Traducción: Lucía Montaño Ferrer
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Mensaje Enviado al Colectivo de los Niños de la Ley del Uno
Soy Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Amados Hijos de la Luz, que eclosionaron en la tierra y brotaron dentro de vuestra eternidad, sólo les acompaño en este último pasaje, llamado las Bodas de la Tierra. Así que yo sólo hago lo que me comprometí a hacer en este momento del último regreso de Cristo y de la luz vibral.
Ha llegado la hora de ir a la profundidad de vosotros mismos con el fin de germinar, en esta Tierra, su nueva dimensión, aquella en la que todo es alegría, una en la que todo es verdad, aquella en la que todo es belleza. Estoy con vosotros, a su lado, como el Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión, para realizar lo que se ha prometido hace muchos años, las Bodas Celestiales. Todos vosotros los que esperan este tiempo, y que han esperado en el tiempo y hayan crecido en las raíces de la Eternidad, como en las raíces de la Tierra Interna, con lo que han logrado se terminó de realizar, lo que es vuestra presencia en vuestra eternidad.
Junto con todos los Arcángeles, los Ancianos, las Estrellas, y toda la Luz vibratoria en sus diversos componentes se revelaron en ustedes; los invito a la última llamada. Esto los pondrá de frente para que se encuentren, cara con lo que han creado en su germinación como Pueblo de las Estrellas, el retorno de lo que es infinito, eterno. Que no conoce ni tiempo ni espacio. Que no conoce del dolor como ninguna organización que gobierne lo que son.
La Hora de la Libertad se logró. El tiempo de la autonomía está delante de vosotros, y de ustedes, mayo es el tiempo de la bendición, es el cumplimiento de la Promesa y del Juramento, y de realizar lo que muchos de nosotros entre los arcángeles, y también entre los seres de la Intra-Tierra, pusimos en marcha desde hace muchos años. Es hora de que los últimos velos se rompan y den paso a la eternidad y a la belleza. Lo que ya se ve, lo que ya se percibe, para muchos de entre ustedes, es sólo una pequeña parte de la verdad conocida que va a manifestarse plenamente, en la Tierra como en la Eternidad. Lo que ustedes viven, a título individual como a título colectivo, es sólo un reflejo de lo que queda por hacerse, en la paz, la serenidad, y especialmente en su eternidad.
El tiempo está aquí. Es del de la Verdad. Uno en el que nada puede ocultarse, donde nada puede ser desviado, donde nada puede ser dejado de lado. Porque todo es Uno, como lo hemos dicho, se ha hallado, y se ha experimentado, en diversos grados, con mayor o menor intensidad, con mayor o menor Verdad. Ahora ya no existe escala de valores en la intensidad y en la verdad, porque en esto, todo es Uno y todo está hecho.
Todo está dentro de vosotros, como se los hemos dicho en varias ocasiones, y han tenido la oportunidad de comprobarlo. Habrá muy pronto, en el interior o el exterior, -ya que puede combinarse en el mismo tiempo de la eternidad- y de vuestra presencia y vuestra Verdad Eterna. En cada etapa de vuestras resistencias dentro y fuera de vosotros, en estos momentos de la penetración total de la Luz en su magnificencia, se les ha revelado lo que hay que dejar ir, lo que debe abandonarse.
Siendo así, una vez más, se les escindió de la verdad. La Verdad es Una. La Verdad que libera y como Cristo se los dijo, Ki-Ris-Ti, está de vuelta, ya sea en su corazón, ya sea en los pies o, en las manos o, en la cabeza como en cada punto de su cuerpo, así como en cada estrella, y en cada puerta.
El tiempo es ahora. No miren ahora, ni en el instante, porque esta vez ha llegado y engloba todo tiempo que es la ilusión de este mundo, así como es el tiempo de la eternidad, que no conoce límites de tiempo y en el que no hay tiempo de encerramiento. Sepan que cuando se les dijo como era todo, han tenido la oportunidad de comprobarlo, la oportunidad de vivirlo. Y ahora, ustedes tienen que realizarlo en su totalidad.
Las Bodas de la Tierra, durante las cuales oficiaré el último desgarro de todos los aislamientos, que los pondrá de frente a su belleza, cara a su libertad, frente a vuestra autonomía, frente a cualquier resistencia que todavía puedan tener por un tiempo limitado. Recuerden también que durante estas Bodas de la Tierra, lo más importante es entender y vivir que, cualesquiera que sean las dificultades, la respuesta siempre será la eternidad, porque la eternidad está ahí, está aquí. No hay que creer más que en la experiencia de todos los procesos que se han propuesto en los últimos años, y se actualizarán dentro de un continuo intemporal, y que no se inscribe más en un espacio, pero que está en el aquí y ahora, el Hic et Nunc como ha sido dicho por el querido Arcángel Anael.
