Seguridad significa pertenencia, pero ¿existe algo en la vida que sea permanente?..
En nuestras relaciones, buscamos seguridad y
permanencia.
Y lo que ocurre,
presten atención a esto, es que el concepto mismo de sentir que necesitamos.
Esa seguridad y permanencia se traduce
en apego.
¿Se dan cuenta?
Y así hacemos a la otra persona objeto
de ese intenso apego durante un mes, una semana o cincuenta años, del cual
nacen toda clase de conflictos: celos, sospechas, miedo, sentimientos de
adquisición y pérdida.
Ya saben ustedes a lo que me refiero,
¿no es cierto?
Vamos a
suponer que quien les habla, o cualquiera de ustedes, no tienen ese deseo de
seguridad y permanencia…
No digo
que sea así, es simplemente una suposición.
¿Qué es
la relación entonces?
¿Entienden
la pregunta?
El deseo
de estabilidad y el apego, con su correspondiente dolor y placer, ansiedad y
miedo, no es amor.
Cuando
ese deseo y ese apego están total y absolutamente ausentes, el otro es como una
flor que se abre.
EL AMOR NO ES
PENSAMIENTO,
NO ES DESEO NI PLACER.
EL AMOR NO ES
UNA INTERACCIÓN DE IMÁGENES
MIENTRAS TENGAMOS
UNA IMAGEN DEL OTRO,
NO HAY AMOR.
Uno toma
la mano de la otra persona, la abraza, camina a su lado, está separado de ella.
Es un
hecho, afrontémoslo.
Por consiguiente,
hay perpetuo conflicto entre esas dos personas.
Y uno
pregunta:
¿Es posible vivir en relación
con otro sin que haya conflicto?
¿Se basa
en la memoria nuestra relación?
Porque si nuestra relación está hecha de recuerdos, de imágenes
diversas, entonces todo lo que hay es producto del pensamiento.
Y, ¿es el pensamiento amor?
Por favor háganse esta pregunta a ustedes mismos. No es a mí a
quien deben responder.
¿Puede haber paz entre los seres humanos, sea cual fuere su
color, raza o idioma, su, así llamada, cultura?
Para lograr esa paz, primero debe haber paz entre usted y
el otro, entre usted y su esposa, entre usted y sus hijos.
Luego, ¿es posible que haya paz, es decir, que no haya ningún
conflicto?
En la ausencia total del conflicto, lo que hay es
infinitamente más extraordinario que la actividad del pensamiento.