenderás más fácilmente, lo honraras y respetaras y
ayudaras en caso de que él lo necesite y podrás compartirle que mucho de lo que
se vive es momentáneo si uno llega a comprender dentro de si el camino que esta
transitando.
Es fundamental acompañarnos, mas
no juzgarnos.
Ayudar sin estorbar.
Escuchar sin criticar.
Aprender en el silencio interno es
fundamental, es una forma de crecimiento.
A veces no es fácil, pero necesario. Nos hace más sensibles y
fuertes.
La fortaleza no radica en la brutalidad, sino es la esencia de un
ser calmo, amoroso y visionario, sin agredir a los otros.
Amar y aceptar el camino de los
otros es fundamental para tu crecimiento, más no quiere decir que ellos tengan
que estar siempre en tu vida o tengan que seguir tu camino de aprendizaje.
El camino es una decisión día a día,
un comportamiento y actitud ante los hechos.
Es por eso que mientras más ligero
te vuelvas, mejor llevaras la vida.
Y no por ser ligero quiere decir
que nada te ha pasado o pasará, simplemente que la vida la llevas y la tomas
desde ángulos de mayor consciencia.
Tu interior es la fuente de tus
experiencias.
Cuando transformes tu interior a
un sentir más expandido, podrás aceptar y vivir de formas que nunca te habías
imaginado, más sencillas. Y por ser sencillas no quiere decir pobreza.
Pobreza y sencillez se ha
confundido, o te han confundido con sus términos.
La pobreza no es carecer de
bienes, es carecer de sentimientos nobles. Lo económico radica en como tomas la
vida.
La sencillez radica en que no te
empecines en tener más, pues vivir con un sentir en armonía te generara una
vida satisfactoria.