"La virtud y el vicio, la fuerza y la debilidad, la belleza y la fealdad son diferentes aspectos del bien y del mal que vemos manifestarse por todas partes. Pero los humanos, en vez de aprender cómo comportarse con estos dos polos de la unidad, no cesan de preguntarse por qué Dios permite que el mal exista. No deben hacerse más esta clase de preguntas, sino comprender que el bien y el mal están íntimamente unidos porque, como polos complementarios que son, tienen asuntos que tratar juntos.
"La virtud y el vicio, la fuerza y la debilidad, la belleza y la fealdad son diferentes aspectos del bien y del mal que vemos manifestarse por todas partes. Pero los humanos, en vez de aprender cómo comportarse con estos dos polos de la unidad, no cesan de preguntarse por qué Dios permite que el mal exista. No deben hacerse más esta clase de preguntas, sino comprender que el bien y el mal están íntimamente unidos porque, como polos complementarios que son, tienen asuntos que tratar juntos.
Nuestra existencia en la tierra se ve completamente condicionada por la alternancia de los días y de las noches, y esta alternancia que regula la vida de toda la naturaleza, también regula nuestra vida física, así como nuestra vida psíquica. No sabríamos lo que es la luz si las tinieblas no existieran, ni lo que son la sabiduría, la justicia, la belleza, la alegría, si no nos viéramos obligados a colisionar con la estupidez, la injusticia, la fealdad y la tristeza. De la comparación y la confrontación nace la comprensión. Si los contrarios no existieran, viviríamos en la indiferenciación."
Omraam Mikhaël Aïvanhov