Las personas siempre en busca del poder pierden de vista, que en esa búsqueda se pierden a sí mismos, y a veces parece que ellos tienen el poder, pero haber.
Si vives con un enfermos y el decide seguir enfermos para que tu existas, quien tiene el poder; si tu mandas en casa y debes saber en dónde está tu pareja o hijos, quien tiene el poder…, y así una sucesión de eventos en donde el ser humano se desarrolla, porque que sería de ti sin ellos, entonces deberán estar enfermos, no comerán, deberás buscarlos para saber en donde se encuentran, y así una serie de circunstancias, en donde te hace sentir que mandas. Porque necesitas existir y ellos te estan ayudando a ello.
Eso es lo que hace el poder, tenerte preso en la ilusión de que tu mandas, tu eres y que sin él no existirías, entonces en aras de tenerlo es donde te pierdes, porque ya no estás a gusto en donde te encuentras, debes checar que tu poder este en la cima del mando, entonces ya no te encuentras en ningún lugar, ya no eres presente solo eres una distracción de percatarte que continuas con el poder, y eso solo conlleva a que en el poder te pierdes.
Porque sería más sencillo sin sentir el poder, convivir y compartir en la libertad que da el amor, en donde tu palabra tiene el valor de lo dicho por ti y por el otro, que no debes percatarte que es verdad que lo que te dijeron es, que están en donde te dijeron que estarían, y así te vas volviendo el prisionero de tu propio poder, porque si la palabra realmente tuviera el valor de quien la usa, no habría nunca que percatarse de nada, de cuidar a nadie, porque eso es lo que da una palabra que tiene el valor de la persona que la dice.
Porque al humano se le ha olvidado darle valor a lo que dice, en la manipulación de la mentira y el engaño, solo queda prisionero del poder que en la fantasía tiene, sin que por ello pueda estar en ningún lugar, porque a cada paso de su existencia debe sentir que manda, pero en realidad no manda nada, porque aunque dejara de existir, todos siguen la vida y a lo mejor más a gusto sin la presión del poder que tenía el que mandaba.
Si el poder te pierde, para que lo necesitas.