Solo hoy al levantarme comencé amándote Padre Dios, de ahí bendije el presente (regalo) para realizar las maravillas de mis creaciones.
Me arregle y vestí y agradecí por el sol que me alumbraba, y sí hubiera estado lloviendo agradecería por la lluvia que limpia y riega las plantas sin que me preocupe porque se están secando.
De ahí acudí a mis labores y agradecí la presencia de tantos hermanos tan diferentes a mi y tan auténticos y los disfrute en la calle, jardines, oficina, tienda, restaurantes… sin olvidar bendecir a las personas con las que vivo.
Regrese a casa repleto de mis creaciones, sabiendo que si estoy bien o mal es mi creación, la cual bendije.
Me acosté y le platique al Padre Dios mi aventura, que aunque me acompaño a todo, en silencio y aceptación me escucho sin decir ya lo sabia, ya me lo platicaste… en cambio me cobijo y arrullo en su amor, para dormir y descansar siguiendo en su compañía, ya que siempre es parte de toda mi existencia.
Qué bello es mi hoy cada hoy.
Gracias Padre
Aída