El género no interesa para realizar las actitudes de gritar o enojo, en defensa de nuestra fragilidad, llamada miedos.
No existe ninguna actitud fuera del miedo cuando se grita y se coloca la estampa de no te acerques, como el perro que ladra para que no lleguen a él.
Nada más fuera de esa realidad.
Porque el que te reconozcan en esa persona frágil que en realidad eres, consideras que eso sería algo vulnerable en tu existencia, y cualquiera podría abordarte y manejar, o como se dice manipular, por ello te gusta esa mascara.
Aunque sepas que esa mascara creara más problemas a tu existencia, no te importa pagar el precio de eso, por lo que continuas constantemente y ya forma parte de ti llevar a cabo esa careta.
No te interesa que los científicos den a conocer que más músculos tienes que esforzar par tener cara de enojado, que aquellos que traen cara de contentos, porque en la sonrisa, no existen músculos que esforzar, aún así tu interés porque no te manipulen es tal, que seguirás a pesar de lo que cueste dicha actitud.
Al grado que, has llevado como estandarte esa actitud, que tu cara ya tomo los rasgos de una persona a veces hasta cruel, a ti te parece bien porque con esa careta que asustas todos saldrán corriendo.
Pero, si en realidad, comenzaras a ser y sentir, ese ser que desea surgir de tu interior y que no le has dado entrada por tus miedos, a lo mejor de la infancia, porque se burlaron de ti, porque no te hizo caso alguien, porque así sentías que te defendías, y e tu trayectoria olvidaste que es el sentirse bien, o acaso ya ni recuerdas porque motivo comenzaste a poner cara de enojo, porque el tiempo a pasado.
Pero, nunca olvides que todo ello que te llevo a ponerte la careta, ahora forma parte de tu pasado, que eso ya no existe, y simplemente fue la idea y pensamiento que pusiste a ello, que a veces no era una realidad, pero, que lo tomaste así por el estado de consciencia que tenias.
Si ahora, tu estado de consciencia a evolucionado y realmente sabes quién eres y que en la alegría se obtiene la felicidad del Ser, y no es una alegría de carcajada como te han hecho creer tus conocimientos, paradigmas, creencias, sino la alegría es saber estar contigo, en la paz que da el espíritu y la existencia, y comienzas probando echar sonrisas cuando caminas, o también cuando hablas por teléfono o chateas, esa sonrisa, aún sin verla, las personas perciben una conversación agradable.
No te sería más grato experimentar un nuevo estado de consciencia y de vida, que te lleve a un placer y no a un sufrimiento.
Y si vivieras que en el sonreír no eres tan frágil, al igual que al ser amable, podrías regalarte una mejor forma de vida y en ello, encontrar quien eres en realidad.
A lo mejor no se trataba de fragilidad, sino de decir un simplemente NO!, un no quiero hacer esto o aquello, no quiero ir, o algún NO, que no refleja fragilidad, sino que en realidad sabes que es lo que deseas, porque a eso se le llama estado de consciencia, el saber donde deseas estar.
Y si realmente te conoces, como el ser que eres, desearas estar en tu centro, en tu paz y tu espíritu, porque todo aquello que se planta en su centro no se cimbra fácilmente, porque al conocerte no necesitaras ser frágil, sino, únicamente ser el Ser que eres, porque ello es tan sencillo y simple que tu alma, y ahí podrás encontrar nuevas aventuras de comunión, no esas aventuras que luego te traen derrumbes internos.
Es por eso que te sugiero darte la oportunidad de comenzar a sonreír en la calle, teléfono, chat, y en general en tu vida, eso es lo mejor que te darías.
Existen estudios que revelan que el cerebro no se da cuenta si estas enojado o contento, aunque realices una mueca de sonrisa, el cuerpo a través de las neuronas manda una información creando sustancias, que producen bienestar. Realiza la prueba, si no estás bien, aunque sea realiza una mueca de sonreír y felicidad, y veras el resultado que va dando tu cuerpo, a lo mejor y así podrás ir transformándote al camino que antes creías era una ilusión y que ahora podría formar parte de tu realidad.