En los cuatro pilares, en la nueva Tri-Unidad, en la nueva Eucaristía, se revela en vosotros la belleza, implacable y lógica, a los sentidos de la razón, a los sentidos de la inteligencia limitada como ilimitada. Las señales están ahí en la Tierra como en su cuerpo. Solo basta acoger, dejarlas solamente germinar, que se enlacen con el cielo, y se enraícen en el núcleo cristalino de la Tierra, y que sus raíces lleguen en lo profundo del Templo de su Corazón para vivir lo que se ha prometido.
A medida en que el Ángel de la Presencia, resuene dentro de su presencia, estaré a vuestro lado, en la instalación de la Tierra, en su nueva, en su nueva dimensión de la eternidad que es, en esta nueva Eucaristía inicializada, hace unos años por el Arcángel Miguel. Yo estoy cerca de vosotros y en ustedes, con vosotros, en todo lo que se hace, en todo lo que se les prometió, y en todo lo que ahora se despliega.
En el conjunto de vuestras noches, todos los días no van a tener ninguna duda sobre la verdad de lo que se vive en la Verdad de la Eternidad, y de su belleza. Ningún obstáculo puede ahora estar en contra de la afluencia y de la Verdad de la Luz y de la vibración, de esta eternidad. Acogernos y recibirnos los unos en los otros, de corazón a corazón, de mente y espíritu, de estrella a estrella de la paternidad de la descendencia del origen, del origen estelar, independientemente de lo que eres. Dejar obrar en este momento, permanecer más allá de las apariencias. Rasgando los velos, en este paso último, no sólo la de la puerta estrecha, no sólo de la garganta, pero también de la instalación final de vuestra Eternidad en el Corazón, de la Eternidad, de lo Absoluto de vuestro Ser, en el Absoluto más allá de toda conciencia.
Como ya se ha anunciado y comunicado por los Ancianos, hace algunos días, esta verdad se encuentra en cada respiración, en cada noche y en cada día. Van a constatar sus efectos en el fondo de su conciencia, en lo profundo de su corazón, en la Eternidad reencontrada. Recuerden que yo estoy aquí. Llamen mi presencia en los momentos que pueden parecerles de resistencia, pero que son, de hecho, los momentos en los que se rompe el último eslabón, son los momentos en que se rompen las últimas apariencias, dando paso a la verdad y a esta belleza. En la medida en que el Ángel de la Presencia, permanezca a vuestro lado, asistiéndolos no sólo en vuestro nacimiento, sino también en vuestro vuelo hacia la Libertad.
No crean en cualquier cosa que no sea lo que están experimentando. Sobre todo no crean en lo que les cuenten con respecto a las resistencias de este mundo, sino simplemente en la fuente de lo que sois, que está llamando a vuestra puerta, y que viene a completar esta preparación, esta germinación. Finalmente estáis en la eclosión de las esferas de la Eternidad. Si logran superar el abandono a la Luz, a la rectitud y en la transparencia, en la humildad y en la simplicidad, y en la integridad de todo lo que ocurre por el camino, todo desaparecerá por sí mismo. A los que hemos llamado los Liberadores, estáis llamados a ser, aquí y ahora. Por vuestra presencia, porque vuestra eternidad con mi presencia al lado de vuestra presencia, vais a vivir con la mayor de las bienaventuranzas, lo que se trasciende y lo que se llamó la disolución, la deconstrucción, el acceso al estado de Ser, a la Infinita Presencia o del Absoluto.
Acoger todo lo que debe ser en esta Tierra ahora, todo está muy bien y en su lugar. Lo que puede parecer aún, con el ojo de la razón o con el ojo de la crítica como injusto, es la versión de lo que debe ser revelado y puesto en libertad en este Tiempo Último. Es la hora de la recepción, la hora de la Bendición, El Tiempo de la Infinita Presencia, el Tiempo del Infinito Amor, el Tiempo, en donde el Tiempo deja de ser una barrera a la Luz, poniendo fin al encierro, con la instalación de la Luz, como lo había anunciado MARÍA. Y también, por las Escrituras, en particular, las que se dieron a través de San Juan, y que por fin se actualizan ahora, se verifican y se concretan, aquí mismo sobre la Tierra.
