El comportamiento mentalista y capitalista, tras la era de la industrialización y de la tecnología, tuvo su propiedad en lo que concierne a la adquisición de energía material, para que hubiese una estructuración física suficiente para acciones efectivas de acumulación y acrecentamiento de riquezas en todo el territorio planetario.
Con el adviento del cinturón de fotones, energía emanada de algunos planetas desconocidos, el planeta Tierra pasó y todavía pasa por un proceso de reestructuración energética. Esto significa que el patrón vibracional directamente proporcional al patrón de comportamiento de los seres humanos está en mutación acelerada, con más énfasis desde 1980. Esto implica cambios de valores identificados en aquellos comportamientos que ya no son importantes para el estado actual del planeta.
La densidad energética del planeta está haciéndose menos densa y más sutil y consiguientemente, el campo vibracional está menos denso también. Toda vez que el campo energético del ser humano está correlacionado con su hábitat natural – planeta Tierra – se percibe un cambio también en el campo energético del ser humano.
Tales cambios inciden en los comportamientos y se percibe que hay personas que están siendo víctimas de interferencias energéticas que interactúan en la forma de pensar y de sentir.
Las personas están perdiendo su sentido de raciocinio y están siendo invitadas a sentir los actos y no a razonarlos. Esto se produce porque el momento pide más la percepción del sentir que la del pensar, y que comprendamos por fin que no somos lo que pensamos sino lo que sentimos.
Con las modificaciones energéticas por que pasa el planeta, las personas que persisten en una forma de acción mentalista, materialista y capitalista están sufriendo debido a su no adaptación a los procesos energéticos que envuelven al planeta actualmente. Con ello se percibe una incidencia mayor de enfermedades físicas y principalmente emocionales, producidas por la falta de sincronismo con el nuevo campo energético emergente del planeta.
Hay personas que están enfermando físicamente en su sistema óseo, glandular, nervioso, linfático, arterial y digestivo. Por ende vemos hoy más hipertensos, diabéticos, neuralgias generalizadas, tumores malignos, discopatías, diagnosticados por la medicina, y principalmente psicopatías diagnosticadas por psicólogos y psiquiatras.