Todos los eventos que se presentan en ustedes y al exterior en este mundo, y en el mundo, son en realidad elementos de confrontación anteriores a la aparición de la Luz y que no hacen parte de la Luz. Observen más allá de las apariencias. Observen más allá de lo que lo que vuestros sentidos les dan a percibir, ver, observar con el corazón con la visión de la Verdad cerca de su corazón y en vuestra presencia, con la Verdad de la Eternidad. Más que nunca ahora solo resta Ser, en su hogar, para convertirse en el recipiente en el cual Cristo, finalmente hace su hogar para todos juntos en el mismo baile en la misma eternidad, y se conviertan en lo que participaron y ahora debe ser vivido en su totalidad.
Habíamos advertido que durante este período de las Bodas de la Tierra, muchos de vosotros tendrían que vivir momentos de selección y recepción, sobrepasar y acompañar, los momentos de estancamiento y de ausencia de lo que se podría vivir. Y de rendirse a sí mismo, porque era la única Verdad. Más que nunca se hacía necesario establecer sus prioridades. Más que nunca había que enfrentarse a lo que puede permanecer con reticencia a vuestra presencia. No se culpa a nadie, la culpa no sirve de nada porque la culpa no existe. No hay nada que denunciar con el regreso de la Luz en este último pasaje que se revela a vuestra Presencia Eterna y atemporal, y en sus respectivas moradas de la Eternidad.
El desarrollo de lo que sucede en su vida, como en la vida de la Tierra, de ninguna manera deberá ser un obstáculo, para lo que tú eres. Y lo que va a ser experimentado con las Bodas de la Tierra les permitirá darse cuenta por sí mismos, de la verdad de lo que está ahí.
Así que los invito a reclamar, los invito a que me llamen en su mismo templo durante lo que ha de ocurrir con las Bodas Terrestres; esto permitirá que vivan en esta simplicidad la eternidad, en el Absoluto, de hecho, la única Verdad reconocible en estos momentos de la disolución de la ilusión. Por lo tanto, desde el primer día de las Bodas Terrestres, los invito, antes a entrar en resonancia con las oleadas de la Luz que se vierten en vuestro mundo, a que llamen mi Presencia, la de todos los Ancianos, toda las Estrellas, y los Arcángeles. Les recuerdo también, que al final de este período, ya se disolvieron todos los cónclaves, lo que permite dar rienda suelta a la libertad, a la independencia, para todo el mundo. Este será mi mensaje corto, en este momento y que ahora resonará en todo momento, en cada alineación.
Así que prepárense. Porque como se os dijo, Él vendrá como un ladrón en la noche. No se sabe la hora, nadie sabe el día durante este período que se abre ante vosotros, en este tiempo lineal que queda por cumplirse sobre la superficie de este mundo. Estar vigilantes, estar atentos, ya sea en la intención de estar en la verdad, y de simplemente ver lo que les sucede, porque es lo más esencial, porque existe mucho que debe cerrarse.
Lo qué debe ser en a la Tierra será desatado en la Tierra, de modo que lo que se ha revelado debe ser atado en el cielo, es decir el Juramento y la Promesa y de Eternidad. El Juramento y la Promesa de LA FUENTE de traerlos de vuelta a su eternidad, este fue su ofrecimiento, si ese es vuestro destino, y si esa es vuestra verdad. No existen dos formas, sólo existe una. Usted puede pedir de una manera u otra. Hay muchas moradas en la casa del Padre, pero sólo hay un camino de regreso a la Fuente. Este es uno que les ofrezco esta noche. Este es uno que está abierto a vosotros, ahora. Y se fortalece en cada uno de sus días, en cada una de sus noches, porque lo que se refuerza es la fe, la esperanza, la caridad y el amor.
Soy Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Bien Amadas Semillas de Estrellas, han surgido a la luz del Nuevo Sol, se les invita a dejar que crezca en su totalidad lo que eres. Así que nos encontraremos, también, con todas las fuerzas de la Confederación Intergaláctica de la Luz, en estos momentos de bendición y en el que mutuamente nos daremos la bienvenida unos a otros, en la misma unidad en la misma Alegría, en la misma Verdad y en la misma belleza.
Soy Uriel y les doy mi paz. Soy Uriel y les doy la Verdad. Soy Uriel y Yo Soy el Ángel de la Presencia, en vuestra presencia.
Que la Paz, el Amor, la Verdad, se establezcan definitivamente, en donde se encuentren, así como en la Tierra. Gaia ha decidido su libertad. Los meses de mayo y octubre son los meses más importantes de cada ciclo en el que se produce la creación, así como la disolución. Pero el objetivo, en esta ocasión, como es bien conocido, es el fin de la reclusión, es el fin de la ilusión, y la del retorno a una paz que no tiene fin.
Los bendigo, y les digo hasta pronto.